ROBERTO ALCÁZAR Y PEDRÍN EN LA AVENTURA DEL HOMBRE DIABÓLICO
JOSÉ MARÍA BAENA

EL HORROR EN LOS TEBEOS CLÁSICOS ESPAÑOLES.
ROBERTO ALCÁZAR Y PEDRÍN EN LA AVENTURA DEL HOMBRE DIABÓLICO 

Los encantos de lo horrible
no embriagan más que a los fuertes.
Charles Baudelaire (Las flores del mal)
 
En su excelente ensayo El horror en la literatura, H. P. Lovecraft (1890-1937) nos recuerda en su prólogo que «la emoción más antigua y más intensa de la Humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido». Y es el miedo el sentimiento con el que juega el autor, sea de una novela, una película o un tebeo, para provocar la sensación de horror en el lector o el espectador.
No vamos a entrar en este trabajo a intentar establecer las diferencias entre horror y terror, tarea compleja en que se han embarcado numerosos escritores y especialistas de este tema. Sobre todo escritores de novelas y relatos del subgénero llamado “terror gótico”, como Ann Radcliffe (1764-1823), intentaron en su momento establecer diferencias entre ambos conceptos no habiéndose alcanzado un consenso conceptual, discrepancias que aumentaron posteriormente con la llegada del cine y la aparición de nuevos subgéneros. De manera que en este articulo vamos a utilizar ambos términos como sinónimos, donde pretendemos realizar un análisis de una larga aventura de terror, la mas larga de toda la colección, que apareció a lo largo del año 1947 en una colección de aventuras por antonomasia en el tebeo español, nacida casi a raíz del final de la Guerra Civil (1936-1939), Roberto Alcázar y Pedrín.
Aunque la edad de oro del tebeo español apenas contó con series o colecciones dedicadas íntegramente al género del terror, es verdad que muchas de ellas dedicaron determinadas aventuras muy puntuales a este variedad. No sería hasta la segunda mitad de los años sesenta y sobre todo a partir de los setenta del pasado siglo cuando aparecería este género con colecciones exclusivas como Dossier Negro (1968), Vampus (1971) y Rufus (1973) editadas por Ibero Mundial de Ediciones.
 
 
Introducción
Roberto Alcázar y Pedrín no es un tebeo de terror, pero a lo largo de su dilatada existencia nos ofreció muchas aventuras que se movían en los parámetros de la literatura de terror. Como consecuencia de su larga vida, desde finales de 1939 hasta el 31 de enero de 1976, y del amplio numero de guionistas, la colección estuvo impregnada de los más diversos tipos de aventuras entre los que destacó, sobre todo en su primera parte, el género de terror dentro de un desarrollado eclecticismo, abordándose aventuras que mezclaban vampiros, personajes con poderes hipnóticos, castillos misteriosos, momias, monstruos de todo pelaje, etc.
Como consecuencia de ser un tebeo de “aventura completa” sobre todo en sus primeros tiempos, el guionista disponía de alrededor de un centenar de viñetas distribuidas en 16 páginas, que a partir del ejemplar numero 108 se convertirían en solo 10, para solventar el esquema argumental clásico de la narrativa: planteamiento, nudo y desenlace. Ello conllevaba que los guiones fuesen muy simples y la acción apresurada, pero que gracias a la gran variación de enemigos, en gran parte de las ocasiones lindando con el surrealismo, mantuvo la atención de varias generaciones de jóvenes.
Posteriormente, en el segundo centenar de cuadernillos y durante unos cincuenta ejemplares aparecieron varias aventuras que ocupaban dos o cinco entregas, lo que permitía al guionista ahondar más en la narración y ofrecer al publico lector unas tramas más elaboradas y atractivas. También entre los números 243 al 342 aparecieron aventuras que se narraban en varios cuadernillos. No obstante, como decimos, la tónica general era la de “una aventura completa” con desenlace terminante, es decir, que el problema planteado en el inicio de la aventura quedaba resuelto por completo.
Pero como hemos mencionado en un párrafo anterior, hubo una aventura especial, llamada “Contra el hombre diabólico”, que duró exactamente veintisiete cuadernillos entre los números 94 y 120 ambos inclusive, que descolló por su trama, su longitud, sus característicos personajes malvados y sus planteamientos, y que además incluyó un desenlace promisorio, no terminante, que permitió enlazar con otra aventura que se prolongó durante cuatro cuadernillos más. Es por esta razón por la que muchos aficionados y especialistas consideran que también pertenece a la misma saga del hombre diabólico, lo que haría un total de treinta y un cuadernillos.
 
