MARC FARELL, UN AUTÉNTICO TITÁN DEL DIBUJO
DIONISIO PLATEL

Title:
Marc Farell, a true titan artist
Resumen / Abstract:
Editorial Marco mantuvo su presencia en los quioscos gracias a la labor de un grupo de dibujantes y grafistas que llenaban de contenidos los tebeos del sello semanalmente. Algunos de estos autores eran capaces de hacer grabado, ilustración editorial, portadas, historieta humorística o de aventura realista, y hasta secciones de pasatiempos. En este artículo se repasa la trayectoria, nunca antes descrita, de Farell, uno de aquellos artesanos de la viñeta, uno de los más importantes, a la vez que menos recordados, de aquel periodo. / Editorial Marco remained on the newsstands thanks to the work of a group of cartoonists and graphic artists who filled their comics with content weekly. Some of these authors were able to make engravings, editorial illustrations, covers, humorous or realistic adventure comics and even hobby sections. This article reviews the career, never before described, of Farell, one of those drawing artisans, one of the most important, and at the same time least remembered, of that time.
Notas: Palabras claves: Editorial Marco, Farell, Kif, Noé Keywords : Dionisio Platel Entregado el día 26 de marzo de 2024. Aceptado el día 29 de marzo.
Palabras clave / Keywords:
Editorial Marco, Farell, Kif, Noé/ Editorial Marco, Farell, Kif, Noé

MARC FARELL, UN AUTÉNTICO TITÁN DEL DIBUJO

 

Marcos Farell Jorba (Sabadell, Barcelona, 27 junio 1902 - 3 mayo 1982).

Farell fue un reconocido historietista, dibujante, ilustrador, humorista gráfico, pintor y grabador, aunque también es recordado por su carrera como deportista, que no abandonó en toda su vida, dentro de los clubes Juventud Atlética de Sabadell y Club Natación Sabadell, en los que obtuvo varios triunfos tanto en natación como en marcha atlética, y además estuvo afiliado en el Centre Excursionista Sabadell y en el Club Natación Montjuich.

Inició su formación artística en la Academia de Bellas Artes de Sabadell cursando estudios bajo la tutela del pintor Juan Vila Cinca. Continuó en la Escuela Industrial de Artes y Oficios de la misma ciudad, donde forjó amistad con el que fuera famoso escultor Camilo Fábregas Dalmau. Además, en Barcelona se formó en el arte del grabado con Manuel Urgellés Trías en el Instituto de las Artes del Libro. Sus logros en la marcha atlética dieron comienzo en 1922, cuando ganó la primera carrera local: 1ª Marxa Excursionista de Sabadell; en abril de 1924 quedó segundo en la misma modalidad en la II Vuelta a Manresa de Carrera y Marcha. A la vez, comenzó a dibujar historietas, caricaturas e ilustraciones tanteando el mercado editorial donde, poco a poco, fue encontrando su camino.

El autor en 1922 (foto Cassañes). Autorretrato (1924).

Sus primeros trabajos los hallamos en 1925 desperdigados en varias publicaciones. En el Almanac de les Arts de Sabadell, publicado en junio, apareció su autorretrato y varias ilustraciones. De esta época data también el semanario infantil Arlequín, editado por Francisco Alum, propietario de la librería de mismo nombre ubicada en la calle Boters 7 y 9 de Barcelona, cabecera de la que se conoce, al menos, la existencia de diez números, y de la que Farell fue uno de sus colaboradores. Unos años más tarde, en 1929, ilustró las cubiertas de las colecciones Biblioteca de los Grandes Maestros y Biblioteca de Vulgarizaciones Históricas para la misma casa. Además probó suerte con otro editor de Barcelona, Magín Piñol Riera, que le publicó una historieta, servida en dos entregas en junio de 1925 en el destacado semanario festivo Pierrot. Ese mismo año, en agosto, ganó un concurso de historietas convocado por la revista literaria Lecturas (suplemento de El Hogar y la Moda), que le abrió las puertas de su editora, la barcelonesa Sociedad General de Publicaciones, donde colaboró de modo habitual hasta 1929. En Lecturas, Farell realizó ilustraciones para relatos y cuentos de diferentes autores, que era la especialidad de la revista; en las otras publicaciones periódicas de la editorial como Algo, que era una revista de misceláneas y entretenimiento, dibujó humor gráfico y alguna historieta; y en Ki-Ki-Ri-Ki, centrada en el público infantil, colaboró con chistes gráficos e historietas cómicas.

Fue en este mismo año 1925 cuando Marc Farell comenzó su labor en la Editorial Marco, casa en la que realizó infinidad de trabajos y con la que estuvo colaborando hasta mediados de la década de los cuarenta. Dada su importancia, presentaremos más detalladamente, un poco más adelante, un apartado específico sobre esta fructífera etapa.

Viñeta de humor gráfico publicada en La Tuies (29-IX-1927).

