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UN CORREDOR DE LARGA DISTANCIA. ENTREVISTA A JIM STARLIN


Entrevista realizada a Jim Starlin en el Saló del Còmic de Barcelona por David Caro, el día 11 de junio de 2005.

 

 

[ Jim Starlin, en su estudio ]  ]


Jim Starlin formó parte del grupo de autores que renovó el cómic de superhéroes a principios de la década de los setenta. Ha escrito y dibujado a la mayor parte de los personajes de DC y Marvel. También ha destacado como uno de los primeros autores en mantener los derechos de sus cómics con Dreadstar. En la actualidad prepara su nueva miniserie Kid Kosmos, continuación de Cosmic Guard, para la editorial Dynamite Entertainment.

 

Tebeosfera: Jim, gracias por concedernos esta entrevista.

 

Jim Starlin: Es un placer.

 

T: A lo largo de tu carrera has realizado muchas historias de ambiente cósmico. ¿Son más fáciles para ti por alguna razón en particular?

 

JS: Sí, así no tengo que dibujar caballos o coches.

 

T: No te gustan.

 

JS: No, y además me resultan difíciles. No, la verdadera razón es que me gusta esa ambientación, las naves y el espacio exterior. Me es más fácil contar historias en una realidad que no es la nuestra, de este modo no estoy limitado por la realidad. Así, si quiero escribir una historia sobre, por ejemplo, políticos corruptos, es más fácil situarla en el espacio exterior que en Estados Unidos, de manera que no tendré a la gente diciéndome «Oh, estás hablando sobre Bush» y todo eso, aunque probablemente lo esté haciendo [Risas].

 

T: Es decir, que utilizas esa ambientación para hablar de temas muy humanos, incluso de gente real.

 

JS: Sí. Cuando en la década de los setenta empecé a dibujar Capitán Marvel, por ejemplo, podíamos dibujar naves espaciales mejor de lo que podían hacerlas en las películas durante algún tiempo. Ahora no podemos competir con películas como Star Wars, son mucho más espectaculares. Así que básicamente si no tienes una historia, si no cuentas algo sobre las personas, intentar arrastrar a los lectores al espacio exterior es perder el tiempo. En la mayoría de los casos no tengo problemas con eso porque casi todas mis historias son sobre personas y todo lo referente al espacio es simplemente ambientación. Tengo una regla cuando escribo: el personaje principal tiene que pasar por algún tipo de transición a lo largo de la historia. Tiene que cambiar su forma de pensar sobre algo o aprender alguna cosa. De otro modo sólo es una pelea y una pelea no es una historia, tiene que haber una transformación de algún tipo.

 

T: Una pelea no es una buena pelea si no te importa lo que le pase a los personajes.

 

JS: Sí, si no no hay motivo para contarla. Eso es lo que muchos cómics intentan que olvides, dicen que con que haya acción es suficiente. Y no lo es.

 

T: Has hablado sobre las películas de Star Wars. ¿Incorporas ideas de películas o novelas de ese tipo a tus cómics?

 

JS: Probablemente al principio sí lo hacía, creo que mis primeras historias le deben mucho a Roger Zelazny. No leo mucha ciencia ficción actualmente, veo películas como Star Wars y otras así pero la mayoría de mis lecturas actuales no son de ficción o son más literarias que la ficción de género.

 

T: Muchos escritores confiesan que ya no leen nada de ficción.

 

JS: Bueno, yo aún lo hago de vez en cuando. Precisamente cuando venía en el avión estuve leyendo La Iliada, que es el primer libro de ficción que leo en algún tiempo. Es una nueva traducción que acaban de publicar.

 

T: A mediados de la década de los ochenta escribiste una etapa muy recordada de Batman, que no es precisamente un personaje cósmico.

 

JS: Quería cambiar. Fue un paso muy importante para mí, en aquella época leía mucho a Elmore Leonard, autor de novelas de género negro como Get shorty, y me apetecía hacer historias de crímenes de ese tipo. Frank Miller había escrito una etapa muy buena en Batman y después hubo otra no tan exitosa de Max Allan Collins. Denny O’Neil me preguntó si quería probar a escribir un número, y después de haber escrito tres o cuatro me di cuenta de que me había convertido en el guionista regular de la serie. Me sentía cómodo con el personaje, lo pasé bien escribiéndolo hasta que decidimos matar a Robin. A partir de ahí todo fue mal.

 

T: ¿Te gustaba el personaje de Batman antes de guionizarlo?

