TEBEOSFERA \ SECCIÓN  

NO SÓLO SON TEBEOS / 1

 

por MANUEL BARRERO


Segundo Encuentro de la Historieta de Sevilla. Ineptitud e indignación.


La falta de previsión de la Asociación Juvenil Veleta y la escasa capacidad en la dirección y la organización demostrada por su presidente, Francisco Cerrejón, han sido puestas en evidencia durante el Segundo Encuentro de la Historieta de Sevilla.

El acontecimiento, si exceptuamos la exposición dedicada a El Víbora, merecedora de aplauso, así como algunas charlas, podría haberse equiparado a una quedada de aficionados internautas, a cualquier reunión no oficial de un puñado de interesado por los cómics. La difusión de información incierta y escasa sobre el festival en los medios de comunicación y entre los aficionados tuvieron como consecuencia poca afluencia de público. Se estima, por conteo mediante un muestreo aleatorio llevado a cabo por quien esto firma, que la media máxima de visitantes por día alcanzó los 250, si acaso. Podríamos exagerar hasta los 350, burlando la estadística. Seamos generosos: 500. Las vagas o nulas indicaciones que hallaba el visitante en la sede del mismo Encuentro reforzaba ese deseo de no permanecer allí: no fue colgado ningún cartel en el exterior de la Casa de la Provincia para atraer la atención del viandante; dentro, la sala de charlas era muy pequeña, sin megafonía, y con un máximo de 40 sillas para los asistentes. Todos quedamos atentos al comunicado de las cifras que Veleta emitirá sobre las asistencia de público al festival, seguramente mejor mensuradas que las nuestras.

Desde aquí se afirma, sin ningún temor, que el cifrado de visitantes al Primer Encuentro de la Historieta de Sevilla realizado por Veleta (mediante un sistema «estimativo», en declaraciones que Cerrejón hizo a Barrero en entrevista practicada el día 21-XI-2001, en presencia de Antonio Montero, y de la cual Tebeosfera dispone registro fonográfico) es completamente espurio. Como comparativa se contrasta la afluencia de público en el casi simultáneo Festival de las Naciones, muy populoso este año en la capital hispalense. Según publicaba ABC en su edición del día 3-XI-2001, el Festival de las Naciones había registrado 100.000 visitas desde el día 4 de octubre de 2000, a consecuencia de lo cual iba a ser prorrogado. Las estimaciones son de la organización del Festival, y sospechamos que son excesivas, no obstante arrojan una media redondeada a la baja de 3000 visitas diarias. Es evidente que el Festival de las Naciones recibió (si las cifras son correctas) más de 3000 visitas los días de fin de semana, pero prescindamos de esta certeza. Según Veleta, durante los cuatro días que duró el Primer Encuentro, pasaron por la Casa de la Provincia 3100 visitas por día redondeando a la baja. ¡Más que por el populoso Festival de las Naciones incluso! Desde Tebeosfera estimamos que Veleta realizó erróneamente el muestreo y el conteo de la asistencia de público a aquel Encuentro. Y si utilizó estas cifras con el fin de convencer a las instituciones para la concesión de ayudas para el Segundo Encuentro, mintió.

El presidente de Veleta, Francisco Cerrejón, tampoco fue veraz ante los medios y ante la afición cuando cerró el programa y el cuadro de invitados al Segundo Encuentro. Es posible, y creíble, que Veleta careciese de tiempo para organizar del encuentro. Y es posible, y creíble, que en la fecha en que se enviaron comunicados a Dolmen, A Ojo, Diario de Sevilla y Teodosio 5 se desconociese que Carlos Pacheco no se contaba entre los invitados. El día 19 de noviembre, Pacheco nos comentó telefónicamente que había sido invitado formalmente por Casasola al festival con aproximadamente tres semanas de antelación al mismo (o sea, alrededor del día 20 de octubre) y que él confirmo su NO presencia entonces. Veleta, sin embargo, hizo caso omiso de esta confirmación con posterioridad al día 1 de noviembre, permitiendo que El Mundo y El País informasen al público sobre la presencia de Pacheco en Sevilla. Pacheco nos ha confirmado que él no volvió a ser convocado por la organización.

