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ENTREVISTA A PACO NÁJERA.

Entrevista practicada por Manuel Barrero mediante correo electrónico, entre los días 7 y 14 de julio de 2002.

Paco Nájera, en la flor de la vida

[ El entrevistado, incapaz de forzar más la sonrisa. Imagen © 2002 P. Nájera


Paco Nájera, autor de El Capitán Tronado, Gañán, El Boceto y muchas historietas dispersas por un amplio abanico de publicaciones españolas, es dibujante cuya humanidad supera su popularidad. Habiendo iniciado su andadura profesional en el eco de los cómics para la infancia, de Bruguera, consideramos que tu trayectoria es perfecta representación de una historieta, a la usanza no vanguardista, que ha sido la que peor soportó la crisis de la industria en España.


Tebeosfera: Cuéntanos cómo accediste a Bruguera / B. ¿cómo fueron elegidos tus personajes?

Paco Nájera: En realidad aquello fue de lo más fortuito. Empecé a comprar Super Mortadelo porque incluían nuevas aventuras de El Capitán Trueno. El caso es que nunca había hecho nada de humor, y como había una página para los lectores decidí, medio en broma, improvisar un personaje “Chungó” y mandarlo. Y me olvidé del asunto. Al tiempo me llamó Francisco Sánchez, jefe de redacción, hablándome de aquella página y de que la iban a publicar. Mi sorpresa fue mayúscula al decirme que la iban a publicar, pero no en esa página reservada a los lectores sino como un autor más. Y lo fue más cuando me preguntó que si tenía otras cosas para publicar. Por supuesto le dije que no, pero que si me daba unos días le podría mandar algo. Y eso hice. Creé tres personajes y sendas historietas, el ya mencionado Chungó, Eco y Logi y Capo y Rob. Me cogieron los dos primeros para Super Mortadelo y Super Zipi y Zape, respectivamente, y de esta manera tan chunga empezó el asunto en Ediciones B. Los criterios que siguieron para esa elección nunca los supe.

T: ¿Cómo se trabajaba allí en el declive de su historia editorial: qué requisitos te ponían, cómo se administraba el color, cuánto te pagaban...?

PN: El método de trabajo era un tanto sui generis. Tenía que mandar tres o cuatro historietas abocetadas y ellos me daban luz verde para alguna de ellas. Normalmente la mitad de lo que enviaba. Con el tiempo les pillé el tranquillo y comprobé que historietas rechazadas enviadas en otra tanda me las cogían, con lo cual ya iba jugando con eso y si no una vez, a la otra, me las iban cogiendo casi todas. A mí, la verdad, es que una página me sabía a poco e intentaba colar alguna historia de dos páginas. Sólo lo conseguí en un par de ocasiones. Ya resignado intenté, al menos, que la página fuese atractiva y huir de las cuatro tiras de rigor, marca Bruguera, que seguían siendo la tónica dominante. De manera que alrededor de un gag final, intentaba montajes un poco atípicos. Supongo que mi paginita debía pasar un tanto desapercibida porque salvo alguna que otra suave amonestación  por no ceñirme a las cuatro tiras de marras, me dejaban hacer. Aquello lo hacía un poco por no caer en la rutina y como una tímida protesta por el tono demasiado uniforme que veía en aquellas revistas. Donde por otra parte incluían cada vez más material de archivo, supongo que porque era gratis. Pagaban a 8.000 pesetas [ 48 € ] la página. No era una fortuna pero tampoco estaba muy mal en aquellos años. El tema del color era horroroso. Podías indicar colores en una transparencia, pero al final hacían lo que querían, de manera que desistí y me resigné a dientes rojos, cambios en el atuendo y a colores inverosímiles para según que cosas.

T: ¿Capo + Rob y Gañán, fueron proyectos para B... qué pasó?

