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CARLOS TRILLO. SINÓNIMO DE ÉXITO, PERMANENCIA Y PERSISTENCIA ( parte 2 )

Texto de Alberto D. Kloster.

[ es parte segunda, leer parte anterior ]

[ Ejemplar de la revista Fierro en la que fue publicada la historieta "La gallina degollada", de Carlos Trillo y Alberto Breccia, una de las cimas del arte de ambos autores.. Haga clic para ampliar, al igual que sobre el resto de imágenes del texto. ]


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3. Historietas de crítica política. Historietas grotescas.

La critica político / social se destacó en “Bosquivia”, serie aparecida en revista SuperHum® protagonizada por animales humanizados que representaban a personajes reales de la sociedad argentina, en aquel momento dominada por un gobierno militar autoritario. “Bosquivia”, ilustrada por el dibujante uruguayo Tabaré, luego por Fortín, fue posteriormente continuada en revista Magazine con dibujos de Saborido.

Caben bien aquí las afirmaciones del artista español Luis Bagaría, quien solía decir que su intención en la caricatura era «humanizar a los animales y animalizar a los humanos». Dichas palabras quedan enganchadas a este maravilloso viaje por el mundo del humorismo, con la época de la Argentina Revolucionaria, donde el padre Castañeda realizó la primera caricatura conocida firmada, convirtiéndose así en el primer artista argentino de humor con copyright. El rebelde Castañeda dibujó a un burro rebuznando: «¡Viva el rey!», y claro, solo a un borrico realista podía ocurrírsele expresar tales palabras en tiempos del fervor americano revolucionario e independentista.

Los especialistas internacionales y los jóvenes compatriotas poco informados que hablen de Bosquivia aludiendo a la inspiración de Rebelión en la granja y patatín y patatán, allá ellos. Los argentinos tenemos a nuestro Castañeda con su burro y a los artistas anónimos que ilustraron las luchas por independizarse de España, y posteriormente las primeras guerras civiles argentinas, utilizando siempre animales como protagonistas. Y es en ellos en quienes nos inspiramos y a quienes continuamos en su labor creativa.

En Bosquivia los protagonistas eran los animales humanizados que representaban la sociedad argentina de aquel momento histórico (años 1976-83) pleno de represión, violencia y atropello. Las autoridades aplicaban la ley de la selva donde predominaba la ley del más fuerte y en Bosquivia eran representados como opresores los rinocerontes, gorilas y otros prepotentes animales que tiranizaban a los bichos más débiles. También aparecían bichos oportunistas y cómplices como los camaleones o los cerdos burgueses, etc.

Esta historieta derivó de las diferentes caricaturizaciones que los dibujantes y humoristas argentinos efectuaron de los presidentes, las autoridades y los funcionarios gubernamentales durante toda la historia argentina: el zorro, el burrito, el peludo, los gorilas, la morsa, la tortuga. Sumaron a ello las características animalizadas de la sociedad, que el acervo popular incorporó refiriéndose a distintas personalidades, profesiones y actitudes: los buitres y cuervos, las palomas y halcones, la víbora, el caballo, el pato criollo, etc. Bosquivia era la cabal demostración del manejo autoritario y arbitrario que sufría la sociedad argentina. Bosquivia era la actitud saludable de la crítica hacia el medio circundante, a través de la alegoría, el humor y el simbolismo que todos comprendían.

