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VÍCTOR DE LA FUENTE Y LA TEMÁTICA DEL EXILIO

Con el fin de participar en el libro editado por Félix Velasco Víctor de la Fuente. Homenaje, Agustín Riera redactó un largo ensayo sobre la temática del exilio en la obra de De la Fuente. Por presiones de espacio, en aquel libro apareció finalmente un texto mucho más recortado, bajo el título erróneo "Víctor de la Fuente y la temática del estilo".

Aquí se ofrece íntegro tal y como lo concibió Riera, el cual solamente ha sido revisado en busca de erratas o errores flagrantes, que no en su contenido y sus expresiones. Se ha creído de justicia proceder así.

 

Tonic, 6

[ Cubierta del fanzine galo sobre BD Tonic, de marzo / abril de 1978, con una ilustración de Víctor de la Fuente ambientada en los universos del western ]


1. El exilio

2. Haxtur

3. El Oeste

4. Arte y estilo


» VÍCTOR DE LA FUENTE Y EL WESTERN: DEL EXILIO A LA AVENTURA

El Oeste...

Palabra mágica que despierta en la mente millares de imágenes de grandes espacios, de cabalgadas, de caravanas, de ataques de indios, de duelos entre pistoleros...

¡Cuántos y agradables recuerdos, emociones! Las salas de cine, las novelas, los tebeos... Durante muchos años hemos disfrutado de la magia y la fascinación que el Western ha ejercido en nuestra persona, deleitándonos con la aventura y el romance.

Tiene algo el Western que lo hace universal.

El Western no ha muerto. Continúa vivo mientras los aficionados estén ahí, y son muchos. Pero es verdad que el aficionado no acepta cualquier cosa, no acepta la mala calidad. Conoce sus clásicos y desea calidad en el texto literario, en la película cinematográfica, en el dibujo y en el guión de los tebeos. Y el Western continúa vivo también en las mentes populares, puesto que continúan leyéndose las “novelitas del Oeste”, incluso El Coyote. Los más literarios continúan disfrutando de la lectura de Jack London, Zane Grey, Louis Lamour, Max Brand, Fenimore Cooper. En cine van reeditándose los grandes clásicos del Oeste en DVD, para disfrute de los incondicionales. En los tebeos españoles tenemos esas obras maestras que son El Pequeño Luchador de Manuel Gago, El Coyote de Francisco Batet, Rayo Kit de Iranzo, Dan Barry el Terremoto de José Ortiz, Apache de Luis Bermejo, Mendoza Colt de Martín Salvador. El Pequeño Luchador, en su época mantuvo el interés durante 12 largos años, a pesar de la rapidez de ejecución y de inexactitudes históricas o de detalle. Pero la narrativa de Manuel Gago estaba allí, con personajes e historias de adultos que aun hoy se puede leer con interés para evadirse, soñar e identificarse con los personajes, para pasar un buen rato. Aquella serie cumplía con su objetivo y ahí está, como uno de los grandes clásicos de la historieta española. Un clásico del que muchos guionistas y dibujantes de hoy podrían tomar ejemplo. Hay que decir que Víctor de la Fuente, exiliado en los años cuarenta, no conoció este clásico ni muchos otros.Sunday, revista de Mariano Ayuso.

Luego vino la decadencia. Y algún sobresalto, como el Gringo de Carlos Giménez y... SUNDAY, de Víctor Mora y Víctor de la Fuente.

La situación del Western cuando comienza a dibujar Sunday es interesante, puesto que el dibujante, gran admirador del género, ha seguido siempre su evolución con interés.

Y en primer lugar hay que pensar en el cine, que es una de las mayores influencias ejercidas sobre los dibujantes y guionistas de la historieta. En los años cincuenta hubo abundancia de películas del Oeste en las pantallas con actores como John Wayne, Gary Cooper, Burt Lancaster, Kirk Douglas, James Stewart, Henry Fonda. En los años sesenta, estos actores empiezan a envejecer, la televisión tiene un impacto considerable en las familias y el Western, falto de renovación, se encuentra moribundo. Grupo salvaje, obra maestra de Sam Pekinpah y del Western prueba este hecho al mostrar su visión pesimista del pasado y sombría del porvenir, al evidenciar el fin de una época, al destruir los mitos establecidos y poner en su lugar el realismo desnudo. Es el fin de los sueños, la llegada del progreso, el fin de un mundo. Y llegó el Western italiano, contundente y renovador al principio, con un Sergio Leone genial y una nueva visión del género. Víctor recibió todo el impacto del Western crepuscular americano y del italiano, lo que se traduce en su obra.