PN: Capo y Rob fue una creación que formaba parte del trío de series que propuse para Ediciones B. Esta se quedo en la cuneta, y algunas de las historietas realizadas acabaron publicándose en fanzines como Mundos de Papel, Pasaba por aquí, Microphonie, Tebeos del Bollo, Círculo Andaluz de Tebeos, El Boletín... El tema de Gañán fue posterior. En cierta ocasión me hablaron de que se estaba fraguando una nueva revista en B, menos infantil, más innovadora y que si quería participar. Me mandaron una maqueta y no estaba nada mal, ahí vi por primera vez, por ejemplo, a Oscar Martín, autor de “Solo”. De manera que me puse manos a la obra y como siempre me atrajo la fantasía heroica pensé en hacer una parodia –muy personal, todo hay que decirlo– de Conan. Así nació Gañán. El hecho de que aquella revista fuera para un pPortada del primer comic book de Gañánúblico un poco más adulto me sedujo bastante. Confieso que las cosas que venía haciendo para un público infantil me resultaba muy difícil y las dudas me atenazaban bastante. Con Gañán pensaba que sería otra cosa y las historias, en principio de dos páginas incluso se podrían alargar más según me dijeron. Así nacieron las tres primeras historias. Yo hubiera hecho más pero me indicaron que eran suficientes, que aún había que perfilar y estudiar la viabilidad de la revista y bla, bla, bla. El tiempo fue pasando y aquello quedó en vía muerta. La revista no llegó a salir. Una lástima porque la idea de hacer una revista de humor que huyera de la inercia de Bruguera me pareció muy acertada y atractiva. Podía haber removido un poco las aguas de este tipo de revistas. En cambio continuaron con más de lo mismo e incluyendo más y más material de archivo. Y así ocurrió que en un par de años Super Mortadelo y Super Zipi y Zape cerraron. La verdad es que no me sorprendió demasiado. Era una especie de muerte anunciada.

T: Háblanos de Barzelona Comic, sobre tus colaboraciones con esta desaparecida cabecera barcelonesa.

PN: Yo conocí Barzelona Cómic por una reseña que vi en algún sitio, no recuerdo donde. Les escribí y pedí un ejemplar, algo que hacía con muchas de las publicaciones que veía reseñadas por ahí. Cuando lo recibí quedé bastante impresionado por la impecable factura técnica y por unos contenidos que en líneas generales estaban bastante bien. Por aquellas páginas deambulaban algún que otro ganador de aquellos concursos de Toutain, como Eloy Sánchez Vizcaíno. Pensé que había encontrado una publicación idónea para mí. La incógnita era saber si les interesarían mis trabajos. Les mandé varias cosas y al poco tiempo recibí un número con portada del genial Daniel Abad y con una historieta mía, la cosa no podía empezar mejor. En el siguiente salón de Barcelona, conocí a su editor Ramón Monte Blanco y a la peña que estaba detrás de la revista. Tenían hasta stand propio. Podría echar mano al tópico aquel de “allí nació una gran amistad” y sería verdad. Hicimos buenas migas, me convertí en colaborador habitual de la revista, nos reuníamos ahí cada año y hablábamos largo y tendido de la publicación, de las dificultades y complejidades que conllevaba su edición, del modo de mejorarla, etc, etc. Ramón pronto me dio vía libre para contactar con nuevos colaboradores y para iniciar una sección de entrevistas (de la que me siento bastante satisfecho) y por la que pasaron mi amigo Rafa Negrete, José Sánchis, Luis Royo, Jesús Redondo y Víctor de la Fuente.

T: Monte Blanco publicó tus primeros libros monográficos de cómics. ¿por qué desapareció la revista?

