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LOS CÓMICS DE LA TRANSICIÓN

Los cómics de la transición (el boom del cómic adulto 1975-1984)

Francesca Lladó (Francisca Lladó Pol)

Edición: Glénat: Viñetas, # 3, Barcelona, 2001

153 pp.    |    b/n    |    21 × 16 cm.    |    PVP: 9,02 €

ISBN: 84-8449-108-0.

Portada

[ Portada de Nazario, Ana Juan y M. Beltrán ]


COMENTARIO, por Jaume Salvà i Lara


Esta obra es una reelaboración parcial de la tesis doctoral que defendió la autora en la Universitat de les illes Balears en 1996. De las más de 750 páginas de la tesis se obtiene un volumen de unas 150 páginas de texto con algunas ilustraciones, donde Francisca Lladó pretende analizar la gestación, aparición, triunfo y crisis del llamado "cómic adulto" en España. Para ello en primer lugar analizó el estado de la cuestión del estudio del cómic en España y en el mundo (análisis que sí está en la tesis pero no en el libro comentado) y llegó a la conclusión que en España, más o menos en el atardecer franquista, nació, primero tímidamente y después con más fuerza, un movimiento renovador del cómic tanto en los aspectos formales como, sobre todo, en la temática. Esta renovación llegó con casi diez años de retraso respecto a otros países como los EE UU o Francia y se vino a solapar con la transición política del régimen dictatorial de Francisco Franco a la democracia actual. La conjugación entre la renovación del cómic y la aparición de las libertades supuso un auténtico boom del medio que nos ocupa que condujo a la penetración social del cómic y a una cierta equiparación con la literatura y otros medios artísticos. Esto se nota en la proliferación de publicaciones, salones y exposiciones por toda la geografía española. Pero como indica Lladó este proceso no tardó más de diez años en remitir, y quedó demostrado con el cierre de casi todas las revistas de cómic. Por lo tanto nos queda una cronología que va de 1975 a 1984.
Para abordar este periodo Lladó encontró necesario revisar y analizar desde distintos puntos de vista las principales revistas de cómics que aparecieron, y sucumbieron, en aquellos años. De todas ellas hizo una selección de las que creyó que eran más importantes por diversos factores: de Toutain fueron 1984, Ilustración + Comix Internacional, de Norma fueron Cairo y Cimoc, de La Cúpula fueron El Víbora y Makoki, de Producciones Editoriales fueron Star y Bésame Mucho, de Nueva Frontera fue sobre todo Totem, de Distrinovel fue Rambla, de Amaika fue El Papus, de El Jueves su revista homónima, y como revista subvencionada Madriz.
Como puede observarse en la indización, el libro está estructurado en tres partes claramente diferenciadas que se corresponden a los principales capítulos de la tesis doctoral. Cabe decir que Lladó en todo momento siente la necesidad, seguramente por imperativos académicos, de compartimentar todo lo posible tanto las revistas como las temáticas, personajes principales y autores, es decir, que pone una etiqueta a cada uno de todos estos elementos. Este hecho, que denota una gran valentía por parte de la autora, hace que el libro se resienta de una cierta rigidez, sobre todo en el capítulo de las temáticas y los personajes más significativos. Los autores también son difíciles de clasificar y por ello encontramos en su lista algunos de los más relevantes, como Max, en el compartimiento de los inclasificables.
El etiquetaje que menos chirría es el de las revistas. Divide su estudio en cinco apartados, que son los semanarios de humor satírico, con El Papus y El Jueves, la consolidación del cómic para adultos, con la inclusión de revistas tan diferentes como Star, Cimoc o 1984, la marginación como ruptura, con las revistas de La Cúpula, los seguidores de Hergé, con Cairo, y la nueva estética con Madriz.
Cuando Lladó clasifica las temáticas aparecidas en las revistas de cómic se cubre las espaldas por una parte advirtiendo oportunamente que éstas, en la mayoría de los casos, presentan cruces transversales entre sí, y por otra parte ofreciendo una clasificación abierta: ciencia ficción (Zora y los hibernautas de Fernando Fernández), relato negro (Torpedo 1936 de Sánchez Abulí y Jordi Bernet), fantasía heroica (Den de Richard Corben), ambientación histórica (Así fue la guerra de las trincheras de Jacques Tardi), temática política (España Una, Grande y Libre de Carlos Giménez), temática social, difícil integración social (Anarcoma de Nazario), expresión de estados de ánimo (algunas historias de Pere Joan), fábulas fantásticas (algunas otras también de Pere Joan), el cómic en el cómic (Los profesionales de Carlos Giménez) y el cajón de sastre aventuras en segundo grado (donde mete Cleopatra de Mique Beltrán, Peter Pank de Max, Valentina de Guido Crepax o Corto Maltés de Hugo Pratt).
Por lo que respecta a los dibujantes y los guionistas, su clasificación es la que presenta más problemas por no encontrar un criterio inequívoco de establecer la división. Así tenemos una etiqueta con motivos históricos: el grupo de la Floresta; unas etiquetas con criterios más o menos estéticos, como el de los seguidores de Hergé o la escuela de Madriz; una etiqueta con criterio geográfico, como el de la escuela valenciana; unas etiquetas con criterio temático, como el de la tendencia surrealista o la del humor gráfico y una etiqueta con criterio profesional, como la de los dibujantes ilustradores.
Se trata de un libro para iniciarse en el conocimiento de este apasionante periodo en el que el cómic pareció, por unos años, estar en igualdad de condiciones con el resto de producción artística, con una prosa precisa y abundantes datos que en ningún caso cargan en exceso las páginas. El hecho de que escasee la bibliografía concreta sobre este período hará del presente libro una obra de referencia hasta que surja otro que amplíe lo dicho por Lladó.
Aún así cabe decir que no aclara los motivos por los cuales el cómic entró en crisis a partir de 1984. Aunque lo intenta, Lladó no consigue arrojar la luz necesaria en este punto. Anota como una de las principales causas de esta crisis la polémica desatada a partir de la exposición sobre Tintín que se realizó en la Fundació Joan Miró de Barcelona en el año 1984, una polémica relacionada con la supuesta oposición entre la línea clara de Cairo y la línea chunga de El Víbora, pero parece difícil que un hecho así, por grande que fuese la repercusión de la polémica entre la crítica, fuese determinante a la hora de hacer caer las ventas de las revistas. La saturación del mercado sí que fue una posible causa determinante, a la que habríamos de añadir varias en las que no profundiza Lladó: el hecho de que fuesen mejor acogidos en el mercado los álbumes recopilatorios que las revistas con seriales, el advenimiento de los videojuegos de consola y en los bares, el vídeo clip como nueva fascinación para los adolescentes, el nuevo cine de aventuras y de action-heroes, la popularidad en auge de las literaturas fantásticas, la merma del interés por lo "prohibido" durante la gestión del PSOE, la creciente consideración de los cómics como productos marginales o infantiles, la "movida", la nueva oferta televisiva y su ampliación de horarios..., y la incapacidad de la industria para superar todo eso, claro.


INDIZACIÓN


 

págs.

Prólogo, por la doctora Catalina Cantarellas Camps 

9-10

Introducción

11-15

Capítulo 1. Evolución y estructura interna de las revistas de cómic

17-60

Capítulo 2. Temática y personajes significativos

61-98

Capítulo 3. Dibujantes y guionistas

99-143

Bibliografía

145-153


 [ © 2003 Jaume Salvà i Lara. Publicada en Tebeosfera 030131 ]