RECÁSPITA, RECÓRCHOLIS Y REPÁMPANOS
Resulta que “caramba” es un eufemismo que se utiliza en lugar de “carajo”, una palabra bastante malsonante. Quién iba a pensar en el origen de esta interjección hoy en desuso al leer aquellos tebeos infantiles donde se usaba con fruición… Pero desde junio de 2011 ¡Caramba! es también el nombre del nuevo fanzine (así se define, aunque por su apariencia profesional podría considerarse toda una revista) coordinado por Manuel Bartual y Alba Diethelm.
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Con un lujoso plantel de colaboradores, prácticamente trasvasados todos ellos de la plantilla de la revista El Jueves, ¡Caramba! dedica su primer número al humor. Es decir, es un fanzine eminentemente humorístico que tiene el HUMOR como tema, no sé si se me entiende. Aunque habría que aclarar que, más que al humor en general, lo que se pretende homenajear en este número es el chiste. Desde las magníficas cubiertas de Monteys (que forman una doble portada) se ven reflejados todos los tópicos del chiste hispano: los chistes de Jaimito, los de médicos, los de náufragos solitarios, los del personaje que se encuentra a un genio y tiene que pedir deseos, Lepe, Mistetas y los colmos. Algunos de ellos, como el de la mosca en la sopa, además, en varias versiones. Estereotipos conocidos por todos que son tergiversados para producir risa a partir del humor que se les presupone.
El listado de autores es impresionante, déjenme mencionarlos todos: Monteys, López Rubiño, Cornellà, Mauro Entrialgo, Juanele, Rubén Fdez., Jorge Parras, Raúl Minchinela y Puño, Bernardo Vergara, Santiago García y Javier Olivares, Jorge de Cascante, Laura Pacheco, Sergio Córdoba y Juaco Vizuete, Manuel Castaño, Guille Martínez-Vela, Ágreda, Carlos de Diego, Luis Bustos, Juarma, Clara Soriano, John Tones y Alberto Guitián, Paco Alcázar, Andrés Palomino, Néstor F, Fontdevila, Pedro Vera, David Sánchez y Manuel Bartual. Pero desde mi punto de vista, destacan sobre todo por su genio Cornellà, Rubén Fdez., Paco Alcázar y Monteys.
Cornellà se encarga de una historieta de cuatro páginas con el título de “La verdadera historia de Jaimito”, en la que nos narra la vida de ese niño tan curioso protagonista de multitud de chistes. El autor hilvana algunos de los numerosos contenidos de esos chistes para elaborar una sorprendente biografía del chaval a la que añade miseria, mutaciones y extrañeza (¿alguien dijo Burns?) resultando una historia jocosa y desgraciada al mismo tiempo. Fdez. toma varias historietas de Calvin y Hobbes de Watterson y, simplemente, cambia el texto de los bocadillos. De una serie eminentemente infantil y juvenil pasamos a unos personajes crueles, malhablados y sexualmente activos. Una joya de la manipulación que juega con el conocimiento previo que el lector tiene de los personajes. Paco Alcázar arrastra el tema del número a su terreno: cuenta la historia de un autor de cómics que no sabe cómo prolongar su serie (¿nos estará mandando algún mensaje encubierto?), y su relación (malsana, delirante) con su editor. Y Monteys realiza varias tiras explotando el mito de los chistes comparativos entre nacionalidades en “Un inglés, un francés y un español”. Una mezcla de chistes ya conocidos con recursos propios del autor.;)
Páginas de Cornellá y de Fdez. ;)
Se añaden a las historietas dos secciones de texto, un relato de Jorge de Cascante que desentona con el resto del contenido, y una entrevista a Paco Alcázar, realizada por Manuel Bartual pero que tiene la peculiaridad de contener dos respuestas para cada pregunta, a elección del lector. Una muestra más de lo que ya podríamos llamar “Universo Alcázar”.
