LOS 4 FANTÁSTICOS - EL FIN
ANTONIO SANTOS

 LOS 4 FANTÁSTICOS – EL FIN – COLECCIÓN 100% MARVEL. TODOS LOS VIEJOS Y QUERIDOS AMIGOS (Y ENEMIGOS)

 REED RICHARDS ha logrado traer la utopía al mundo, en todos los sentidos. La Tierra aspira a convertirse en un digno miembro del senado galáctico. Pero los grandes éxitos de Richards le han supuesto un alto precio familiar y social: los 4 Fantásticos se han disuelto, su matrimonio bordea el divorcio. Para colmo, enemigos a ambos lados del Sistema Solar conspiran para malograr sus triunfos. Durante un tenebroso momento, se atisba el fracaso de la mano de las serpientes que anidan en su Edén.

LLENO COMO UN HUEVO
 Si algo destaca en el trabajo de ALAN DAVIS (junto al excelente entintador MARK FARMER), es su pasión por los concentrados corales abundantes en dramatismos de baja intensidad, como verifican LA GUERRA DE LOS MUNDOSy OTRO CLAVO. Eso, y la sicalipsis. No debe tampoco sorprendernos: el británico procede de una sociedad de represión victoriana que en él estalla plasmando idealizadas y tentadoras féminas ceñidas en apretados uniformes que, intuimos, rinden culto al látex y/o derivados.
Cada curva cubierta por esa piel extra remonta con sensualidad, y permite intuirlo todo sin mostrar nada, despidiendo pecado, tentación, revelación y contención al mismo tiempo. Sentidos enervados por el morbo son frustrados por la capa aislante de elástico tejido. Naturalmente, preferimos resaltar este aspecto de su obra a elogiar a los cachas apolíneos que pueblan sus páginas, ¿verdad?
En este relato, que supone eventual fin a las correrías del veterano grupo de MARVEL (otrora insignia de la CASA DE LAS IDEAS), buscando proporcionarle aún un familiar happy end a lo teleserie pastelosa e intragable, destaca, más allá de su sinuosidad, el liderazgo de SUSAN RICHARDS (de soltera, STORM) en la trama. Hay un soterrado profeminismo en sus páginas, donde la influencia de algunas protagonistas es considerable. (Pero, ¡atención!, meritocrática: aquí no regalan nada. Esto es una empresa seria, no un confuso capricho ministerial.)
Aunque no todo es sufragismo desatado: el eterno amor de JOHNNY STORM, la INHUMANA CRYSTAL, hace cuanto puede por ser una nena florero de apenas relevancia. Si le hubieran regalado una cocinita de LA SEÑORITA PEPIS, ¡lo flipa! Pero no cantemos victoria los machistas: se desdibuja todavía más RAYO NEGRO (situándose en la línea borrosa del resto de los INHUMANOS que aparecen en estas extraordinarias planchas), imagen del comparsa que atraviesa un mal día (no parece el solemne monarca cuya voz hace saltar las piedras) y, solidaria con Crystal, MEDUSA no pasa de intérprete de sordomudos. Empero, ALICIA MASTERS, señora de BEN GRIMM, posee un papel más destacado en la gran ópera estelar de Davis (al parecer, curada de su invidencia pertinaz).
En estas páginas, abarrotadas de talento, arte, anatomía, dinamismo, se compendia todo el rol del Marvel Clásico (un tanto a inspiración del TIERRA-X de JIM KRUEGER y ALEX ROSS), mostrándose un gran número de figuras que, cuanto aportan al relato, es su mera presencia. Esa manía de Davis por aglutinarlo y repasarlo todo, llenando tanto el espacio, impide el desarrollo de la obra o las subtramas que pudieran surgir. Esta vez, su afán de catalogar lo ha perjudicado más que de costumbre. Parece concentrar todo su esfuerzo en plasmar cameos (como si así le pagaran más por página), y abandona la pretensión de contar una leyenda: intenta batir el récord del camarote de LOS HERMANOS MARX. Esto hace que ciertos personajes de relevancia dentro del Universo Marvel (porque esta historia es galáctica por los cuatro costados) no tengan importancia alguna (THOR, por caso). Figuran de extraordinarios, pero ornamentales, convidados de piedra.

