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 ¿PORQUÉ HAY TAN POCAS MUJERES QUE HAGAN CARICATURA POLÍTICA?


Artículo por Lola Sánchez

[ Chiste gráfico de la autora de este artículo. El texto dice: «¿Y no es mucha casualidad que el anillo de casados se ponga en el dedo "anular"?» © 2003 Lola Sánchez, al igual que el resto de las imágenes del artículo. Haga clic sobre cada imagen de la presente  página web si desea ampliarlas. ]


Es una pregunta que me he hecho a menudo y no creo que exista una respuesta concreta. Es probable que sea el resultado de la conjunción de varias cosas. A veces una sola puede ser suficiente y en otras todas a la vez. Creo que lo que expongo a continuación son hechos que inciden negativamente en la producción artística de la mujer en este ámbito.

Es cierto que seguimos desarrollándonos en una cultura sexista en la mayoría de países, aunque se nos llene la boca  proclamando que todos somos iguales y tenemos las mismas oportunidades no es así en la realidad, pero no todo es culpa de la sociedad. Quiero decir que hay una tendencia real de cada sexo a determinadas cosas, esto lo he podido comprobar personalmente sobre mis hijos. A mis hijos les he comprado juguetes indiscriminadamente y ellos, siendo muy pequeños y sin tener aún posibilidad de estar influidos por prejuicios sociales se han decantado claramente por lo propio. Es decir, la niña por la Barbie, los lacitos y las tonterías de este tipo, el niño por los coches, motos o muñecos que potencian la violencia. Yo no quería esto, pero no me ha quedado más remedio que aceptarlo pues no les voy a obligar a jugar con lo que yo quiera...

¿A dónde quiero llegar con esto? Pues que mucho me temo que hay un porcentaje bastante elevado en el ser humano de dependencia de nuestro sexo, no sé si es algo que funcione a nivel cerebral o de hormonas.  Sencillamente, a priori, la política no interesa mucho a la mujer. Cuando se interesa, es porque ha experimentado un empujón intelectual, bien porque se cultiva o va a la universidad o porque su carácter es controvertido y analítico. Para hacer caricatura política hay que jugar con varias cualidades: unos conocimientos medios de política, cierta cultura y agudeza mental para conectar ideas en principio desconectadas, pues es de ahí de donde surge el chiste. Dibujar bien o mal no importa demasiado. La mujer puede hacer esto igual de bien que el hombre, y si no lo hace será porque no lo encuentra interesante.

Creo que con el tiempo esta tendencia sexista puede desaparecer, pero no lo hará mientras toda la responsabilidad de la continuidad de la especie recaiga sobre la mujer. La absoluta mayoría de mujeres carga con su casa, los niños, limpieza, cocina y por si esto fuera poco muchas trabajan fuera (yo he tenido que esperar a que los pequeños durmieran para poder dibujar algo). Esta situación la ven los niños, la ven normal y la perpetúan cuando se casan. Las mujeres toleramos esta situación aún sabiendo que es injusta. La mujer debe librarse del instinto primitivo de cargar todo sobre sus espaldas.

La caricatura es en cierto modo un hobby, pues con dificultad se encuentra dónde publicar y menos aún dónde te paguen, así que las mujeres, que solemos ser prácticas, ponemos el ojo en aquello que al menos produzca beneficio, a la mujer le entretiene más la actualidad social que la política: ciertamente es más divertida y en sus corrupciones no va el futuro de un país. Es este el motivo de que las humoristas gráficas suelan hacer humor social antes que político, ya que es algo amateur, hacen lo que les gusta.

Por otro lado, los mismos periódicos y la política tienen un carácter masculino muy marcado. Están lejos de lo que puede ser de interés femenino ( y no me refiero a la superficialidad de los cotilleos) en general es un género que tiene un tratamiento muy masculino.

Cuando se dispone de tiempo (juventud) la mujer está principalmente interesada en sus relaciones con el sexo opuesto, interesándole poco lo demás. Cuando está en condiciones de interesarse por la política, suele tener poco tiempo, universidad, trabajo, hijos, etc. En definitiva, las condiciones no acompañan para que haya muchas caricaturistas políticas.

Debería considerarse con seriedad esta profesión, cuando una responde que su trabajo es humorista gráfico, pueden responderte «no, me refiero a tu trabajo de verdad». Mi trabajo “de verdad” me facilita poderme dedicar a esto por placer, ya que tener ingresos suficientes con este trabajo es difícil. Una se esfuerza por conseguir una titulación académica que te dé un buen estatus socioeconómico, no para ser una matada muerta de hambre. Quizá esto cambiase si se fomentase como especialidad en las universidades de artes y  periodismo, o si los periódicos se atreviesen a cambiar de fórmula.

Hay un último punto del cual no estoy muy convencida. La mujer suele tender a lo estéticamente bello y la caricatura política no suele serlo demasiado, ni en forma ni en contenido.

En suma, hay demasiados inconvenientes y requiere bastante esfuerzo y convicción, esfuerzo que a veces no merece la pena si nadie se arriesga a publicarte, aunque sea gratis.

Espero que desde la autocrítica la mujer siga avanzando y se sitúe en el nivel que le corresponde, a la misma altura que el hombre, pero sin renunciar a sus intereses y a su forma de vivir la vida. Y si no le interesa hacer caricatura política, o ser futbolista o cura, que sea porque no le apetece, no porque encuentre trabas.


[Lola Sánchez (Motril, 1968) nació un 13 martes. Es licenciada en BBAA y ejerce de profesora de artes plásticas. En su tiempo de sueño y descanso hace cómic y humor gráfico. Ha publicado artículos de opinión, ilustraciones y chistes durante ocho años en El Batracio Amarillo, revista de la que fue cofundadora. Su trabajo ha aparecido también en Erebus, Radio Ethiopía y en la revista electrónica Humoralia, con la sección "Tumor negro". Actualmente prepara un libro de humor negro en colaboración con Álex Romero. ]


[ © 2003 Lola Sánchez, para Tebeosfera 031223 ]