Algo semejante ocurrió con Jesús Merino. Contactado telefónicamente por Barrero el día 18 de noviembre, nos confirmó que había recibido una llamada de Casasola con un mes de antelación para invitarle al Encuentro. Como aceptó, fue emplazado para una siguiente llamada en la que le comentarían los medios de transporte, alojamiento, lugar concreto del Encuentro, actividades a desarrollar... Merino no recibió ninguna otra llamada. Como quiera que Cerrejón dijo en público que Merino sí había sido contactado con antelación y así también lo declaró en entrevista efectuada por Barrero al presidente de Veleta dos días después de la clausura del Encuentro, Merino volvió a ser consultado telefónicamente por Barrero, obteniendo como respuesta que Veleta mentía sobre ese particular. Debido a que este comportamiento se ha observado otros años, todo parece apuntar a que Veleta sigue una suerte de “estrategia”  con estos autores, consistente en invitarlos previamente para rellenar un programa que sirva como gancho y, luego, simular falta de coordinación para terminar no trayendo al invitado (si bien su alojamiento y dietas parece que sí son abonadas, según Cerrejón nos comentó el día 21). Sea verdad o no la sospecha anterior, lo cierto es que la dignidad profesional de Jesús Merino quedó en entredicho, porque los organizadores del Segundo Encuentro no se responsabilizaron ante los asistentes de su falta de asistencia.

Reprobable es, pues, el comportamiento de la organización cuando no evitó la publicación de determinas notas de prensa (los días 16 y 17 en El País y El Mundo) en las cuales aparecía de nuevo el nombre de Merino y Pacheco, así como el de Bajo Ulloa, acaso con intención de que sirviesen como anzuelo para el público. También por consulta telefónica y en persona, sabemos que pese a tener un año para organizar el evento, Veleta trabó contacto con los autores Enriquecarlos, Ágreda e Ippólito, en última instancia. Gran parte de los invitados que participaron en el Encuentro NO fueron informados sobre las actividades a desarrollar hasta el momento en que llegaron a Sevilla, demostrando la organización con ello una increíble falta de previsión.

El presidente de Veleta tampoco se mostró claro sobre el presupuesto que manejaba para la organización de este Segundo Encuentro. En manifestaciones hechas a Ágreda y Barrero durante la noche del viernes, 16, Cerrejón indicó que los 10 millones de pesetas iniciales se habían reducido a 6. En entrevista mantenida con Barrero el día 21, Cerrejón declaró que no habían dispuesto de 6 millones, si acaso de «uno y medio, o dos y medio o tres. Ya sabes cómo son los políticos.» En una estimación aproximada de lo invertido en este Segundo Encuentro, y habida cuenta de que no hubo publicación alguna, que la sede fue cedida gratuitamente por la Excma. Diputación, y eludiendo el hecho de que la Caja de San Fernando se hizo cargo de los gastos de alojamiento de los presuntos invitados (incluso de los “fantasmas”), el coste total del montaje de la exposición, más seguro, más sillas, mostradores y expositores, más impresión de cartelones, folletos, “programas”, gastos de desplazamiento y dietas de Berenguer, Entrialgo, Osuna, Piñol, Puertas, Navarro, Sabaté y Sequeiros (únicos procedentes del exterior de Sevilla; Farruqo no constaba como invitado), todo, podría ascender a dos millones y medio de pesetas; tres, a lo sumo. Compárese esta cifra con la que los avilesinos manejan para su aplaudido festival anual sobre la historieta y lloremos. Veleta no ha emitido explicación alguna sobre el paradero de los otros siete millones y medio (o los que buenamente quieran aceptar como manejados, claro está). Se deja constancia aquí que Cerrejón, el presidente en funciones de Veleta, declaró en la entrevista grabada por Barrero que parte de los fondos que la organización había manejado fueron destinados a gratificar a los miembros de la A.J. Veleta / Sevilla que montaron la exposición y laboraron en el Encuentro. En la misma entrevista, Cerrejón había declarado minutos antes que la empresa constituida por él mismo y por Montero, Imargen, aportó gratuitamente todo el trabajo de diseño de los carteles y los folletos del Encuentro. Uno de los integrantes de Veleta y perteneciente a la organización del festival, Diego, al ser interpelado por un teórico afín a Tebeosfera declaró que no era remunerado por sus labores realizadas para el Segundo Encuentro. Cabe preguntarse: ¿Cómo es posible que Cerrejón trabaje gratis desde Imargen, gratis como Presidente, gratis como organizador, y que los miembros de Veleta / Sevilla también trabajen gratis en la organización del Segundo Encuentro y, a un tiempo, reciban todos ellos un pago por sus esfuerzos? 