 

JS: Cuando era niño, en los cincuenta, los únicos cómics que leíamos eran Batman y Superman…

 

T: Ese Batman era muy distinto.

 

JS: Sí, había historias con peniques gigantes y todas aquellas cosas tan raras [Risas]. A lo largo de los años continué leyéndolo y siempre tuve mis propias ideas acerca de cómo debía ser el personaje, pero no fue hasta los ochenta que tuve finalmente la oportunidad de escribirlo y así fue como en cierta manera completé un viaje que había durado treinta años.

 

T: En 1989 se estrenó la película de Tim Burton y el personaje se puso de moda, el símbolo del murciélago estaba por todas partes. ¿Cómo viviste todo aquello?

 

JS: Bueno, yo ya no escribía el personaje así que no tuve nada que ver con aquello, un escritor escocés cuyo nombre no recuerdo se había hecho cargo de la serie. Para mí simplemente fue una buena película que disfruté viendo, esa fue toda mi conexión con aquello.

 

T: ¿Has visto la nueva?

 

JS: ¿Batman Begins? No, aún no. Me han dicho que es bastante buena. Estoy seguro de que va a ser mejor que la de Los 4 Fantásticos, vimos un avance y era malísima.

 

T: Cuando escribías Batman tuviste como dibujante a Jim Aparo…

 

JS: Sí, Jim, y después Bernie [Wrightson].

 

T: No creo que haya sido nunca un dibujante de moda entre los aficionados, pero a mí particularmente me gusta mucho su trabajo.

 

JS: Jim es un dibujante muy trabajador, con buenas cualidades para su oficio. Lo curioso es que nunca llegamos a conocernos durante todo el tiempo que estuvimos trabajando en Batman, sí que trataba mucho a Denny O’Neil pero nunca me encontré con Jim. No fue hasta unos años después de que hubiéramos matado a Robin que nos conocimos en una convención. En la época en que trabajábamos juntos nunca hablamos, ni nos telefoneamos ni nada por el estilo, simplemente yo le enviaba la historia y él la dibujaba. Solía hacer una página al día, dibujo y entintado. Creo que lo único que le interesaba era entregar su trabajo lo antes posible, vive a varios estados de todo el mundillo editorial y no está realmente interesado en los líos de los negocios alrededor de los cómics. Recuerdo que cuando por fin nos conocimos le comenté que, al enviarle el guión de la página en la que Robin es asesinado y se ve a Batman sosteniendo su cuerpo, le puse una nota diciéndole que ese iba a ser el dibujo más recordado de los que él hiciera en toda su vida. Se lo volví a señalar en la convención y él me contestó «tío, cada vez que me doy la vuelta veo ese dibujo por algún lado, tenías razón» [Risas].

 

[ Nota: El 19-VII-2005, un mes después de la realización de esta entrevista, Jim Aparo falleció a los 72 años de edad ]

 

T: ¿Crees que a los lectores de un personaje como Batman les gusta que los guionistas experimenten con el personaje o quieren leer las mismas historias una y otra vez?

 

JS: Creo que muchos editores piensan que los lectores quieren leer las mismas historias una y otra vez y por eso en los últimos diez años o así los guionistas han sido poco menos que ignorados, dándole toda la importancia al dibujo y a los artistas. Sé que en estos momentos en DC están trabajando para cambiar esa situación, esa es la razón por la que estoy volviendo a escribir para DC. Debido a que los guionistas estaban siendo ignorados muchos de ellos, los que escribían para Marvel en los ochenta, no encontraban trabajo. Bob Harras fue el único al que seguían contratando para hacer guiones, mientras que escritores tan buenos como Peter David se veían empujados a un rincón, porque muchos de aquellos ignorantes convertidos en editores que no tenían ninguna experiencia como guionistas habían sido fans de Bob. Por eso era el único al que contrataban.

 

T: ¿Significa eso que en realidad es un pequeño grupo de gente la que decide quiénes tienen trabajo y quiénes no?

 

JS: Sí, en gran medida es así. Depende de cómo sean los editores en un momento determinado, en las compañías los editores están cambiando constantemente. En los noventa en concreto los editores eran las personas que los jefes pensaban que iban a conseguirles más dinero. En los viejos tiempos los editores solían ser gente que llevaba treinta años en los cómics y sabían lo que hacían. De ahí salieron Joe Orlando, Archie Goodwin, Roy Thomas... todos los buenos editores. Ellos ya habían hecho lo que los nuevos estábamos haciendo, y nos apoyaban. Ahora muchos editores se limitan a buscar a alguien que sepa escribir y que esté dispuesto a trabajar en una colección por menos de diez mil dólares al año. Ese es el panorama actual.

