MONTSE CLAVÉ Y LA TRANSFORMACIÓN DE LA MUJER EN EL CÓMIC DE LA TRANSICIÓN
KATIA ALMERINI

Resumen / Abstract:
Katia Almerini repasa la figura y la trayectoria en el cómic de Montse Clavé, todo un símbolo de la lucha por dignificar el medio durante la transición y una de las primeras autoras feministas en España. / Katia Almerini reviews the figure and background in comics of Montse Clave, a symbol of the struggle to dignify the medium during the Spanish transition and one of the first feminist authors in Spain.
Palabras clave / Keywords:
Representación femenina/ Female representation

MONTSE CLAVÉ Y LA TRANSFORMACIÓN DE LA MUJER EN EL CÓMIC DE LA TRANSICIÓN

 

Mi personal descubrimiento y el sucesivo estudio de Montserrat Clavé, autora de cómic hoy poco conocida, se debe a la investigación sobre LaSal, Bar-Biblioteca Feminista en Barcelona[1], experiencia fundamental para el desarrollo del feminismo en Cataluña, aunque la autora hoy se conozca sobre todo por haber formado parte del equipo en Butifarra!

LaSal, fundado en Barcelona en 1977 por María José Quevedo, Sat Sabater, Montse Solá, Carme Cases y Mari Chordà, surgió de la necesidad del feminismo de actuar en la sociedad, de disponer de un espacio propio, de información y de una plataforma de acción (Carmona, 2008). En el espacio, lugar femenino libre, también se experimentó una creatividad diferente, expresada en las ilustraciones de carteles, pósteres, en las agendas y en los comics realizados, además de por Montse Clavé, por Núria Pompeia y Elsa Plaza.

Es de notable interés constatar que las autoras de LaSal se insertan dentro de un panorama más amplio, sólo parcialmente conocido, donde se encuentran otras autoras como Mariel y Marika, empeñadas en la fundación de un nuevo sujeto femenino y actuando, a la vez, una destrucción del canon establecido, visibilizando viejos y nuevos tópicos patriarcales y desvelando la opresión física y psicológica sufrida entonces por las mujeres.

Montse Clavé empieza a dibujar historietas desde muy joven, como ya hacía su hermano Florenci, con el que también se había ido de gira teatral, al principio de los sesenta en Asturias, con el teatro popular La Pipironda, que rescataba la tradición de La Barraca. En vez de historietas femeninas –que para la autora habían configurado el estereotipo de la mujer vacía e inferior– Clavé crece leyendo The Spirit, Steve Canyon, Rip Kirby, influenciada por su hermano (Clavé, 1977). Comprometida políticamente desde muy temprano[2], colabora en la realización de tebeos antifranquistas clandestinos. En 1967 viaja a París, donde toma parte en las manifestaciones del Mayo francés, y también a Cuba, volviendo a Barcelona en 1971, año en que se acerca al feminismo por primera vez[3].

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Cómic clandestino publicado por la organización comunista Bandera Roja en 1972.

A mediados de los setenta, empieza a trabajar de manera profesional como dibujante, sobre todo para revistas de norte de Europa. Su estilo se distingue por ser casi pictórico y con un claroscuro conseguido con pequeños trazos, tendiendo más a cierto realismo que a la estilización típica del cómic. Con los años, la inserción de otros medios, la fotografía, la utilización del collage y cierta tensión poética, harán de sus historietas el comienzo de lo que se definirá como cómic de autor. En España trabajó para diferentes revistas como Butifarra!, Más Madera! o Cul de sac y formó parte del Colectivo de la Historieta responsable de la revista Trocha / Troya.

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Muestra de sus trabajos para los países nórdicos con la agencia Norma: portada de Star (izquierda) y página de "Romance" (derecha),

Durante los años de lucha feminista, aparte de entrar en contacto con otras dibujantes, entabla amistad con Mari Chordà, con la cual, además de compartir la experiencia de LaSal, realiza diferentes proyectos artísticos como Quadern del cos i l’aigua, publicado en 1978. Se trata de un cuaderno formato A4, que adquiere la forma de un diario, con poesías escritas a mano ilustradas con dibujos, que narran la experiencia del descubrimiento sexual femenino. Con este trabajo se escapa del horizonte opresivo típico del momento (representado por mujeres dominadas por el hombre, encerradas en casa) introduciendo elementos positivos y yendo más allá de una concepción dualística de la sexualidad, heteronormativa, representando un nuevo y posible placer para la mujer (de manera sutil y por primera vez, una sexualidad lesbiana).