Las obras de Víctor guardan numerosos puntos comunes con el Western tradicional y de calidad en los personajes, en la temática y en el tratamiento, pero su deseo es también de renovar el género y producir una obra de calidad. El público, víctima del bombardeo constante de la publicidad sobre los manga, los superhéroes y los juguetitos y figuras vinculadas a unos productos destinados al consumo masivo, no ha sabido apreciar esas obras que van a contrapelo de la moda. En América se han producido algunas obras de calidad, como Jonah Hex, Scalphunter o Bat Lash, pero todas han terminado por desaparecer. Sólo en Europa se han dado algunas series que han logrado mantenerse a través del tiempo y a pesar de las modas, mostrando que, a pesar de todo, hay un público para el Western: Blueberry y McCoy en Francia, Tex y Ken Parker en Italia)

Las estructuras narrativas del Western son reducidas y se pueden resumir simplemente en cuatro: 1) el tema de la búsqueda (de un tesoro, de una tierra, de un forajido, de un desaparecido); 2) la venganza (quizás el tema más frecuente); 3) la guerra (Norte contra Sur, guerras indias, guerras entre terratenientes, entre vaqueros y ovejeros); 4) el sheriff y el pistolero.

En todas ellas se encuentra casi siempre un denominador común, que es el personaje clave del Western: el caballero solitario, viviendo su libertad, a veces huyendo de la Ley, o huyendo de sí mismo, en las inmensidades del paisaje del Nuevo Mundo, aplastado bajo el peso del ardiente sol, perdido entre Sunday, libro 1, en edición francesa. Clic para ampliar.lSunday, libro 2, en edición francesa. Clic para ampliar.as desolaciones del desierto, con sus amenazas insidiosas, hostiles, inquietantes. Aún en medio de los otros, en un garito lleno de gente, en una ciudad, en un tren, en un poblado indio, el caballero está solo, se siente solo, incluso preserva su soledad para conservar su libertad, su independencia. O, incluso, para vivir su propio tormento, como complaciéndose en su sino, como desafiando al destino y burlándose de él al aceptarlo. El Western es, con mucha frecuencia, uno de los géneros básicos de la temática del exilio. Y en este género, el exiliado busca la aventura como exorcismo a sus males.

Aunque Sunday no sea una obra personal del dibujante, ya que el guión es de Víctor Mora, encontramos en esta serie la temática que le preocupa. El coronel Sunday es un antiguo oficial del ejército nordista durante la guerra de Secesión. Al volver a su casa descubre su rancho reducido a cenizas y su esposa muerta, asesinada por los hombres del bandido sudista Quantrill. Traumatizado, con la muerte en el alma, Sunday parte en búsqueda de su hijo, desaparecido en la masacre.

Como en una búsqueda del Santo Grial, Sunday busca a su hijo, lo que le hace recorrer territorios y ayudar de paso a los necesitados, víctimas de las injusticias. Frecuentemente consulta su reloj de bolsillo que lleva una foto de su hijo. Así, Sunday es un exiliado, un desarraigado, en búsqueda de lo que quizás es sólo una quimera, puesto que ignora si su hijo vive o murió. Mirando su reloj, mira pasar el tiempo que le acerca, inexorable, irreversible, hacia sus seres queridos.

Esta obra, de calidad, tiene el mérito de haber puesto de manifiesto la capacidad artística del autor, antes de Haxtur.

Después de sus problemas con Trinca, y para ganarse la vida, realizó algunas historias de horror erótico, entre las cuales una monumental de 452 páginas, ‘Los guantes del horror’. Y también una serie Western erótico, MORTIMER (12 números, de VI-1973 a V-1974). Con guionista anónimo, la serie sobresalió del montón a causa, claro está, de la calidad del dibujante.Mortimer, edición gala. Clic para ampliar.Mortimer, 2, en edición francesa. Clic para ampliar.Mortimer, 3, en edición francesa. Clic para ampliar.

Sin duda el protagonista fue inspirado por el personaje interpretado por Lee Van Cleef en Per qualche dollaro in più (1965), el coronel Douglas Mortimer. Esta serie fue prácticamente la última de todo un tropel de personajes inspirados por el Western italiano (Ringo, Gringo, Trinità, Desperado).

