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EL PRURITO DEL CÓMIC. ENTREVISTA A BARONY


Entrevista a Jesús Barony, ilustrador e historietista, realizada por correo electrónico en febrero de 2004.

 

[ Barony, en 2004 ]


Entrevista. Parte 1

Entrevista. Parte 2

Galería

 

Barony (Algeciras, 1970) es un dibujante vagabundo andaluz que ha terminado afincándose en Osuna (Sevilla). Ha publicado en fanzines, revistas y sus propios libros de cómics, en Algeciras, Sevilla, Granada y, recientemente, en los mercados británico y estadounidense. Ha sido autor de Wolves, tiras para Europa Sur y para www.chueca.com; editó Cimmeria, y ha ilustrado libros de rol y comic books de Edge Entertainment, Fusion Entertainment, Moongoose Publishing y Red Eye Press.

 

1.   Pensábamos que Jesús Barony era la firma del dibujante Jesús Gaona Conde, natural de Algeciras. Una tierra la del Sur de Cádiz particularmente bendecida por el talento para dibujar: Rojo, Pacheco, RyP, Merino… ¿a qué crees que es debido?

Bueno, en realidad mi nombre es Jesus Gaona Barony, lo de Gaona Conde fue una especie de coña con un amigo hace mucho tiempo... Lo de Algeciras es curioso, pero obedece a una mera casualidad, aunque es cierto que somos varios los que nos dedicamos a esto (con mayor o menor fortuna) allá en el Campo de Gibraltar, aunque Merino es de Jerez. A mí la afición me viene por mi padre que era asiduo lector de tebeos; hacía la colección de 1984 y CIMOC, y algo más de esa cuerda. Cuando murió, hace ya mucho, heredé de él la colección. Yo ya leía Tintín, Astérix y Mortadelo, y esos tomos de Novelas Ejemplares que todos tenemos en casa, pero cuando descubrí a Corben, Maroto, Fernández, Giménez (los dos), etc., se me abrió un mundo nuevo. Yo debía tener unos diez u once años. El primer tebeo que me compré con mi propio dinero fue La feria de los inmortales de Bilal. Como te imaginas, fue un flash. Ya entonces el impúber Jesus Barony hacía viñetitas y contaba historias con dibujos; descubrir este material fue un revulsivo enorme; fue un «¿Pero esto se podía hacer?»

2.   Y, entonces, ¿por qué el seudónimo?

En realidad utilizo mi segundo apellido, ya que mi madre era pintora y firmaba con su apellido, Baroni; y mi padre, que también dibujaba, adoptó el apellido de mi madre en varios de sus dibujos, lo mío fue una mera continuación.

3.   Desde crío participaste en fanzines locales. Muy fértil el panorama fanzinista gaditano ¿no?

Sí, sí... El primer fanzine que hice fue con un amigo de mis pisos que también dibujaba, eran bromas sobre los vecinos y nuestros amigos de entonces (ya te digo, diez o doce años). Un día, años más tarde, encontré pegado a una farola un cartel fascinante: Un anuncio del CACI, Colectivo de Amigos del Comic y la Ilustración. Llamé por teléfono al número que rezaba en dicho cartel, y pocos días más tarde Eugenio Santos, hoy retirado, pero de una enorme calidad como dibujante, se presentó en mi casa. Le estuve enseñando mis dibujos y le gustaron mucho. Planeaban hacer una exposición de cómics y dibujos en la Escuela de Artes Aplicadas de Algeciras, y contaron conmigo; corría 1986. En la exposición conocí a un tipo con mucha mala pinta, con una cresta amarilla y lleno de tachuelas y pendientes. Era Juan José Rodríguez Prieto, hoy conocido como Juanjo RyP. Sin duda lo suyo era lo mejor de la exposición, pues Juanjo apuntaba ya muy buenas maneras desde pequeño. También estaban allí Antonio Garrido "Garry", Pepe Marín, el Samo y muchos otros. De este encuentro colectivo surgió la primera (que no la última) de las publicaciones de aficionados de Algeciras: Humor Sátiro. Yo no tuve mucha cancha en ella, la verdad, sólo publiqué dos o tres cosillas. Cuando feneció, el Garry sacó su Cristal, después Kristal, donde sí que tuve cancha, hice portadas, ilustraciones interiores y muchos tebeos de corte "radikal"; eran los ochenta y había gente que decía y hacía cosas diferentes a ver la televisión y comprar los discos que dicta la moda. Es más, esto no llamaba la atención; era normal que un grupo de personas se manifestara en contra o al menos de manera divergente con el pensamiento de la mayoría. Hoy día eso ya no existe. Después fue Pepe Marín quien se lanzó al mundillo editorial fanzinero, y surgió Caballete. La verdad es que Caballete era bastante mala, y murió en seguida. Después vino La Historieta que contó con la colaboración de profesionales de renombre como Mingote o Ozeluí. Fue el primer sitio donde vio la luz mi obra "El pirata Drake", que tuvo una cierta repercusión en su momento. Yo estaba muy metido en la historieta, hacía anuncios, portadas, tebeos... en fin, un poco de todo, hasta que me fui a Sevilla a estudiar Bellas Artes. A partir de ahí aunque seguía ligado a ella, la cosa aflojó, claro. La portada del número 1 era preciosa, obra de Juanjo, que había estado hasta la fecha metido en todas estas historias conmigo.