En mayo de 1926, en el Ateneo de Gerona se inauguró la Exposición de Humoristas Sabadellenses, en la que participó Farell junto con otros artistas de esa ciudad, como Ángel Galán, Ricardo Marcet, J. Sanllehí o Gustavo Vila. Ese mismo mes comenzó a publicar chistes picantes en la cabecera sicalíptica editada por Juan Sanxo La Tuies, en la que participó hasta el otoño del año siguiente. Durante este año y el siguiente colaboró además con la editorial catalana L’Avenç Gràfic, en su colección La Novel·la d’Ara para la que realizó un buen número de portadas que sirvieron de escaparate para las obras de Sanllehí Alsina, Roig Solanas, Ángel Font o Felipe Palma.

Ilustraciones de Farell para La Revista Blanca, La Novela Ideal y La Novela Libre.

A partir de 1926, Farell entró en contacto con Ediciones de la Revista Blanca, editorial dedicada a la literatura popular libertaria y anarquista. Durante toda una década trabajó para la misma, realizando una obra prolífica y de gran calidad artística, de la que sería necesaria una minuciosa revisión. Sus responsables fueron Federico Urales (seudónimo de Juan Montseny) y su hija Federica Montseny, y en ella aparecían artículos de divulgación científica y temas culturales, estudios sobre problemas de fondo de la ideología anarquista, sobre la sociedad del futuro o relativos a las diferencias entre anarquismo y socialismo. Para la segunda época de La Revista Blanca, Farell efectuó rótulos, cabeceras, retratos e ilustraciones. Esta misma editorial lanzó al mercado las colecciones La Novela Ideal y La Novela Libre, cuyas cubiertas, en su mayor parte, fueron ilustradas por Farell, autor muy querido en esa casa. Estas dos colecciones de novelas de temática social, en las que se difundió la lucha contra el clericalismo y la libertad del amor, representaron una alternativa a otro tipo de literatura popular más difundida como pudieron ser El Cuento Semanal, La Novela de Bolsillo, Los Contemporáneos, La Novela Corta, etc. y muchas de ellas fueron escritas por los propios responsables de la editorial. Con los mismos temas que La Revista Blanca, la familia Montseny también editó el semanario El Mundo al Día. Entre sus títulos: El proceso del capitalismo: Tom Money, otra víctima de la barbarie americana, por Floreal Ocaña, Sindicalismo, orientación doctrinal y táctica de los sindicatos obreros y de la CNT, por Germinal Esgleas, El sexo, la prostitución y el amor, por Mariano Gallardo, o La ciencia al servicio de la barbarie: Los horrores de la guerra agroquímica, escrito por el aragonés Mariano Viñuales, y que contó con una impresionante portada de Farell, como todos los números del semanario. Esta editorial se mantuvo hasta 1938 ya que, al año siguiente, sus responsables se refugiaron en Francia.

Ilustración para El Mundo al Día

A partir de septiembre de 1926 y hasta octubre de 1929, Farell participó también en la revista infantil Alegría, editada en Tarrasa por Magdalena Rossell, ilustrando un buen número de portadas y dibujando historietas, De especial interés es la servida en el pliego central en color “La vuelta al mundo de Bolín”, que apareció durante seis semanas en febrero y marzo de 1929. En esta cabecera compartió sumario junto a destacados artistas como Didier Dubucq, José Serra Massana, Juan Llaverías o Rafael Barradas. En la primavera de 1927 publicó de manera puntual alguna historieta en el semanario Virolet, editado por Baguñá y Cornet. Ese mismo año, para el editor Juan Molins, ilustró Farell algunas portadas de la colección La Novela Universal, con sus correspondientes dibujos interiores, que distribuía en exclusiva la Editorial Buigas. Además, participó como ilustrador en Buby liberta a una princesa, de Magda Donato, entrega de la colección El Cuento Rosa, publicado por Edita, subsidiaria de la Editorial Juventud que, a su vez, mantenía relaciones con la Sociedad General de Publicaciones.

Historieta para Virolet (1927).

Desde su Sabadell natal, Farell fue abriendo un abanico de posibilidades gráficas con las que estabilizar su vida laboral y poder así tener una base económica sólida. En esta ciudad colaboró con Juan Bautista Vives quien, suponemos, tenía algo que ver con el Establecimiento Tipográfico Vives que, en 1928 publicó la obra La hija de la noche dentro de la colección La novela pasional, cuya cubierta realizó Farell. En 1927, también en Sabadell, Farell contrajo matrimonio con María Mamer, fruto del cual nació su hijo Antonio, trasladándose seguidamente a vivir a Barcelona sobre 1930 o 1931, ya que en la capital catalana tenía Farell todos sus intereses profesionales.

Portadas para La Novela Adán y La Novela Eva, de Editorial Bistagne.