 

T: Es triste.

 

JS: Sí, pero como he dicho antes creo que la situación está cambiando un poco, porque se están empezando a dar cuenta de que todos esos cómics eran tan malos debido a que estaban mal escritos. Empiezan a comprender que los cómics son palabras y dibujos mientras que durante mucho tiempo han creído que sólo importaban los dibujos.

 

T: ¿Se están dando cuenta de eso tanto en Marvel como en DC?

 

JS: Creo que las cosas están cambiando más en DC que en Marvel. Recientemente he tenido una etapa de mucho éxito en Marvel con una serie llamada Thanos, que se convirtió en su quinta serie más vendida de la noche a la mañana. En cuanto se convirtió en un éxito, y te lo digo sinceramente, el editor me echó de la serie de una patada. Poco después de echarme la colección pasó de ser la quinta más vendida a ser cancelada.

 

T: Sí, lo recuerdo.

 

JS: Pues bien, hace poco tuvimos una serie de conversaciones acerca de la posibilidad de que hiciera un nuevo trabajo para Marvel. Y en ese momento fui informado de que no podría hacerlo a menos que le pidiera disculpas a Joe Quesada [Editor en Jefe de Marvel]. No me han informado acerca de qué tengo que pedirle disculpas, así que no creo que trabaje para Marvel durante bastante tiempo [Risas].

 

T: ¿Te interesan los aspectos de los cómics relacionados con los negocios o prefieres sentarte a escribir y dibujar sin saber nada de esa parte?

 

JS: Me gustaría no hacer nada aparte de escribir y dibujar pero no es fácil. Ahora mismo estoy trabajando en Kid Kosmos y los derechos son sólo míos, el cómic es mío por completo, así que  tengo que conocer el negocio de la publicación para ser capaz de conseguir que el libro acabe apareciendo. En un mundo perfecto yo sólo me sentaría y me pondría a escribir y dibujar pero lo cierto es que estoy dentro de un negocio y tengo que hacer otras cosas. Esta entrevista por ejemplo forma parte de ese negocio, uno no puede limitarse a hacer sólo una parte de su trabajo.

 

T: Hablemos de tu parte favorita, el proceso creativo. Has sido guionista de otros dibujantes y dibujante de otros guionistas. También has hecho cómics como autor completo. ¿En qué papel te sientes más cómodo? ¿Cuál crees que es la mejor combinación?

 

JS: Si el guionista y el dibujante están realmente compenetrados y trabajan bien juntos hay una energía creativa que es muy interesante. Yo trabajo muy bien solo, me encuentro cómodo encargándome de todo incluido el color, como estoy haciendo ahora en Kid Kosmos. Pero a veces alguien como Bernie Wrightson se cruza en tu camino y surge la posibilidad de hacer un trabajo juntos, y puedo hacerlo perfectamente y disfrutar de la colaboración.

 

T: Cuando escribes y dibujas, ¿escribes un guión para ti mismo, como si fuera para otra persona?

 

JS: Algunas veces lo hago, aunque sin llegar a escribir los diálogos. Eso viene al final, es la última parte del proceso. Puedo tener unos diálogos escritos, pero mientras no esté todo acabado no incorporo los definitivos a la página, así que puede decirse que el guión no acaba de escribirse hasta después de haber dibujado el cómic. En el caso concreto de Kid Kosmos llevo dibujadas ciento veintiuna páginas de un total de ciento cuarenta y cuatro, pero realmente sólo he terminado de escribir unas cuarenta páginas. Empecé a darme cuenta de que cuando añadía los detalles finales al dibujo estaba añadiendo elementos a la historia y los diálogos que había escrito previamente debían cambiar, así que este método me permite dejar que la historia vaya evolucionando y creciendo. Las motivaciones del protagonista, por ejemplo, empezaron a cambiar, a volverse más complejas. Si se tratase de una historia corta de veintidós páginas sí es posible que completase el guión antes de empezar el dibujo, pero con una historia de esta extensión es mejor dejar que ella misma evolucione con más libertad.

 

T: ¿Cuántas páginas crees que necesitas para conocer bien a los personajes?