 
Los autores

Al igual que la mayor parte de la colección de Roberto Alcázar y Pedrín, el dibujante de la aventura del hombre diabólico fue Eduardo Vañó Pastor. Nacido en Bocairent en 1911 y fallecido en Valencia en el año 1993, estudió Bellas Artes obteniendo posteriormente el titulo de profesor de dibujo. Vañó estuvo vinculado con la Editorial Valenciana desde antes de la Guerra Civil en que trabajó como ilustrador de novelas y folletines. Una vez acabada la contienda creó sus personajes más famosos, Roberto Alcázar y Pedrín, que lo haría muy popular y famoso. Con posteridad realizaría otras colecciones muy conocidas como Carlos Ray, corazón de acero y Milton, el corsario. Su estilo sencillo pero sumamente efectivo y de una gran fluidez narrativa hizo que sus personajes fuesen seguidos por innumerables lectores.

Los autores: Pedro Quesada (1926-1988) y Eduardo Vañó (1911-1993) [fotografías de Historia del tebeo valenciano]

A diferencia del dibujo, el guión de Roberto Alcázar y Pedrín estuvo en manos de un numeroso plantel de autores. Las aventuras del hombre diabólico fueron creadas por Pedro Quesada Cerdá, prolífico guionista albaceteño nacido en 1926 y fallecido en Valencia en 1988. Perteneciente a la escuela valenciana y hermano del dibujante Miguel Quesada, Pedro concibió una gran variedad de personajes de los tebeos de aventuras de aquellos años, que hoy se consideran obras maestras. En el caso que nos trae, se puede afirmar que la aventura del hombre diabólico es quizás la mejor de toda la colección, incluyendo las que se editaron en Almanaques y otros formatos en que aparecieron Roberto Alcázar y Pedrín.
 
 
El inventario
La aventura del hombre diabólico debió de aparecer en los quioscos hacia principios del año 1947, cuando la periodicidad quincenal era ya bastante estable, de manera que tuvo que finalizar hacia la primavera de 1948. Esta datación está basada en la información aportada por las contraportadas de los originales de primera impresión, con precio facial de 1 peseta. El testimonio fundamental lo aportan los números cuyas contraportadas traían anuncio de los “Almanaques Infantiles de 1948”, situación que se da entre los cuadernillos 114 al 119, y que deben de pertenecer al periodo comprendido entre mediados de noviembre de 1947 y primeros de febrero de 1948.
Los títulos aparecen relacionados en el siguiente cuadro, donde se indica además el número de paginas de tripa de cada cuadernillo, el número de viñeta por cuadernillo y el precio facial que llevaba marcado el original de primera impresión, aunque posteriormente, para atender la demanda, se hicieron reimpresiones con precios faciales de 1,25, 1,50 y 1,75 pesetas.
 
NÚMERO
TÍTULO
NUMERO DE PÁGINAS
PRECIO FACIAL
NÚMERO DE VIÑETAS
94
El hombre diabólico
16
1,00 ptas
110
95
El rayo de la muerte
16
1,00 ptas
100
96
El prisionero de Norfold
16
1,00 ptas
102
97
Lucha sangrienta
16
1,00 ptas
108
98
El castillo maldito
16
1,00 ptas
103
99
La primera víctima
16
1,00 ptas
105
100
Peligro
16
1,00 ptas
96
101
Burlando al enemigo
16
1,00 ptas
101
102
El túnel de los vampiros
16
1,00 ptas
111
103
La destrucción de “el rayo”
16
1,00 ptas
102
104
Svimtus en Londres
16
1,00 ptas
97
105
La captura de Baker
16
1,00 ptas
94
106
La fuga de Baker
16
1,00 ptas
106
107
El rescate de Zöe
16
1,00 ptas
98
108
Vuelve Graham
10
1,00 ptas
96
109
A bordo del “Oriente”
10
1,00 ptas
108
110
La tragedia del “Oriente”
10
1,00 ptas
108
111
Otra vez frente a frente
10
1,00 ptas
102
112
El reino de Sher-Sing
10
1,00 ptas
96
113
El terrible Krishnamarti
10
1,00 ptas
102
114
En Shamara
10
1,00 ptas
99
115
Crispín interviene
10
1,00 ptas
110
116
La torre cerrada
10
1,00 ptas
109
117
La secta de los adoradores
10
1,00 ptas
100
118
La muerte invisible
10
1,00 ptas
103
119
La entrada al templo
10
1,00 ptas
106
120
El final del trío maldito
10
1,00 ptas
100
121
EL enigma del hombre mono
10
1,00 ptas
107
122
El brazalete maldito
10
1,25 ptas
108
123
Los endemoniados
10
1,25 ptas
106
124
La venganza de Samson
10
1,25 ptas
106
 
