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II JORNADAS UNIVERSITARIAS DEL CÓMIC UNIVERSIDAD DE MÁLAGA 

II Jornadas Universitarias Internacionales del Cómic. Cómic erótico, gay y lésbico.
Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga
 

Lugar: Aula Magna de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga
Fecha: 24, 25 y 26 de marzo de 2004
Organizadores principales:
Marcial García y Ana Jorge, profesores del Departamento de Comunicación Audiovisual, Publicidad y Relaciones Públicas de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Málaga
Patrocinadores: Instituto Andaluz de la Juventud / Universidad de Málaga
Colaboradores: Glénat / Norma Editorial / Ediciones la Cúpula / Facultad de Ciencias de la Comunicación de Málaga

[ Cartel del festival  ]


CRÓNICA, por Natalia Meléndez Malavé


Tras la excelente acogida el pasado año de las I Jornadas de Cómic de la Universidad de Málaga –de temática general-, este encuentro aseguró, con el compromiso de sus organizadores, su continuidad. Dedicado a partir de ahora a un aspecto concreto del ámbito del cómic, se decidió centrar estas segundas jornadas en los géneros erótico, gay y lésbico. Las actividades tuvieron lugar del 24 al 26 de marzo de 2004 y contaron con un atractivo “cartel” de invitados entre los que destacan Nazario o los ya habituales dibujantes Kim y Horacio Altuna o el catedrático Román Gubern, que repiten tras haber acudido a la primera edición.

         La estructura del encuentro se fundamentó en la celebración de mesas redondas en las sesiones matinales y proyecciones en las sesiones de tarde. El bloque vespertino previsto para la presentación de comunicaciones hubo de suspenderse por falta de participación –en cierto modo lógica, por otra parte, dado lo específico del tema-. El tercer y último día se dedicó exclusivamente a la conferencia de clausura a cargo de Román Gubern.

         En general, las jornadas se desarrollaron en un ambiente desenfadado y cordial, alejado de encorsetamientos eruditos, pese a tener lugar en un foro académico. Tal circunstancia puede interpretarse como un arma de doble filo, pues relajó a un joven público y a los ponentes no acostumbrados a intervenir en actos universitarios, pero se acusó cierta falta de rigor en las exposiciones durante el desarrollo de las mesas redondas –algunos invitados, e incluso algún moderador, no llevaban nada preparado-. Esta falla la salvó en ocasiones un auditorio ávido de información que animó los debates en los turnos de preguntas posteriores a cada charla. La afluencia de público fue, dicho sea de paso, muy satisfactoria y, sobre todo, regular durante los tres días, además de muy participativa.

         El primer día, hacia las 12:30, después del acto inaugural y un breve montaje escénico, dio comienzo la mesa redonda sobre cómic erótico. En ella intervinieron Kim como presentador y los autores Horacio Altuna, Benito Belore y Hernán Migoya. El comienzo de las intervenciones individuales resultó algo desganado pero el acto fue creciendo en interés con los comentarios de Altuna sobre su única experiencia en el género erótico con su trabajo para la revista Playboy. Por su parte, el creador malagueño Benito Belore explicó que, pese a sus comienzos en la ciencia ficción –como buen admirador de su compañero Altuna-, hubo de decantarse por la temática erótica más que nada por la necesidad de pagar las facturas y comer diariamente. Ello puso de manifiesto las posibilidades comerciales de este género y su condición de única salida como medio de subsistencia para muchos historietistas. Hernán Migoya, a pesar de acudir en calidad de guionista de cómic, comenzó su turno con una larga explicación de la célebre polémica literaria de su obra Todas putas. Ya en el tiempo de debate todos los miembros de la mesa se mostraron de acuerdo en que el hecho de dedicarse a la temática erótica hace que se les apliquen una serie de tópicos y que en los medios de comunicación sólo se destaque de su trabajo los aspectos más sensacionalistas. En suma, denunciaron que se les trate o bien como “maniacos” o bien como “freakies”, ya que un autor, del género que sea, no tiene por qué compartir lo que hagan sus personajes. Preguntados por el público acerca de los límites que se marcaban en sus creaciones, contestaron que respetan las normas de la empresa para la que trabajan pero que no se autocensuran: «la ficción no puede ser censurada, el lector es suficientemente inteligente», afirmó Migoya. Respecto a esto, el periodista y experto en cómic Luis Conde Martín, que se hallaba entre los oyentes para cubrir las jornadas para el programa La Mandrágora de TVE agregó que la función del autor no consiste en educar ni ser políticamente correcto sino sólo narrar, contar historias, trabajar, en suma, con la imaginación.