 

JS: Bueno, esta es la segunda miniserie y no estoy seguro de que en la primera llegara realmente a conocerlos del todo. Al comienzo de la primera miniserie tenía a un adolescente, en realidad a un chico de doce años al que seguimos hasta que tiene quince, con lo que tenemos un periodo de tiempo interesante ya que íbamos a ver cómo se enfrentaba a su pubertad. Yo tenía pensado toda una serie de hechos que iban a ocurrir en su vida y cuáles iban a ser las motivaciones por las que iba a reaccionar como lo haría ante esos acontecimientos. Al comienzo es un chico huérfano de doce años que va a suicidarse, su vida ha sido terrible hasta ese momento. Va a arrojarse desde un edificio. Entonces algo llamado “El Legado” aparece en su vida y le transporta a una civilización extraterrestre, donde todos esperan de él que se enfrente a los malos. Conforme fui avanzando en la historia me fui dando cuenta de que este chico no iba a ser en absoluto un héroe típico, que lo que yo pensaba cuando hacía la página cinco que iba a ocurrir en la página ochenta no iba a funcionar en absoluto. Creía que él iba a pensar «bueno, esta es mi responsabilidad, es lo que tengo que hacer» y lo que él pensaba en realidad era «¿cómo puedo librarme de este trabajo? No sirvo para esto, sólo voy a conseguir que me maten y que maten a toda esta gente. Sólo tengo doce años, por el amor de Dios», así que en realidad los personajes nunca dejan de evolucionar.

 

T: Te gusta más así.

 

JS: Sí, lo hace mucho más interesante. En Marvel y DC les gusta tener una sinopsis lo más completa posible de lo que vas a hacer en los siguientes seis números, y si cambio algo a mitad de historia tengo que volver a escribir la sinopsis completa de lo que ahora pienso hacer. Eso es un proceso tan largo y tedioso que la mayor parte de las veces acabo por no hacer los cambios. Pero aquí puedo modificar sobre la marcha todo lo que quiera para hacer la historia lo más interesante posible.

 

T: ¿Te gusta trabajar con ordenadores?

 

JS: Facilitan mucho el trabajo, te liberan de ciertas tareas. Hay ciertos fondos espaciales en Kid Kosmos que, si los hubiera tenido que dibujar, me habría vuelto loco. En lugar de eso elijo alguna fotografía que me parezca apropiada y la modifico con Photoshop. En realidad no es tan sencillo, si cogiera una fotografía y la colocase en el dibujo directamente quedaría mal, normalmente hay que combinar varias fotografías, cambiar los colores, añadir unas cuantas estrellas aquí y allá... hay algunos fondos en este cómic cuya base es una imagen computerizada del cerebro humano, y el resultado final es un paisaje espacial muy interesante. El Photoshop, el Painter y otros programas nos permiten hacer cosas que antes eran imposibles.

 

T: ¿Recuerdas un tiempo sin ordenadores o eso ya parece parte de la prehistoria?

 

JS: No, claro que lo recuerdo. Cuando empecé, los ordenadores eran algo que sólo cabía en una habitación muy grande...

 

T: Podías meterte dentro del ordenador.

 

JS: Sí, bueno, de hecho tenías que hacerlo. La verdad es que es bueno haber estado entonces, en los viejos tiempos. Así te das cuenta de cosas divertidas. Por ejemplo hace unos años, hablando con un editor de Marvel sobre cómo haríamos un cómic, le dije que quizá quedaría bien hacer la rotulación a mano, como antiguamente. Él se giró hacia mí y me dijo «en toda la historia de Marvel nunca ha habido un cómic escrito a mano». Me quedé mirando a aquel chico de veintidós años que era editor y pensé «anda y vete a jugar por ahí un rato» [Risas].

 

T: ¿Crees que hoy en día se abusa del ordenador en los cómics, por ejemplo en los efectos del coloreado?

 

JS: Es lo mismo que pasa en las películas, ahora puedes hacer prácticamente lo que quieras en ellas en cuanto a efectos especiales. Puedes hacer que historias simples tengan una apariencia brillante. Todo eso está bien siempre que no te olvides de lo importante, si los efectos que introduces empiezan a distraerte de lo que estás contando estás abusando de los ordenadores. Recuerdo una escena en una película de Tom Cruise, Misión Imposible, en la que hacían unas maniobras con un helicóptero que obviamente no podrían realizar con un helicóptero real, y eso te hacía darte cuenta de que habían realizado esa escena con ordenadores y te sacaba de la historia. Desde hace unos años la utilización de ordenadores está cambiando la forma en que hacemos los cómics, eso no es malo en absoluto si sabemos aprovecharlo de manera que enriquezca la historia que queremos contar.

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 [ © 2005 David Caro, para Tebeosfera, 051230]