TEBEOSFERA \ SECCIÓN  

COSAS DE TEBEOS / 3

 

por ANTONIO MARTÍN  


Sobre los cómics de superhéroes y otras cuestiones / 1


JUNIO DE 1938: SUPERMAN Y SUS AMIGOS LOS SUPERHÉROES INVADEN LA REALIDAD AMERICANA / DEL ORIGEN A LOS AÑOS NOVENTA  


En el mundo de la globalización los comic books americanos han sustituido a los viejos tebeos de aventuras, a los fumetti, y a las bandes dessinées más populares y difundidas de la cultura de los dos primeros tercios del siglo XX. Mientras que los superhéroes americanos han dejado de lado, arrinconados, a los héroes locales e incluso a mitos de papel de la envergadura de Phantom, Flash Gordon, Mandrake, Tarzan, etc. Puede afirmarse, con los hechos en la mano, que el comic book ha sustituido a los viejos cuadernos de historietas de aventuras y al tebeo tradicional.

Ahora, tras la decadencia de aquellos personajes y aquellas publicaciones, los comic books de superhéroes –básicamente los de Marvel, DC Comics, Dark Horse, Top Cow, Image y algunos más– se han hecho dueños de los mercados internacionales y han impuesto una medida única a la cultura de masas de todos los países. Hoy, los protagonistas de ese cómic popular, Superman o Spiderman, Batman o los X-Men, se publican al mismo tiempo, tras su primera edición norteamericana, en España, Italia, Francia, Inglaterra, Italia, Alemania, Grecia, Portugal y otros países europeos, al tiempo que se han extendido hasta Oriente y Asia y han llegado, incluso, hasta Japón. Sumando las ediciones centro y sudamericanas –principalmente desde Méjico, Brasil, Argentina y Chile–, más las correspondientes a países tan dispares como Australia, Malasia, La India, etc. Pudiendo concluir que la presencia de estos cómics y superhéroes es hoy prácticamente planetaria y global. 

Es así como los superhéroes de papel se han convertido, junto con el cine americano y las teleseries, en embajadores y representantes culturales de los valores de la sociedad de los Estados Unidos de Norteamérica. Por supuesto, hablo de los niveles culturales correspondientes a los grupos medios de la sociedad, sometidos a una uniformización cultural implícita al término “mainstream” y propiciada por el ámbito global que hoy alcanza la historia social y económica. 

De la tira de prensa diaria al comic book

El cómic nace en el siglo XIX, en Europa y en los Estados Unidos, en procesos paralelos pero claramente diferenciados. En Europa en las revistas ilustradas dirigidas a lectores adultos, desde donde se traslada a los tebeos infantiles. Mientras que en Norteamérica lo hace en la prensa diaria de las grandes ciudades. Y en ambos casos con temáticas diferentes y un desarrollo expresivo propio (si bien desde el primer momento se produjo una interacción entre el cómic europeo y el americano.)  

Pese a similitudes e influencias, el cómic americano tomó pronto la delantera sobre las obras y los autores europeos gracias al temprano desarrollo de una industria de producción y distribución específicas (en la que jugaron un papel decisivo los “syndicates”) y al crecimiento de su prensa, soporte de todo tipo de cómics. 

Desde 1896, fecha oficial de nacimiento del cómic Estados Unidos, éste asimilará modelos y personajes europeos y dará vida a otros propios que son fruto de la mezcla interracial y multicultural que está en la base de la sociedad americana de principios del siglo XX, principalmente con personajes humorísticos.  

No será hasta 1929 cuando, coincidiendo con el crack económico que da lugar a la gran Depresión, aparecen los primeros personajes y series de cómics de acción y aventuras exóticas, influidos por la novela popular (tanto el clásico folletín como los pulps) y el cine de acción, especialmente los seriales de aventuras y fantásticos. Desde las selvas africanas hasta el espacio y las aventuras interplanetarias surgen: Tim Tyler´s Luck (1928, primero con un tratamiento semihumorístico y a partir de 1932 de aventuras), Tarzan (1929), Buck Rogers fragmento de página dominical de Buck Rogers (1929),  Scorchy Smith (1930), Dick Tracy (1931), Brick Bradford (1933), Radio Patrol (1933), Secret Agent X9 (1934), Flash Gordon (1934), Jungle Jim (1934), Mandrake (1934), Terry and the Pirates (1934), etc. etc… todos ellos nacidos para su edición en la prensa diaria y dominical. Hasta llegar a 1938 con la aparición de Superman, el primer superhéroe del cómic mundial.  