4.   Tu primera publicación con cierta proyección es la que haces bajo el sello A.J. Ediciones Veleta, Wolves. ¿Recuerdas esta etapa?

Bueno, este es un tema doloroso. Vamos por partes. Me desplazo a Granada a terminar allí la carrera. A la vez que estudio, monto mi pequeño sello editorial junto con unos amigos, Alejandro Godoy y Juan Emilio Ríos; el sello se llamaba el Comité Hirosoguchi, y lo primero que sacamos fue un tebeo de Miguel Osuna, alias El Bute. La cosa gustó y nos lanzamos a publicar un volumen de casi ochenta páginas con lomo recopilando El Pirata Drake. Nuestra última publicación fue Historias sucias de El Bute también, libro este que tuvo bastante repercusión en medios y tal. Fue la última porque en la presentación del tebeo, que fue en el bar El Enano Rojo, apareció un grupete de personas con las que El Bute y yo entablamos conversación; eran Alex Casasola y Emilio Bueso, entre otros. De esta manera, para bien o para mal, la floreciente Comité Hirosoguchi fue absorbida por Ediciones Veleta. El tema es largo y complejo. En resumidas cuentas te diré que yo me ocupé de buena parte de la infraestructura de la organización del IV Salón del Comic de Granada, y estuve supervisando todas las publicaciones de ese año para el Salón, que fueron varias. Supervisé todas, menos mi propio tebeo. No te imaginas la cara que se me quedó cuando me trajeron los libros y los vi por dentro. Aquello era un horror. Las fotocopias de la papelería de debajo de mi casa eran mucho mejores en cuanto a reproducción. Hay que decir que el tomo de El pirata Drake también había salido completamente pixelado, muy mal, y que deslucía muchísimo mi trabajo. ¡Ya iban dos!

5.   Dado que desempeñaste un puesto directivo en la Asociación granadina que capitaneaba Alejandro Casasola, me gustaría conocer tu opinión de Veleta “desde dentro” y cómo has visto su evolución hasta lo que es hoy.