Fue en 1929 cuando inició Farell su andadura en la Editorial Bistagne, fundada por Francisco Mario Bistagne Maestre a principios de los años veinte, centrada en la edición de argumentos cinematográficos, pero que lanzó también un buen número de publicaciones de otra índole, como folletines, cancioneros y novelitas. Para la misma pergeñó cubiertas e ilustraciones interiores en las colecciones El Cuento Selecto, La Novela Sentimental, Novela Teatral (donde usó la firma Romald), De vendedora de periódicos a estrella de cine, La Novela para todos o La Novela de la Modistilla. Además, realizó rótulos, grafismos y suponemos que trabajos de diseño, una labor anónima que puede ser reconocible gracias a su estilo inconfundible. En la misma dirección de su editorial (Pasaje de la Paz, 10 bis) mantuvo Bistagne otra empresa o filial llamada Ediciones Adán y Eva, pero sin encubrirla, ya que aparecía su nombre, tanto en los registros de marcas como en las propias publicaciones. La utilizó para lanzar al mercado otra serie de productos que no abarcaba con su editorial: colecciones de novelitas de corte seudoerótico, libros relacionados con temas sexuales o novelas escabrosas. Participó Farell en la mayoría de ellas. Fue exclusiva de él la parte gráfica de las colecciones La Novela Adán, La Novela Eva (de la que aparecieron hasta 68 números) y Estrellas del Amor, utilizando las firmas Marc, Kif y Noé. Ejecutó las grafías y el diseño gráfico de libros como El loco de la masía, de Alfonso Vidal y Planas, o La prostitución en Marruecos, de Francisco Oliva. También ilustró dos curiosos libros: El Barrio chino al desnudo, de Alfonso Martínez Rizo, y Delincuentes, Hampones y Pícaros, de Manuel Casal. Y suyas fueron las portadas de las novelas de Álvaro Retana El dolor del vicio y Cortesanas del nuevo régimen, publicadas en 1933, o La vida, el deseo y la víctima, de Alfonso Vidal y Planas. En esa misma época y para una editorial de la competencia de Bistagne, Ediciones El Cine, ilustró las portadas de la colección La guerra Chino-Japonesa, que suponemos no sería su único trabajo para esta casa. Al igual que realizó ilustraciones para los folletines: Dick Clayton, el buscador de oro y Jim Roy, que aparecieron en 1931 o 1932, de la mano de Editorial Vincit, una de las casas rivales de la Editorial Marco, que fue para la que realizó el grueso de su producción en productos similares.

Portada de La Novela de la Modistilla y El Barrio chino al desnudo.

Gracias a Montse Farell, su nieta, sabemos que tras el estallido de la Guerra Civil fue movilizado por el bando republicano y que estuvo destinado en el área de cartografía, que era la sección donde un dibujante podía desempeñar mejor su papel. En esa época también realizó algunas de las imágenes que ilustraron la colección de cromos España en armas, con la Guerra Civil española como fondo y el ejército republicano como protagonista, que constó de 32 estampas sin pie editorial ni imprenta, pero suponemos que Gráficas Marco estuvo detrás de dicha colección. El otro dibujante implicado en estos cromos fue Francisco Darnís.

Una vez finalizada la contienda, Farell continuó durante unos pocos años su labor como dibujante de historietas, con un dibujo de gran calidad y un estilo rotundo, dinámico y detallado, que nada tenía que ver con lo realizado antes de la guerra. Para la Editorial Grafidea ilustró, entre 1945 y 1946, unos cuantos cuadernillos de temática aventurera como “El collar maldito”, número 1 de la colección El inspector Forbes de Scotland Yard; “El secreto del doctor Imán”, número 6 de la Colección Infantil, con textos de Adelardo Fernández Arias (“El Duende de la Colegiata”); “Búffalo Bill en el palo del tormento”, número 3 de Tom Clark; “Siguiendo la pista”, segundo número de la colección Roy Anders; y en la revista de historietas Colorín aparecieron “Las aventuras del Capitán Terremoto”. También en la Editorial Marco dibujó algunas historietas, sobre las que profundizaremos más adelante.

 

“El secreto del doctor Imán”, número 6 de la Colección Infantil.

Después de la Guerra Civil, Farell cambió totalmente de rumbo, hacia el arte religioso, no sabemos si fue por una cuestión política o porque descubrió un nuevo camino más fácil y lucrativo, pero no volvió a tocar el erotismo, ni el amor carnal y mucho menos lo anticlerical, dando comienzo su etapa más devota y espiritual, sin tener en cuenta claro está, sus pocas incursiones historietísticas durante esos primeros años de posguerra. Así comenzó su periodo como pintor de frescos de temática religiosa, aunque hoy en día muy pocos se conservan, como las imágenes que hizo en 1940 en el altar mayor de la iglesia de las Escuelas Pías de Calella, que fue demolida en 1995. De 1943 data el altar de San Isidro en la Basílica de Santa Maria de Mataró y de 1944 los grupos pictóricos del Seminario Seráfico de Igualada, de los que se abrió al público una exposición en el convento de Padres Capuchinos de Sarriá, con los materiales ordenados para decorar dicho espacio. Fueron varios más los frescos realizados por Farell durante esos primeros años de la década de los cuarenta, sobre lo cual puede consultarse el libro de José María Marqués titulado Rutes d'art sacre (1939-1985).