Elegante y con un fino cigarro entre los labios, jugador de naipes y buen pianista, Mortimer es un Clark Gable cínico y sombrío, del que ha desaparecido la sonrisa. De mirada fría y dura, inquietante, amenazadora, realzada por el hecho de que una de sus pupilas es más clara que la otra, es como un personaje de novela negra, un enviado de la muerte. Parece arrastrar detrás de sí un pasado que le ha matado el alma y cauterizado sus sentimientos y sus principios morales. En el primer episodio vemos que Mortimer tuvo una decepción amorosa que le atormenta desde entonces y de la que nunca curó (cuando tiene relaciones con la hermana de la mujer que ama, es en la otra en la que piensa). Esto le ha hecho cínico con las mujeres y le ha dejado solitario, sin rumbo fijo en la vida, sin ilusión. Es un exiliado de la vida. Nunca conoceremos otros detalles de su pasado, quizás demasiado negro para ser contado a simples mortales y que permanecerá en el rincón oscuro de la mitología tebeística.Mortimer, 4, en edición francesa. Clic para ampliar.Mortimer, 5, en edición francesa. Clic para ampliar.Mortimer, en edición francesa de Elvifrance. Clic para ampliar.

Mortimer es un cazador de recompensas que captura o mata a los criminales para ganarse la vida (quizás la impresión que tiene el dibujante de ser obligado a realizar obras por dinero, como un mercenario. Esto es también propio del exiliado que debe trabajar en lo que sea y como sea para sobrevivir.) Mortimer recorre los grandes espacios y pueblos sombríos o grandes haciendas con la perseverancia de un ave de presa, implacable con sus víctimas, desprovisto de sentimientos hacia las mujeres que seduce. Es una máquina de matar, perfectamente preparado para cualquier eventualidad, una amenaza viviente que respira el aire envenenado de la justicia expeditiva. Ejerce un fuerte atractivo sobre las mujeres que le salen al paso, para las que representa el lado oscuro y tenebroso del amor físico, como la expresión de la desesperación y amargura del personaje. Mortimer ama como mata, fríamente, con eficacia y sin dejarse dominar por los sentimientos que ha aprendido a dominar perfectamente. Sin embargo, sólo mata criminales, nunca inocentes. Quizás espera que una bala le quite de en medio y termine así su calvario interior.

Víctor conoce esa otra obra maestra del Western que es Jonah Hex, publicado en los EE UU por DC. Mortimer le tiene un cierto parecido, en particular en la mirada, en los ojos, para conseguir un efecto algo similar: hay un contraste entre el ojo derecho que es marrón, y el izquierdo que es de un azulado blanquecino, añadiendo así a la frialdad y a la dureza de la inquietante mirada del pistolero.

En 1975 aparece un nuevo Western, esta vez con guión y dibujos del artista: AMARGO.

Alto, delgado, curtido por el sol y ostentando un varonil bigote al estilo de Charles Bronson, Amargo es un caballero solitario, presto a ayudar al débil y al oprimido, incluso a los indios.

Aunque solitario, es acompañado de vez en cuando por el viejo Cacto, clásico personaje de simpático cascarrabias basado en aquellos pícaros y vivarachos “abuelos” de los Western del cine y de los que hay amplia muestra en la historieta (el famoso Cherry Brandy del Mani in alto de Roy d’Ami en Italia; el Jimmy McClure del Blueberry de Giraud en Francia; el Joe ‘Gruñón’ del Rayo Kit de Iranzo en España, por ejemplo.)

Amargo fue raptado de niño y criado por los indios apaches. Con ellos aprendió las técnicas de combate, a rastrear pistas y a desarrollar cualidades tales como la bravura, la honradez, la lealtad, la generosidad.

Desgraciadamente, lo efímero de la serie impidió el desarrollo de un personaje prometedor que seguramente habría brillado en el universo del Western en la historieta. Sólo se publicaron dos álbumes en Francia:Amargo, 1, en edición francesa. Clic para ampliar.Amargo, 2, en edición francesa. Clic para ampliar.

El baile de los buitres, en el que se relata el ataque de un rancho y el rapto de una niña, tras el asesinato de sus padres, por una partida de apaches bajo el mando de “Manolito”. Sigue su rescate por Amargo, Cacto y otro vejete, buscador de oro y amante del whisky, Hank ‘Miserias’, quienes tienen que enfrentarse a los apaches y a una banda de pistoleros que quieren arrebatarles la niña para cobrar el rescate. Cuando Amargo devuelve la niña a su abuelo rechaza la recompensa, pues la ha rescatado, no por el dinero, sino para evitarle la misma experiencia que él tuvo de niño.