PN: Fruto de la imbricación y amistad que surgió con Ramón fue mi primer álbum Iconomías Sumergidas y más tarde Seis postdatas a un tiempo. Era aquella una revista atípica. Su empaque técnico nada tenía que envidiar a una revista comercial al uso. Sus contenidos respondían a una premisa básica: buenas historietas e ilustraciones. Dado que Ramón, editor y el único que sufragaba los costes de la edición, sólo se podía permitir un número o dos al año, solía decir que la revista debía ser un catálogo de autores emergentes, y con esta premisa publicar trabajos de la mayor calidad posible, y así se vino haciendo durante años, creo que en una progresión ascendente. Pero las circunstancias cambian, el cansancio hace mella con los años, la injusticia de no ser siquiera nominado al mejor fanzine, creo, también caló en el ánimo del buen amigo Ramón que se encontraba con más y mejor material para la revista y bastante sólo para sacarla adelante en todos sus apartados, costes, maquetación, distribución, correo, etc, etc, haciendo todo esto compatible con su trabajo en la banca. Por todo ello y agravado por problemas laborales en estos últimos años, la revista dejó de salir y en lo que a mí respecta los viajes al Salón de Barcelona perdieron su principal atractivo, ver y estar unos días con Ramón y otros amigos arreglando el maltrecho mundo del cómic. A este hombre y editor debo la satisfacción de ver publicado mi primer álbum, con una estética a lo ediciones de la Torre en homenaje a mi admirado Carlos Giménez. Algo difícil de olvidar y por lo que le estaré siempre agradecido.

T: Refiérenos la historia de la asociación Viñeta 6, la más importante que hubo en Jaén en torno a la historieta. Háblanos de sus actos organizados y también de su publicación, mencionando su trayectoria y los autores más descollantes.

PN: Viñeta 6 es una asociación que reza “juvenil de dibujantes de cómic de la provincia de Jaén”. Entré en contacto con ellos cuando ya llevaban varios años funcionando y habían editado cuatro o cinco números de la revista. Ni que decir tiene que se agradece estar en contacto con aficionados a la historieta, aquí en Jaén, alejados como estamos del mundillo del cómic. Y ahí he estado casi diez años con una docena de compañeros y amigos que nos veíamos periódicamente y que cuando llegaba alguna subvención sacábamos una nueva revista de la asociación.

Hace algo más de dos años hablamos de la posibilidad de hacer unas jornadas de cómic, nos pusimos manos a la obra y con gran esfuerzo y no tanto presupuesto conseguimos hacer algo, pienso que bastante digno. Cómo suele ocurrir en estos casos unos miembros arrimamos más el hombro que otros, pero al fin y al cabo era algo previsible, lo que no me podía esperar es que al calor del vil dinero que manejamos, un millón y medio escaso hubo algún descosido que no me gustó. Sin mencionar nombres, por supuesto. El caso es que frente a la actitud generalizada de la asociación, de mirar a otro lado yo decidí plantar cara y denunciar el hecho. Me quedé sólo. Se sucedieron maniobras de todo tipo y se enrareció el ambiente hasta el punto que algún tiempo después decidí marcharme de allí. Y fuera estoy desde entonces.

Sé que la asociación continúa y que han organizado otras nuevas jornadas, pero poco más. El asunto me resultó tan desagradable que me he desvinculado totalmente de la asociación.

T: ¿Qué impedimentos encontraste para publicar al comienzo de los años 90, tanto en prensa local como en la industria de la historieta en general?

PN: Ya desde finales de los ochenta, la crisis en el mundo del cómic se hizo más que patente y desde entonces creo que no ha hecho más que agudizarse. Aquellos años fueron duros, no había apenas cabeceras comerciales y se publicaba donde se podía, simultaneando los llamados trabajos profesionales con la publicación en fanzines y todo ello a su vez con encargos comestibles de todo tipo para ir saliendo del paso. Y en esto estamos. Han proliferado y mejorado notablemente la factura técnica de los fanzines y la autoedición, normalmente bajo el epígrafe de editores independientes ocupa un lugar importante hoy en los cómics. De tal modo que una visita a una librería especializada, nos ofrece una panorámica totalmente distorsionada de la realidad. Hay muchos títulos, muchas cabeceras y no pocas editoriales. Pero la mayoría son fanzines, tebeos autoeditados o sellos editoriales muy modestos, con el común denominador de ofrecer trabajos, calidades y estéticas de lo más variopinto, pero que ciñen sus tiradas y distribución al circuito de las librerías especializadas. Es decir, tiradas que normalmente, salvo excepciones, rondan los 1000 ejemplares. No hace falta decir que con esas tiradas y distribución no se puede hablar de industria, ni un autor puede aspirar a vivir dignamente de su trabajo. Lo único que sigue resultando rentable es el material de importación, superhéroes y manga principalmente, las cabeceras porno y la superviviente Norma que sigue ofreciendo material europeo, en gran parte coeditado y que retiene a una parte de aquellos aficionados del “boom” del cómic de principios de los ochenta. Mención especial merecería Dude Comics, Dolmen Editorial, Amaniaco, Sinsentido y alguna pequeña editorial más que suelen ofrecer productos dignos pero que sobreviven con dificultades y tienen un techo difícil de salvar.

