ELLA, UNA Y TODAS: MUJERES EN LA OBRA DE PATRICIA BRECCIA
MARIELA ACEVEDO

Resumen / Abstract:
El presente artículo plantea un abordaje sobre la obra de Patricia Breccia en sintonía con los aportes que diferentes vertientes feministas han hecho tanto sobre las producciones hechas por artistas mujeres como por la construcción de signo ?mujer? en las narrativas gráficas. A partir de la singular obra de Breccia se propone entonces iluminar cuestiones en torno a la participación de las mujeres en los campos artístico-comunicacionales y sus producciones. / This article presents an approach on the work of Patricia Breccia in line with the contributions that various feminists aspects have done on both productions made by women artists as well as building of the sign "woman" in graphic narratives. From the unique work of Breccia the goal is to lighten questions surrounding women's participation in artistic and communication fields and their productions.
Notas: Este texto fue presentado originalmente en el I Congreso de Historietas y Humor Gráfico Viñetas Serias en septiembre de 2010.
Palabras clave / Keywords:
Feminismo, Representación femenina/ Feminism, Female representation

ELLA, UNA Y TODAS: MUJERES EN LA OBRA DE PATRICIA BRECCIA

 

 

 

 

 

Introducción:

 

Patricia Breccia es una de las más importantes creadoras argentinas en el campo de las historietas y el humor gráfico. Ha participado en importantes publicaciones, tales como las revistas Sancho, Mengano, Mediasuela, Humor, SexHumor y Fierro, entre las más conocidas a nivel nacional, además de publicar para revistas europeas. A pesar de su trayectoria, su trabajo suele ser invisibilizado y en una entrevista personal manifestó las dificultades que ha tenido tanto para entrar como para permanecer en un campo hegemonizado por varones.

 

La obra de Patricia Breccia publicada en la revista Fierro constituye una de las pioneras “irrupciones” de una historieta creada íntegramente por una mujer en el medio. Según Claudia Ferman las series de Breccia  constituyen “un texto que sale al encuentro de la codificación de un lenguaje tradicionalmente dominado por el hombre en todas sus instancias: guionistas y dibujantes, (…) personajes que protagonizan, (…) visión (o la ideología) de representación.” (1994:185)

 

Las historietas de Breccia cuestionan el sistema desde una voz femenina que sufre de una angustia y soledad muy personal que a la vez expresa la situación de muchas otras mujeres. Así, la exploración presente se acerca a la obra de Breccia desde la historia de las historietas por la renovación de rasgos retóricos, temáticos y enunciativos que aporta, pero también desde las contribuciones de los feminismos y la historia de las mujeres, por tratarse de discursos que ponen en circulación una escritura y una voz Otra, a partir de las experiencias de ser mujer en el mundo.

 

 

 

Patricia Breccia y las historietas hechas por mujeres

 

Patricia Breccia comenzó dibujando con guiones de Guillermo Saccomanno en Humor, Siete Días y Superhumor la serie “Sol de noche”, en Fierro comenzó publicando con Juan Sasturain la tira “Museo” y luego con guión propio, Sin novedad en el frente y otras historias sueltas.

 

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Figuras 1 y 2.

 

Las figuras 1 y 2 del anexo pertenecen a una historieta unitaria cedida por la autora que apareció originalmente en el año 1987 en Fierro[1]. Bajo el título El plumín, ¿ovula o no ovula? la autora  narra las dificultades de lidiar con el mundo masculino poniendo en escena un personaje autobiográfico frente a un tablero de dibujo. Desde las primeras viñetas, la autora da cuenta del problema de cómo crear “una historieta para una sección de mujeres…. Dirigida por hombres.” Breccia discute las formas de nominar y el lenguaje sexista que impregna las representaciones, las posibilidades de decir en un campo en el que las barreras invisibles -pero bien reales- de la generización imponen temas, estilos naturalizados y formas “correctas” de percibir y narrar el mundo.