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Portada y muestra del interior de Quadern del cos i l’aigua (1978).

Sobre el mismo argumento, Clavé publica “La mar” en el tebeo titulado Especial Mujeres, un monográfico de la revista Totem (1978) posteriormente emulado por otras. El extra, creado a la contra de las publicaciones de cómic hechas sólo para mujeres, considerados guetos, aspira en cambio a la posible inclusión femenina en las revistas. Con este proyecto se pretendía subrayar, en contraste con los prejuicios dentro del sector, que era posible que se publicasen monografías realizadas sólo por mujeres y autoras de calidad. En el mismo editorial donde se afirmaba lo anterior, se terminaba comentando que el cómic era el medio apropiado para la revolución femenina, siendo un lenguaje y un medio nuevo, moderno que, como el underground, siempre había buscado la libertad. En “La mar”, historieta con texto de Mari Chordà, se representa la liberación física y placentera que nace como rebelión contra un estado de depresión generado por el aislamiento que vivía la protagonista, que descubre en soledad que está embarazada. La mujer reacciona y tiene lugar un cambio de registro donde el cuerpo va a la deriva hacia un imaginario con atmósferas oníricas. Con el cuerpo de la mujer bañado por las olas del mar se alude a la masturbación, alejándose del estereotipo del porno de moda en la nueva época del destape, y presentando una mirada subjetiva y natural, libre, donde la mujer empieza a tener placer durante todo el embarazo, rescatando una situación muchas veces vivida con angustia. En esta atmósfera la mujer parirá y después, su cuerpo se perderá poéticamente en un horizonte infinito.

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Primera y última páginas de "La Mar", publicada en Totem Extra nº 2 "Especial Mujeres" en 1978.

Uno de los proyectos más originales de Clavé es “Las Entrañablesas”, con textos de Mari Chordà y Ana Díaz Plaja, publicado en Mundo. Se trata de la creación de una serie en episodios cuyas protagonistas son un grupo de mujeres feministas que cabalgan por el mundo. Las heroínas, llegadas desde el Oeste, atraviesan otras épocas intentando, por un lado, despertar las conciencias de las mujeres, y por otro, actuar para cambiar los hechos históricos machistas, como la quema de las brujas. La portada, como era costumbre en el underground, se constituye mediante una tabla única formada por un collage que construye una visión lisérgica, cercana a la estética punk del fanzine, con la utilización de fotografías, publicidades, recortes de periódicos, dando lugar a una acumulación visual típica de una estética posmoderna.

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Dos páginas de "Las Entrañeblesas", serie publicada en la revista Mundo en 1977.

Clavé trabaja también sobre temáticas típicas del cómic underground, pero desactivando el machismo a veces allí contenido y ofreciendo un punto de vista diferente. Como en “Bárbara, dulce recuerdo”, donde se representa el feminicidio, tema frecuente en el cómic marginal - véase por ejemplo “Lola en… Esta noche te mato”, de Ceesepe (1978), o “No tenía cerebro”, de Martín Alia Ascalonilla (1976) - desde otra perspectiva. Clavé destruye el estereotipo del raptus de locura, construyendo una historia negra en la que el asesino se esconde bajo el disfraz de un fascinante fotógrafo y no es el típico monstruo. La historia empieza con un amor y evoluciona con el viaje de Bárbara, que tiene que volver a su país. Durante su ausencia, el hombre transforma su amor en obsesión, utilizando las fotografías que ha hecho de las partes de su cuerpo, convirtiéndolas en fetiches. A la vuelta de Bárbara, el fotógrafo la mata y la desmembra de acuerdo con las fotografías que había hecho previamente de su cuerpo.

La autora también homenajeó a personalidades femeninas relevantes como Virgina Woolf o Jenny de Westfalia[4], y además de historietas construidas alrededor de temáticas feministas, realizó muchas historias políticas, como “Te recuerdo, Chile”, en contra del fascismo, donde la mujer, protagonista, es representada como una de las tantas víctimas de la dictadura por haber sido valiente al luchar y proteger a otros compañeros, dando visibilidad a las mujeres que contribuían a la lucha para la democracia en el mundo. También “7 mayo 1968” es una historieta política sobre el Mayo francés, que Montse Clavé había vivido en primera persona. El lenguaje de esta historieta experimental se construye con la utilización de fotografías, creando un efecto similar al género documental.

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Dos páginas de "Jenny de Westfalia", historieta publicada en Troya nº 3/4 (1977).