Xilografía de Cristo, por Farell.

Fue un salto brusco el que hizo Farell: de la historieta de humor y de aventuras, al dibujo de estampas cristianas; de los periódicos para la infancia y juventud, a los libros y gozos sobre santos y vírgenes. Intuimos que descubrió que se ganaba más dinero realizando ilustraciones de temática cristiana, que sufrir eternamente con los miles de viñetas mal pagadas que le requerían las editoriales de los cuadernos de historietas, y por supuesto era un trabajo menos esclavo, que le permitía más dedicación y paciencia. Afirmamos esto al contemplar sus bellas estampas minuciosamente elaboradas hasta el más mínimo detalle, hecho que en la historieta nunca pudo hacer. Los primeros trabajos de esta índole que hemos encontrado han sido los dibujos a la pluma de las efigies de 262 Papas inspirados en los medallones de la Basílica de San Pedro para Historia del Pontificado. Vidas de los pontífices romanos desde San Pedro, Príncipe de los Apóstoles, hasta Su Santidad Pío Papa XII, publicado en tres volúmenes por la Editorial Casulleras en 1945. Dos años más tarde, realizó 60 dibujos para el libro La Nostra Mar de José Puig Bosch, de Edicions El Vent. Y en 1948, de nuevo para Casulleras, los dibujos para L'Esbarzer incandescent: obres catalanes del 1933 al 1944, de Miguel Melendres Rué. Y para la importante editorial Montaner y Simón colaboró con sus aguafuertes y xilografías en varias obras múltiples al lado de otros afamados artistas: en 1949 para Primer Llibre de Goigs, del Padre Hilario d'Arenys de Mar, y, en 1955, en Les imatges de la Verge i dels Sants a Catalunya. De 1950 datan la cubierta e ilustraciones interiores para Els germans de Sant Francesc, de nuevo de Hilari d´Arenys de Mar, y de Edicions el Vent. Y de 1954 data Aplec de Caramelles, de L. Pou Solá, editado por Gráficas Manlleu. Farell ilustró además un buen número de gozos (composiciones poéticas de carácter piadoso, llamadas goigs en catalán), como el impreso por Joan Batlle Goigs de Nostra Senyora de Montserrat, con textos de Jacinto Verdaguer. Muchas de estas ilustraciones las realizó mediante xilografía, técnica que llegó a dominar con acertado virtuosismo y con la que confeccionó numerosos ex libris, teniendo en cuenta además que, a principios de los años cincuenta, entró a formar parte de la Asociación de Ex libristas de Barcelona, después de ganar en 1948 el concurso de la I Exposición Internacional de Ex-libris de Igualada, que no fue el único que ganó de este género, ya que, en mayo de 1953, también triunfó en el certamen de Ex-libris convocado por el Real Círculo Artístico de Barcelona.

El autor pintando.

La temática religiosa y el costumbrismo catalán fueron las temáticas principales elaboradas por Marc Farell en todas sus vertientes artísticas en la última etapa de su carrera, tanto en pintura como en grabado. También formó dúo con el artista Antonio Catalá Gomis (1911 - 1970) en algunas xilografías, que firmaron FiC o Farell i Catalá. Suponemos que habrá mucha más obra de Farell desperdigada anónimamente dentro de la imaginería cristiana, en láminas, gozos, libritos de oración, etc., pero que nos ha sido imposible encontrar. Tras el fallecimiento de su esposa María Mamer, acaecido en Barcelona en 1979, Farell regresó a su Sabadell natal, y sus últimos años los pasó en la Residencia Albada y falleció en 1982 después de una rápida enfermedad.

 

Marc Farell en la Editorial Marco

Como hemos avanzado con anterioridad, Farell ingresó en la editorial Marco en el año 1925.  A la vez que probaba suerte por variados caminos, intuimos que en esta casa vio la estabilidad que estaba buscando y en ella permaneció durante más de veinte años, siendo su etapa de mayor flujo de trabajo la anterior a la Guerra Civil. En Marco efectuó muchos encargos y recorrió muchos estilos: desde el burdo calco de historietas foráneas, o el dibujo simple para historietas cómicas infantiles, hasta el barroquismo caótico de las sagas futuristas escritas por José Canellas Casals, el guionista que cambió la orientación y la línea editorial de Marco; todo ello servido a través de miles de páginas de historieta, y también en multitud de portadas e ilustraciones para las muchas colecciones de folletines que saturaron los quioscos.

Historieta de Farell en la portada de Chiquitin nº 109.