 

Las problematizaciones de Breccia sobre el lugar de las creadoras en el campo, los temas que aborda, lo que se espera de ella, lo que se le exige, están aún en un nivel que podría ser entendido análogamente a lo que Celia Amorós entiende por protofeminismo en los Libros de Queja de las mujeres del siglo XVII, es decir como una suerte de feminismo intuitivo, producto de la experiencia en el campo y no de una reflexión sobre las causas de la discriminación sexista. No existe un discurso articulado sobre la reivindicación de derechos, sino más bien un registro de injusticias que se ponen en cuestión a partir de la experiencia personal de ser mujer. En este sentido, la historieta muestra esta compleja relación entre lo público y lo privado. Y esto puede indagarse en la relación particular que una sujeta mujer establece con el campo. En este sentido, el testimonio de Breccia es contundente:

 

 

«…la historieta te quita vida, te quita tiempo para vivir. No tenés horario, como sí pasa con otro laburo, que trabajás de tal a tal hora y listo. Acá estás mucho en el tablero y sola, en términos generales. (…) eso te quita posibilidades, por ejemplo, de plantearte una vida tipo Susanita. En el caso de los hombres es diferente: un tipo puede, se sienta y dibuja, mientras la mina hace los trámites, se ocupa de la casa, todo. Es el tipo que se pone a laburar en la mesa y la mujer que respalda haciendo lo cotidiano. Pero en mi caso eso no pasa: yo hago lo que sería el laburo del tipo y también el soporte que hace la mina, hago los trámites, voy a pagar el gas, hago las compras, ¡y eso me quita tiempo para laburar!» (Patricia Breccia entrevistada por Soledad Vallejos en Las 12)

 

 

La división sexual del trabajo que narra Breccia en la frase “hago lo que sería el laburo del tipo y también el soporte que hace la mina” da cuenta de la “doble jornada” que enfrentan las mujeres creadoras a la hora de insertase exitosamente en la producción cultural en general y en la historietística en particular, pero además da cuenta de que existen mecanismos que refuerzan la ya difícil inserción y permanencia de las mujeres en el campo. Esto se plasma en producción y en la praxis de Breccia que, en un campo hegemonizado por varones, plantea cómo las mujeres pueden apropiarse de las herramientas de producción de sentido para poner en circulación un discurso diferente y disruptivo que se erige como una voz disidente entre las voces que narran el discurso del sujeto dominante.

 

En este sentido, en la historieta El plumín,…un dato relevante para su análisis, es el cuestionamiento sobre el lenguaje que tempranamente realiza Breccia y que relaciona específicamente el término presidente -que sólo recientemente ha sido reelaborado como “presidenta” en nuestro país- como crítica al androcentrismo lingüístico desde un lugar doblemente marginal. Por un lado, porque las historietas han sido durante mucho tiempo consideradas un producto de la “baja cultura” en relación con las Letras por ejemplo. Desde ese lugar marginal, encontramos a su vez la posición ex-céntrica de una autora que crítica las formaciones culturales que privilegian la voz y mirada masculina.

 

Hay que mencionar que las producciones hechas por mujeres pueden ser contempladas desde algunas corrientes de estudios feministas como una sub-cultura o cultura femenina. Esta posición comparte postulados con el feminismo de la diferencia que desde desarrollos como los de Helene Cixous se postula la existencia de una forma de escritura propiamente femenina, emparentada con una historia de la madre negada que debemos recuperar. Esta voz femenina habla una lengua otra, diferente a la cultura falogocéntrica en la que las mujeres habitamos siempre como extranjeras que hablan una lengua que no es propia.

 

Esta concepción sin embargo, puede ser criticada por sus rasgos esencialistas que vuelven a enraizar en el cuerpo y la naturaleza femenina una diferencia construida históricamente y que por ese camino llega -en las corrientes más radicales- a plantear como estrategia el separatismo. Una corriente que, a mí entender, es más prolífica para analizar las producciones discursivas, es la que sostiene Toril Moi en tanto que el discurso es entendido como un terreno de lucha por la hegemonía. Así, el lenguaje no es sexista per se sino que son los sujetos quienes se apropian de lenguaje y construyen en su uso discursos que legitiman desigualdades al nominar, calificar y determinar lo existente con las palabras investidas de poder significante.

 

 

 

Sin novedad en el frente, mujeres en la trinchera

 

Claudia Ferman afirma que la obra de Breccia Sin novedad en el frente es una colección que “posee un alto contenido feminista y ha encontrado su expresión en lo que podríamos denominar un ‘bunker masculino’.”(1994: 204) Esta apreciación nos permite introducir un problema. La historieta de Breccia tiene un alto contenido feminista, aunque su autora no se sienta identificada con ningún feminismo, sino que la experiencia que plasma en las historietas es la vivencia de una mujer en un espacio, un ‘bunker masculino’ como señala Ferman y como confirma Breccia:

 

 