Y tres sorpresas. Dos de ellas, las historietas didácticas y filosóficas de Raúl Minchinela y Puño, por un lado, y de John Tones y Alberto Guitián por el otro. Minchinela, al estilo de su célebre serie “Reflexiones de Repronto”, intenta elucubrar una ecuación del humor donde nos deja asombrados por su capacidad de aglutinar diferentes teorías y que nos parezcan coherentes, adecuadamente ilustradas por Puño. Guitián dibuja una historieta escrita por Tones donde se plantea cuáles son los límites del humor, hasta dónde se puede llegar sin traspasar las fronteras del mal gusto o la ofensa, con discutible conclusión. La otra sorpresa es la historieta muda sobre la vida del historietista Coll realizada por Santiago García y Javier Olivares. Aunque discordante en el tono general del fanzine, esta joyita brillantemente resuelta desde el punto de vista gráfico por Olivares desarrolla en pocas viñetas la vida de uno de los autores más importantes y, al mismo tiempo, más olvidados de la historieta española (¿Les suena? No es el primer caso). Josep Coll dedicó varios años de su vida a dibujar cientos de páginas para TBO con un estilo característico y elegante, otros tantos años a la construcción como albañil que era, y tuvo un final trágico en un momento que se presuponía feliz por la recuperación de su obra. Éste es otro ejemplo más que demuestra que este fanzine está elaborado por y para entendidos; difícilmente alguien que no conozca la obra y la vida de este autor entenderá de qué va esta historieta, aparte de que un señor con bigote dibuja tebeos. Entendámonos, la historia está brillantemente resuelta por sus autores, no hay dudas sobre su capacidad narrativa, pero ¿qué le puede decir esto a un lector ocasional? También para entender las páginas de Fdez. hay que conocer la obra previa de Watterson, e incluso las páginas de Alcázar requieren de cierta preparación para su entendimiento. A esto se unen las características de la edición y su precio, ambos excesivos. Encuadernado como un libro de pequeño formato en blanco y negro con buena calidad de papel y sobrecubierta en color, impresa además por las dos caras (en la parte exterior, la portada de Monteys, en la interior, diversos chistes de López Rubiño), estas características elevan el precio del producto hasta los doce euros; algo que echará para atrás a alguien que, como ya hemos indicado, no esté ampliamente relacionado con el medio. (A esto se añaden los “extras” que aporta el fanzine, esto es, un “álbum de cromos” realizado por David Sánchez y una chapa con el chiste de Mistetas). ;)
Página de Paco Alcázar.
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Una última reflexión. Ya hemos indicado que la mayoría de los autores provienen de las páginas de El Jueves y cabría preguntarse por qué esto es así. ¿Existen otras fuentes de dibujantes de humor en activo? Podríamos pensar en la revista Amaníaco (aunque aquí también son mayoría los de El Jueves) o en los colaboradores de Malavida (que raramente colaboran con otras cabeceras). Probablemente se deba a que El Jueves ha sabido atraer a las nuevas generaciones de autores españoles de humor, muchos de ellos provenientes de fanzines, ya que prácticamente todos han colaborado de alguna forma en sus páginas, en un proceso de renovación que se viene produciendo en los últimos años en la revista, en oposición a la que venía siendo su política de mantener series inamovibles durante años. Lo cual también puede ser bueno (ya que se busca siempre lo mejor, dotando de dinamismo a la publicación) o malo (porque lo nuevo no acabe de cuajar y haya que recurrir a otros autores).
En definitiva, los creadores de ¡Caramba! se enfrentan a tres retos si deciden continuar esta aventura: uno, mantener la excelente nómina de colaboradores; dos, superar la sorpresa inicial del primer número manteniendo la armonía entre sus contenidos; y tres, abaratar costes si su intención es mantenerse en un mercado (cada vez más) raquítico.
De todas formas, yo compraré el siguiente número. ¡Qué caramba!