Pero ¡no importa! ¡Más enmascarados! ¡Es la guerra!  

PERO ¿UN GNOMÓN NO ES UNA ESCUADRA?
 Davis dibuja este final para la venturosa familia arrancando con una tragedia: la muerte de FRANKLIN y VALERIA, hijos del cuarteto más que de su padre y madre, a manos de un VON DOOM, parodia de sí mismo, completamente desquiciado, sintiéndose rebasado por un mundo en el cual ya no tiene nicho. Se autoinmola, o es víctima, también, de una explosión que aniquila a los niños.
La aflicción desune al grupo y cada cual medra a su manera: Johnny lidera a LOS VENGADORES (¿alguien se lo cree?), aparentando tener mayor aplomo, madurez; Ben y familia (numerosa) ayudan a terraformar Marte; Susan INDIANA JONES Storm, señora de Richards, busca por doquiera EL ORBE DE GNOMÓN (oportunidad que aprovecha Davis para sacar a NAMOR y al HOMBRE TOPO, entre otros cánticos de la vieja Tierra); Richards, científico despistado absoluto, es un ermitaño que vive en un asteroide (asomado a una espectacular órbita terrestre saturada de tráfico y estaciones espaciales), autor de una gloriosa utopía insípida. (Es una idea recurrente, en la ciencia ficción, ésta de mostrar toda utopía como un sinsabor y sincolor, al igual que la de enfrentarse a un estado autoritario, algo aun presente en TERMINATOR, donde SKYNET representa al opresor absoluto.) Sigue achacándose lo ocurrido a los niños (Richards debe ser un católico de tomo y lomo: por todo se siente culpable), y aún anhela poder rehabilitar, ganar para la Humanidad, a Von Doom.
Entre tanto, el gran consejo estelar que representa a toda la patulea galáctica Marvel intenta decidir si la Tierra merece, o no, escaño en su parlamento. Esto permite a SKRULLS y KREES (los de siempre) tramar un complot genocida contra la Humanidad (a la cual la metástasis del superheroísmo, y sus uniformes, la cubre del todo / totalmente), recibiendo indecisos apoyos.

La lucha, inevitable, obliga a GALACTUS, nada menos, a poner paz.

SEGÚN DAVIS
            Al margen de su loable y excepcional labor gráfica, acaso un poco mellada por el color, algo frío, casi crepuscular, como queriendo inducir atmósfera de última hazaña al relato (que carece de épica, por cierto), silueteada con destreza por Farmer, lo que relata el inglés es la saturación de un catálogo con visos de thriller y aparente suspense. La historia, per se, ni decepciona ni aburre, pero tampoco es meritoria ni aspira a la leyenda.
Davis ha desdibujado considerable número de caracteres, algo que enerva nuestra experiencia como lectores. La primera nos la da con Johnny, jefe de Los Vengadores: ¿de qué vas, Alan? ¿Qué pintan, pues, Thor o IRON MAN ahí? Ilustra a Galactus como una presencia hierática y lejana, más inerte que un TELEÑECO en paro, diciendo cuatro frases crípticas (algo que el calvorota de UATU, el VIGILANTE, le imita). A estas alturas, ya se confirma que Davis no relata nada: su historia es pretexto para demostrar su dominio de la silueta femenina y los bíceps hinchados de LA COSA. Persigue un objetivo meramente estético, visual, moteado con algunas ideas brillantes ahogadas por la superpoblación de personajes por viñeta cuadrada (insistimos en esto porque es de lo que más se ve). Para darle suntuosidad, recurre al DR. EXTRAÑO, trocado en falsa piedra angular del relato, pero no es más que una momia mohosa que repatea por su aparente superioridad intelectual, de maestro sabihondo del PEQUEÑO SALTAMONTES (en paz descanse).
Debido a que es una trama de acción, recurre a una plétora de villanos que no puede ser más plana y manida. Aunque lo hurta con habilidad, esta es una historia donde los buenos lo son a ultranza y los malos no pueden ser más viles. Pero ¿qué villanos? ¿EL PENSADOR LOCO, reducido a la figurilla que caga? ¿El brujo alquimista DIABLO, quizás el más flatulento villano Marvel? ¿Esa pléyade de skrulls y krees una vez y otra vencidos, sin discurso ni iniciativa, sólo frases hechas? ¿El SUPERSKRULL? ¿ANNIHILUS? Sólo son peligrosos porque nos lo dicen. No por sí.
Seamos consecuentes: ¿es concebible la idea de ESTELA PLATEADA recibiendo órdenes de Johnny Storm, tal como le obedecen Thor o Iron Man? ¡En absoluto! Para más INRI, Estela, el HAMLET cósmico, reconocido como uno de los más poderosos del Universo Marvel, no pasa de correo o cosario de las estrategias de Storm, ese ROMMEL de los superhéroes.