Requiem por un juez, una historia de lucha entre terratenientes por la posesión de unas tierras ricas en agua. Un simpático juez, amante de las cartas y que llega a “desplumar” a Cacto, es el personaje de la historia que conduce al estallido de la crisis aportando pruebas contra el ambicioso Rainwater (¡!). En este episodio aprendemos que Amargo participa en las conversaciones por la paz entre las tribus indias y el ejército, llegando incluso a herir a un oficial fanático que deseaba la guerra.

El personaje es rico e interesante y se inscribe en la larga tradición de los personajes solitarios con un pasado a cuestas que les pesa como una cruz. Si la serie hubiera continuado, sin duda habríamos tenido bellos episodios magistralmente dibujados por un autor en pleno dominio de su arte y que se encuentra en su elemento describiendo los inhóspitos y pedregosos paisajes del desierto, los ranchos con innumerables detalles interiores como muebles y utensilios o una manta artísticamente adornada, que contribuyen a la creación de un ambiente sabrosamente verídico. Amargo tiene un rostro parecido al de Mortimer, pero mucho menos duro, seguramente basado, además de en el de Charles Bronson, en el de Franco Nero, el actor italiano de belleza inquietante, intérprete de numerosos Western italianos, en particular la serie Django.

A pesar de su humor, de su amor a la vida y a la justicia, la amargura está ahí, como símbolo de la dualidad del personaje. Es la amargura propia del exiliado. Desarraigado desde su tierna infancia, educado por los apaches, es decir, por los poseedores de una cultura diferente, Amargo ha sabido adaptarse y aprovechar los aspectos positivos de esa cultura suplementaria, como el extranjero se nutre y se enriquece con las aportaciones de la cultura del país que visita. No impide que la experiencia siempre sea dura, que conlleve su dosis de sufrimiento, de frustración, de añoranza, y que deje la marca del sufrimiento en la carne, en el temperamento, en el alma. El exiliado es marcado para siempre, como Amargo en su personalidad, en la expresión de su rostro, en la amargura, en su constante errar.

Por fin, llegaron LOS GRINGOS, una excelente serie, póstuma, del gran guionista Charlier. Con buena documentación adquirida en un viaje a México, una historia de la revolución mejicana, Víctor realiza con cariño esta serie, que aparentemente también ha parado, puesto que el último álbum se publicó en 1996.

Los Gringos no es un verdadero Western, aunque se le clasifique como tal. Cierto es que tiene muchos elementos del género del Oeste, pero es en realidad un híbrido con componentes policíacos, de espionaje y de simple aventura. La acción se desarrolla en el México de 1912, alegre y ruidosamente desgarrado por la guerra civil. En este marco histórico preciso y detallado, los protagonistas viven unas desenfadadas aventuras exóticas en las que ya intervienen los elementos del progreso que mataron al Western: los aviones, los coches, las armas automáticas y las ametralladoras. Se nota en el tratamiento una cierta nostalgia porque el tiempo pasa inexorablemente y ya no volverá.Les Gringos, 1, en edición francesa. Clic para ampliar.Les Gringos, 2, en edición francesa. Clic para ampliar.

Los dos simpáticos y nerviosos protagonistas son Pete, un ladrón de bancos del Oeste, y Chett, un aviador acróbata. Perseguido por la policía, Pete se rinde a El Paso con intención de pasar a México, lo que consigue obligando a Chett a llevarle en su avioneta. Allí caen en manos de los mejicanos, quienes les obligan a trabajar para ellos como mercenarios, y, con las sorpresas de los acontecimientos que se suceden a rapidez vertiginosa, pasan de un bando a otro, viviendo la Revolución Mejicana como unos alegres extranjeros llenos de vitalidad, de ganas de vivir, de valentía... y de ganas de llenarse los bolsillos.

Una obra excelente, bien continuada por el guionista Guy Vidal y tratada con un excelente dibujo que nos ha dejado con ganas de que durara mucho más.


1. El exilio

2. Haxtur

3. El Oeste

4. Arte y estilo


[ © 2003 Agustín Riera, para Tebeosfera 030430. Todas las imágenes son © 2003 De la Fuente / sus editores ]