No queremos acusar a la organización de malversadora, pues carecemos de pruebas concluyentes, pero sí que se acusa aquí de cínica a la organización del Encuentro por realizar un acto de degustación de pulpo y jamón en el marco del Segundo Encuentro. Nadie ajeno a la organización o a los invitados pudo participar en aquella degustación que Cerrejón calificó luego como «acto privado» cuando fue interpelado sobre su inclusión en el programa. Suponemos que las viandas consumidas fueron pagadas con dinero propio, no público. Si bien aparecían anunciadas, insultantemente, en el “programa oficial”.

También se acusa aquí a la editora A.J. Ediciones Veleta de incompetente por no haber tenido listo el libro de Ortega Anguiano sobre El Capitán Trueno. En conversaciones mantenidas con Ortega en Córdoba, en septiembre de 2001 (no existe registro fonográfico), éste comentó al abajo firmante que el texto había sido terminado con antelación a la celebración del Salón Internacional del Cómic de Granada de 2001. No obstante A.J. Ediciones Veleta prometió al público que el libro estaría en marzo, o bien en mayo con ocasión del Saló Internacional del Còmic de Barcelona, lo cierto es que Ortega todavía no había recibido a finales de septiembre las pruebas de galeradas de la edición del texto para su corrección. Le fueron servidas con antelación suficiente a la celebración del Segundo Encuentro, presumiblemente, pero A.J. Ediciones Veleta ha demostrado una vez más su inoperancia para editar un libro usando una plantilla ya creada (existen dos monografías ya en la Colección ½) y con tiempo y financiación suficientes para ello. A no ser que la financiación ya no estuviese a su alcance, por razones que ignoramos. Casasola aseguró en público, en Sevilla, que el libro estaba ya listo en la imprenta ese mismo día (el sábado, 17 de noviembre), solo que a muchos kilómetros de distancia, y que vería la luz en breve. Ojalá.

También se señala desde aquí a la A.J. Veleta por demostrar desdén hacia la afición, por organizar un Encuentro sin informar debidamente y sin guardar el mínimo respeto hacia los invitados (verdadero reclamo de la afición Sevillana, asistieran o no al Encuentro). En los comentarios vertidos por los aficionados en diferentes foros de la red internet ha quedado patente su descontento, como quedaba cuando los aficionados se acercaban a la mesa de información para obtener la callada por respuesta a sus preguntas sobre la ausencia de Merino, Piñol y otros. Cerrejón salió al paso de esta acusación de desdén cuando, en la entrevista del día 21, declaró alegremente que el Encuentro «no era para la afición. El Encuentro es para todo el mundo, para el padre que saca a su hijo a pasear y le lleva a ver una exposición de El Víbora, por ejemplo […] Muchas personas, vecinos, amigos, me han comentado que vieron la exposición y que les había gustado mucho.» Siendo así, ¿cómo se entiende que se filtrase información incierta a los medios sobre autores únicamente atractivos para el aficionado? ¿O es que esa fue la razón para no eliminar el cartel a un Bajo Ulloa cuya ausencia se sabía de antemano?

