TEBEOSFERA \ SECCIÓN

HISTORIAS FRONTERIZAS  /  3

 

por ANTONIO SANTOS  


TRIBUTO AL DIOS DEMONIO.


«Páginas de ilustraciones y cómics, homenajes a alguien cuyo resplandor cegador se envidia con mayor o menor pudor. Es un libro del medio, hecho por gente del medio, para gente del medio y afines. Ojalá logre tal difusión que atraiga a foráneos del medio.»

 

Eduard Alexander Crowley. Pseudónimos: To Mega Theron (griego: “la gran bestia”), Gerard Aumont, Frater Perdurabo, etc. 1875 / 1947. Mago y lírico inglés, fundador de varias órdenes esotéricas que se creía mediador entre los poderes ocultos y los hombres. Si bien es cierto que muchas veces se interpretó de modo equivocado su máxima: «Haz lo que quieras, ha de ser la única ley», no es una exaltación del desenfreno sin límites, sino el reconocimiento casi fatalista de que el yo del hombre está entregado casi por completo al acontecer fuera de su alcance.

Crowley se ocupó del I Ching y el tarot y fundó, en 1920, su abadía Thelema en Cefalú (Sicilia). Allí se dedicó, junto con sus adeptos, a recoger experiencias mágicas, oculto / sexuales y condicionadas por las drogas, para alcanzar una amplitud de conciencia, teniendo importancia para su comprensión de la magia una excesiva vida amorosa bisexual. En l923 fue expulsado de Italia. Crowley poseía la capacidad de la escritura automática y creía poder invocar a los espíritus. Existen informes sobre varias citaciones, pero es difícil aclarar si los efectos de la invocación sobrepasaron los de una mera ilusión o alucinación (…).

            Ahora, ALAN MOORE, visto (que no retratado) por numerosos camaradas de la profesión, en un cuidado, sólido y económico volumen.

Datos técnicos.-

Título: ALAN MOORE: RETRATO DE UN CABALLERO EXTRAORDINARIO. Múltiples autores. Coordinan: SMOKY MAN, GARY SPENCER MILLIDGE, OMAR MARTINI, Formato: 21.4x15 cm.; 306 páginas en blanco y negro y color, más portada. Encuadernación en lomo. Cosido con hilo. Cuesta: 14`95 €. Traduce, maqueta, rotula –y portada a cargo de- RAÚL SASTRE. Edita RECERCA EDITORIAL. ISBN: 84-931809-5-5
Libro coordinado por: Smoky man y Gary Spencer Millidge. Los beneficios obtenidos con las ventas de este libro serán destinados a organizaciones que luchan contra el Alzheimer, en el caso de España a CEAFA. Encomiable gesto de la Independiente
en cooperar en combatir una enfermedad que está más extendida de lo supuesto, y que arraiga especialmente en la clase / casta política.

En este mundo duro, cínico y cruel, asombran gestos semejantes.

¿De qué va esto?-

            Más o menos sentido homenaje al siniestro barbudo de Northampton y su labor en su quincuagésimo aniversario, efectuado por un extenso casting de lo más granado del cómic y los audiovisuales, donde destacan la profusión de autores italianos y colaboraciones españolas, casi todas versando sobre lo mismo: el modo y forma cóm la obra del Reputadísimo cambió susvidas

            Algunos se permiten repetir ronda en el tributo / retrato de cumpleaños al Arioco de los cómics, ilustre dios demonio albionés conjurado en este plano bajo el nombre de Moore (Alan).

            ADVERTENCIA: NO ES BIOGRÁFICO.

            Errada elección del título. Correctamente, debió titularse TRIBUTO a  un caballero extraordinario, porque por ninguna parte se adivina el retrato (en la forma que se pretende en el título, al menos; profusas fotografías y dibujos retratan a Moore (Alan) a lo largo de sus páginas.)

Tributos al encantador de serpientes.-

            Cosa a lo que, entre otras esoteradas, se dedica ahora Moore (Alan) tras su retirada activa de los cómics, un anuncio que lleva haciendo desde hace bastante y, como el famoso diestro, siempre termina regresando al ruedo. Cuestión de tiempo y de $, fijo.