Y una mención para el incombustible NICK FURY: mientras que Richards logra una venturosa inmortalidad para todos, en cambio no puede regenerar el ojo del líder de SHIELD, donde ya cobra decenios, ni siquiera puede ponerle una canica computarizada que reemplace la órbita perdida.

EL PROBLEMA CON TONY
Donde Davis no atina, pero nada, es con EL HOMBRE DE HIERRO. ANTHONY STARK (ojo al dato) se conforma con ser una conciencia que vive de armadura en armadura, trasladándose así por todo el Sistema Solar. ¿Se puede creer tamaño disparate?
¡Que es Tony Stark, el de las armas, las PLAYMATES y los cochazos de lujo! ¡El billonario plutócrata proletario ecologista de agudo instinto empresarial! ¡El del ego mayúsculo, que en la película le obliga a afirmar que él es Iron Man!
Davis lo emascula definitivamente (algo que llevan los de Marvel años queriendo hacer) convirtiéndolo en una bondadosa coraza parlante, un remedo del HOMBRE DE HOJALATA en rojo y gualda que ríe una parida infantil. Y no sólo le mutila el cuerpo: arrasa con su inteligencia. No deja la menor evidencia de su agudo talento como inventor.
Es opinión de este Scriptor que Tony Stark le es incómodo a Marvel. Le tienen algún aprecio, pero sigue siendo, para ellos, el Su Alteza El Tirano del poema de BÜRGER. Les recuerda que es un jefe, que tras una sonrisa cordial guarda una carta de despido. Su fortuna procede de las armas (algo que choca con la “conciencia liberal” de la editorial), que abasteció el conflicto de Vietnam (la herida vergonzante). Stark nació justo a tiempo de verse afectado por un cambio de opinión sobre la guerra, pasando de ser un valioso activo de la patria a un verdugo de red necks americanos, ingenuos y pecosos, y mogollón de niñitos vietnamitas. Hermano de NIXON, o poco menos. Intentó exculparse aceptando el yugo de Iron Man, pero eso no le ha exonerado en absoluto.
Su vida, emporcada por el alcoholismo, también se censura debido a su faceta de playboy, arrogante y superficial. Mientras que a BRUCE WAYNE se le anima a adoptar esa conducta (procurando librarle del baldón de homomasoquista pederasta), en Stark es una tara reprobable que ofende el espíritu conservador yanqui encarnadopor Richards: fiel esposo y amante padre responsable, burgués respetable que salva el Universo de vez en cuando, según va a comprar el periódico, inmune a los eventuales devaneos extramatrimoniales.
Stark es un Corrupción en Long Island total. No ha pillado una enfermedad de Venus de milagro. Sus amores (JANICE CORD, MARIANNE RODGERS, por ejemplo) o mueren o enloquecen. La bomba atómica estalla cuando se enamora de MADAME MÁSCARA, viciosa mafiosa degenerada réproba. ¡Y estando aún fresco lo de la VIUDA NEGRA! Es probable que un tipo tan disoluto haya desparramado su prole por ahí. Es un bon vivant solterón empedernido, libando de numerosas flores. Esta promiscuidad, en cambio, está bien vista cuando atañe a Johnny Storm.
Consciente o subconscientemente, Marvel procura boicotearle. Lo llaman el segundo mejor inventor de su Universo. ¿Seguro? (Esta lista de los más listos de Marvel es otra patraña: no valora supervillanos.) Tierra-X registra un comentario que revelador; Richards dice: “Tony […] no sabía en qué se convertiría si mutaba. Temía qué podía llegar a ser”. Nos previene de lo que ocurre con Stark. Este trabajo de Davis rechina al percatarnos que alguien con la experiencia y el ego de Stark no se contentaría con una parcelita apenas mayor que su coraza, con ser un secundario de un niñato con ínfulas. Su mismo genio creativo lo haría despuntar deslumbradoramente.

