TEBEOSFERA \ SECCIÓN  

COSAS DE TEBEOS / 1

 

por ANTONIO MARTÍN  


SABATÉS... ¿una víctima más de la industria de la historieta española?


El día 28 de septiembre de 2001, el diario barcelonés Barcelona y más publicaba la nota “Una trista història del TBO”, de Carmen Picart / EFE, que traducida dice: «Uno de los momentos más tristes que recuerda el matrimonio formado por Ramón Sabatés y su mujer Enriqueta es cuando el piso donde vivían en Barcelona les va a ser embargado con todas sus pertenencias. Desde entonces, la pareja, que tiene 86 y 77 años respectivamente, vive en el asilo de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Sant Just Desvern.

Con la pequeña pensión que cobra, el matrimonio sufraga los gastos, pero así y todo, la cantidad resulta insuficiente para cualquier otra eventualidad

«Para intentar “ahorrar”,  Sabatés decidió poner ayer a la venta sus dibujos originales. Un total de 54 obras de cuando el anciano trabajaba en el mítico TBO:  Sabatés fue el autor de los dibujos de los inventos del profesor Franz de Copenhaguen. El precio de cada obra es de 35.000 ptas.»

«Además de estos originales, también va a poner a la venta una colección de chistes, el precio de los cuales es de 15.000 pesetas.»

Sigue su nota Carmen Picart contando como Ramón Sabatés comenzó a dibujar a los 12 años, cómo cuando cumplió los 15 recibió el primer encargo de TBO y cómo su obra fue muy prolífica e, incluso, va a cruzar las fronteras.

Carmen Picart finalizaba su nota con un toque optimista bajo el subtítulo de: «Todos vendidos. El Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Barcelona va a adquirir en la mañana de ayer todas las obras. Según va a explicar el Decano de esta institución, Antonio Carrillo, el Colegio de Ingenieros va a comprar todos los originales para evitar que “se disgregasen y cayeran en manos de especuladores”. Según Carrillo, la entidad va a pagar al matrimonio “la cantidad de dinero que pedía por cada dibujo”. Con la venta de todas su obras –acaba Picart–, Sabatés  y su mujer han recogido cerca de dos millones de pesetas.»

Dejando de lado la nota periodística en su abrumadora despreocupación y olvido de la situación de los autores  y profesionales de la historieta española. Y dejando de lado el triunfalismo del “han recogido cerca de dos millones de pesetas”, cantidad paupérrima en los años del Euro y en cualquier otro momento si se tiene en cuenta que se está poniendo en la balanza el trabajo de un hombre que ha dedicado más de cuarenta años al dibujo y a la historieta española... para saldar su trabajo de toda una vida en una evaluación final de dos millones de pesetas (aunque hasta puede que alguien diga: “¿y para qué quieren más si ya les cuidan en el asilo?”)

Y dejando también de lado las nobles intenciones del Sr. Carrillo,  Decano del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales en la cual habría influido, como se desprende de lo escrito por otro periodista barcelonés, el hecho de que Ramón Sabatés tuviese estudios de Perito Mecánico, intenciones encaminadas a “evitar que la obra se disperse” y a realizar con los dibujos adquiridos una posible “labor divulgativa de la obra de Sabatés”

Dejando todo ello de lado,  sorprende y personalmente me escandalizala facilidad periodística simpleza escribiría con que se ha abordado este tema. Tanto por parte de EFE, como de otros periodistas e, incluso, de la Televisión de Catalunya, que el día 27 de septiembre dio un brevísimo reportaje gráfico, comentando de pasada la exposición de originales de Sabatés como hecho curioso y simpático.

Sorprende porque no hay una reflexión ni tampoco conclusiones sobre lo que significa que un hombre de 86 años, que ha dibujado miles de historietas, que ha realizado centenares y centenares de páginas de “Los Inventos del Profesor Franz de Copenhague”, que ha dibujado y realizado docenas de “libros-juguete”, publicidad, portadas de libros y cuentos y revistas, que ha escrito y dibujado varias colecciones de tebeos y muchas series de historietas... hasta al menos los años ochenta,  haya acabado sus días en un asilo... como “anciano desamparado”.

Y sorprende que un hombre que ha creado muchos miles de páginas, como profesional del cómic español, tuviese en su poder al llegar a los 86 años ¡tan solo 54 originales de sus páginas!...  y una “colección de chistes”.

