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EL TENIENTE BLUEBERRY. BOSQUEJO EDITORIAL DE UNA OBRA QUE SE CONVIRTIÓ EN FRANQUICIA, por Eduardo Martínez-Pinna (6)

La película de Jan Kounen. Blueberry. L’expérience secrète.

 

 

 

[ Cartel de la reciente producción filmográfica francesa. ]


Con el final del siglo XX y el comienzo del siguiente la cinematografía está encontrando en el cómic coartadas y desarrollos argumentales. Dejando de lado los éxitos comerciales que han generado las adaptaciones fílmicas de productos Marvel, determinados autores han dado una versión de las esencias de las viñetas al complejo y tecnificado lenguaje cinematográfico. Sirvan a modo de ejemplos la extraordinaria Road to Ruin de Sam Mendes o la hilarante puesta en escena de Mortadelo y Filemón de Guillermo Fesser, que respeta hasta el decoro el culto a la astracanada de Ibáñez.

Resulta comprensible que la adaptación de la dilatada senda de Blueberry a la sala oscura que ha hecho el realizador holandés Kounen (en España se tituló Blueberry. La experiencia secreta) refleje a priori complejidades no sólo narrativas -son muchas y muy buenas historias- sino también presupuestarias por razones en exceso obvias. Quizás el camino más oportuno fuera el cortar por lo sano narrando una historia turbulenta (de factura “jodorowskiana”) y filmando con técnica de videoclip (aburridísimos caleidoscopios) o a lo sumo de telefilme (reiterativos primeros planos), con la esperanza de que la polémica suscitada desvíe los comentarios de los aficionados a otros derroteros ajenos a los posibles “infidelidades” de la película.

En los créditos ya aparece por ausencia la primera puñalada a la memoria de Charlier al no incluirle como autor de la obra en que el filme se inspira. El detalle es mendaz aparte de ser torticero y ruin, mendacidad que se confirma cuando los mencionados créditos nombran como autor a Moebius, que no a Gir. Aunque esto último es rebatible. Parece confirmado que la bipolaridad Gir / Moebius ha dejado de existir pues este último fagocitó al primero en una especie de fratricidio caníbal, una lisis digestiva o acaso una reconversión en la que sobraba la parte convencional de su persona y con ello reforzar su ego más creativo.

Jodorowsky se hace sombra ominosa, esencia referencial que planea a modo de influencias sobre el mensaje y parte de la narrativa de un filme enaltecido por Moebius e infamado por los herederos de Charlier. Una historia abstrusa de culpabilidades y complejos con tintes esperpénticos, ritos iniciáticos con uso de pociones o humos alucinógenos, presencia de un mentor que ejerce de cicerone en las excursiones astrales, una bajada a los infiernos y el ascenso a una redención que se materializa en la vulva peluda de Juliette Lewis hablan con claridad de las influencias que ha ejercido la definida personalidad del chileno. La ironía toma cuerpo en el duelo final en donde las totémicas pistolas del western ceden por una competición en el que gana el que soporte el “colocón” de peyote más extremado y sobreviva para contarlo a la magia arcana de las Montes de la Superstición.

La mayor bondad de la cinta radica –entre otros aciertos- en los homenajes narrativos que Jan Kounen rinde al maestro David Lynch, patentes tanto en la sensual canción de Juliette Lewis en claro homenaje al “Terciopelo azul” cantado por una fascinante Isabela Rossellini (Blue Velvet, David Lynch, 1986), como en determinados planos de luz mortecina y composición barroca en los que el director encuadra a un joven Blueberry en eventos amatorios con una prostituta, interpretada por Nicole Hiltz, tan seductora como alejada de la personalidad de Pearl. A tener en cuenta un reparto atinadísimo, siempre y cuando no se compare con la iconografía de la historieta, y sobre todo lo melodioso y musical que resulta el lenguaje apache en los labios del maorí Temuera Morrison.

El auténtico Blueberry, el tebeo narrado por Charlier e ilustrado por Giraud, es el prototipo básico del western. La gran adaptación cinematográfica todavía está por venir. Llegará, que nadie lo dude.

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PRESENTACIÓN

PILOTE, CHARLIER Y GIRAUD

INDIZACIÓN COMENTADA

REFERENTES HISTÓRICOS BLUEBERRY Y EL CINE

CONCLUSIÓN / BIBLIOGRAFÍA


 [ © 2004 Eduardo Martínez-Pinna, para Tebeosfera 041015. Todas las imágenes son © 2004 Giraud / Dargaud  ]