En resumidas cuentas, digamos que en los últimos años es algo más fácil publicar, pero sigue siendo igual de difícil cobrar por ello. El empecinamiento de unos pocos autores veteranos y la llegada de nuevos valores a un mundillo como este con horizontes tan inciertos sin duda merecería un estudio en profundidad que nos desvelase de una vez por todas de que pasta estamos hechos, si somos camicaces, masoquistas, tenemos alguna tara mental, somos unos irredentos optimistas... o qué.

T: Háblanos de las peripecias de El Capitán Tronado, su edición en Barcelona, su facsímile y distribución, su segunda edición en D.Tebeos.... ¿cómo acoge el aficionado veterano este tipo de producciones?

PN: Bueno esto ya lo he contado alguna vez. Mi afición por el Capitán Trueno viene de la infancia y está asociado a momentos entrañables. Cuando un día decidí dedicarme a esto empecé a acariciar la idea de dibujar alguna aventura del héroe de mi niñez. Llegué a hablar con Julia Galán (antes de que la despidieran de ediciones B) de esa posibilidad y me dijo no le parecía posible. Ediciones B y Víctor Mora, detentadores de los derechos del personaje, no estaban por la labor. De manera que para sacarme esa espina decidí hacer un cuadernillo similar a los originales de la época, pero parodiando al capi, y así lo hice, por puro placer y con enorme cariño. En un salón de Barcelona, Carlos González, editor de El Boletín lo vio y me dijo de editarlo. Con una tirada respetable de 3000 ejemplares, fue editado por Carlos y una decena de librerías del mercado de San Antonio de Barcelona. Su destino era regalarlo a los clientes de las respectivas librerías.

Varios años después fue reeditado por Diego Cara, y su colectivo D.Tebeos, con una nueva portada que la diferenciara de la anterior. También fue editado por entregas, esta vez a color y en catalán en el suplemento dominical Informacions del Diari d’Andorra.

Personalmente y a pesar de ser un trabajo modesto de diez páginas debo decir, en honor a la verdad, que me ha reportado bastantes satisfacciones. Al dibujarlo y posteriormente por la buena acogida que ha tenido entre los aficionados, muchos de los cuales, en eventos o vía epistolar me han hecho llegar su parecer. Y por supuesto no renuncio a dibujar algún día un cuadernillo del capi, en estilo realista y que de alguna forma pueda entroncar con la colección regular del personaje.

T: Vuelve a narrarnos la vida del Gañán de papel, desde su primera publicación en La revista del CAT hasta su publicación por Diego Cara.

PN: Gañán, como dije, nació al calor de esa revista que proyectaba ediciones B y que nunca vio la luz. El personaje me gustaba y me gusta mucho y aún sin editor hice un par de historias más de dos páginas que fui publicando aquí y allí, en el CAT, en Barcelona Comic y en algún sitio más. En un salón de Barcelona se lo mostré a Antonio Martín y pareció gustarle. Me habló de la posibilidad de hacer historias más largas que pudieran tener cabida en la línea laberinto o como suplemento o extra en alguna publicación de Conan. Le mandé un par de argumentos de 24 páginas que, o bien no gustaron o bien no se vio adecuada por las razones que fueran su publicación por parte de Planeta, nunca lo supe con certeza. El caso es que por pura cabezonería decidí dibujar esos dos guiones. La búsqueda de editor no fue nada fácil, pero al final terminé recalando en D.Tebeos que se ofreció a publicarlo. Y ahí he cubierto una primera etapa en la que han salido tres números, pero que por desavenencias con su  editor decidí darla por concluida. A pesar de dar por concluida esa etapa que ha estado marcada por una pésima distribución y una edición que en algunos aspectos ha dejado mucho que desear, lo cierto es que es mi personaje con más proyección y más conocido y espero que pronto pueda continuarlo con otro editor y en otras condiciones.