Carlos Trillo en revista SuperHum®, se inició como asesor creativo y llegó a encargarse de propia dirección, de la orientación de la revista. Su labor fue destacada ya que estaba en pleno auge la renovación de la historieta argentina, la cual tuvo alcance mundial. Trillo permitió la expresión de dibujantes no ortodoxos ni costumbristas, representando esa apertura en una ampliación en lo temático con la inclusión de guiones menos convencionales. También la mano de Carlos pudo observarse tangiblemente por la apertura de un espacio importante hacia el estudio crítico y la reflexión referidas a la historieta, disciplina que Trillo cultivó con maestría junto con su brillante amigo y colega Guillermo Saccomano. Estas grandes perspectivas se vieron frustradas por decisión de la dirección patronal de Editorial La Urraca, quienes decidieron politizar SuperHum® al producirse la apertura política de la sociedad argentina. Trillo no concordaba con esta intempestiva intromisión y dejó la editorial. Posteriormente La Urraca editó Fierro a Fierro, la excelente publicación de historietas dirigida por Juan Sasturain y que llevó a la cúspide el trabajo de los artistas argentinos.

El dibujante Alberto Breccia, por ejemplo, luego de utilizar un tratamiento historietístico convencional en sus primeros trabajos, se fue deslizando hacia un lenguaje muy cercano a la plástica y el expresionismo rosarinoporteño de Antonio Berni. Partió desde él y lo incorporó a la historieta como un planteo gráfico ideal para plasmar los guiones que le van solicitando. Berni utilizaba el expresionismo a modo de protesta, haciendo hincapié en la temática de hondo contenido social; Breccia, dentro de la historieta, empleó dicho expresionismo concretamente para subrayar y resaltar el ambiente dramático imperante dentro del género con temática fantástica que estaba desarrollando. El trabajo con Carlos Trillo lo encontramos ya netamente compenetrado en ahondar aún más las características plásticas de su trabajo. Hansel y Gretel, Blancanieves, Cenicienta, La bella durmiente son los cuentos infantiles que Trillo adaptó, en irónica versión adulta, para que Breccia los ilustrase.. Alberto realizó cautivantes creaciones en collage y vivos colores. Se publicaron en las revistas Hurra y SuperHum®.

Alberto Breccia profundizó su arte sumergiéndose en una búsqueda estética más personal, orientada hacia la plástica dentro del marco historietístico. Perfeccionó su expresionismo y su acercamiento a lo goyesco en trazos y personajes, clima y ambientación. Trabajó en conjunto con Trillo en: “Donde suben y bajan las mareas” de Lord Dunsany, en “La pata del conejo” de Jacobs y en la historieta “Un tal Daneri”, un tipo bravo, pesado y matón del barrio de Mataderos que se ocupaba de sucios crímenes y de amargos casos de mezquinas venganzas. Se destacaba el expresionismo de Alberto Breccia con sus paredones barriales patéticos y grises.. Son algunos episodios: “El duelo”, “El bagre”, “Ojo por ojo”, “Ojos dorados”, “La bruja”.... También la dupla Trillo / Breccia realizaron “El viajero de gris”, “Mr. Valdemar” y otras historietas.

En general, en la producción que efectuó Breccia para El Péndulo se destacaba la total presencia de una atmósfera goyesca que nos remitía a la imperante en las Pinturas negras y en Los caprichos; así lo observamos en “La corte de los milagros” escrita por Carlos Trillo. Por esa vía, el expresionismo que Alberto siguió experimentando lo llevó hasta abrevar en el mismísimo y genial padre fundador de estos climas y ambientes, Goya.

Trillo trabajó con un Alberto Breccia netamente experimentador en la historieta “Buscavidas” perteneciente a la revista SuperHum®. Allí se desarrolló una temática oscura realizada con dibujo no convencional; en las imágenes aportadas por Breccia se observaba una búsqueda plástica: deseaba reflejar en los personajes la textura visual áspera, porosa, rugosa de una escultura. El expresionismo de Alberto fue llevado a su cota máxima, buscando plasmar la textura escultórica con blancos y negros a pleno semejando un enfoque de rasgos caricaturesco / grotescos.

Estos últimos personajes realizados por Breccia nos remitían hacia el tratamiento historietístico experimental anticipatorio que efectuaron durante el siglo XIX los primeros dibujantes argentinos que practicaron la narración gráfica en secuencias, la cual todavía no había sido “inaugurada” oficialmente en los Estados Unido pero que ya existía en todo el mundo y se plasmaba con mayor rigor plástico que en las tiras cómicas iniciales.