Comenzamos a observar la firma Kif, que utilizó con bastante frecuencia, en el periódico infantil Chiquitín, en historietas de corte cómico, la mayoría de ellas copiadas o calcadas de revistas extranjeras francesas e inglesas, una forma fácil y barata de rellenar contenidos en esa línea editorial marcada por el editor, siguiendo estereotipos de estos dos países europeos: las sagas aventureras de Walter Henry Booth y de otros artistas parecidos, que utilizaban un estilo realista, y las series cómicas como Weary Willie and Tired Tim u otras protagonizadas por artistas cinematográficos, extraídas de las revistas británicas: Comic Fun, Funny Wonder, Film Fun, Illustrated Chips, etc. También se copiaba de algunas francesas editadas por los hermanos Offenstadt o por Fayard, partiendo de obras sobre historia, leyendas o fábulas, de dibujantes como Lucien Méry, alias Ymer, o André Vallet. Durante estos años vemos a un Farell anónimo, encorsetado, sin brillo. Si no fuera por las impactantes imágenes que realizó para los folletines aventureros, pensaríamos que no es el autor que al mismo tiempo estaba publicando en La Revista Blanca o en Lecturas. Las primeras colecciones que nos brindó, ambas de 1927, fueron: Capa Roja, folletín de capa y espada, y El Corsario X, saga escrita por Jean D’Armont, protagonizada por una heroína enmascarada que además es científica, dueña del poderoso Rayo X, un vehículo transformable que vuela, flota y navega, se sumerge o rueda a gran velocidad. De 1928 datan: Aventuras de Aire, Mar y Tierra, remedo de Julio Verne; El Pirata Negro, de nuevo con un enmascarado, y Rocambole, enésima versión del personaje creado por Ponson du Terrail. En enero de 1927, Kif comenzó a ilustrar relatos en Chiquitín, en cuyo número 135 apareció la adaptación Bertoldo, Bertoldino y Cacaseno, el clásico de Giulio Cesare Croce, que concluyó en el número 181. En el siguiente número comenzó a publicarse El Capitán Petroff, uno de los folletines de más éxito de principios del siglo XX, escrito por Alfredo Opisso Viñas (padre de Ricardo, el famoso historietista e ilustrador). Marco lo ofreció por entregas semanales acompañado de ilustraciones de Farell, pero anulando a su creador, hasta que concluyó cuatro años más tarde, en el número 394. El último folletín por capítulos aparecido en este semanario fue Grandiosa lucha del hombre con la naturaleza a través de los países salvajes, escrito por Louis de Rougemont, e ilustrado desde el número 402 al 530 con expresivos dibujos de Farell, entre 1932 y 1934. Realizó ilustraciones para misceláneas variadas, como la colección aparecida en 1929 titulada El destino en la mano, que constó de doce números; la colección de cromos Los Reyes del Aire, de 1930, o las cubiertas de la colección infantil Luisita en el país de las hadas, de ese mismo año. Además, a finales de la década de los veinte ilustró también las portadas de diversas series de cuadernillos de variados géneros: cómicos, de baturros, de horóscopos, sobre cómo triunfar en el amor, etc., o de la serie Biblioteca del Amor, y también la sicalíptica cubierta para el Almanaque del Amor.

Buffalo Bill, en Rin Tin Tin.

En ese transcurso de tiempo la línea editorial de Marco fue evolucionando en todas sus cabeceras cuyo protagonismo eran las historietas: Chiquitín, La Risa Infantil, Periquito y Rin-Tin-Tin, que vemos cómo poco a poco se van renovando y Farell pasa a tener más protagonismo en ellas. Advertimos su huella en seriales de historieta, comenzando por Rin-Tin-Tin, que ya en su primer número, aparecido en septiembre de 1928, contiene en la portada una historia del perro protagonista dibujada por Farell en estilo figurativo. La mayoría de las de los primeros años de esta cabecera son suyas y, además, en su interior, apareció por entregas Dick Turpin y la serie interminable de Búffalo Bill, que estuvo presente durante todo el recorrido de este periódico para la infancia. Además, a partir de septiembre de 1931, Farell ilustró al menos cuatro números del semanario titulado Grandes figuras de la leyenda y de la historia, cuaderno de gran formato que adaptó a la historieta las gestas de El Cid, Napoleón I, Juana de Arco y Hércules, entre otros.

Por ser tan extensa la obra de Farell en estos semanarios de historietas de Marco, se propone hacer un recorrido en tablas por cada cabecera, para que el texto no sea tan tedioso y repetitivo y resulte mucho más claro y comprensible:

Chiquitín

El pequeño Rigolín

Números 399 a 411

1932

 

La Varita Mágica

Números 412 a 445

1932

 

Bill, el terror de los indios

Números 422 a 528

1932-34

 

La golondrina mensajera

Números 551 a 552

1935

 

La Risa Infantil

Roy, el invisible

Números 368 a 401

1931-32

 

Lhi-Hung, el pirata

Números 385 a 399

1932

 

El tesoro de la selva

Números 400 a 411

1932

 

Un héroe de 15 años

Números 402 a 434

1932-33

 

Lil, la Reina de la Pradera

Números 469 a 490

1933

 

La isla del tesoro

Números 469 a 501

1933-34

 

El hombre mono

Números 488 a 523

1934

 

Tim Mc Coy

Números 491 a 504

1934

 