Vistos los hechos, y considerados desde el punto de vista subjetivo de quien esto firma, ¿qué se puede hacer para evitar sentirnos molestos, desdeñados, indignados, incluso estafados con relación a festivales relativos a la historieta? Sobre este particular ya han opinado algunos críticos y teóricos españoles en varios medios, siendo Jesús Cuadrado quien con mayor insistencia e inteligencia se ha pronunciado (la última vez, en el foro Cómic a Gritos de www.dreamers.com, el día 17 de noviembre a las 23:08 horas), recordando que debemos estar atentos a la gestión de los dineros públicos sobre estos actos concretos. Más que nada porque son nuestros. Los dineros.

También Andrea Parissi, teórico y editor, se ha manifestado recientemente al respecto, en Cómic a gritos y en la sección “Nexo” del núm. 03 del boletín editorial informativo Dude.net advirtiendo que, y cito: « [...] Pero para que las cosas cambien, los que decimos ser defensores de la historieta como medio artístico y de comunicación debemos hacer algo más que reunirnos en nuestras “reservas” y jugar a provocadores, y de verdad defender y tener en consideración las muchas cosas que se intentan hacer en ese sentido. Si nos dedicamos a desprestigiar “per se”una empresa tan inmensa como el Diccionario de Uso, o el Atlás del señor Cuadrado, ocultamos a los aficionados que el Museo de Bellas Artes de Asturias ha abierto sus puertas a una exposición antológica de un historietista u organizamos en la capital de España un encuentro sobre la historieta, donde lo menos importante era la historieta; entonces ni nosotros mismos nos estaremos tomando en serio.»

Yo creo que los señores Cuadrado, Parissi y quienes quiera que compartan su opinión están en lo cierto. Y creo que ya es hora de tomar medidas.

Mas ¿qué medidas? En principio, si se es autor o editor de historietas, no sería mala idea negarse buenamente a participar en los siguientes actos o publicaciones llevados a cabo por la A.J. Veleta o el grupo editor A.J. ediciones Veleta. Si se es teórico, igualmente. Si se es aficionado, podrá negarse a pertenecer a la citada asociación y también quejarse por escrito dirigiéndose a la propia asociación (A.J. ediciones Veleta, Aptdo. 50, Armilla, Granada 18100, veleta@veleta.dreamers.com), a las publicaciones teóricas sobre historieta que en España tenemos, o ya en los foros electrónicos.

Pero todo ello sirve de poco, porque al parecer a Veleta no le importa demasiado lo que sobre ella se opine. Y el tiempo todo lo suaviza. En Sevilla podemos dar fe de que la facción hispalense de la asociación no muestra mucho interés por la historieta sevillana. Durante 2001, a los actos organizados por el Ilustre Colegio de Licenciados y Doctores de Bellas Artes (al menos a las conferencias de Manuel Barrero, Sergio García y Juan Manuel Torres) no asistió ningún miembro de Veleta, y a los actos organizados por el Departamento de Comunicación, Publicidad y Literatura de la Facultad de Ciencias de la Información de Sevilla (al menos a las conferencias que han sido recogidas en el libro de actas Cómic, Comunicación y Cultura, y a otras cuyo discurso no fue recogido en tal libro) no asistió ningún miembro de Veleta. En Sevilla, la afición, los teóricos o los libreros, no sabemos qué hace Veleta por la historieta; lo sabrán, imagino, los integrantes del colectivo. Los faneditores y colaboradores sevillanos de Fanjanter, Aluzine, La Ventana, Engranajes, Blitzteam, Er Comi, AbranMpaso, Sheviyazine, Dsoul, T y 2+, G, From Space, Destino sin Piedad, Pato Salvaje y otros, o los editores de La revista del CAT o de la nueva línea editorial Mangaline no mantienen contacto con Veleta, ni ellos parecen importarle a Veleta. El colectivo apenas si cuenta para su Encuentro con los autores locales, no habiendo contactado jamás con Darío Aguilar, José Antonio Bermúdez, José Luis Castro Lombilla, Manuel Díaz Bejarano, José Luis Escalante, Ramón Escudero, José Antonio Fernández-Agüera Rojo, Francisco Javier García, Rafael Iglesias Carrasco, Antonio Jiménez, Antonio Mantegazza, Carlos Pino Gallardo... Ni con los teóricos José Fernández García, Jesús Jiménez Varea, Pablo Márquez, Antonio Pineda, Pedro Tabernero...