Esto nos lleva a considerar la siguiente cuestión: ¿y si la armadura del Hombre de Hierro no fuera para defenderle, sino para contener el genio agresivo de Tony Stark, una prisión? Reparemos en el hecho de que se pasa casi todo el tiempo perfeccionando la coraza (volviendo la prisión impermeable, a prueba de fugas), o salvando el planeta, o fingiendo su frívola vida social disoluta, pero apenas inventa para el mundo (aunque nos aseguren que su munificencia alcanza el más recóndito rincón del Tercer Mundo), pues entonces su hegemonía sería absoluta, indiscutible.

RECAPITULANDO
         Destacamos el homenaje a JACK KIRBY patente en el diseño de las naves y máquinas, así como la presencia de los monstruos de la corte del Hombre Topo.
Sin afán de desmerecer este ameno y sugestivo tomo recopilado por PANINI en España, también debemos advertir de sus deficiencias, y lo rica que hubiera sido la historia si Davis no alojara quince mil tíos por página, delatando su incapacidad para trazar un relato simple, con localizados protagonistas y visos de continuará, y si Stark ocupara un lugar más prominente, siendo aun rival de Richards, el máximo benefactor de la Humanidad, libre de los X-MEN(das) por fin.
         Pero Davis le ha seguido (o le han obligado) el juego a la Casa de las Ideas de anular al odioso magnate, certificando, de paso, la escasa, o nula, entidad del DR. MUERTE en el nuevo Universo Marvel. Sabíamos que, trasHEROES RETURN, había perdido caché, y lo deslizaban por una pendiente hacia la marginalidad donde podrá jugar al tute con el Pensador Loco, MODOCK y CRÁNEO ROJO, cuando la AMENAZA AMARILLA imperecedera (EL MANDARÍN, GARRA AMARILLA) se lo permitan. Han sustituido su amenaza por la de unos villanos nuevos y estrafalarios que parecen desechos de un manga.
         No obstante, y pese a algunas de estas consideraciones, de talante negativo, recomendamos vivamente este tomo, de sólida factura en cuyo satinado papel soporta las excelencias gráficas de que se adorna, con un argumento que, si no brillante, tampoco defrauda. Sólo por el catálogo de tías fetish lo merece, caray.
Y vamos a llamar la atención del lector sobre la portada, con Susan Storm Richards aureolada de virginal santidad embutida en PVC constrictor, cúspide de una pirámide con los machos sometidos (nótese la carita de agobio de Reed), en inversión a la clásica composición, machista, del FRAZETTA usual, sino de CONAN, sí del bárbaro triunfante.

Otro día hablaremos del contenido esotérico de Los 4 Fantásticos (que representan a los elementos de la Naturaleza) y el resto del Universo Marvel, so pena de parecer estar haciendo proselitismo del ocultismo.

 

 

FICHA TÉCNICA

           TÍTULO: LOS 4 FANTÁSTICOS – EL FIN – COLECCIÓN 100% MARVEL
         AUTOR: ALAN DAVIS
TINTA: MARK FARMER
COLOR: JOHN HALISZ
EDITA (EE UU): MARVEL, 2007
EDITA (ESPAÑA): PANINI, 2008
TRADUCE: ÓSCAR ESTEFANÍA
REALIZACIÓN Y ROTULACIÓN: ESTUDIO FÉNIX
FORMATO: LIBRO RECOPILATORIO, CON 6 NÚMEROS, 148 PÁGINAS
ISBN: 978-84-8346-914-9
DEP. LEGAL: GI-436-2007
         IMPORTE: 12,00 EUROS
Creación de la ficha (2009): Antonio Santos, con edición de M. Barrero
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
ANTONIO SANTOS (2009): "Los 4 fantásticos - El Fin", en Tebeosfera, segunda época , 4 (30-VII-2009). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 19/IV/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/los_4_fantasticos_-_el_fin.html