Cito la página de Eduardo Sojo titulada “Historia negra... y sotanesca”, aparecida en la revista Don Quijote en 1886 y que es una historieta hecha y derecha. Era un relato en “secuencias con consecuencias” de nueve viñetas en tres tiras (a razón de tres encuadres por tira) con didascalias, o sea texto al pié en verso que separaba cada viñeta de la siguiente. Si bien las tiras no se hallaban enmarcadas, las viñetas estaban perfectamente encuadradas formando una auténtica secuencia historietística y humorística. También es importante observar el uso de iconemas: signos gráficos que muestran sensaciones o sentimientos, tan caros a nuestro género. Esta página automáticamente atañe a realizaciones de Alberto Breccia como “El otro yo del Dr. Jekyll” y otros trabajos contemporáneos del autor.

Las primeras tiras cómicas diarias consideradas como “oficiales” por muchos estudiosos aparecieron en la prensa estadounidense ya certeramente elaboradas, encuadradas y sintetizadas pues, en realidad, fueron producto de la evolución de aquellas experimentaciones gráficas; experimentación que siguió su curso y que halló en Breccia uno de sus más destacados cultores, quien paradójicamente, al buscar su propio camino expresivo, absolutamente contemporáneo, lo llevó – notablemente - a asemejar su arte con el de aquellas manifestaciones originales preoficiales.

No debemos olvidar tampoco en Breccia su clara identificación con el género grotesco rioplatense, el cual se desarrolló en la plástica y el dibujo tanto como en el teatro y, en menor medida, en el cine argentinos. Fue en el ámbito teatral donde el grotesco denominado bonaerense, porteño, criollo y / o rioplatense se convirtió en un género muy importante, clave para nuestra cultura. No hay que buscar tantos antecedentes ni influencias foráneas en artistas de tanta personalidad como Alberto, tan cabal representante de la sociedad que lo vio desarrollarse. Yo diría que tanto el pintor Fígari como el dibujante Diógenes “el mono” Taborda (ambos uruguayos) estaban contenidos dentro de la magna y universal obra artística brecciana..  

Nos dice la teoría que la historieta es una forma de narración y que tiene la particularidad de valerse de dos tipos diferentes de medios expresivos: las imágenes o dibujos por un lado y la palabra por el otro, que transmite el contenido del relato, los diálogos, pensamientos y reflexiones. Por lo tanto resulta una expresión híbrida, compuesta por lenguaje visual + lenguaje verbal. Y si las tiras están bien logradas, las ilustraciones generan una cadena asociativa con su propia mecánica que hace volar al lector mas allá de la narración explícita, pues los personajes insertados son ficción y por ello nos permiten despegar de la realidad concreta. Pero, como ya vimos, la historieta no es una simple mezcla o combinación de géneros, es la unión indivisible entre dibujo y texto, hasta en una historieta muda, que narra en silencio.

También los dibujantes nos dicen lo suyo. Adolfo Mazzone considera que existen dos tipos de dibujantes: los transportistas, ilustradores rutinarios que copian las ideas y estilos con mayor o menor suerte, y los creadores, quienes con su propia personalidad enriquecen las historias y los personajes protagonistas de ellas.

Alberto Breccia es el paradigma de los dibujantes creadores y en la adaptación del cuento “La gallina degollada”, que escribió para él Carlos Trillo, la historieta alcanza los más altos niveles de calidad, expresión y creatividad; y si llega a estas alturas es porque «la jerarquía no está en los géneros sino en los creadores» (Juan Sasturain). Y los creadores en cuestión son los uruguayos Horacio Quiroga, Alberto Breccia y el argentino Carlos Trillo.

