LA PAREJITA Y UNO MÁS (UNA RESEÑA -Y VAN...- DE LA SERIE DE MANEL FONTDEVILA)
JAVIER ALCÁZAR

LA PAREJITA Y UNO MÁS
(Una reseña -y van...- de la serie de Manel Fontdevila)
 
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Primer libro de la Guía para padres desesperadamente inexpertos, que recogen parte de la serie La Parejita. 
Poco se puede escribir que no se haya escrito ya sobre La Parejita, la exitosa y longeva serie creada por Manel Fontdevila. Casi ochocientas páginas publicadas en la revista El Jueves desde su creación en 1995, si no contamos su serie precedente, Emilia, que aparecía en la “otra” revista de la casa, Puta Mili, narrando las desventuras de una pareja de novios en las que la chica se resistía a perder el contacto con su hombre por motivos forzosos, el ya lejano servicio militar.
 

De La Parejita se ha destacado siempre, de forma positiva, su humor accesible, su relato de costumbres, su capacidad de empatía con el lector por medio de unos personajes reconocibles e identificables, la maestría en el trazo y la planificación de Fontdevila, que unos emparentan con la corriente francobelga y otros (más acertadamente, pienso yo) con la historieta de humor española de posguerra. Los que han apuntado alguna opinión negativa lo han hecho desde el punto de vista argumental, por la repetición de situaciones (por otra parte lógica en una serie con varios años a sus espaldas) y por el nuevo rumbo que han tomado sus personajes, antes pareja de solteros que convivían y ahora padres de un niño del que son responsables, aunque todavía sin boda de por medio.

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 Diferentes ediciones de la serie La Parejita. Desde su origen en Puta Mili (una postal con el personaje Emilia) hasta sus distintas recolecciones en libros de El Jueves.

Pero, a pesar de la reticencia con la que inicialmente se pudo tomar esta iniciativa del autor (el embarazo, parto y crianza de un niño en una pareja independiente y moderna ponía en peligro su alianza con el lector habitual de la revista y auguraba un endulzamiento de las historias) ha sido esta actualización lo que ha servido de refresco a un relato (de costumbres, sí) que crece al mismo tiempo que el lector. Ya no se sucederán chistes de forma anecdótica, no existirá una atemporalidad en la narración, las figuras de Mauricio y Emilia no se mantedrán eternamente jóvenes, sino que necesariamente el tiempo deberá correr, su hijo Óscar deberá desarrollarse y pasar por las diferentes etapas del crecimiento ocasionando nuevas situaciones para generar el humor cotidiano. Varias series de El Jueves han intentado también actualizarse, unas con poco éxito (las ya estancadas Martínez el facha o Clara, de noche) y otras con buena respuesta (como ha ocurrido con Tato, en este caso la responsabilidad ha recaído sobre otro maestro de la historieta de humor, Monteys). El rasgo diferenciador de La parejita puede ser la ya comentada casi infinita posibilidad de situaciones para la anécdota que se generan en una familia, todas ellas susceptibles de ser “adaptadas” por la visión particular de Manel (y de familias famosas está repleta la historieta española: Ulises, Cebolleta, Trapisonda, Churumbel...). ¿Se imaginan las andanzas de Óscar en el colegio, la aparición en la serie de sus compañeros? ¿O la posibilidad de que Mauricio y Emilia tengan más hijos? Si Manel no se cansa, la serie durará tanto como pueda durar la revista.
 
Pero esta reseña no pretende justificar el trabajo del autor ni propugnar los caminos por los que debe discurrir la serie, sino que pretende detenerse en dos aspectos que creo fundamentales al juzgar el flamante libro editado por Ediciones El Jueves, ¡Somos padres, no personas!: el uso del medio historieta que hace Manel Fontdevila y el formato elegido para su publicación.
 
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Una de las viñetas que Fontdevila destina al diario Público.