 
Los personajes malvados
A lo largo de una aventura tan larga el numero de estos personajes suele ser muy variado, pero circunscribiéndonos solamente a los principales hemos de destacar al trío fundamental que dan vida a la trama, ya que por primera y única vez este tipo de personajes secundarios alcanzan un peso importante en la aventura y el dúo protagonista se tiene que enfrentar a unos malvados realmente peligrosos y escurridizos, con un objetivo claro de hacerse los amos del mundo.
Svimtus, el hombre diabólico: personaje de aspecto vampírico y vestiduras trasnochadas que sueña con convertirse en el dueño del mundo bajo un reinado basado en el terror. Es el motor de la maldad que destila la aventura, ayudado por sus otros dos compinches y por una cohorte de facinerosos, con su lugarteniente Baker a la cabeza. Su cara, que nos recuerda al actor de origen húngaro Bela Lugosi, y su indumentaria a base de capa de cuello alto y amplio sombrero, lo identifica y delata con facilidad, aunque apenas de desprende de ella, y esto a pesar de que en una ocasión uno de sus secuaces lo comenta diciendo «… nunca se cambia de traje y algún día le costará un disgusto…»

Pero es sobre todo sus tétricas y cadavéricas facciones, con ojos y mirada hipnotizadora, la característica más escalofriante, y con la cual es capaz de dominar las mentes de sus enemigos. Es además el personaje que aparece en la primera viñeta de esta aventura, cuando realiza un robo en el Banco Social dominando con el magnetismo de su mirada a Barnes, el desafortunado cajero.

Número 94 de Roberto Alcázar y Pedrín: primera aparición de Svimtus; Svimtus usa sus poderes hipnóticos, y al final del cuadernillo, jura venganza sobre Roberto.

Graham, el científico: inventor de la mortífera máquina llamada el “rayo de la muerte”, que se afana en reconstruir y mejorar, es un sabio sádico que no duda en emplear su artificio contra seres indefensos con tal de probar su eficacia. Durante la primera parte de la aventura viste la tradicional bata blanca de investigador de laboratorio.

El príncipe Sher-Sing: perverso príncipe de un supuesto reino de Sher-Sing, en el estado de Bandelkan, cuyo palacio está situado en Shamara, posible capital del reino. El citado reino no tiene una clara ubicación en el mapa, ya que a veces se habla de la India y otras del Indostán, que es realmente una península que incluye no solo a la India, sino también a naciones como Nepal, Pakistán y Bangladesh, entre otras. El susodicho príncipe viste siempre elegantemente, usando turbante y esmoquin a lo largo de toda la aventura, y representa el prototipo de la perversidad oriental. Inspirado posiblemente, al igual que sus compañeros de fechorías, en las películas de serie B tan características en aquellos años, esta etapa de la aventura parece particularmente influida por las dos obras cinematográficas del director austriaco Fritz Lang El tigre de Esnapur (Die Tiger von Eschnapur, 1958) y su secuela La tumba india (Das Indische Grabmal, 1959), llena de templos, palacios exóticos con sus harenes, sectas religiosas, etc.

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Primeros números de esta serie de terror: núms. 94, 95 y 96.