La mesa aportó algunas ideas más sobre las ventajas de publicar en España, donde existen pocos tabúes culturales en cuanto a contenidos sexuales, al tiempo que se expusieron los problemas de la exportación de las mismas historias a otros países. También se habló, en el aspecto comercial, del refugio de los dibujantes en el campo del erotismo ante la desaparición de la mayoría de las revistas de cómics y humor gráfico y del carácter inexplorado de un sector del público, el femenino, dentro de la temática erótica.

 

La mañana de la segunda jornada se dividió en dos mesas redondas, la de temática gay a primera hora, y la lésbica a continuación. La primera charla -quizá la más sobresaliente del encuentro, pues las tres intervenciones fueron al tiempo divertidas e inteligentes- fue conducida por Javier García, de “Ojalá”, Asociación de Gays, Lesbianas y Transexuales de Málaga. Abrió la tertulia Sebas Martín, guionista de cómic gay (Historias entre chicos, Historias de Sitges, Vacaciones en Ibiza) y profesor de guión de la Escuela Joso de Cómic de Barcelona. Martín señalo cómo, pese a todo, en el panorama actual dedicarse al cómic de temática homosexual es como predicar en el desierto: «si ser dibujante de cómic es una locura, serlo de cómic gay lo es al cuadrado», ironizó. A pesar de las dificultades del mercado para dar salida a historias “homo”, Sebas Martín entiende su obra y la de sus compañeros como un material que puede interesar tanto a gays y lesbianas como a heterosexuales y que puede ser creado –al igual que se da en el caso contrario- por autores que no sean homosexuales, sólo hay que escuchar, hablar con la gente y documentarse. Ese es precisamente el caso del segundo invitado, Rafael Martínez. Para el autor de Chueca Town su consagración actual a la temática gay obedece a la necesidad de denunciar con su obra situaciones de injusticia y discriminación. Este autor pretende atenuar la asociación de lo gay con la frivolidad y la promiscuidad, por lo que prefiere presentar en sus historias conflictos serios (legalización de los matrimonios homosexuales, adopción, etc.) aportando pequeñas dosis de humor.

La última intervención se reservó para el autor más esperado, Nazario, el creador de cómic gay más reconocido y padre del ya legendario travesti Anarcoma. El dibujante de la moribunda revista El Víbora se centró en la evolución de su trayectoria desde que abandonó su puesto de maestro nacional en Sevilla hasta convertirse en el máximo exponente del underground español. Nazario, más dedicado últimamente a su faceta como pintor, confesó sentirse «como un dinosaurio o superviviente» al haber comenzado en los difíciles años setenta, cuando aún la Ley de Peligrosidad Social afectaba a los homosexuales (hasta 1978, 3.000 personas sufrieron cárcel y el propio Nazario fue fichado).