¿Dónde están los restantes originales de Sabatés? ¿Porqué Sabatés no ha cobrado ni cobra derechos de autor por la obra realizada? ¿Quién ha  robado los originales y los derechos de Sabatés?  Estas preguntas, básicas, no las plantea ningún periodista hasta el momento. Y por lo que se deduce, tampoco el benemérito Colegio de Ingenieros, que si bien se ha preocupado porque estos 54 originales de Sabatés “no cayesen en manos de especuladores”  (cosa sin duda encomiable), no parece que hasta el momento se haya preocupado por mucho más... Sin embargo, y mucho es si se confirma, recojo la información de última hora de que este Colegio profesional técnico quiere crear una “Fundación Ramón Sabatés”  y conceder al dibujante una pensión.

Lo cual, aunque no resuelve la cuestión de fondo sobre los historietistas y la industria, sería algo merecido.

Recordemos con Jesús Cuadrado (tomando por breviario su gigante Atlas español de la cultura popular. De la Historieta y su uso, volumen II, Páginas 1112 y 1113) que Ramón Sabatés nace en 1915, en Llinars del Vallés, Catalunya, que ya en 1935 está dibujando en el suplemento  infantil “Mapamundi” del diario barcelonés  El Día Gráfico  (aunque existen dibujos suyos anteriores), que en 1936 está trabajando ya en TBO. En los años cuarenta, en los tebeos de Bruguera, Gerpla, más tarde en Valenciana y Toray, y en docenas de tebeos y editoriales más... para los que realiza historietas, chistes, pasatiempos, cubiertas, ilustraciones, y todo tipo de trabajos como escritor y dibujante... hasta 1973 o más.

Escribe Cuadrado: «Ilustrador del mundo infantil [Sabatés], e historietista de variado registro en el humor, que fue plagiado sin disimulos, por más de un coetáneo; sus niños, agrupados en encantadores racimos rebeldes, aparecieron eternamente enfrentados a los adultos rencorosos pelmazos y déspotas

Pues bien, este hombre, autor de una obra enorme, quizá no muy trascendente pero siempre bien hecha  y capaz siempre de aportar una mi-rada lúdica, y rebelde, en la historieta española. Este hombre, que ha trabajado cuarenta años para la industria editorial del tebeo español, es hoy un anciano de 86 años que vive, acogido junto con su esposa, en un asilo de ancianos desamparados... Y su obra original, realizada y publicada en los cómics españoles,  se ha dispersado en manos de sus muchos editores (cuando no ha ido a parar directamente al cubo de la basura; que existen casos documentados de otros dibujantes cuya obra se ha perdido así), algunos de los cuales han ejercido un triste, lúgubre y trasnochado “derecho de pernada” o similar,  apropiándose de la obra original, no pagando derechos de autor por su edición repetida, y vendiendo en beneficio propio los originales de las historietas de Sabatés... y de otros cientos de dibujantes españoles de los que Sabatés es hoy un símbolo y un ejemplo.

A recordar cómo, tras cerrar su vida editorial el TBO (el de las familias Buigas / Estivill / Viña),  y vender la marca, todas las marcas, el archivo, y el fondo de originales (que la revista decana acumulaba desde 1917) a la Editorial Bruguera (la primera oferta de venta la recibió la Editorial Planeta y su Consejero Delegado la desechó) el director / editor del fallecido TBO se dedicó a vender a título privado todos los originales que había retirado y retenido del archivo de la revista, entre ellos también de Sabatés. Venta que realizó en beneficio propio y de la que no recibieron ni una pesetas los autores de las páginas de historietas vendidas (sabido esto ¡mucho es el que Sabatés aún tuviese en su poder esos solitario 54 originales!) Y que esto no es fabulación ni lo invento pueden atestiguarlo muchos profesionales, coleccionistas y libreros de Barcelona y hasta una editorial, que compraron dichos originales. De hecho, aún ahora mismo es posible encontrar algunos   originales del TBO original en varias librerías especializadas.

Y señalo lo de original porque después vino el TBO de Bruguera, y más tarde el TBO de Ediciones B cuando el Grupo Zinco compró por una simbólica peseta las marcas, contratos y fondos de originales de Bruguera, así como, presuntamente, sus obligaciones financieras y laborales; creando con los fondos y marcas de historietas y tebeos de Bruguera  su empresa Ediciones B, y también en una operación posterior el TBO. Y es que, tanto Bruguera como B, realizaron y publicaron un “nuevo” TBO, a veces aprovechando muchas páginas del diezmado archivo de originales antiguos del “viejo” TBO.

En concreto, Ediciones B, cuando publicó su  TBO  incluyó en el mismo un encarte central maquetado, sobre todo, con historietas de archivo, entre ellas también de Ramón Sabatés... El cual se encontró publicando  por partida doble en la nueva revista de B: con nuevas páginas de historietas, realizadas por encargo, y a través de la reedición  de viejas historietas, dibujadas hacia años, y por las que no cobró nada. 