 
 
La trama
El argumento de esta aventura, muy en la línea de toda la colección, es de una simplicidad evidente a pesar de su extensión, ya que cuadernillo tras cuadernillo se vuelve a reproducir la misma situación aunque en diferentes escenarios. La captura de Roberto y Pedrín por parte del trío malvado, o viceversa, la detención y encarcelamiento de alguno de los miembros de la terna, se repite hasta la saciedad, todo ello aderezado con peleas a puñetazos o culatazos, tiroteos y ametrallamientos, llenos de un sadismo hasta extremos inverosímiles.

El guión arranca con Svimtus cometiendo varias fechorías con objeto de obtener dinero aprovechándose de sus poderes hipnóticos, para posteriormente contactar con el pérfido Graham y entregarle los frutos de sus atracos y extorsiones y así costear la construcción del “rayo de la muerte”, máquina capaz de matar por electrocución a distancia. Desde su lugar de fabricación, una factoría llamada “Metalurgia General”, el instrumento es trasladado al castillo de Rockefil (a veces escrito igualmente como Rokefil), en parte acuciado por la amenaza de Roberto Alcázar y la policía. Pero antes Svimtus ha de poner en libertad a Graham que ha sido encarcelado en la prisión de Norfold, propósito que consigue después de una lucha encarnizada. Mientras tanto, en el castillo, Pedrín que había sido hecho prisionero, logra escapar de su celda y descubrir que los dueños del castillo, Miguel (conde de Rockefil), su esposa Miriam y sus hijos Aida y Freddie también están apresados. A pesar de ello, y tras nuevos enfrentamientos y mas peleas, son atrapados de nuevo y el conde es asesinado con el “rayo de la muerte”, pero Pedrín consigue averiar la maquina infernal antes de que Graham siga utilizándolo con el resto de los prisioneros. Nuevamente libres, Roberto se queda en el castillo mientras que Pedrín con la familia del conde huye en un avión hacia Norfold para avisar a la policía. Pero, en su huida, Roberto se escapa a través del túnel de los vampiros, sucediéndose una situación arquetípica de los relatos de terror, tanto por la creación del ambiente como por el peligro que corre el héroe.

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Portada del núm. 102.

Derrotados de nuevo y apresado Graham, Svimtus vuelve a huir y se dirige a Londres donde se esconde en los bajos fondos amparado por el hampa e idea, con objeto de desorientar a la policía, crear un doble del hombre diabólico utilizando a un hipnotizador profesional, el profesor Boltover, obligándolo bajo amenaza a su hija Zöe, a quien mantienen raptada. Afortunadamente la superchería es descubierta y Zöe posteriormente libertada.

 
Mientras tanto, Roberto, que había sido atrapado de nuevo por Svimtus, es arrojado al río Támesis, situación de la cual consigue salir ileso no sin antes caer en manos de contrabandistas de drogas que lo entregan al mandarín Fan-Cheng. En casa del mandarín está el príncipe Sher-Sing que propone al mandarín la entrega de Roberto a Svimtus con objeto de que el “rayo de la muerte” se instale en su país. En un nuevo desenlace rocambolesco Roberto logra escapar y atrapar al mandarín y a toda su pandilla, entregándolos a la policía y descubriendo posteriormente que el trío maldito ha huido hacia el reino de Sher-Sing en un barco llamado “Oriente”.
Roberto y su ayudante dan caza al barco a bordo de un avión y una vez más se producen varias situaciones llenas de mamporros, tiros y todo tipo de violencia imaginable, finalizando con la explosión de la caldera del barco y huyendo Roberto y Pedrín en una barca, mientras que los malvados lo hacen en un hidroavión que el barco llevaba a bordo. Una vez aterrizan en Argel, el trío consigue despojarle una joya a Mohamed Ben Yussef, conocido del príncipe, lo que les permite contratar un barco, de nombre “Dellys”, que les lleve a Sher-Sing.