            Es recomendable que la lectura de este magnífico libro, de cuidada factura, amplios márgenes aprovechados para anotaciones, buena maquetación y apropiado tamaño (todo tienta al lector para adquirirlo, especialmente, el mooremaníaco), se inicie en la página 289. Una vez leído el singular testimonio de DARKO MACAN (¡al fin alguien más notó la referencia a Mad Max!) se puede leer normalmente.

            Entonces, el lector que busca una fórmula magistral para escribir guiones á là Moore (Alan) e imitarle, o los que esperan una biografía más o menos exacta y / o escandalosa o difamatoria sobre el Reputadísimo, puede llegar a sentirse defraudado. Incluye jugosos datos biográficos, cierto, pero nominales (nacimiento, educación, bodas…) expuestos de un modo ameno e ingenioso, pero advertido va: Retrato de un caballero extraordinario no recoge cosas del tipo:

Cuando tenía 14 años, me casqué una rodilla y eso produjo una superproducción de gammaglobulina (sea lo que sea) en mi cerebro y desarrollé un tercer hemisferio, el de mi increíble genio…

o de la especie:

…el joven Moore (Alan) eludió el servicio militar fugándose a los distritos londinenses más deprimidos, donde halló material sedimentario para futuras composiciones…

nada de eso. Ni cadáveres a los postres, ni escándalos sexuales, ni niños aporreados salvajemente a medianoche.    Se intuye que Moore (Alan) es un señor tranquilo con peculiares manías (muy británicas, muy a lo CONAN DOYLE), ávido consumidor de té (y al parecer, de otras hierbas del diablo).

            Se itera exhaustivamente sobre WATCHMEN: de cómo cambió infinitas vidas; de cómo alteró el mainstream, de cómo el gran Mega Theron del cómic intentó remediarlo; muchos se despachan a gusto expresando sus paranoias de lo que creen ver en la obra de Moore (Alan) y, seguramente, no existan. Páginas de ilustraciones y cómics, homenajes a alguien cuyo resplandor cegador se envidia con mayor o menor pudor.

            Es un libro del medio, hecho por gente del medio, para gente del medio y afines. Ojalá logre tal difusión que atraiga a foráneos del medio.

            Algunos de estos testimonios / elogios son realmente plúmbeos, como el de MARCO ABATE, e inadecuadas resultan ciertas ilustraciones y cómics. Algunos autores americanos no resultan particularmente afortunados. Taponan su torpeza con palabrotas.     Algún día habrá que disertar sobre esto: La palabrota como recurso salvavidas literario.

            Varias aportaciones huelen sospechosamente a: ¿Huh? ¿Tributo a Moore (Alan), ese barbudo excéntrico inglés, tan siniestro, tan a lo Gratefull Dredd? Vale. ¡Eh, Alan, chaval! ¡Cojonudo! ¡Sigue así otros 50 tacos! ¡Soy gran fan tuyo, me mola tu personaje! ¡Viva La Masa!

            No importa la exactitud, sino que el nombre conste en los créditos.

            Aunque la confesión (en toda regla, pese a la prosopopeya que la adorna) de STEPHEN BISSETTE aporta valiosa información, su misma estructura perjudica al resultado. Hay que hacer un Supreme esfuerzo para terminarla de leer.

            Se reproducen entrevistas efectuadas al Reputadísimo que verifican su locuacidad. En esa época andaba liado con algo titulado El Amnios Natal (que suena repugnantemente orgánico) y ya expresaba sus inquietudes esotéricas.

            Algo peculiar observado en otras declaraciones es que nadie recuerda los nombres (ni fecha concreta) de los lugares (restaurantes, estaciones, tiendas) a los que Moore (Alan) llevó al protagonista de la anécdota.

