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TINTA Y PAPEL. ENTREVISTA A CRAIG THOMPSON


Entrevista realizada a Craig Thompson en el Saló del Còmic de Barcelona por David Caro, el día 8 de mayo de 2004.

 

[ Fotografía de Craig Thompson ]

Con Adiós, Chunky Rice (1999) Craig Thompson se convirtió en uno de los autores revelación del año, obteniendo un premio Harvey y varias nominaciones a los premios Eisner. Blankets (2003) ha confirmado al que ya es uno de los mayores talentos del panorama independiente estadounidense. Ambas obras están publicadas en español, ésta última por Astiberri. Charlamos en  Barcelona con este joven creador que aspira a contarnos las historias que lleva dentro y a vivir de ello.

Tebeosfera: Craig, gracias por concedernos esta entrevista.

 Craig Thompson: Gracias a ti. Es un placer.

 

T: Naciste en Traverse City, Michigan, y ahora vives en Portland, Oregon. Tu primera obra, Adiós, Chunky Rice habla de lo que supuso para ti irte a vivir a Portland. ¿Por qué te mudaste?

CT: Tuve que hacerlo, no creo que tuviera otra opción. Nací en Traverse City, que es una pequeña población de Michigan, pero pasé mi infancia en la zona central de Wisconsin, en una población aún más pequeña en mitad de ninguna parte. Después me  mudé a Milwaukee, que es la ciudad más grande de Wisconsin, así que seguía estando en la misma zona pero al menos tenía acceso a revistas y otras ofertas culturales. Sin embargo esa ciudad no terminó de funcionar para mí, en algunos aspectos. Me rompieron el corazón dos veces. La primera de ellas fue realmente dolorosa, cuando mi novia del instituto y yo cortamos poco después de llegar a Milwaukee.

 

T: ¿Ella se había mudado contigo?

CT: No, ella lo hizo primero, yo me fui para estar con ella. En realidad siempre he cambiado de lugar siguiendo a alguna chica (risas). Yo seguía viviendo con mis padres cuando acabé el instituto porque ella estaba aún estudiando, era más joven que yo. Por eso me quedé en aquel sitio y cuando ella se fue a Milwaukee yo me fui también. Pero poco después rompimos. 

Después de eso decidí quedarme allí, hice un montón de buenos amigos y viví experiencias increíbles. Y me enamoré otra vez. Pero aquello también acabó, y entonces Milwaukee se acabó para mí también, tenía que irme. Mi principal motivación para irme, por encima de cualquier otra cosa, fue haber roto con aquella chica. Por lo demás  estaba contento, tenía muchos amigos aunque estábamos un poco desperdigados, algunos tuvieron que irse a otros estados, otros teníamos unos empleos de locura que no nos permitían vernos mucho. Todo eso cambió en mi último mes en Milwaukee, que para mí fue como estar en el Paraíso: dejé mi trabajo, tenía todo el tiempo que quería y me dediqué a verlos todos los días. No era la Realidad, porque la Realidad es tener un trabajo, poco tiempo libre e intentar mantener las relaciones a través de muchas distracciones, pero ese último mes fue realmente bueno, viendo a mis amigos todos los días. 

Y entonces me fui a Portland, y de repente todo era esfuerzo, esfuerzo y más esfuerzo, tuve que empezar desde cero. Echaba muchísimo de menos Milwaukee y a mis amigos y puse toda esa añoranza, esos sentimientos en Adiós, Chunky Rice. Fue como una terapia.

 

T: Si tú eres Chunky Rice, ¿quién es Dandel? ¿Representa a todos los amigos que dejaste o es una persona en concreto?

CT: Las dos cosas. En principio eran todos. Me dije: “Dandel representa a todo el mundo” y en cierta manera es así, pero es sobre todo una chica, la misma que después aparece en Blankets. Aún la echaba de menos y tenía que soltar todo eso en algún sitio, así que volví a hablar de ella en Blankets, ambas obras tienen cierta conexión en cuanto a las motivaciones para hacerlas.

 

T: ¿Por qué el personaje que te representa se llama Chunky Rice? ¿Te llamaban así tus amigos o simplemente te inventaste el nombre? 

CT: Es un nombre que suena simpático, es tierno. Desde el principio yo estaba muy interesado en que el cómic tuviera una apariencia bonita, infantil. Quería que los personajes fueran casi de dibujos animados, tiernos y agradables y al mismo tiempo utilizarlos para hablar de emociones muy profundas. Casi como una trampa, para que los lectores dijeran “mira, qué muñequitos tan monos...”

 

T: Ya, y entonces les clavas el puñal.

 CT: (Risas) Exacto, muñequitos trampa.

 

T: ¿Entonces esa es la razón por la que ambos personajes son animales, mientras que el resto son humanos?