¿A qué se dedica entonces Veleta? ¿Para qué existe? ¿Para trabajar en pro del medio o para trabajar, únicamente, en pro el propio colectivo?

¿Es esta la asociación que pretende fundar una Fundación de la historieta en Andalucía?

Existe otra medida a tomar por quienes somos vecinos de Sevilla, independientemente de que seamos teóricos, editores o aficionados a la historieta. Los ciudadanos que pagamos religiosamente nuestros impuestos vemos como nuestro dinero, convertido en parte del erario público, podría estar siendo gastado de forma poco adecuada –a nuestro parecer– por diferentes políticos, grupos de políticos, o asociaciones como Veleta. Como ciudadanos, como vecinos, podemos exigir que nuestro dinero sea bien invertido, en pro de la Cultura o de cualquier otra cosa, pero bien invertido. O, al menos, no mal. Es más DEBEMOS exigirlo. Es nuestro derecho y es nuestro deber.

Para ejercer ese nuestro derecho podemos dirigir cartas a los directores de los diarios locales denunciando que hemos creído apreciar, por ejemplo, un desvío de caudales públicos en cierto festival. Igualmente podemos proceder dirigiéndonos a los diferentes ayuntamientos o entidades públicas o privadas con cuyos dineros trabaja esa asociación cuya gestión de los fondos públicos no nos satisface. Y también podemos pedir a las diferentes autoridades responsables de la cesión de fondos a las asociaciones organizadoras que inicien una inspección para corroborar si los fondos emitidos han sido empleados debidamente. Ese servicio de inspección interna existe. En el caso concreto que nos ocupa, los interesados en ejercer sus derechos podrán interponer escritos de queja si así lo creen conveniente y exponiendo por duplicado y bajo registro lo que consideran oportuno ante: el Consejero de la Presidencia de la Junta de Andalucía, ante el Director General del Instituto Andaluz de la Juventud, ante el Presidente de la Diputación de Sevilla, ante del Concejal / Delegado de Juventud del Ayuntamiento de Sevilla, y ante el Presidente de la Caja de San Fernando, actualmente ligada ya a otra entidad bancaria.

Quien esto firma, como ciudadano de Sevilla cree que debe proceder así.

Cada cual que tome su decisión. Es posible que estas medidas no logren resultados, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados, es importante que abandonemos esa actitud de falta de compromiso para con el medio, recurriendo a la postre a apaciguar la irritación con la consoladora frase «sólo son tebeos».

Y así no vamos a ninguna parte.

No se trata de eso. No sólo son tebeos.

  Manuel Barrero es Licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Sevilla. Trabajó desde 1989 hasta 2002 para el Departamento de Publicaciones Populares de la editorial Planeta-DeAgostini y, actualmente, prepara una tesis doctoral sobre la ilustración satírica, el humor gráfico y la historieta en Sevilla y en Andalucía, al tiempo que dirige y gestiona www.tebeosfera.com.


  [ Página de M. Barrero  publicada en  Tebeosfera 011222 ]