He de decir que varias de estas historias se publicaron en color en el suplemento dominical Informacions en el Diari d’Andorra, y el primer número, en grises, en la revista oficial del salón de La Massana Còmic.

T: Háblanos de MegaMultimedia. ¿cuándo os llaman, cómo se trabajaba, qué os piden, qué condiciones os ponen, cuánto y cuándo se cobra, qué puedes decirnos de la disgregación del sello?Portada del aún inédito libro de cómics "Hechicero"

PN: José Miguel Pallarés que ya llevaba un tiempo colaborando en las publicaciones de MegaMultimedia les habló de la posibilidad de trabajar conmigo en una nueva revista The Realm. El Torres me llamó, acepté y así empezó la cosa. El método de trabajo, a mi modo de ver no era el más idóneo: El Torres pasaba un plot, de cada episodio o entrega, Pallarés hacía el guión, me lo mandaba por e-mail y yo lo dibujaba. Eran entregas de ocho páginas mensuales que exigían una cierta celeridad en el trabajo, los precios eran muy bajos, para variar, pero bueno, es lo que había y al menos la cosa prometía continuidad.

En el transcurso de su publicación, al parecer, fueron surgiendo problemas internos entre el personal de MegaMultimedia, cuya línea editorial nunca estuvo muy clara y finalmente en el número 5 esta revista se cerró. Al poco tiempo El Torres y otros impulsores de aquello se desvincularon o salieron de allí. Sea como fuere, el caso es que lo que parecía una editorial ambiciosa, innovadora y nada timorata a la hora de publicar, incluso en color, con distribución en Francia y creo que también en parte de Sudamérica, pareció desinflarse y reorientar su producción básicamente al cómic porno y algo de multimedia, mucho más rentable. Mi colaboración con ellos cesó con el cierre de la revista. La serie con la que trabajamos “Hechicero” concluyó en el ultimo número y la recopilación prometida en álbum se quedó en el tintero, junto con una historia inédita de 16 páginas que se iba a incluir en el mismo. Estoy en conversaciones con otra editorial y confío que finalmente este álbum sea editado.

El Torres, hombre inquieto y emprendedor, al salir de MegaMultimedia creó una nueva editorial Sulaco Ediciones, orientada básicamente a la literatura fantástica y a los cómics, con menos medios pero creo que con orientación más clara. Y por lo que yo sé no tiene nada que ver con su antigua empresa.

T: Extiéndete sobre tu afinidad con el andorrano Joan Pieras, el festival de La Massana, tus ediciones allí y El Boceto.

PN: A Joan Pieras lo conozco desde hace años, sintonizamos bastante en gustos comiqueros y creo que cultivamos una sincera amistad. Pieras es una persona inquieta donde las haya y lleva media vida aportando su saber a este mundillo, artículos, estudios, ediciones y finalmente artífice del salón del cómic de La Massana. Sabe que admiro su espíritu emprendedor y su capacidad de trabajo y a él parece gustarle mi estilo. De modo que colaboramos en no pocas ocasiones. Gracias a él, una buena parte de mi producción se ha visto publicada en aquellas latitudes y traducida al catalán. Y fruto de esa colaboración ha sido El Boceto, un trabajo en color que hicimos para un concurso de la Nit Literaria Andorrana, que se llevó un accésit y que se publicará muy pronto en una coedición de Amaniaco, La Massana Còmic y la asociación almeriense El Diablo.

En el año 2000 fui invitado a La Massana Còmic y desde entonces no fallo a la cita anual. Me reitero en que para mí, de los que conozco, es el mejor salón que hay en la actualidad. Y para colmo este hombre atiende mis sugerencias en lo que a autores invitados se refiere. No se puede pedir más.