El Fakir sangriento

Números 523 a 537

1934-35

 

Ben-Hur

Números 524 a 558

1934-35

 

Buck Jones: El tesoro de los apaches

Números 538 a 557

1935

 

Buck Jones: El valle del terror

Números 558 a 573

1935

 

Sam, el gigante, en la terrible isla de los Hombres Caimanes

Números 559 a 579

1935-36

 

Buck Jones: El joven del traje verde

Números 574 a 588

1935-36

 

En los dominios de los buitres infernales

Números 580 a 618

1936

 

El diamante de la montaña de las Águilas (inconclusa)

Números 609 a 622

1936

 

Águilas submarinas (inconclusa)

Números 612 a 622

1936

 

Un viaje infinito (inconclusa)

Números 619 a 622

1936

Hay que tener en cuenta que en estas publicaciones los autores gozaban de poca importancia, las revistas obligatoriamente tenían que aparecer semanalmente y las series tenían que continuar, no se podía defraudar a los lectores, por eso vemos seriales con varios dibujantes. Cuando un ilustrador no podía entregar por cualquier motivo, otro le sustituía. Esto ocurrió en varias ocasiones, por ejemplo, en El Fakir sangriento, que comenzó Farell y finalizó Darnís, y que tiene tres páginas firmadas Oyo, una firma creada por Farell y Darnís en los trabajos que hicieron en colaboración. Esta cooperación ocurrió en algunas historietas realizadas en 1934, suponemos que para aligerar el trabajo, uno dibujaría el lápiz y otro pasaría a tinta, de ahí la firma creada para la ocasión; pero dentro de la misma encontramos diferencias, ya que mientras Farell era ya un artista consumado con muchos registros, Darnís era un bisoño que comenzaba en el oficio, que se bregó calcando historietas foráneas; entonces hay una divergencia sustancial, cuando el lápiz es de Darnís y la tinta de Farell el trabajo final es más compacto, gracias a los entintados rotundos de este último, y cuando ocurría al revés, se nota la inexperiencia de Darnís, que si bien intentaba copiar a Farell no tenía todavía un entintado definido.

Entrega de El Fakir sangriento en Risa infantil nº 524, firmada "OYO".

Otros seriales con páginas de varios dibujantes son Sam, el gigante, en la terrible isla de los Hombres Caimanes, que de las 21 entregas de las que se compone, las nueve primeras son de Darnís y el resto de Farell. Vemos también un contraste sustancial en el diseño de las planchas, muy diferentes las que son copiadas del extranjero, como podrían ser las de Buck Jones o Búffalo Bill, frente a las guionizadas por Canellas, las primeras con tiras y didascalias repletas de farragosos textos al pie, que redundan en lo dibujado, para pasar a páginas con menos textos de apoyo y con bocadillos, con unas composiciones de viñetas más dinámicas siguiendo el estilo de Alex Raymond, como por ejemplo la mencionada Sam, el gigante, que sería una de las primeras historietas que marcaría esa pauta gestionada por el guionista Canellas. De las 39 entregas de las que se compone En los dominios de los buitres infernales, algunas de ellas de doble página, dos fueron realizadas por Darnís, seis por Fernand (Fernando Fernández Eyre) y el resto por Farell. Tras publicarse once planchas, Águilas submarinas quedó inconclusa, como otras cuantas por circunstancias especiales debidas a la Guerra Civil, todas ellas de Farell menos la primera, que la hizo Alberto Mestre Moragas.

Entrega de Águilas submarinas en Risa infantil nº 622.

Farell también ayudó puntualmente en algunas entregas de series de otros dibujantes como Las 3 Espadas, serializada en La Risa Infantil entre los números 578 y 611, entre 1935 y 1936, que comenzó él, pero la mayoría de las páginas las confeccionó Mestre. Farell realizó doce planchas de Las hazañas de Nick, Pecho de Hierro, serializada en los números 565 a 602 de La Risa Infantil, entre 1935 y 1936, siendo el resto dibujado por Darnís. Para concluir, citemos las cinco planchas que dibujó Farell de Las hazañas de Eurico el guerrero, serie dibujada por Darnís en los primeros 34 números de P.B.T., en 1935.

En la siguiente cabecera de Marco, Rin-Tin-Tin, no se incluyen las series que hemos mencionado con anterioridad, a las que habría que añadir la titulada Corazón leal, que pasó por las manos de distintos autores y por supuesto Farell también ilustró algunas de ellas.