www.tebeosfera.comTras intentar detenerlos antes de alcanzar su puerto de llegada, Roberto y Pedrín son encarcelados por error por parte de la policía de Damao y libertados posteriormente, llegándose de esta manera a la ultima parte de la aventura con su arribada al misterioso reino del príncipe, donde de nuevo se suceden peleas y reyertas, tanto en la selva como en el palacio que el príncipe tiene en Shamara, en esta ocasión con la ayuda de una secta de adoradores que se pone de parte de Roberto, y la cual había sido expoliada por parte del príncipe. El objeto del despojo ha sido una figura conocida como el Alma, que se guarda en la llamada torre del tesoro artístico donde se desarrolla una encarnizada lucha entre los dos bandos, mientras Roberto y Pedrín intentan llegar al templo donde Graham ha instalado el “rayo de la muerte”. Una vez dentro y tras innumerables peripecias la maquina infernal es destruida y los miembros del trío maldito mueren: Graham accidentalmente al clavarse un puñal mientras lucha con Roberto, Svimtus por un disparo accidental del príncipe, y este ultimo al caer desde un quinto piso del palacio de Shamara, al sufrir un ataque súbito de locura tras la muerte de sus compinches.

Dos de los últimos números de este arco argumental, 122 y 124.

 
 
Las localizaciones
Apenas hay contabilizadas media docenas de aventuras de Roberto Alcázar y Pedrín que transcurran en nuestra patria, de manera que las correrías de nuestros personajes tras el trío maldito no podían ser una excepción. Sin entrar en un análisis de las razones por las que en la gran mayoría de los casos Roberto y Pedrín no pisan su país de origen, lo cual sería objeto de un estudio aparte, hay que indicar que en la aventura que estamos tratando toda la acción se desarrolla en el extranjero, aunque a veces sus autores son parcos en datos. Si bien a veces algunos nombres denotan un origen español, como por ejemplo el banco que Svimtus roba en el primer cuadernillo de la serie (Banco Social) o el nombre de pila del conde de Rockefil (Miguel), el resto de las localización no corresponden obviamente a España.
La acción se desarrolla posiblemente en los alrededores de Londres, la fábrica “Metalurgia General”, el castillo de Rockefil o la prisión de Norfold, luego continúa en el mar a bordo del “Oriente”, apareciendo Tánger, donde llega Roberto y Pedrín, y Argel adonde lo hace el trío maldito. Posteriormente nuestros héroes llegan a Port Said (en el acceso al canal de Suez) y Damao (colonia portuguesa en la India, reconocida como independiente en 1974). Finalmente el misterioso reino de Sher-Sing y la ciudad de Shamara donde discurre la ultima fase de esta extensa aventura.

En definitiva todos son lugares geográficos reales salvo el reino de Sher-Sing, donde además se da la circunstancia comentada anteriormente al definir a los personajes del trío, a saber, el hecho de que se utiliza de manera sinónima la India y el Indostán, tanto a efectos toponímico como de gentilicio.

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Cuadernos núms. 112, 113 y 114, con las aventuras que transcurren en Sher-Sing.