Según los sociólogos la aparición de estos cómics de corte “realista” no responde al azar, ya que el desarrollo y auge del género de aventuras, y su reflejo en el cómic, son fruto de la crisis de la sociedad norteaméricana, que en aquellos años buscaba nuevas emociones y nuevos medios de evasión. Así, este tipo de cómics se generaría –desde un enfoque sociológico por la sublimación de las tensiones sociales y económicas generadas por la depresión económica.  

Tensiones que en su versión más folklórica quedan reflejadas en las fotografías de época que muestran las grandes colas de desocupados esperando recibir un cazo de sopa gratis; mientras que los ejemplos de su versión dramática está en los millonarios arruinados que saltaban desde las ventanas de los últimos pisos de los rascacielos y en las grandes migraciones laborales que por entonces se suceden en todo el territorio de los Estados Unidos. 

Los cómics europeos –y antes el folletín y la novela popular habían estado tradicionalmente protagonizados por niños traviesos, espadachines, enmascarados, vaqueros, policías, piratas, detectives, payasos, animales antropomórficos, aventureros y héroes de todo tipo. Pero nunca la cultura del viejo mundo dio superhéroes. Ésta fue una aportación netamente americana a la cultura de masas y su aparición significó el afianzamiento y desarrollo de los comic books. 

Hay que recordar que si bien en Norteamérica el primer soporte editorial del cómic fue la prensa diaria y las revistas ilustradas y de humor, con personajes de la envergadura de Little Bears and Tigers (serie hoy discutida por algunos estudiosos, en su valoración de auténtico cómic), The Yellow Kid, The Katzenjammers Kids, Foxy Grandpa, Happy Hooligan, Buster Brown, Little Nemo, Mutt and Jeff, Krazy Kat, Polly and Her Pals o Briging Up Father, hasta la aparición a partir de 1929 de los grandes cómics seriados de aventuras... La verdadera originalidad de la industria editorial americana fue la creación del comic book.  

El comic book es un soporte y medio editorial que “inventó” Harry Wildenberg, al fabricar un cuadernillo de papel de periódico de un formato aproximado de 25 x 18 cms, que inicialmente recopilaba y reeditaba comics ya publicados en la prensa diaria; si bien fue Maxwell C. Gaines el primer auténtico promotor y productor de comic books, con la publicación de Funnies of Parade en 1933, y en el mismo año con Famous Funnies.

 Pero no será hasta la aparición del cómic de superhéroes, a finales de los años treinta del siglo XX, con Superman, creado primero pensado en la prensa y realizado después específicamente para ser editado en los comic books, cuando este modelo editorial (similar a las tradicionales revistas de historietas o tebeos europeos, pero no igual) se afianza y se establece su canon, que con retoques y variaciones ha llegado práctica mente igual hasta nuestros días, gracias al éxito comercial del género de superhéroes. 

No es casualidad que la penetración del modelo del superhéroe en los comic books y el éxito de éstos en el tejido de la sociedad Norteaméricana, se produzcan en un momento de especial receptividad de ésta, y que su triunfo de masas se corresponda con el triunfo del primer superhombre: Superman.

Superhéroes y comic books una historia paralela

Superman recoge la tradición del folletín, de los relatos pulp americanos de los años 20 y 30 especialmente la colección Doc Savage, llamado “el hombre de bronce”— y de las películas de acción de la época. Con el antecedente específico de la novela Gladiator, de Philip Wylie, (1930), que presenta a un hombre con superpoderes que ya anuncian los que más tarde tendrá Superman [ver versión en cómic de Gladiator en la revista Aventuras Bizarras # 11]  

Superman constituye el inicio de una nueva mitología. Los héroes de los comic books de los primerísimos años 40 ya no continúan la tradición de los anteriores héroes de ficción americanos, como Paul Bunyan o Davy Crockett, sino que transforman dicha tradición folklórica para incorporar los elementos de la nueva cultura de la época. Surgen así los superhéroes, con su doble identidad, vestidos con uniformes de colores vivos, poseedores de poderes superhumanos, protagonistas de las más extrañas y paroxísticas aventuras... que pasarán desde entonces a ser parte de la cultura, de la narrativa y de los sueños americanos... Justo en los momentos previos a la segunda guerra mundial, cuando el grupo social americano va a presentar una especial agresividad.  