“La gallina degollada” aparecida en la revista Fierro núm. 8 en abril de 1985, en la página 78, es una extraordinaria historieta, una de las más notables jamás realizadas y la mejor adaptación literaria sin lugar a dudas. Trillo relata escuetamente la historia a través de cortos diálogos, frases mínimas y monosílabos claves, dejando que el dibujo narre toda la acción. Breccia, en su nivel superlativo, la dibuja con estilo expresionista que resalta el horror y las sorpresas (y fundamentalmente todo ese efecto de la sorpresa final) que provoca el relato original de Quiroga, ese genial y atormentado escritor uruguayo, compatriota del también genial dibujante Breccia.

Trillo respeta a Quiroga en su exigencia de síntesis y condensación de gran severidad, lo mismo realiza Breccia con su dibujo: caracterizar personajes, colocarlos en ambiente, arrancar al lector del desgano habitual, interesarlo, impresionarlo y sacudirlo.

Es una historieta escueta, casi silenciosa. En donde la solitaria palabra “mamá” adquiere una connotación fundamental pues la única persona que jerarquiza dicho vocablo –Bertita- es quien protagoniza la tragedia y su grito de socorro: «¡mamá!» estremece el corazón de su madre y también el de cada lector. 

Los recursos tipográficos están utilizados sobriamente. Las diversas intensidades de la voz indicando matices del relato son ilustrados aumentando de forma somera, apenas ligeramente el grueso de la grafía, dentro de un contexto severo. Los escasos diálogos y las expresiones vocales de los protagonistas son expuestos en globos cuadrangulares, secos, los cuales concuerdan perfectamente con la seriedad dramática que impone la historia.  

No hay onomatopeyas ni preciosismos que distraigan al lector; nada sobra, nada falta, el dibujo lo cuenta todo y cuando es preciso aparecen las palabras que son claves y fundamentales: «rojo», «mamá», «hija» que simbolizan “sangre”, “terror”, “dolor”. Es una historieta contenida y a la vez muy dinámica, cuyo tempo narrativo se acelera hacia el final cuando se desencadena la tragedia.

Al ser “La gallina degollada” una historia truculenta en su mismo origen («una Obra maestra del horror familiar, fábula tenebrosa sobre la niñez y el parentesco» según Ricardo Piglia), Trillo y Breccia, al optar por una adaptación más cerebral y no historietística (sin onomatopeyas ni gritos ilustrados en zigzag, sin escenas detalladas explicitando la tragedia cuadro a cuadro, golpe a golpe) cerraron filas en torno a un estilo basado en la ilustración sobria en secuencias, dejando de lado los tan mentados y, a la postre, tan contaminantes recursos identificatorios de la historieta. Si la hubieran adaptado al más puro estilo género negro, o sea como Torpedo, el resultado final hubiera sido rutinario, una exhibición de atrocidades como suelen mostrarnos, siguiendo las convenciones del género negro, Bernet y Abulí. En definitiva Trillo / Breccia adaptaron una obra literaria de Quiroga con un concepto historietístico estéticamente adulto, serio y contemporáneo e impusieron nuevos parámetros artístico / creativos.

4. La aventura.

«La AVENTURA es un valor, una alternativa para vivir y dibujar porque pone en movimiento valores absolutos; el cuerpo la emoción, los sentimientos, la ternura» (Sasturain), y también: «La historieta cuando está bien hecha crea complicidad entre el lector y el dibujante, estimula a pensar, a imaginar lo que el dibujante insinúa» (Alberto Breccia). Uniendo estas dos afirmaciones obtenemos como resultado la Aventura en su máxima expresión: la serie Alvar Mayor de Carlos Trillo y Enrique Breccia.

Alvar Mayor es el gran personaje universal por antonomasia de Carlos Trillo, se lo considera hecho de la misma sustancia inherente a la leyenda. Como relato de todo buen escritor argentino, Alvar está basado en textos que fundamentan la cultura occidental (incluyendo también a la República Oriental del Uruguay de Alberto Breccia).