No se trata de que toda esta lamentable historia quede en anécdota. Es obligación de los medios  el convertirla en denuncia. Puede que lleguemos tarde para ayudar a Ramón Sabatés y a su mujer con algo más solidario y sobre todo más justo que esos “dos millones de pesetas”, puesto que lo ocurrido se deriva de un sistema de injusticia y explotación que se remonta  a los años del nacimiento de la historieta española (hacia 1873).

Destino y explotación de los que solo se han librado unos pocos auto-res, más listos, más lúcidos, más “protestones” o simplemente más conscientes de su calidad de profesionales  de una profesión que la sociedad y sus cuadros dirigentes, unos y otros, da igual su ideologíahan relegado a un “cuarto trastero” donde se amontonan los bufones, las chicas de servir, las viejas alpargatas y también muchos de los derechos esenciales del hombre, “historietista” o no, de esta España de todos los “post-posts...”

Y ello explica la degradación del profesional español del cómic, de modo que donde en los años cincuenta, sesenta y aún setenta había centenares, hoy solo quedan activos unas cuantas docenas de guionistas (de éstos menos) y dibujantes... más un “mogollón” de jóvenes de 15, o menos, a 21, o más, añosque sueñan con convertirse en profesionales del cómic, aunque sea dibujando superhéroes para los americanos, que pagan más.

Se impone, pues, la denuncia de lo sucedido a Ramón Sabatés, contemplado, no con una sonrisa por la gracia de “sus inventos tebeísticos”, sino con la exigencia de que esta vez sea la última vez en que un autor y un trabajador de la cultura acaba sus días en un asilo por carecer del control de su obra. Y se impone hacer “ALGO”.

Algo tiene que decir y hacer el Gremio de Editores, ya que no lo hacen los propios editores como empresarios con una responsabilidad definida.  Algo los periodistas, individualmente y también su Colegio profesional.  Y más aún los críticos y estudiosos de la historieta española. Algo tiene que hacer Ficómic, único organismo legal que hoy existe en España para la promoción y extensión de la historieta.  Algo tienen que decir y quizá hacer los Ayuntamientos y la Generalitat de Catalunya, puesto que esta historia de explotación y miseria tiene lugar aquí.  Algo los sindicatos de prensa. Algo los artistas (que conviene que desciendan de su pedestal y se den la mano con los dibujantes de historietas). Algo lo propios dibujantes españoles de historietas aún en activo o los nuevos que se han impuesto en el mercado en los últimos años. Algo cuantos hablan y chismorrean sobre el cómic en los foros de internet. Algo los muchos fanzineros y editores españoles de revistas sobre el cómic. Algo los Grupos, Asambleas, Asociaciones, etc., de dibujantes, ilustradores, coloristas, y otras especialidades. Algo los grupos de estudio, como el Colectivo Nutria o el Gelpi.  Incluso, algo debería decir la Universidad. Y los partidos políticos. Y los hombres de la Cultura... y, desde luego, los lectores.

Por supuesto no estoy proponiendo que creemos una especie de “ONG Ramón Sabatés”  ni de que hagamos una cuestación nacional para ayudarle.

Para empezar estaría bien que Ediciones B devuelva todos los dibujos originales de Sabatés  que aun tenga en su poder a su legítimo propietario..., que es, no cabe duda, el autor Ramón Sabatés. Y pronto.

 El resto de lo que hay que hacer es más complicado, ya que Sabatés, además de una víctima de las relaciones de explotación que durante más de cien años se han dado en la industria española del cómic, solo es un caso, que ahora ha salido a la luz por casualidad, entre docenas de casos de profesionales que en su vejez malviven y mueren casi en la miseria, mientras otros siguen sacando dinero de su obra.

Algo tiene que hacer la sociedad española.

Y pronto.

Texto difundido por M. Barrero mediante correo electrónico el día 01-X-01. Posteriormente, sería reproducido en www.dreamers.com, en Guía del Cómic volumen  tres, en http://www.indyrock.es/cómic.htm, en dentro de LA VIÑETA núm. diecisiete, en Dolmen núm. 68, y en www.tebeosfera.com y otros sitios.


  Antonio Martín es Titulado en Historia Contemporánea y Periodismo por la Universidad Central de Madrid, Técnico en Prensa Infantil por la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid, e Historiador de la prensa infantil y juvenil y de los tebeos españoles. Fue Director Editorial de Planeta-DeAgostini / Ediciones Forum desde 1982 a 2001. Hoy es técnico editorial, fundador de Editores Asociados y, también, miembro de GELPI, Grupo de estudios de las literaturas populares y de la imagen.


 [ Edición para Tebeosfera 011222 ]