TEBEOSFERA \ TEBEOTECA \ ARTÍCULO

Marvel se fue a la guerra, chiribín chiribín chin chin... (Marvel y los cómics del 11-S) ( y 2 )

por  Fernando García

[es parte segunda, ver parte primera ]

 

[ El espíritu de América, según Jim Steranko. Haga clic sobre la imagen para ampliarla ]


Propaganda: El primer frente de ataque

Los Estados Unidos tienen una larga e importante trayectoria de sugestión masiva a través del arte de los carteles propagandísticos, desarrollada principalmente después de la II Guerra Mundial. La exaltación patriótica producida por los atentados del 11-S también se manifestó en una serie de imágenes fijas que intentaban reconstruir la prepotente identidad nacional,  golpeada tras el derrumbe de las Torres Gemelas.

Como en el caso de las historietas, Marvel fue la primera editorial en sumarse a las campañas de propaganda, poniendo a sus superhéroes a disposición de la labor del Pentágono. En diciembre de 2001, la Casa de las Ideas, Vanguard Productions y la distribuidora Diamond juntaron esfuerzos para presentar las limitados 2.500 unidades de  The Spirit of America, impresionante ilustración de Jim Steranko protagonizada por un Capitán América abiertamente dispuesto a luchar. «Tras la estela de muerte y destrucción  terrorista, América se ha reunido con un sentido renovado del patriotismo y una  poderosa resolución de proteger la libertad de la nación», editorializaron las empresas al momento de ofrecer el producto al mercado. «Fui conmocionado por el 11-S –escribió Steranko-. Todo era tan triste, tan terrible. Los que tuvimos la suerte de no estar allí en ese momento, debemos hacer algo. Yo realicé la que creo es la pintura definitiva del Capitán América».

El segundo artista gráfico en sumarse al frenesí patriotero fue Joe Jusko, quien supo ser miembro del departamento de Policía de Nueva York. El ilustrador utilizó la figura del Capitán América para despedir a los muertos con un marcial saludo militar: «Los héroes que pueblan nuestro universo de fantasía pueden volar, doblar el metal y alzar toneladas de escombros con sus manos desnudas. Desafortunadamente, los héroes reales del World Trade Center no poseían ninguno de esos poderes...  y murieron, dejando atrás esposas, maridos y niños. Y a diferencia de los héroes de nuestra imaginación, ellos no volverán.  Ni el próximo mes, ni el próximo año», escribió Jusko para la presentación oficial de la litografía coproducida por Marvel y Dynamic Forces en enero de 2002.

Ese mismo mes, ambas empresas dieron a conocer otra litografía, esta vez protagonizada por Hulk e ilustrada por Randy Green. Ready for battle mostraba al gigante esmeralda «sosteniendo a un niño en pleno ‘Ground Zero’, listo para defender a nuestro país junto con los hombres y las mujeres de nuestras fuerzas armadas», tal como rezaba la descripción comercial.

Al igual que con Heroes y A moment of silence, el dinero recaudado fue donado a distintas fundaciones honorarias y a la Cruz Roja.

No toda la historieta que reluce es Marvel

La postura belicista y hegemónica propagada por la Casa de las Ideas no fue la única visión que las revistas de historietas norteamericanas echaron sobre el 11-S. Menos radicalizados y más universales resultaron los dos volúmenes de 9-11: Stories to remember (enero de 2002), producidos por Dark Horse y DC Comics, que contaron con la participación de Mike Mignola, Alan Moore, Peter Kuper, Humberto Ramos, Will Eisner, Alex Ross, Dave McKean, P. Craig Russell, Dave Gibbons, Frank Miller, Stan Lee, Bill Sienkiewicz, Neal Adams, Denny O’Neil, Michael W. Kaluta, Joe Kubert, Richard Corben, Tim Sale, Neil Gaiman, los españoles José Luis García López, Carlos Pacheco y José Luis Ágreda, y la de los argentinos Carlos Meglia, Enrique Alcatena, Pablo Maiztegui-Francisco Solano López, Enrique Breccia, Ariel Olivetti y Eduardo Risso, entre otras luminarias internacionales.

Resulta llamativa la mayor amplitud ideológica que presentan estos breves relatos al intentar entender las razones por detrás del atentado y plantear la construcción de una política exterior alternativa a la propuesta por la administración Bush Jr., todo ello al tiempo que se rinde el consabido homenaje a policías, bomberos y personal médico. Más aún, teniendo en cuenta que detrás de una parte del proyecto se encuentra el conglomerado Time / Warner / America On Line (AOL), propietarios de DC. Seguramente, esta libertad de opinión guarda relación con el resguardo de la propiedad intelectual que algunos autores mantuvieron sobre sus trabajos en ambos tomos de 9-11: Stories to remember, relegando a DC y a Dark Horse al rol de compiladores, salvo en el caso de que se utilizaran explícitamente personajes bajo su dominio editorial.

Este mismo espíritu sobrevoló también las páginas de 9-11: Emergency Relief (Alternative Comics, enero de 2002), volumen antológico en el cual participaron Frank Cho, Will Eisner, Jeff Smith, Harvey Pekar, James Kochalka y Mark Wheathley; y los dos números de Tuesday (Kim-Rehr Productions, octubre-noviembre de 2002), donde el dibujante Henrik Rehr, responsable de la tira Ferd’nand desde 1989, rememora sus vivencias particulares del 11-S, mientras buscaba con desesperación a su hijo en la zona del desastre.

A la sombra de ninguna Torre

Tras el atentado, la postura más crítica fue tomada por los artistas que se desempeñan en los medios gráficos masivos, diarios y publicaciones de interés general, más allá del reducido gueto de las revistas de historietas o comic books. Entre todas las voces que se alzaron, la más virulenta fue la de Art Spiegelman, ganador del Premio Pulitzer en 1992 por Maus y director de arte del influyente The New Yorker.

A principios de 2002, diferencias ideológicas llevaron a la ruptura entre el historietista y el semanario, que se encontraba mucho más cerca del discurso único entronizado por el Pentágono que de las dudas planteadas por Spiegelman. «Desde que cayeron las Torres Gemelas, parece como si estuviera viviendo en un exilio interno, o como un disidente político confinado a una isla. Ya no me siento en armonía con la cultura norteamericana, especialmente ahora que todos los medios de comunicación se han vuelto conservadores y tremendamente tímidos», declaró el creador de Raw Comics.

Desde el 6 de septiembre de 2002, Spiegelman se encuentra desarrollando la historieta autobiográfica In the shadow of no Towers para el semanario Forward, único medio norteamericano que se animó a cobijar este durísimo trabajo contra la conquista hegemónica comandada por George W. Bush y su ejército de halcones. «Intento conseguir las fotos de este desfile –sostiene Spiegelman-, al menos las relacionadas con sus consecuencias directas, que son esta monstruosa situación geopolítica en la que hemos caído, con un alerta rojo permanente para la guerra y una interminable sed de petróleo que nos ha llevado a protagonizar algunas aventuras extrañas y, seguramente, nos llevará a otras en el futuro».

In the shadow of no Towers está siendo publicado en Europa por el diario alemán Die Zeit y la revista británica The London Review of Books.


[ ver las galerías de imágenes ]


VÍNCULOS:

Exhibición de páginas de comic books sobre 11-S


[ [ © 2003 F. García, para Tebeosfera, 031019  ]