«En el campo de las historietas hay pocas minas dibujando, pocas mujeres historietistas. Yo creo que tiene que ver con que es un laburo bastante imbancable, es un laburo muy solitario, cuesta mucho lidiar… con el mundo masculino. Yo entré a los codazos, a pesar de ser la hija de quien soy, no me abrió ninguna puerta, al contrario se me cerraron porque se me imponían más cosas, tenía que demostrar a todos más que cualquiera…» (Patricia Breccia en entrevista personal inédita)

 

 

La experiencia de mujeres narrada por mujeres es reciente en las historietas, al menos en Argentina[2]. Judith Gociol y Diego Rosemberg explican el alcance de esta irrupción en el campo:

 

«Hasta la década del ’80, además, los personajes femeninos tenían el cuerpo y la mente que deseaban guionistas y dibujantes masculinos (...) con humoristas como Patricia Breccia, Maitena y Petisuí, la mujer empezó a definirse a sí misma –incluso a autocriticarse– y a demostrar que el deseo no es sólo patrimonio de los hombres.»:230

 

 

A la hora de abordar las historietas de Breccia no pretendemos aislar elementos típicos de una historieta femenina o feminista, sino identificar trazos de la experiencia de ser mujer y las formas en las que esa narración es valorada.

 

La estructura de Sin novedad en el frente se las dan los particulares partes de una guerra, que generalmente sucede en la madrugada o en la noche, y que tiene como protagonista a Ella, “que es una y todas y yo” dice Breccia[3], que camina en la noche. La experiencia de caminar en una ciudad hostil es una experiencia universal que viven las mujeres, que Breccia la cuenta de manera personal, la de Ella, la de una y la de todas.  

 

El personaje femenino que encarna los partes –Ella- es una mujer que se encuentra en la noche, que sale a la calle o está en un espacio cerrado y cuenta un fragmento, un instante de soledad, de resistencia. Es significativo que no tenga nombre propio, de alguna manera funciona como la encarnación de una “idéntica” -al decir de Celia Amorós-, una mujer que en el espacio privado se confunde con cualquier otra, que sale al espacio de los iguales y de ahí entender estas historias como formas de resistencia entre una violencia no declarada, pero muy presente. (1985:25)

 

Breccia consigue que cada parte de guerra sintetice una historia de resistencia, frente a la hostilidad que rodea a Ella, que transita la noche, a veces en una habitación asfixiante o en la calle rodeada de extraños. La soledad es rota solo por la presencia de infaltables y expresivos gatos y de una luna sexualizada que domina las viñetas. [ver figuras 3 y 4]

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Figura 3 “Nada personal” en Fierro nº 28 p. 71.
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Figura 4 Sin novedad en el frente/1“Revuelto de lagartijas” en Fierro nº 22 jun ‘86 p.

Las mujeres de Breccia, en las historietas unitarias que siguen a Sin novedad en el frente, expresan su lucha por autonomía. Estas mujeres son distintas a lo que se veía (y se sigue viendo) en las historietas. Distintas porque recorren los espacios de otra manera y no se detienen a contemplar las acciones de un héroe. No son heroínas tampoco, son minas -como les dice Breccia- algo salvajes y algo asustadas, pero que actúan en medio de un clima opresivo que a veces se resuelve con una ironía o se interrumpe de golpe, cuando llega el día.

 

En la primera historia de Sin novedad en el frente publicada con el nombre “Revuelto de lagartijas”, (Fierro Nº 22 junio1986: 22-27) la joven protagonista deambula por bares paseando su tristeza y soledad en un intento de adaptación a un sistema que no comprende su lenguaje y que se resuelve en la noche que ocupa media página con una luna con pechos y sexo al aire aúlla y acompaña a la protagonista, a “Ella”. En esta y en las siguientes historias se da un juego entre lo que son los sueños, la realidad y las pesadillas, sabemos que es de noche y para sobrevivir hay que continuar. Ese es el ritmo que marca la historieta que tiene música de fondo e historias menores en cada ángulo de la viñeta.

 

Así, otro elemento común de las historias de Patricia Breccia son las historias secundarias dentro de sus historias, que en algunas oportunidades resultan en historias principales, como las de las cucarachas y su lucha sorda con los gatos que pululan en todas sus historias. Una de historias menores cobra relevancia en “Tendrás el sol, nena… ¿okey?”(Fierro Nº 25 sept. ‘86 pp. 60-64) en la que se cruzan dos historias de amor: En primer plano, la protagonizada por un trío de cucarachas, que sienten amor y celos, una cucaracha cantante de blues, adicta a la melaza es disputada por dos machos. En segundo plano la historia de desamor de “Ella”, la protagonista de los partes de guerra que llama al hombre que extraña y no la deja dormir.