Tras esta primera mesa redonda, empezó la segunda sesión del día, centrada en el cómic lésbico. Un ámbito hasta hace poco casi desértico, y actualmente convertido en una temática en auge, teniendo en cuenta que en un principio se introdujo como forma de voyeurismo masculino y hoy está implantada ya como reivindicación de un colectivo. Dicha mesa, que estuvo moderada por la profesora Ana Sedeño, de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Málaga, destacó por la intervención de Mili Hernández, responsable de la editorial EGALES y una de las personalidades más activas del ámbito cultural homosexual. Hernández comentó a los presentes el proceso de publicación del primer cómic lesbiano en español de la autora Alison Bechdel, que en nuestro país ha sido traducido como Unos bollos de cuidado. También diseccionaron las dificultades y desigualdades del panorama y del mercado del cómic lésbico la autora Esther Lecina y el dúo formado por Aurora García y Diana Fernández, más conocidas como Studio Kôsen. Éstas últimas presentaron -sorteando alguna deficiencia técnica- piezas de algunos de sus trabajos, caracterizados por una «ultraespecialización», ya que consisten en un “manga lésbico”.

En general, ambas sesiones pusieron de manifiesto las posibilidades del cómic como un espacio de acercamiento a las vivencias y preocupaciones del colectivo homosexual (que, como se recalcó, salvo en el caso de la discriminación, en poco difieren de las de los heterosexuales), así como el uso del cómic como una excelente fórmula para el fomento de la libertad y la convivencia y como altavoz de las legítimas reivindicaciones de lesbianas y gays.

 

Finalmente, en la conferencia de clausura, los asistentes disfrutaron de la amena charla impartida por el catedrático de Comunicación Audiovisual de la Universidad Autónoma de Barcelona Román Gubern. El encargado de presentarlo, profesor Manuel Chaparro, de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Málaga, hizo hincapié en su conocida y amplia producción bibliográfica sobre el cómic, aunque también podemos recordar obras como El Eros electrónico, en la que se adentra con brillantez en la otra vertiente del encuentro.

La ponencia de Gubern consistió en un recorrido por la evolución de la historieta erótica, o más bien, del erotismo en las viñetas, en el que Gubern se detenía en ocasiones para comentar anécdotas o impresiones y recuerdos personales. El catedrático comenzó advirtiendo jocosamente cómo, por su contenido, estas jornadas eran un preámbulo perfecto para la Semana Santa que se avecinaba. A continuación, situó los antecedentes de la figuración narrativa erótica en algunos ejemplos de cerámica griega. Ya en los primeros cómics tal y como los concebimos, y pese a que los protagonistas eran a menudo transgresores (niños traviesos, vagabundos y otros personajes marginados o asociales), en su universo estaba ausente el sexo, víctimas de los rescoldos de la cultura victoriana. Mas pronto, señaló Gubern, aparece la “criptosexualidad”, ciertas insinuaciones que hacen preguntarse al lector qué sucede fuera de cuadro (en las que podemos incluir las ya tópicas observaciones sobre las hipotéticas relaciones gay de parejas como Batman y Robin o Roberto Alcázar y Pedrín). Hacia los años treinta, se ha de destacar también la faceta erótica silenciada del estereotipo de “novias eternas” del cómic: «esas señoritas que iban siempre junto al héroe; nunca se dice que se van a casar, porque ello limitaría la “polidisponibilidad” del héroe, pero tampoco consta que mantengan relaciones sexuales». Otro asunto de interés dentro del concepto de “criptosexualidad” reside en el vestuario, o, mejor, su contrario, en el desnudo. Gubern señaló que éste empezó a legitimarse en Inglaterra con la serie Jane (1932-1959) de Norman Pett, que será el primer personaje que realizará la patriótica labor de animar a las tropas durante la II Guerra Mundial con progresivas y fugaces pérdidas de ropa.

Román Gubern comentó también la existencia de un mercado clandestino del cómic porno, que él mismo recuerda haber visto circular en fotocopias en la Barcelona de los años cuarenta, y del que destacó que, de poder ser reunido, constituirá una interesante investigación.

Más adelante, y dentro de la historieta legítima, el profesor recordó a las heroínas “fantaeróticas” de los sesenta de las que Barbarella es máximo exponente. Con ella, se rompe en Europa la especialización del cómic como producto casi exclusivamente infantil. Barbarella, que utiliza la sexualidad para gratificar aliados y dominar enemigos, responde en parte al cambio social producido por la irrupción de la píldora anticonceptiva, «aunque también es cierto que este personaje libertino y desinhibido es en el fondo la creación de un hombre y no hace más que responder al fantasma masculino de la mujer fácilmente disponible».