Quedarán a estas alturas pocas dudas sobre la capacidad de creación de Fontdevila, o sobre su ingenio. El autor consigue entregar cada semana, como mínimo, las páginas de La Parejita y Para ti, que eres joven a la redacción de El Jueves, las viñetas que publica a diario en Público, además de otras historietas dispersas (por ejemplo, las que aparecen en Amaníaco) y otros proyectos más personales (la inclasificable Superputa). Manel afronta este trabajo dirigido a la revista satírica (alimenticio, necesario para desarrollar otras creaciones más personales) no desde la monotonía de lo rutinario, sino que intenta aprovechar en la serie todos los recursos narrativos que la historieta pone a su disposición, a veces arriesgando una falta de entendimiento por parte del lector medio de El Jueves. Aunque es frecuente hallar páginas más convencionales, con el reticulado y disposición habituales, el autor no duda en recurrir a diferentes posibilidades de expresión, como son:
  • la repetición de una misma viñeta, sin cambios en el plano utilizado, por lo que el efecto cómico se basa en el guión y el gag es resultado de un giro final (pp. 5, 8, 10, 12, 14, 36, 40, 41, 86, 94 de este libro), un recurso que parece sencillo pero que requiere de un gran dominio del diálogo y la gestualidad de los personajes.
  • la utilización de siluetas (p. 13), recurso no habitual en Fontdevila pero ya visto en otros autores como Franquin (en su serie Ideas Negras) o innumerables casos de los autores de humor de Bruguera.
  • la eliminación de la línea que separa las viñetas (p. 17, 68) con una narración más fluida (y compleja), incluso el abandono de una retícula sobre la que colocarlas con una disposición innovadora de la página (p. 29, p. 61, 62, 73).
  • la capacidad de asimilar referencias externas, de la historieta (la dibujada emulando a  Sempé en la p.44, la que ostenta un estilo y un coloreado al uso de los comic books norteamericanos en la p. 56, la imitación de los chistes gráficos clásicos en la p. 80) o de la actualidad (los Tele Tubbies en la p. 17, la fotografía digital en la p. 24, la referencia a Facebook en p. 62 o internet en p. 83). Esta característica es esencial para establecer una conexión con el lector, que de este modo no ve la serie como desfasada o intemporal.


¿Es completamente libre Fontdevila a la hora de formular su narración en viñetas? Evidentemente no. Sus historias deben circunscribirse a la generalidad, al ámbito cercano que lo vincula con el lector habitual, sin grandes aspavientos ni salidas de tono, sin pretender disgustar a nadie específicamente (para eso ya están sus chistes diarios en la prensa). Sin embargo (o por esto mismo), elabora una historieta honesta y responsable con sus limitaciones, quizás no el ejemplo de lo mejor que Fontdevila puede llegar a crear, pero sí una muestra de lo mejor que Fontdevila puede realizar en estas circunstancias.

 
Otra cuestión significativa es el formato en el que se presenta la obra. Desde la década de los ochenta El Jueves ha estado recopilando sus historietas más representativas en forma de álbumes, al principio en libros sin numeración y después en las colecciones Pendones del Humor y Nuevos Pendones del Humor, siempre con un afán de obra popular a precios asequibles. Con el mismo espíritu se publicaron otros recopilatorios como los Mini Pendones del Humor o los libros de bolsillo de Puzzle o RBA, pero también ha habido espacio para el cartoné y el lujo, y así surgieron colecciones como Lo más mejor de..., Luxury Gold Collection o la heredera de “los pendones”, sin título determinado y editada por RBA desde 2007.
 
Este libro de La Parejita, junto con su predecesor (Guía para padres desesperadamente inexpertos, 2008), ambos sin numeración y fuera de cualquier colección, supone una nueva orientación editorial que refleja los cambios producidos en el público lector y en el modo de edición actual. Estos volúmenes no van dirigidos exclusivamente al lector de El Jueves de toda la vida, al que compra la revista cada semana, sino que pretende abarcar cualquier posible cliente independientemente de sus gustos habituales, de su edad y, ojo, de su sexo. Porque no hay duda de que se trata de un producto ideal para iniciar a aquellos no acostumbrados a la lectura “lexicopictográfica” y que rehúyen cualquier cosa que parezca un tebeo. Estos libros se acercan, peligrosamente, al concepto de “novela gráfica” que invade todas las grandes superficies hoy, y cuyas características en muchas ocasiones consisten en un libro con bastantes páginas y con lomo (en cartoné a poder ser). Algunos de los autores de este tipo de tebeos insisten en su capacidad de transmitir experiencias adultas a través de referencias autobiográficas pero lo hacen, a veces, con escasa capacidad de narrar en viñetas.

Afortunadamente, La Parejita es historieta de la buena, asequible, amable y (casi siempre) muy bien hecha. A lo que yo sólo puedo decir: ¡Viva y bravo! 

Página de esta obra, tomada del sitio web comicpasion.com

 

 

Creación de la ficha (2010): Javier Alcázar. Con edición de Manuel Barrero. · Datos e imágenes tomados de un ejemplar original
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
JAVIER ALCÁZAR (2010): "La Parejita y uno más (una reseña -y van...- de la serie de Manel Fontdevila)", en Tebeosfera, segunda época , 6 (23-VII-2010). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 28/IV/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/la_parejita_y_uno_mas_una_resena_-y_van...-_de_la_serie_de_manel_fontdevila.html