 

El quinto y último episodio de la serie, se titula “Nada personal” (Fierro Nº 28 dic. ’86 pp71-76), una voz en off dice: “Ella” está ahí, hoy no le pasa nada en especial...” Ese “nada especial” en realidad contiene la tensión de toda una cantidad de pequeños hechos invisibles que pasan, suman y tensan las relaciones de “Ella” con el entorno. Como en la mayoría de las historias de Breccia la narración sucede en la noche y con una luna llena sexualizada con pechos que abre la historieta. El primer parte de guerra es a las 8 PM del domingo, que muestra este “no pasar nada” que incluye el cruce casi indiferente con su vecina, el hastío y una tensión que empieza a crecer y que nos hace intuir que en la normalidad del no pasa nada, algo recorre la historia, una sensación tirante. El segundo parte de guerra es a las 11 PM de un domingo caluroso, lento: “El calor que no pasa, se queda ahí, como el aliento de un gigante” y en la siguiente viñeta vemos como “Ella” intenta distraer esa opresión en el pecho, esa pesadez en el cuerpo, masturbándose: “Tal vez si pensara en un hombre y recordara podría pasar su mano sobre las comisuras de su piel, sobre su vientre tenso, podría pasar…” pero desestima el recuerdo y el clima se corta con el timbre. Es la policía que le avisa del suicidio de la vecina que hace pocas horas se ha cruzado en el pasillo. El último cuadro nos muestra a “Ella”, con los ojos vacíos que nos mira desde la última viñeta de la historia, “Cuando no pasa nada, a cierta gente se le da por matarse”, cierra sin más explicaciones.

 

Las siguientes historias que Patricia Breccia publica en Fierro, son historias sueltas en las que las protagonistas femeninas también tienen en común como en Sin novedad, la noche, la luna, los gatos y las historias de amor y desamor en medio de un clima opresivo.

 

En “Pequeño gran hombre” (Fierro Nº 32 abr. ’87 pp 43-47) la crítica a la figura masculina paterna en una familia tipo es demoledora. Una voz en off nos cuenta de en un estilo irónico la patética vida de un hombre que ejerce la violencia sobre su familia: desde la obligación a la que somete a la esposa a cumplir con sus “deberes conyugales” hasta el maltrato infantil a los hijos que terminan en la salita de emergencias. Al final de la historia, tras su muerte, la voz en off nos cuenta como este “buen hombre” es recordado por la familia que cierra con un brindis: “Hay que ser un gran hombre para tener la bondad de morirse.”

 

Pero tal vez sea “A sangre fría” (Fierro nº 36 ago ’87 pp 27-32), la historia más crítica de Breccia que narra la historia fantástica de Laura como una metáfora de la convivencia matrimonial y de la sensación de la opresión de las mujeres relegadas en el espacio doméstico.

 

Laura vuelve del médico con una noticia terrible: en pocos días se convertirá en un reptil. La violencia de Carlos, el marido cuando Laura llega a su casa, se sintetiza en una viñeta que lo muestra triplicado y cada vez con la boca más desencajada: “¡Che! ¡Te estoy hablando! ¡Te fuiste a las cuatro de la tarde y son casi las once de la noche! ¡Che! ¡A vos te hablo!! ¡Me oís!?” a lo que Laura responde con la pregunta: “¿Cenaste?”. [ver figura 5]

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Figura 5. “A sangre fría” en Fierro nº 36 ago. ’87 p. 28.

La reacción de Carlos ante la noticia de la transformación de Laura, puede ser leída como una crítica al androcentrismo cultural: en tanto interpreta como lo afecta a él la transformación de su compañera, justo ahora que lo estaban por ascender, “¿Por qué a mí?” se pregunta, poco antes de que ella termine convirtiéndose en un lagarto en una caja que el marido deja en una veterinaria en la última viñeta. Esta historia mereció más de un comentario elogioso por los lectores, por ejemplo en el nº 41 de Fierro, un lector definió este episodio como una “puñalada al machismo” expresada de manera contundente y original. (Fierro nº 41 p. 10) hire software engineers ukraine

 