            JOHN COURTHART aporta un interesante cómic preñado de SINCRONICIDAD. (Cosa que el propio homenajeado alienta cuando habla de su ciudad natal).     Hay dos interesantes aportaciones (además de las vicisitudes descritas por Raúl Sastre sobre los mil traumas que padeció esta edición, que casi acaba con ella), la BUENA, SINCERA y HONESTA de CHRIS STAROS (alguien que ignoraba TODO sobre el cómic hasta leer V for Vendetta, aficionándolo hasta la médula), lo cual constituye el logro que Moore (Alan) perseguía con su titánico esfuerzo de ABC, empeño tachado de locura, apenas elogiado. Cierto que un solo lector no compensa los grandes costes editoriales, pero es el indicativo anhelado. La otra corresponde a MICHELE MEDDA. Confiesa que ciertas obras del Arioco del cómic no le gustan o las considera inferiores a

(Wachtmen)

trabajos anteriores del Emperador de los Helados. En medio de tanto halago insincero, facilón, agrada una opinión expresada con honestidad. Fijo que el Reputadísimo, en el fondo, lo agradece.

            Otros textos conjuran la fea sensación de que fueron escritos Dios sabe cuándo pero jamás encontraron hogar. Esta es su oportunidad, como demuestra JOSÉ ALANIZ (¡repite tres veces!): despelleja tan meticulosamente la obra del homenajeado (como hizo William Gull con Mary Kelly) que más que un tributo al dios demonio de Nothampton parece una forma de publicitarse él. Profuso, erógeno, ve en todo un doble sentido porno / antifeminista y tiene a FOULCAULT y VIRGINIA WOLF para demostrarlo, y en la reserva, FREUD y DE SADE. Parece proclamar: ¡Fijaos cuánto sé! Despellejé al ídolo: ¡se compone de humo y espejos!

Ausencias.-

            El fulgurante casting logra resaltar las llamativas ausencias de otros nombres cuyas palabras se ansían leer, como las de KEVIN SMITH, FRANK MILLER o BERNI WRIGTHSON: ¿qué opina del gótico trabajo realizado sobre su más famoso personaje, La cosa del pantano, el superreferente junto a

            (Wachtmen)

From Hell y algunas más. (Curiosamente, La liga de los extraordinarios gentleman no es buen bocado, al contrario de Tom Strong, de numerosos paladares.)

            Reiterando: ¿el verborreico Kevin S. asume su rol de BOB EL SILENCIOSO, nada tiene que decir? Fijo que cualquiera de los restantes tributarios lo informó de la iniciativa. ¿Porqué no ofreció su versión de los hechos?

            Son nombres al azar, desde luego. Pueden señalarse otros muchos ausentes, como, por ejemplo, Stan Lee…

De profesión, invisible.-

            Tal como el hirsuto Emperador de los Helados pretendía convertirse, contó a Bissette. Quiere contactar con el Más Allá y desarrollar sus cualidades metapsíquicas, dar conciertos, representaciones teatrales con su grupo cuyo nombre es kilométrico, terminar su segunda novela (la primera es tan odiada como amada)… Y, sobre todo, convertirse en invisible.

            Como Chamán de Northampton parece haber invocado, tras un extenuante ritual, a un dios / serpiente romano (o a Thulsa Doom; quizás fue James Earl Jones.)     Tras encantar (como serpientes) durante casi tres décadas a legiones de fans, pretende explorar nuevos mundos, físicos o no. ¿Excentricidades de genio o tomadura de pelo? Sospechamos la respuesta en la página 174…

            Resultan singulares los paralelismos que la biografía de Moore (Alan) está trasuntando con la de Alistair Crowley, y por algún que otro indicio, se aventura la impresión de que, realmente, extrañas fuerzas parapsicológicas operan aquí.

            Este libro recoge algunos testimonios que ratifican la leyenda urbana sobre el volumen y densidad de los guiones de Moore (Alan), como guías telefónicas. Están redactados (a máquina) a un espacio y sin separación entre las planchas a dibujar, hasta resulta difícil discernir el número de viñetas que construyen cada página (datos reseñados por Bissette).

            La profusión de palabras y su volumen de páginas recuerdan el fenómeno paranormal de la escritura automática, característica que los guiones de Moore (Alan) comparten con este fenómeno.

            Un potente interrogante se manifiesta constantemente a lo largo de todo el libro. Algunos lo comentan con soterrada envidia; otros, con sublime arrobo: ¿De dónde saca Alan sus ideas? (Cabe añadir: ¿Y la velocidad y tiempo para escribir tan abarrotados guiones?) El propio Moore (Alan) apunta una suerte de respuesta en una entrevista; por supuesto, algo esotérico.