Bueno, a ver. Yo en Veleta hice muchos y buenos amigos. Veleta, cuando yo entré, era un colectivo de gente flipada por los tebeos, Miguel Angel Alejo, Alex Casasola, Javi Panter, Emilio Bueso, Antonio González, Oscar... Y su interés común eran los tebeos. Yo en su momento hablé con la cabeza visible, Alex Casasola, y le comenté la posibilidad de crear una verdadera editorial, publicar tebeos y todo eso. Alex parecía estar de acuerdo, pero poco a poco la cosa se fue especializando en hacer su propio Salón del cómic; en convertirse en el “Ficomic andaluz”. A mí eso no me interesaba, la verdad. Lo del salón está bien, pero a mí no me iba a dar de comer, ni iba a satisfacer mi anhelo de ser historietista profesional. Llegó un momento, durante el Salón del Comic de Barcelona, en que comprendí que mi sitio no estaba allí, y por eso me fui. Eso, añadido a una serie de problemas personales con algunos de los integrantes de la Asociación, problemas que hoy, por suerte, ya se han solucionado. Hoy por hoy Veleta ya no tiene nada que ver con todo aquello. Hoy han cumplido su objetivo, y son de hecho el “Ficomic andaluz”, con la salvedad de los casi veinte años de experiencia, lo que les lleva a cometer ciertos errores organizativos de los que carece el equipo barcelonés. También hay que tener en cuenta, sobre los errores de aquellos años, que ninguno de los que allí estábamos montando exposiciones, montando stands, acomodando invitados, haciendo de guía turístico para autores, etc., ninguno, digo, nos dedicábamos a ello profesionalmente. Éramos unos chavales con muy buenas intenciones y con muchas ganas, pero ya está. ¡Demasiado bien quedaban las jornadas!

6.   También hiciste un breve pero intenso paso por la malagueña MegaMultimedia. ¿Qué nos puedes decir del arranque de este sello editorial andaluz?

Esto merece un paso atrás en el tiempo, a los tiempos en que yo andaba con el Comité Hirosoguchi. Para este efímero sello, los proyectos en marcha eran La mansión Dietrich, con guión mío y dibujo de Juanjo RyP, una revista llamada Das Gabinet y alguna que otra cosa. Un día recibí una carta de unos chavales de Málaga que editaban unos fanzines muy cañeros. Hablamos por teléfono un par de veces y quedamos en que nos iban a venir a visitar a Granada. El Bute se apuntó a conocerlos, y un día nos fuimos de almuerzo y cervecitas, allí en Granada: el Bute, el Torres, Antonio Vázquez y Pepe y Enrique, más conocidos como Los Divertidos Dos, y yo mismo, claro. Estuvimos intercambiando material y pareceres, y comenzó una simpática relación. Llegamos a un acuerdo: nuestra siguiente publicación sería Caleorn el Maldito, un tebeo de fantasía heróica realizado por Antonio Vázquez de una calidad impresionante. Algunos meses más tarde me sorprendió la noticia de que el Torres encabezaba una sección de la editorial malagueña MegaMultimedia, y de que iban a sacar un tebeo. Fue Mala Impresión, que gozó de bastante repercusión. Durante las Jornadas de Comic de Granada de 1998, se me ocurrió proponerles un proyecto: una revista de tebeos eróticos con material de autores andaluces. Para ese entonces ya se habían apuntado al carro del Comité Hirosoguchi: Raúlo Cáceres, Juanjo RyP, el Bute, el Spin-e-t, un ilustrador hiperrealista hoy retirado, y varios otros. Cogí los dibujos de estos autores y me planté en Málaga con el proyecto bajo el brazo. Les encantó. Así que tomaron el proyecto, lo sacaron adelante... y para mí queda ser el creador de Wet Comix, espaldarazo de salida de Juanjo y Raúlo, entre otros. Lo mejor fue el momento en que, desde allí mismo, la sede de Mega en Málaga, llamé a Juanjo y le dije que un editor quería hablar con él para publicar sus dibujos a nivel nacional, y con billetes de por medio. Debo decir que para ese entonces Juanjo se había retirado el mundo del tebeo y la ilustración, y que fui yo quien, un día en su casa en Algeciras, le dije: déjamelos, que yo te los muevo. A mí me une a Juanjo una profunda amistad que va mucho más allá del mundo del comic; él ha sido para mí un Amigo -con A mayúscula- desde hace mucho tiempo, y ha estado a mi lado en momentos muy duros de mi vida, y quiero aprovechar este foro público para decirle lo mucho que lo aprecio, desde antes de que fuera Juanjo RyP, cuando "sólo", con muchas comillas, era mi amigo Juanjo. El ha sido, es, y espero que lo siga siendo, una de las personas más importantes de mi vida.

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 [ © 2004 Manuel Barrero, para Tebeosfera, 040306]