En la historia “Con las mujeres nunca se sabe” (Fierro nº38 oct. ‘87 pp. 55-60) Patricia Breccia explora una veta de humor, que como en “Pequeño gran hombre”, apela a la ironía como vía de crítica a ciertas expresiones de la masculinidad. Hay dos elementos significativos para destacar en esta historia, por un lado la profesión de la protagonista es llamativa: es una artista ventrílocua, showoman que realiza un unipersonal en el escenario, lo que de alguna forma es una manera de ubicar en el centro de una escena pública a una mujer en un oficio casi representado exclusivamente por varones. La protagonista tiene relaciones con su compañero y vemos en el cuadro final el parto que de manera algo irónica resuelve la historia con un niño de madera fruto de una relación no consentida de la protagonista con su parteneir de escena (la protagonista fue abordada por el muñeco durante un lapsus de inconsciencia producto de un fármaco para dormir). El título “Con las mujeres nunca se sabe” pareciera, entonces irónicamente de una sospecha que siempre recae sobre las mujeres y su moral o conducta sexual y que elude la responsabilidad de los varones. [ver figura6]

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Figura 6. “Con las mujeres nunca se sabe” en Fierro nº 38 oct. ’87 p. 57.

En “Por eso te quiero” (Fierro nº 40 dic ’87 pp. 51-56) el guión es un tema musical: el tango escrito por Marquito Sotelo y Valeria Lynch, la canción de fondo funciona como voz en off que ancla las imágenes de la historieta. Sobre este fondo una crítica social a la pobreza, a la violencia sexual, a una sociedad de consumo que se emboba con la tele mientras “afuera” muere gente. Un juego entre el afuera y adentro, entre los espacios de unas y de otros que incluye una fuerte critica a los dobles discursos de iglesia, las consecuencias de eso sobre los cuerpos de las mujeres, poniendo en escena un aborto, el miedo al SIDA, el consumo de drogas y las expresiones de sexo mecánico exento de placer. [ver figura7]

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Figura 7. “Por eso te quiero” en Fierro nº 40 dic. ’87 p. 53.

 

 

 

A modo de cierre

 

Este breve recorrido por la obra de Patricia Breccia nos permite dar cuenta de la compleja posición de las mujeres a la hora de participar en la construcción simbólica de representaciones sociales. Ya que, las mujeres deben romper con una tradición que las relega al espacio de la reproducción –en tanto asociado a la naturaleza de ser madres y en tanto asociado al sostenimiento del espacio doméstico como amas de casa- como el “espacio propio” de las mujeres. Pero a esta primera barrera, que ha sido franqueada en los últimos cincuenta años, se le suman mecanismos y estrategias que dificultan tanto la entrada y permanencia de las mujeres en espacios hegemonizados históricamente por varones, como a la apropiación de éstas de los medios de producción de sentido.

 


Bibliografía

 

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Colección Fierro. Historietas para sobrevivientes. Ediciones de la Urraca, Buenos Aires (primera época de septiembre 1984 a julio 1988) Revistas Fierro consultadas: nº20, nº 22 a 28, nº 32, 36, 37, 38 y 40
 

 

 
NOTAS

[1] El material reproducido fue cedido por la autora a través de los originales por lo que no fue posible dar con la fecha de publicación exacta.

[2] La historiógrafa de historietas, Trina Robbins ha demostrado como en Estados Unidos, país en el que surge el cómic como medio y lenguaje a fines del siglo XIX en los periódicos, existieron pioneras que incluso hegemonizaron el campo durante el conflicto bélico que envió a muchos hombres al frente de batalla europeo entre 1939 y 1945. Finalizada la segunda guerra mundial y con el retorno de los varones, se produjo desplazamiento de las mujeres del lugar de productoras y trabajadoras relegándolas nuevamente al espacio doméstico. La irrupción de las historietistas a fines de los 60 en el comix underground coincide con la segunda ola feminista que politiza las relaciones entre cuerpo, deseo y diferencia sexual. En Acevedo, M. “Creadoras en la historia del cómic” (ENACOM, 2009, Gral. Roca) Existe versión en línea.

[3] En entrevista personal inédita, abril 2010.

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Creación de la ficha (2015): Mariela Acevedo. Edición de Félix López. · El presente texto se recupera tal cual fue publicado originalmente, sin aplicar corrección de localismos ni revisión de estilo. Tebeosfera no comparte necesariamente la metodología ni las conclusiones de los autores de los textos publicados.
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
Mariela Acevedo (2015): "Ella, una y todas: Mujeres en la obra de Patricia Breccia", en Tebeosfera, segunda época , 13 (1-VII-2015). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 26/IV/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/ella_una_y_todas_mujeres_en_la_obra_de_patricia_breccia.html