            ¿Acaso Moore (Alan) es Crowley redivivo? (La influencia de este sujeto en su obra es manifiesta.) ¿Está poseído? ¿O realmente su cerebro posee una glándula extraña que opera como un misterioso receptor que atrapa ideas flotantes en el nebuloso limbo creativo, donde nadan todos los argumentos, o refleja esos planos peculiares, donde Superman existe, y capta todo esto con mayor claridad y potencia que los demás? ¿O los fantasmas de WILLIAM BLAKE y Crowley le chivan cosas espiadas en los guiones y mentes de otros autores, dándole ventaja y lucidez? ¿Es Moore (Alan) mero vehículo de otros muchos e invisibles escritores?

            ¿O el Emperador de los Helados es realmente un dios demonio acorazado con profusas barbas y cabelleras, adornado con siniestros y barrocos anillos y su cerebro, como el corazón de Arioco, yace en un singular nódulo de comunicaciones e hiperactividad, en otro plano, transmitiendo a sus ágiles dedos las genialidades absorbidas en un millón de esferas?

            ¿O su información, en la mejor tradición canónica procede FROM HELL?

En sí, Retrato de un caballero extraordinario.-

            Este libro comparte los defectos de Las cartas de Groucho. Cuando el remitente es Groucho, ¡fantástico! Delirio brillante de alto voltaje. Cuando otros remiten, malo: son burdas y patéticas copias, luz de vela.

            De esto mismo pecan muchas contribuciones: de ser un Pequeño Alan pero sin garbo, con turgente torpeza, de nuevo, patético.

            ¿En qué es extraordinario Moore (Alan)?

            En que en verdad es un mago, dotado con el poder de resucitar las obras moribundas o muertas. Pero su poder contiene una oscura maldición y es que el cadáver, tan sanamente restablecido, vuelve a morir una vez el mago inglés se va. Y la más potente corrupción se apodera de la colección otrora resucitada.

            Y, sobre todo, en que es leal a sí mismo en todo momento; no obedece a clichés: él es así.

            El libro es indispensable para el mooremaníaco y para aquél que conoce y admira su obra, y al loro, además de su encomiable contribución a la lucha contra el Alzheimer, este volumen, publicado por otra Editorial (concretamente, y no son ni leyendas urbanas, ni maledicencias infundadas, sino hechos económicos contrastados) en la que empieza por N de Nemo, costaría un pastón. ¡Y sólo cuesta 15 €! Y nada más sostenerlo en las manos ya transmite sus cuantiosas cualidades, por su peso y solidez, su calidez, llamado a perpetuarse, a ser rara joya en breves años.

            No obstante, sus grandes méritos se ven empañados por las numerosas erratas y faltas de puntuación. Algunas se delatan cosa del mismo proceso informático seguido para la impresión, pero otros acusan a la labor del traductor. Quizás culpa del entusiasmo o la responsabilidad que supone semejante trabajo. Se observa una repetición de párrafos y un abuso extenso del ; .

            Sería una lástima que un libro tratado con tanto celo y esmero por parte de los responsables de Recerca Editorial y Raúl Sastre viera peligrar sus ventas por la plica. De veras, esa letrita contiene veneno. Abundan los lectores que, topándose con una letra de ese tamaño, en párrafos tan abarrotados, huyen. Ni la superabundancia de testimonios gráficos, que refrescan la vista, ayuda.

            Deseamos muchas y futuras ediciones a este libro. Su formato es fantástico, pero mejorará sustanciosamente cuanto corrijan la plica.

            Expresamos al dios demonio de Nothampton nuestras felicitaciones en su 51 cumpleaños y sobre este libro, en conjunto, ¡Excelsior!


 J. Antonio B. Santos (Sevilla, 1967), historietista -Coronel Calavera, Blitzteam-, faneditor -Edisiones Gaspasho-, organizador de festivales -I Semana de la Historieta en Sevilla-, y escritor de ciencia ficción laureado -ex aequo en el premio UPC de ciencia ficción 2003-, prepara historietas para editores británicos y americanos, así como guiones para largometrajes u otros medios.


 [ © 2004 Antonio Santos, para Tebeosfera 041015 ]