Rin-Tin-Tin

Louis Trenker

Números 272 a 290

1933-34

 

Ivanhoe

Números 274 a 310

1933-34

 

Quintin Durward

Números 311 a 343

1934-35

 

El talismán

Números 344 a 359

1935

 

Por el hierro y por el fuego

Números 360 a 381

1935

 

Tirza

Números 379 a 423

1935-36

 

El pirata

Números 382 a 409

1936

 

Don Tito fue otro semanario de la Editorial Marco, vigente desde mayo de 1932 hasta noviembre de 1934 aproximadamente, que mezclaba historietas de aventuras con las de humor. También cooperó en ella Farell pero, al no disponer de suficiente información, nos limitaremos a mencionar las series que realizó o en las que participó nuestro protagonista. Fueron las siguientes: El hombre misterioso, Carl y Pola, Dick Hard (que trasladaba a la historieta uno de los primeros folletines editados por Marco, en 1920), Buck Jones, El secreto del castillo, Los vampiros del aire (versión en historieta de los folletines de mismo título publicados en 1933), Sam de las fieras, El capitán Magon y El vampiro invisible (que era también la adaptación a la historieta de la colección de folletines titulada El último vampiro).

Estas fueron sus colaboraciones en el título de Editorial Marco P.B.T.:

P.B.T.

El jorobado o Enrique de Lagardere

Números 1 a 32

1935

 

Carrasquito aviador (cómica)

Números 4 a 7

1935

 

Rivalidades infantiles

Números 9 a 19

1935

 

Aventuras de dos estudiantes

Números 12 a 14

1935

 

La guerra futura

Números 21 a 45

1935

 

Las gestas de Napoleón Bonaparte - Campañas Napoleónicas

Números 58 a 83

1936

 

Wild Norton (inconclusa)

Números 84 a 85

1936

 

El palacio de Blackamon (inconclusa)

Número 85

1936

Aunque es mucho más característico el trabajo que ejecutó como dibujante figurativo, Farell también fue creador de mundos infantiles en la mayoría de las revistas de esta editorial. Así podemos ver, dibujadas con un estilo cómico y caricaturesco, las historietas de Los viajes rimbombantes de los célebres tunantes Paco Triko y Quico Trako, y las protagonizadas por el travieso PBT en su propia revista en 1935. Del mismo año fueron Cocoliche y Tragavientos y Casilda, Perico y Pepina, en la efímera El Puñetazo, que tras su cierre pudieron verse en La Risa Infantil. Además, Farell fue autor de muchas páginas de humor, chistes y amenidades, desperdigadas a lo largo de los años y en diversas publicaciones en este periodo de colaboración con la Editorial Marco.

El Dragón de oro, en Cine-Aventuras nº 41.

Otro semanario que publicó esta editorial en 1935 fue Cine-Aventuras, del que aparecieron 52 números, en el que Farell tan solo dibujó la historieta de doble página servida en el pliego central del número 41 titulada “El Dragón de oro”. Además, en 1934, en Periquito apareció una ilustración de este autor en la cubierta, haciendo referencia a un serial foráneo entregado en su interior (en los números 318 al 348, y del 361 al 368, los números finales del semanario ya en 1934), y la imagen de la portada del folletín El fantasma X, que se servía de regalo en su interior como complemento al semanario. Mención especial merecen los dibujos que realizó Farell para los almanaques anuales de las diversas cabeceras que servía la editorial, ya que hizo la mayoría de ellos: Chiquitín, La Risa Infantil, Periquito, Rin-Tin-Tin y Don Tito.

Dos folletines ilustrados por Farell: Vampiros del aire y El círculo rojo.

Continuando con los folletines en los que Farell dejó su impronta, dejamos a continuación una relación de los que él ilustró entre 1930 y 1936:

1930

El valiente capitán

20 cuadernos

1932

El anillo de hierro

4 cuadernos

 

Khun Zivan el terrible

16 cuadernos

 

El rey de los bandidos

4 cuadernos

1933

Joe Lynck, puño de acero

25 cuadernos

 

Los vampiros del aire

45 cuadernos

 

El titán de los mares

40 cuadernos

1934

El último vampiro

16 cuadernos

 

Un viaje al planeta Marte

24 cuadernos

 

El fantasma X

12 cuadernos

 

Jim Brade, el ciclón tejano

20 cuadernos

 

Mack-Wan el invencible

20 cuadernos

 

Sitting-Bull el último piel roja

25 cuadernos

1935

Shamrock-Zoe, el tigre del mar del terror

6 cuadernos

1936

El Círculo Rojo

12 cuadernos

 

Cine Juventud, argumentos ilustrados

2 cuadernos

 

Una vez finalizada la Guerra Civil, del año 1941 al 1948, Farell continuó trabajando esporádicamente en la Editorial Marco. Por ejemplo, con las portadas para la Colección Escritores Selectos, cuadernillos dedicados a Cervantes, Quevedo, Espronceda o Campoamor. Además, realizó las magníficas portadas para las novelas de la colección Aventuras policiacas de Sherlock Holmes, que recogieron en cinco volúmenes algunas de las aventuras del célebre detective de Conan Doyle. En cuanto a su labor historietística solamente hemos localizado siete historietas, pero todas ellas de gran calidad, al igual que lo realizado en esas fechas para Grafidea: en 1941 el cuadernillo titulado “El Rey del desierto” para la Gran Colección de Aventuras Gráficas.

 “El Rey del desierto” en la Gran Colección de Aventuras Gráficas.