 
El hombre diabólico, una aventura de terror
Puede que hoy uno, con muchos años a cuestas y una larga experiencia en la vida, pueda considerar, a la vista de las viñetas, que la aventura del hombre diabólico era bastante ñoña, y llegar a pensar que difícilmente aquellas imágenes podían causar algún tipo de sensación de estremecimiento en los jóvenes lectores. Pero la realidad era que para nosotros, niños que apenas empezábamos a leer de corrido, esta aventura era una “historia de miedo”, como la llamábamos entonces, cuando términos como terror, horror o fantástico quedaban fuera de nuevo escaso vocabulario.
Hoy, al analizar con pausa y experiencia, podemos decir claramente que esta aventura presenta los patrones característicos de los relatos de terror, asumiendo la existencia de un notable eclecticismo ya que el relato bebe de fuentes variadas, presentando una mixtura de géneros, desde el de horror que hemos mencionado, pasando por la aventura pura y dura, el género carcelario, continuando por el fantástico y finalizando con el género de la aventura exótica. 
Podríamos decir que el patrón básico de esta aventura es la ambientación y el espacio escénico que creó perfectamente Quesada y que Vañó, a pesar de la simplicidad de su dibujo, supo representar con apenas unos trazos, dejando que la mente del joven lector hiciese lo restante. Así podemos dejarnos llevar por la sensación de desasosiego que nos produce el caserón donde está ubicada “Metalurgia General” o lo que parece ser el almacén abandonado de una antigua factoría donde vemos por vez primera “el rayo de la muerte”. Pero esto no es más que un primer peldaño antes de que la acción pase al castillo de Rockefil, lugar de aspecto medieval donde transcurre casi una tercera parte de la aventura, lleno de interminables corredores, largas escaleras, túneles habitados por vampiros, habitaciones tenebrosas, lúgubres calabozos y celdas, un hangar subterráneo y una nueva ubicación del enigmático laboratorio del científico Graham. En este fase de la aventura la intriga también se desarrolla, de manera alternativa, en la prisión de Norfold donde está encarcelado el perturbado científico, lugar que Vañó dibuja siguiendo la clásica iconografía con una gran entrada dotada de garita de vigilancia, amplio patio interior donde se suceden encarnizadas luchas y temerarios tiroteos, celdas de sólidos barrotes y altos muros protegidos por mallas metálicas electrificadas.
www.tebeosfera.comTras el castillo, la acción pasa a un nuevo ámbito escénico, en esta ocasión un lugar más abierto que el recinto de Rockefil, ya que nos vamos a la mismísima ciudad de Londres donde Svimtus tiene un refugio. La capital británica se nos presenta con sus tugurios, como la taberna del “Colibrí”, lleno de personajes típicos de los bajos fondos, asesinos a sueldo y traficantes de drogas que pululan por las orillas del río Támesis y por sus lóbregas cloacas.
A partir de aquí el escenario sale definitivamente del ambiente de terror para embarcarse en un periplo que nos llevará al enigmático reino de Sher-Sing donde transcurren la última docena de cuadernillos. Como se ha mencionado anteriormente, el escenario se torna más abierto, aunque a veces se producen situaciones claustrofóbicas como sucede durante el acoso a la torre del tesoro artístico, pero en general la trama discurre en un contexto que toma como arquetipo las películas de aventuras selváticas.
Otro de los patrones propios de las aventuras de terror está en la manifestación de una fuerza maligna de origen sobrenatural y con instinto criminal. Pero el guión no explota los fantasmas, monstruos o licántropos clásicos. En el caso que tratamos la naturaleza maléfica queda perfectamente localizada en el personaje de Svimtus, el hombre diabólico, un personaje macabro y siniestro en todos sus aspectos, en su discurso criminal, sus facciones y su atuendo, pero sobre todo son sus ojos lo que lo caracteriza y en donde reside un don sobrenatural, la capacidad de dominar con la mirada a su adversario mediante hipnosis. Gracias a esta cualidad, Svimtus logra escapar de multitud de situaciones comprometidas lo que favorece la dilatación de la propia aventura que de otra manera hubiese quedado reducida a unos pocos cuadernillos. Para los jóvenes lectores que necesitaban aguardar quince días para conocer el desenlace del curso de la aventura, debía ser exasperante que una ocasión tras otra Svimtus, amparado en sus poderes, lograra escapar de Roberto Alcázar o de la policía, desazón que aumentaba en el lector al ser una aventura larga del tipo “continuará” en una colección que hasta ese momento había sido del tipo “aventura completa”.
Pero no es Svimtus el único personaje que funciona como arquetipo de los temas de terror, pues no hemos de olvidar la figura del sabio loco. En nuestro caso el científico Graham es a veces más cruel que el propio hombre diabólico, ya que el deseo de probar su “rayo de la muerte” con objetivos humanos reales, lo que él llama “conejito de las indias”, le lleva a un sadismo extremo ya que no duda en asesinar a sangre fría al conde de Rockfil ante un maravillado Svimtus que le alaba tan vil acción. Su prodigiosa máquina de matar va siendo perfeccionada a lo largo de la trama gracias a la maestría del científico. Así, lo que era en un principio en el almacén de “Metalurgia General” un simple arma con aspecto de rifle o fusil muy sofisticado, cuando es instalado en el castillo de Rockefil vemos que ya dispone de una pantalla anclada a una pared desde la cual puede enfocar a sus victimas. Finalmente en el templo de Sher-Sing, la pantalla en vez de estar situada sobre la pared aparece sobre un sencillo pie de apoyo muy similar a los monitores planos de nuestros actuales ordenadores. La máquina es, por lo tanto, otro patrón en muchos relatos de terror sea en forma de instrumento de matar (véase la película El péndulo de la muerte [Roger Corman, 1961] basado en relatos de Edgar Allan Poe), o también en artilugios para crear una nueva vida al servicio de su creador como sucede en la novela de Mary Shelley Frankenstein o el moderno Prometeo (1818) o en la obra cinematográfica Metrópolis (Fritz Lang,1926) basada en la novela homónima de Thea Von Harbou, esposa del director.
 