Se vislumbra en su trama la presencia de mitos reales y mitos literarios, encontramos tanto al poema caballeresco como la novela romántica moderna y por supuesto la épica de la historieta argentina y sudamericana no está ausente, hermanándolo con Nippur de Lagash y Dago, héroes inmortales desarrollados por la brillante pluma del gran guionista paraguayo Robin Wood (Ñande chámigo porá tiene payé). También están presentes espiritualmente en las historias de Alvar Mayor: Homero, Dante, Ariosto, Rabelais, Cervantes, Shakespeare, Goethe, Melville, Hemingway; en una palabra hallamos a Borges y a Cortázar, y a tantos otros argentinos poseedores de esa cultura universal que Trillo homenajea a través de su mítica historieta. Yo afirmo que es mérito de los argentinos haber difundido una cultura universalista sin haber ejercido nunca presión política ni económica, pues Argentina jamás formó parte de ningún imperio, ni ejerció ningún tipo de dominio sobre otros pueblos.

En la saga de Alvar Mayor también se perciben conceptos de Freud, pues Alvar es a la vez una exploración metafísica del alma humana y una alegoría que indaga las inquietudes y el significado de la existencia. Hallamos asimismo climas oníricos y surrealistas en su andadura en viñetas; y aquí debemos resaltar el acierto de los teóricos que nos dicen que la historieta es una forma de narración que condensa en sus cuadros toda la fantasía de aventuras que caben en el pensamiento humano. Por ello su mundo es complejo y en él caben todos los elementos y todos los temas: hombres, cosas, animales, naturaleza, y todo lo insólito, desconocido y original que pueda concebirse. Alvar Mayor es una de las cabales representaciones de dichos conceptos y en su trama aventurera incide un alto contenido simbólico.

Alvar se enfrenta en sus historias con personajes que simbolizan la belleza, el amor, la envidia, la vida, la muerte, la maldad, la juventud, la vejez, la codicia, la traición, la esperanza... Doy simplemente un ejemplo: La historieta “Otra versión del cuento” está protagonizada por una jovencita que recorre el bosque, una anciana solitaria y un joven corpulento de aspecto lobuno. Uno infiere que se trata de Caperucita roja con un tratamiento más adulto, y sin embargo finalmente se transforma en La bella y la bestia pero con final trágico. Los jóvenes son dos enamorados y por ende simbolizan el amor y la ausencia de discriminación mientras que la vieja representa, a la postre, tanto a la envidia como a la locura y no a la bondad como se presumía. Alvar aquí actúa como un entrometido y engañado por las mentiras de esa vieja que se enfrenta y derrota al joven matándolo. Alvar pasa por ello a ser tan antipático como la anciana, pues descargando su espada salvaje mata al Amor (con mayúsculas) y hace vencer a la envidia. El escupitajo final de Alvar Mayor hacia la vieja, al comprobar su demencia, también debe serle espetado al propio caminante por entrometido. La gran mayoría de las historias de Alvar Mayor poseen ese mensaje simbólico señalado y si es oportuno y necesario Trillo, el autor, hacen quedar mal parado hasta al propio héroe de la historieta –como observamos-.

Enrique en los inicios de la saga plasmó el dibujo con estudiado costumbrismo histórico, luego el trazo se hizo más fluido, liberándose. La presencia femenina con las hieráticas damas castellanas iniciales daba paso luego a muchachas más exóticas de mirada soñadora, cabelleras revueltas y túnicas sueltas luciendo una sensualidad natural.