En la misma colección, dentro de la subserie Javier Montana, ilustró dos cuadernillos completos: “El bólido subterráneo” y “Bajo la zarpa de los buitres”, además de la cubierta de30 días en el corazón de la tierra”. Asimismo, fue autor de Hazañas de Hernán Pérez del Pulgar, serializada en los diez números que se conocen de Asta, revista editada en 1946 por Marco. Para la colección Cuento de Hadas dibujó las historietas “Catalina y la ancianita misteriosa” y “La carroza de plata”, de 1946 y 1947, respectivamente. También firmó una aventura servida por capítulos en los números 34 al 37 de la publicación Mundo Infantil titulada “Rakin”, en 1948, que quedó inconclusa. Con todas ellas, con un cambio de estilo soberbio, tangencialmente opuesto a lo realizado antes de la guerra, dejó Farell demostrado que si hubiera seguido en el campo de la historieta, se hubiera convertido en uno de los artistas clave de esos años, al nivel de Freixas, Blasco, Ambrós o su compañero en Marco: Francisco Darnís.

 

"Rakin", en Mundo Infantil.

Para concluir con Marco, analizaremos los estilos y las pautas utilizadas por Farell, suponemos que siguiendo las imposiciones del editor. En primer lugar, pensamos que comenzó calcando muchos seriales extranjeros, numerosas páginas sin firmar realizadas con prisa para rellenar revistas y que estas pudieran salir puntualmente a la venta en los quioscos. Vemos cómo las firmas de Farell van surgiendo, bien su apellido y también Kif, que usó con cierta regularidad, en largos seriales que, para diferenciarlos y darles otro aspecto de los calcados, pasaron a ser simplemente copiados, dejando entrever así un poco de la personalidad del artista. Todo esto se adivina muy bien en las historietas de Búffalo Bill aparecidas en Rin-Tin-Tin. Otros dibujantes de la plantilla de Marco que coincidieron con Farell, como Emilio Boix o Darnís, más jóvenes que él, aprendieron el lenguaje de la historieta de esta manera, calcando y copiando, pero Farell, dibujante por entonces con más aptitudes que estos jóvenes principiantes, simplemente bajó el listón para primar la cantidad sobre la calidad, considerando estos trabajos como meramente alimenticios. El siguiente paso que advertimos es ya con la entrada de Canellas en la editorial, cuando hay un cambio sustancial, tanto de temáticas como en calidad. Como hemos comentado antes, Farell varió el aspecto de las páginas en cuanto a composición, que dejó de ser lineal, y al recurrir a nuevos recursos gráficos como el uso del bocadillo, se descargó la lectura que ganó en dinamismo. Estas historietas guionizadas por Canellas, las afrontó Farell con un estilo rotundo, fresco y espontáneo, pero sin dedicarles demasiadas florituras ya que las entregas tenían que ser puntuales y el trabajo era mucho, de ahí que su modo resulte simple, rápido y directo. Utilizaba estereotipos cinematográficos para los personajes, siguiendo por supuesto las tendencias de la época, los hombres con rostros apolíneos, peinados hacia atrás con fijador, y las mujeres hermosas y curvilíneas, a semejanza de las rubias platino de la gran pantalla. Y sobre todo fue un maravilloso creador de mundos fantásticos, un auténtico precursor de la fantasía y la ciencia ficción en nuestro país, con potentes imágenes cargadas de una imaginación desbordante, gracias, cómo no, a la exuberante fantasía de José María Canellas Casals, que fue el auténtico artífice de este universo fabuloso y anacrónico.

 

Conclusión

Sabemos que Farell es conocido y querido en su Sabadell natal, no en vano ha sido protagonista de varios artículos en revistas locales, como también en el Diari de Sabadell. Además, el Museo de Arte de Sabadell tiene en sus fondos amplia y variada obra del artista, como un busto realizado por su amigo Camilo Fábregas en 1926. Y, cómo no, también se le recuerda como un gran deportista que con tesón y a lo largo de muchos años estuvo participando en las carreras más populares de su comarca. Pero también sabemos que su obra gráfica no es tan conocida como realmente merece, por eso nunca está de más difundir, acercar y dar veraz y completa información sobre ella, en estos tiempos en los que, a golpe de ratón y de teclado, y gracias a internet, tenemos todas las búsquedas que queramos en el bolsillo.

Con estas palabras queremos recordar la figura de Marc Farell Jorba: su trabajo, su obra, sus triunfos; para dar muestra de su valía, para que perdure su memoria y que no caiga en el olvido. Desde aquí y aunque no pueda leernos, le dirigimos un GRACIAS enorme por todo el talento que nos ha legado.

 

 

TEBEOAFINES
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Creación de la ficha (2024): Manuel Barrero
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
DIONISIO PLATEL (2024): "Marc Farell, un auténtico titán del dibujo", en Tebeosfera, tercera época, 25 (31-III-2024). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 30/IV/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/marc_farell_un_autentico_titan_del_dibujo.html