T: Despáchate a gusto sobre los proyectos inéditos (Aribel, Cienfuegos, y Klonac). También, sobre Tartessos, y sobre el desconocido almeriense -para el gran público- Santiago Girón.

PN: Bueno, hablar de los proyectos que han quedado en vía muerta supone hablar de una parte importante de mi trabajo y en la que he depositado bastante de mi saber hacer.

Aribel nació para un concurso convocado por la revista Viñetas de Glénat. Se trataba de presentar un proyecto de álbum, con un guión técnico totalmente terminado y 8 páginas dibujadas. El fallo del concurso no nos fue favorable a Pallarés, el guionista, y a mí, pero de todos modos el álbum ganador nunca fue publicado y la revista tuvo una corta andadura. Es muy difícil retomar ese trabajo, en color, sin un editor solvente a la vista. Cosa que por ahora no ha sucedido.

Klonac es otro proyecto ambicioso, con guión de Emilio Ruiz. Una serie de humor y temática cercana a la fantasía heroica destinada al mercado francés. Lamentablemente, tras moverlo por la editoriales galas más importantes no hubo suerte y ahí quedan en un cajón, un buen puñado de páginas en color, bocetos y bastantes aspectos de la serie muy perfilados.Portada de Nájera para una novela

Cienfuegos fue otro proyecto con José Miguel Pallarés, se trataba de adaptar al cómic la novela de Alberto Vázquez Figueroa. Se hizo el guión, dibujé cuatro páginas y en honor a la verdad no sé lo que pasó realmente. Al parecer falló la persona que iba a mediar con Vázquez Figueroa y sin la autorización de este, era imposible abordar el trabajo y publicarlo.

Tartessos, es un proyecto que tenía desde hace años. Intermitentemente iba reuniendo documentación, haciendo bocetos de personajes y pese a que no la tenía perfilada sí que tenía una idea bastante clara de lo que quería que fuera esta serie. Es el proyecto más ambicioso en el que he trabajado nunca y en el que quiero volcarme totalmente. No es un álbum aislado, sino que nace con vocación de serie abierta y orientada, desde un principio, a un público más amplio que el habitual y reducido de los cómics. De ahí la idea, la pretensión, de publicarlo en un suplemento dominical, que asegura una gran difusión. Por la envergadura del proyecto y pese a que di en solitario los primeros pasos, siempre pensé que lo ideal sería abordarlo con un guionista, para que yo pudiera centrarme en la parte gráfica. Encontrar la persona idónea que sintonizara con mi idea de la serie y que estuviera dispuesta a invertir tiempo, esfuerzo y talento en la serie no era fácil. Finalmente pensé en Santiago Girón, se lo propuse y aceptó. Desde entonces, hace ahora un año, hemos dedicado la mayor parte del tiempo a reunir documentación, a la creación de los personajes principales, la ambientación adecuada y a perfilar una y otra vez el guión de la primera historia de 60 páginas, que ya está en marcha. Creo que tenemos una buena sintonización, una comunicación muy fluida y el deseo común de que este proyecto funcione. En él estamos poniendo todo nuestro empeño. De momento está terminada una historia prólogo de 5 páginas y llevo dibujadas a lápiz 15 páginas de las 60. Santiago, pese a tener problemas de salud, trabaja ya en ideas para el segundo álbum, sigue reuniendo documentación y lo que es más meritorio, a pesar de la paliza que le doy con mis continuas monsergas de que todavía se pueden mejorar los textos, que sobra una coma, que ese adjetivo no es el más adecuado, que busque tipos de rima poéticas en el siglo VII antes de Cristo... a pesar de todo eso, digo, no sólo no me ha mandado a tomar viento, sino que me disputa el entusiasmo por Tartessos y seguimos siendo amigos. Toda una suerte.


VÍNCULOS:

Ficha de Paco Nájera


[ Entrevista: M. Barrero para Tebeosfera 020831 ]