 
Prosecución de la aventura
Como se ha indicado anteriormente en la introducción a este trabajo, la aventura del hombre diabólico no tiene un final terminante, sino que la última viñeta da pie a que la aventura continúe un poco más. Y lo hace enganchando con un argumento que se basa en el hecho de que la tumba de Svimtus ha sido profanada y, como se descubre posteriormente, su cerebro ha sido robado, extrayéndoselo mediante trepanación.

De nuevo nos encontramos con una trama que abarca cuatro cuadernillos más y que además está enmarcada también en un ambiente de terror, apareciendo un escenario clásico que en la aventura principal quedó fuera, el cementerio y su atmósfera macabra con la que comienza la aventura. Y ello sin faltar el resto de tópicos como castillos llenos de laberintos, laboratorios y seres endemoniados.

Dos ejemplares de la historia que continúa la "saga" de Svimtus

La aventura nos relata cómo un sabio de profesión acróbata que va disfrazado de gorila, suplantando al conde Orcada, consigue fabricar en los subterráneos de su castillo una droga con el cerebro de Svimtus. Dicho preparado inyectado en las personas es capaz de convertirlas en asesinos a la luz de la luna, siempre que la victima esté en posesión de un brazalete que lleva una media luna. El primer personaje al que le inoculan la droga es Oscar Samson, conocido luchador y amigo de Roberto, que se convierte en un homicida asesinando a su esposa entre otras víctimas y vengándose al final del malvado saltimbanqui. Al igual que sucede en la aventura del hombre diabólico, al disponer de varios cuadernillos donde desarrollar la acción, la trama alcanza bastante complejidad y los personajes secundarios quedan suficientemente definidos,
 
 
Epílogo
A lo largo de más de 2.770 viñetas, casi 3.200 si añadimos la aventura del hombre mono, Quesada y Vañó nos deleitaron, y asustaron, con una aventura que quedaría como paradigma del género de terror en el tebeo español de aquellos años. Jugando con los patrones más típicos de este tipo de trama y con una cierta dosis personal de irracionalidad y surrealismo, los autores supieron atraer la atención de los jóvenes lectores y alcanzar un éxito sin precedentes hasta ese momento.
Aunque los datos de números de ejemplares editados hay que tomarlos siempre con reservas dado que, en aquellos años, no existía un registro fiable y además las tiradas oficiales no coinciden con las reales, no debemos de desechar el testimonio de Soriano Izquierdo, quien fue durante muchos años director artístico de la Editorial Valenciana. Soriano afirmaba que en su momento álgido Roberto Alcázar y Pedrín alcanzaba tiradas quincenales de 500.000 ejemplares y reimpresiones de números atrasados del orden de 10.000 cuadernillos. Lo que sí parece obvio es que esta aventura fue la más popular de la colección, y la prueba puede estar en el hecho de que cuando Editorial Valenciana decidió reeditar Roberto Alcázar y Pedrín en marzo de 1976, en versión coloreada y formato vertical, lo hizo comenzando por ella a pesar de corresponder al numero 94 en vez de hacerlo por el numero uno.
 
 

 
Bibliografía
 
- Roberto Alcázar y Pedrín. Editorial Valenciana (1939-1976) . Cuadernillos 94 al 124 con guión de Pedro Quesada y dibujo de Eduardo Vañó.
- El horror en la literatura. Howard Phillips Lovecraft. Alianza Editorial. 1984. ISBN: 84-206-0002-4
- Comicguía. Cuaderno de la historieta nº18. Francisco Tadeo Juan. 1989.
- Clásicos en Jauja. La historieta del tebeo valenciano. Pedro Porcel Torrens. Ediciones de Ponent. 2002.
 
Creación de la ficha (2009): José María Baena Liberato, con edición de Javier Alcázar
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
JOSÉ MARÍA BAENA (2009): "Roberto Alcázar y Pedrín en La aventura del Hombre diabólico", en Tebeosfera, segunda época , 5 (1-XII-2009). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 18/IV/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/roberto_alcazar_y_pedrin_en_la_aventura_del_hombre_diabolico.html