         Tras nombrar otros títulos europeos como Jodelle, Saga de Xam, Selene, Jezebel o Valentina, Gubern se trasladó al movimiento contracultural norteamericano, en el que uno de los ingredientes clave son los contenidos sexuales como en Vampirella o la obra de Robert Crumb El gato Fritz, el más famoso de los personajes libidinosos del underground.

         La siguiente conquista erótica del cómic va a ser la temática sádica: en Italia, quizá como reacción a una fuerte tradición católica, aparece el llamado “fumetto negro”, caracterizado por un gusto por lo truculento, en títulos de similar corte como Diabolik, Satanik, Kriminal o Sadik. Ya en los setenta, empieza a derrumbarse la censura y habrá una mayor permisividad respecto a estos contenidos, no sólo en el cómic, sino en el resto de los medios de comunicación. Para Gubern, la última conquista que queda hoy para el género sería romper la barrera que le impide convertirse en un arte integrado como sí ha ocurrido, por ejemplo, con la novela erótica, que ya no se vende por separado de otro tipo de novelas. El fin de esta parcelación o fragmentación, desde el propio punto de venta, contribuirá a matizar el tópico del cómic como producto exclusivamente infantil.

 

            En cuanto al resultado final de las jornadas -en el que la organización ha estado a la altura de una segunda edición, y ha contado este año con la eficaz colaboración de los alumnos voluntarios del Gabinete de Comunicación de la Facultad-, juzgamos muy positiva su celebración en un foro universitario, pues aporta un paso más en la comprensión de la historieta en general como tema de interés en el ámbito investigador, y en particular, para la normalización de los subgéneros erótico y homosexual. Sobre todo, para despertar entre todos los sectores del público el aprecio por este material y por la aportación de criterios que les conviertan en consumidores exigentes, que demanden calidad y que se sitúen por encima de retrógrados clichés y trasnochadas moralinas.


PROGRAMA:

24 de Marzo.

Inauguración 11:15 - 12:15.   Ilmo. Don Juan Antonio García Galindo, Decano de Ciencias de la Comunicación, Excmo. Don José Ángel Narváez Bueno, Vicerrector de Investigación de la Universidad de Málaga, Don Francisco Paneque, Coordinador Provincial del Instituto Andaluz de la Juventud, Don Juan Moreno, Coordinador de Juventud de la Diputación Provincial de Málaga.

 · Escenificación por parte de directores y autores malagueños

Cómic Erótico (mesa redonda) 12:30-14:00

·         Hernán Migoya Guionista de comics.

·         Horacio Altuna: Autor premiado con el Yellow Kid. Autor de Cómic erótico para PlayBoy.

·         Benito Belore: dibujante de comic malagueño.

17:00

·         Comunicaciones.   Proyección de vídeos.   Debate.

 

25 de Marzo.

Cómic Gay (mesa redonda) 10:30-12:00

·         Nazario: Autor sevillano de Cómic Gay. Colaborador habitual de la revista El Víbora.

·         Rafael Martínez Castellanos: Autor madrileño de la historieta “Chueca Town” publicada en la Revista Odisea”.

·         Sebas Martín: Autor catalán de Cómic Gay. Profesor de guión Escuela Joso de cómic.

Cómic Lésbico (mesa redonda) 12:30-14:00

·         Mili Hernández: Editorial EGALES

·         Esther Lecina Sesen. Autora de cómic lésbico

·         Estudio Kosen. Madrid

§          Aurora García y Diana Fernández

17:00

·         Comunicaciones.   Proyección de vídeos.   Debate.

 

26 de Marzo.

Conferencia de clausura 12:00. Román Gubern, Catedrático de Comunicación Audiovisual de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Autónoma de Barcelona.


[ © 2004 Natalia M. Malavé para Tebeosfera 041015 ]