Aparte de historietas de aventuras, políticas, dramáticas o históricas, Clavé dibujó también historietas sarcásticas como “Casablanca, otro final”, que ironiza sobre los mitos del cine clásico y la idealización romántica e irreal de los iconos, proponiendo para la célebre película un hipotético final diferente: la protagonista, que en la película se marcha con el marido, Víctor, elige en la historieta quedarse con su amor de siempre, Rick. Lo que aparece como el final esperado y romántico es mostrado por Montse, en cambio, con mucha ironía, como el comienzo de una situación de aburrimiento –ya que Rick está siempre en casa en bata– en protesta por el clima marroquí, y la protagonista vive cierta insatisfacción sexual colmada gracias al personaje secundario Sam (el pianista africano).

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Primera y última páginas de "Casablanca, otro final".

En la mayoría de los comics de Clavé podemos ver una mujer activa y combativa, diferente del panorama de cómic existente aunque, en algunos casos, el personaje femenino sigue atrapado dentro de una lógica de represión hombre/mujer que es más bien desvelada, en lugar de ser superada. Es el caso por ejemplo de “Una página propia” donde una mujer, antes de su cita con el hombre que le gusta, decide hacer ejercicio físico y casi no comer, demostrando falta de autoestima. Cuando el hombre, más tarde, le confiesa su preferencia por las mujeres más rotundas y mediterráneas, la protagonista se libra de su ansiedad en relación con el aspecto exterior y por fin disfruta de una buena comida, sonriendo. Aunque en la historieta haya un final positivo para la mujer, demuestra que el juicio del hombre es fundamental, siendo el vehículo de aceptación de sí misma. Juicio, que no es el resultado de un trabajo individual. Esta última historieta, como muchas de otras autoras y como el trabajo de artistas del momento, refleja sobre todo la necesidad primaria de desenmascarar la poética de la ingenuidad para dar espacio a la condición real de la mujer, a sus problemas y al sufrimiento reprimido.

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Página de "Una página propia", historieta publicada en Cul de sac nº 1.   "Doble jornada", historieta publicada en Trocha nº 1.

La autora, junto con otras artistas feministas, fue pionera en la transformación del papel de la mujer en el cómic, que se había configurado históricamente en los tópicos de la compañera subalterna de aventura, de la esposa pura y paciente, del ama de casa pasiva y que, estaba evolucionando en nuevos papeles aparentemente emancipados como el del objeto sexual, del personaje “marginal” pero silenciado o, en algunos casos, de la feminista moderna, casi siempre fea y castradora.

Clavé con su trabajo, no sólo contribuyó a la creación de un cómic de autor, considerando las temáticas de género, sino que también simbolizó uno de los primeros ejemplos de mujeres que lucharon en la vida cotidiana y profesional para obtener dignidad como mujer y como dibujante de cómic en un sector que era dominado culturalmente por el hombre.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

ASCALONILLA, M.A. (1976), “No tenía cerebro”, en El comix marginal español, Juan López Fernández, Producciones Editoriales, Barcelona, p.124.

 

 

CARMONA, C.L (2008) , Feminismes de la Transició a Catalunya. Textos i materials, Barcelona, d’aquesta edició-Horsori editorial, S. L., p. 190.

 

 

CEESEPE (1978), “Lola en… Esta noche te mato”, en Star n. 39 (1978), p. 21.

 

CLAVÉ, M., (1977), “El cómic femenino”, en Trocha 2, junio, p. 42.

 

 


NOTAS


[1] Katia Almerini, LaSal, Bar-Biblioteca feminista. Empoderamiento femenino y cultura visual, Tesis de Máster en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual, Universidad Autónoma de Madrid, 2013.
 
[2] En una de las protestas antifranquistas en las que participó, fue detenida a los 16 años.
 
[3] Del coloquio con Montserrat Clavé, Barcelona, junio 2013.
 
[4] Se representa a Jenny, figura olvidada de la historia. Hermosa y burguesa, se enamora de Marx, decide seguirlo y acepta una vida complicada por amor y por la revolución comunista que la llevará a la destrucción por los embarazos, la pobreza, el hambre, y que acabará con su muerte en 1881.
Creación de la ficha (2014): Katia Almerini. Corrección de Manuel Barrero y Alejandro Capelo, edición de Félix López. · Imágenes obtenidas de ejemplares originales y también proporcionadas por Montse Clavé.
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
KATIA ALMERINI (2014): "Montse Clavé y la transformación de la mujer en el cómic de la Transición", en Tebeosfera, segunda época , 12 (16-IV-2014). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 19/III/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/montse_clave_y_la_transformacion_de_la_mujer_en_el_comic_de_la_transicion.html