Alvar Mayor daba comienzo a sus aventuras en tiempos de la conquista española de América y, transformado en el viajero infatigable, se internaba en el épico mundo de una América ancestral mágica y a la vez real, desentrañando la esencia misma de la tierra que camina al recorrer sus imponentes montañas, cruzar sus caudalosos ríos y visitar sus enigmáticas ciudades. Su peregrinación a través del continente le brindaría varios compañeros de ruta, el indio Tihuo, la bella y oportunista Lucía, y en esa búsqueda obsesiva de lo inextricable Alvar Mayor luchará permanentemente, pues su destino es cosechar innumerables rivales, sortear aquellos enemigos que le impidan continuar con su periplo.

La serie se publicó en revista Skorpio de Editorial Récord entre los años 1977 y 1983, en 57 episodios. De las obras de Trillo, fue la historia preferida de los lectores de revistas con relatos completos, y llegaría a ser muy admirada en Europa. La historieta Alvar Mayor es bien argentina, es universal.

Trillo, incansable, continuará creando más y más historietas: El peregrino de las estrellas (con Enrique Breccia); la historia de espionaje "Nadie", dibujada en estilo convencional por Alberto Breccia para Tit-Bits (tal vez sea la última que encaró Alberto de modo tan tradicional); El loco Chávez (con Altuna) para Skorpio; Las puertitas del señor López (con Altuna) en El Péndulo en 1979 y Hum®, en diciembre 1980; Charlie Moon y Merdichesky (ambas de Altuna); las Historias mudas unitarias magistralmente dibujadas por Mandrafina: “El mago”, “El cartero”, “La bailarina”, “La manzana”, etc. Estas Historias mudas, publicadas en SuperHum®, son grandes perlitas de la tragicomedia universal. En la misma publicación aparecieron: “El payasito”, que representa la ternura, dibujado por Sanyú; “Loco Jones” con Lito Fernández: la vida posterior de un héroe y su chica rescatada; Buscavidas (con A. Breccia); Ulises Boedo (con Mandrafina); Sección “Hacé la corta” (con varios); Buenos Aires Punk (con Sanyú)... En la revista El Péndulo escribió “La corte de los milagros” para Alberto Breccia, historieta publicada en 1979.

En su faceta de crítico e investigador, Trillo escribió junto con Guillermo Saccomano la sección “La historia de la historieta” en la revista Tit-Bits, luego recopilada y publicada como libro en su edición completa como La Historia de la historieta argentina bajo el sello Récord. En esta misma faceta escribió la sección llamada “El club de la historieta”, también con Saccomano y desarrollada para la revista Skorpio. El mentado tándem publicó asimismo artículos en la revista fantacientífica El Péndulo, de Editorial La Urraca, entre ellos el riguroso “Contra los defensores de pobres”. Como detalle vale la pena decir que la revista de fantasía y ciencia ficción El Péndulo, fue en su momento internacionalmente votada como la mejor revista de todo el mundo de su género, mas no sólo fue galardonada por ser la mejor de su propia época, sino la mejor de todos los tiempos. Aquí debemos brindar nuestra felicitación por la tarea a su director Marcial Souto, nacido en España (Galicia), quien supo combinar las distintas especialidades de la ciencia ficción con ese punto de vista universalista tan rioplatense, tomando lo mejor de cada época y lugar. Digamos al pasar, y para no extendernos en demasía, que grandes literatos rioplatenses como Bioy Casares, Lugones, Quiroga, Borges, ya cultivaban el género fantástico y éste último narrador en 1928 había escrito una serie de magníficos artículos periodísticos analizando el género para la revista popular El Hogar; dichos artículos se recopilaron muchas décadas más tarde en un libro llamado Borges: textos cautivos. Al respecto, el escritor uruguayo Angel Rama expresó: «Borges es el primer americano que ve en su totalidad el fenómeno nuevo del siglo XX, el de una cultura universal y no exclusivamente europea, y que intenta engranar a América en ese concierto que supera la fácil oposición de Oriente y Occidente.»

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[ © 2003 Alberto D. Kloster, para Tebeosfera, 031019. Las imágenes proceden de la colección de A.D. Kloster ]