CT: Sí, Scott McLoud habla de eso en su libro Understanding Comics cuando habla del manga, dice que puedes utilizar este tipo de personajes simbólicos con los que la gente puede identificarse con más facilidad que con personajes grotescos o hiperrealistas. Y estoy de acuerdo, creo que una de las principales razones por las que muchos cómics son realmente inaccesibles para la gente es porque sólo salen personajes musculosos y exagerados y los lectores no son capaces de identificarse con ellos.

 

T: Creo que el estilo visual de ambas obras es distinto, en Blankets me parece ver una  mayor influencia de Will Eisner. 

CT: No es una influencia consciente. Por supuesto me encanta Will Eisner, como a todo el mundo, pero pienso que mis mayores influencias vienen de dibujantes franceses como Edmon Baudoin. Frederik Peeters es otra influencia que veo en mi trabajo pero eso lo hago posteriormente, no como algo consciente mientras dibujo.

 

T: ¿Qué les pareció a tus amigos Adiós, Chunky Rice? ¿Qué piensa “Dandel” acerca de él?

CT: Bueno, a ella le gustó. Un día me preguntó si Dandel era ella y en aquel momento yo estaba enfadado con ella y le dije que no, que Dandel era todos mis amigos, pero eso era porque estaba disgustado y me decía a mí mismo que no era ella aunque no era cierto. En cierto sentido ocurrió lo mismo con Blankets, porque en la superficie es acerca de una relación que tuve en el instituto, pero emocionalmente puse mucho de lo que me había ocurrido con esta chica. El personaje de Blankets es en realidad la unión de varias personas distintas.

 

T: Adiós, Chunky Rice se acerca muchas veces al ritmo y la sensibilidad de un poema, no de una narración convencional. ¿Crees que se puede hacer poesía con un cómic?

CT: Sí, ese es uno de mis mayores objetivos. Estoy más interesado en el componente emocional y en la musicalidad de una historia que en el argumento, para ser sincero. Los argumentos en el fondo suelen ser una estructura estática y yo quiero hacer cómics que sean más bien como canciones, que tengan una especie de música con la que los lectores puedan conectar inmediatamente a un nivel emocional y personal, que evoque imágenes en su mente. Quiero contar historias de ese tipo.

 

T: ¿Y como dibujante qué herramientas te son más útiles para crear esa música: la composición de la página, el diseño de los personajes...? 

CT: Creo que lo más importante para lograr eso es un ritmo específico para el cómic, para lo cual lógicamente la composición de página es importante. También el número de viñetas por página; a veces son muchas, a veces pocas, otras una sola imagen en toda la página. Y también en las propias palabras, intento conseguir algo así como imágenes escritas y palabras dibujadas, que ambas se complementen. Por eso los textos están escritos a mano, para que tengan esa cualidad íntima de las cartas. También los dibujos son en blanco y negro para que sea en realidad mi mano sobre el papel, sin distracciones como el color o algún tipo de efecto informático. Creo que así es más puro: sólo blanco y negro, tinta y papel. En estos tiempos en los que la gente ya no escribe sino que envía e-mail creo que es importante mantener esa sensación de algo hecho a mano.

 

T: ¿Qué supuso para ti el premio Harvey y las nominaciones a los Eisner que obtuvo Adiós, Chunky Rice y toda la atención mediática que conlleva? 

CT: Es algo que está bien, me alegra que a la gente le gustase pero no cambia las cosas. Mi vida no cambió en absoluto.

 

T: ¿Podrías ahora hacer otro cómic como éste o ya eres una persona diferente?

CT: ¿A qué te refieres con “como éste”?

 

T: Quiero decir que trate acerca de los mismos sentimientos que expresas aquí, ¿o ya has sacado todo lo que tenías dentro?

 CT: No, aún estoy haciendo cómics acerca de esos mismos sentimientos, creo que lo seguiré haciendo durante toda mi vida. Ahora llevo un tiempo viajando y estoy trabajando en un cómic que es una especie de diario de viaje. Se supone que habla acerca de mi vida durante este viaje y lo que estoy viendo, por ejemplo ahora estoy disfrutando de Barcelona, pero continúa excavando en esa añoranza que siento. Es algo que no puedo dejar atrás.

 

T: Estás escribiendo tu autobiografía poco a poco, en cierto sentido.

CT: Sí, es algo que no puedo evitar.

 

T: ¿Cómo conseguiste las palabras de gente como Alan Moore o Jeff Smith que aparecen en la contraportada recomendando el cómic?

CT: Simplemente les envié copias del cómic y fueron tan amables como para escribirme. También lo hice con Blankets, envié muchas copias y la mayoría respondieron, gente como Neil Gaiman o publicaciones como Time magazine.

 

T:  Ahora van a empezar a pedirte a ti que escribas recomendaciones.

CT: La verdad es que ya las hago, he escrito unas diez, incluida una para Tezuka. Me pidieron unas palabras para la edición americana de Buda de Tezuka y yo me quedé pensando “¡¿Cómo?!” (risas). Imagínate, no me lo podía creer.

 

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 [ © 2004 David Caro, para Tebeosfera, 041015]