Fruto de un proceso industrial y comercial particulares, el comic book, y sus principales protagonistas, los superhéroes, son parte legítima de la cultura autóctona norteamericana tanto en su versión editorial como en la proyección artística que mucho más tarde les dieron los artistas del “pop”. El cómic de superhéroes es algo netamente americano. Como las bebidas con cola, el chicle, las majorettes o el béisbol. Y son precisamente estos comic books los que marcan la mayor diferencia entre la producción editorial americana y europea de cómics Justamente los comic books serán en Europa una curiosidad y un producto de importación exótico, hasta que a partir de los años 50 se convierten en avanzadilla de la globalización cultural y económica, cuando aún no se había formulado este concepto pero Norteamérica ya había plantado las semillas del intervencionismo y del dominio global fruto de la posguerra mundial.  

Este modelo de cómic, poblado por superhombres y por supermujeres (pero menos), capaces de las más delirantes hazañas, conectó fácilmente con un público lector pasivo y cómodo, generalmente niños y adolescentes que, junto con muchos adultos apenas alfabetizados, buscaban nuevas sensaciones. Es la “gente de la calle” que surge de los estratos medios de la sociedad de masas americana en el primer tercio del siglo XX.  A su perfil sociológico contribuyó proporcionalmente la penetración de los superhéroes en todos los medios en tanto que parte del nuevo Olimpo de los nuevos héroes americanos.  

El 12 de febrero de 1940 comenzaba en Norteamérica un serial radiofónico cuya presentación, al inicio de cada episodio, era: «Más rápido que una bala... Más poderoso que una locomotora... Capaz de saltar sobre los rascacielos... (y seguía:) ¡Miren al cielo...! ¡Es un pájaro...!  ¡Es un avión...!  ¡Es Superman...!!!» 

Para entonces Superman ya era un mito de masas. Tal y como la publicidad de Editor Press dirá: Superman es una criatura «nacida en otro planeta..., lanzada hacia la Tierra por un cataclismo sideral..., esta criatura de poderes infinitos, mentales, morales y físicos, opta por trabajar como periodista. Prevé desastres..., resuelve crímenes, salva vidas con sus recursos sobrehumanos (...) Un cómic que embarga la imaginación, mueve el corazón y lleva al lector a una época que está por llegar...»  

Su éxito comercial hará que a partir de ahora, y más allá de la clasificación del medio por área editoriales, el comic book sea identificado con los superhéroes, injustamente pero señalando el protagonismo que estos personajes llegan a alcanzar entre los lectores americanos. Hasta el punto de que la historia del soporte comic book y del género superhéroes marchará en paralelo durante más de medio siglo. 

Superman, el primer superhéroe de los comic books

Superman fue creado en 1933 en las páginas del fanzine Science Fiction. Sus autores eran dos adolescentes de Cleveland: Jerry Siegel, guionista, y Joe Shuster, dibujante, editores del fanzine. Tenían 16 años, eran amigos y vecinos, les gustaban los cómics, no tenían futuro y compartían las frustraciones familiares de la Depresión y las esperanzas que ofrecía el New Deal. Juntos plasmaron en Superman la vitalidad y el deseo de superación de su generación.  

Buscando un medio de vida se lanzaron a la creación de cómics. En momentos en que el medio estaba experimentando grandes cambios técnicos, comerciales y expresivos, Siegel y Shuster crearon personaje tras personaje de nuevo cuño para captar el interés de los diarios y las agencias de prensa, hasta llegar a su máxima creación, Superman.

 Así, este superhéroe, origen de todos los superhéroes del cómic, surgió como la obra de dos jóvenes que se dirigían a un público de jóvenes con un dibujo nuevo, con muchos elementos tomados de la cultura popular que los americanos de los años treinta consumían. Tal y como Steranko ha dejado escrito con gran justeza: “Superman es la personificación de la última fantasía sicológica adolescente: el hombre más poderoso del mundo. Se trata de un héroe creado por niños para niños”

 Su primera aparición tuvo lugar en el cuento ”The Reign of Superman” (Science Fiction, # 3). Meses después sus autores pensaron en convertirle en protagonista de un cómic y poco a poco perfilaron sus características: la procedencia de otro planeta, la doble identidad como hombre tímido, la profesión de periodista, la caracterización mediante la capa y el uniforme con la emblemática S en el pecho, los superpoderes del personaje... El primer superhéroe de los cómics ya estaba totalmente tipificado, desarrollado inicialmente en formato de tira de prensa, si bien ante el éxito de los primeros comic books Siegel lo reformuló como personaje de comic book. Para finales de 1934 Shuster ya había dibujado y entintado la versión definitiva de la primera aventura de Superman... que no se publicaría hasta junio de 1938.

 Durante varios años, entre 1934 y 1938, Siegel y Shuster intentaron inútilmente vender su obra. Superman fue ofrecido y sucesivamente rechazado por varios syndicates (agencias de noticias, artículos, pasatiempos y también productoras de cómics): United Features Syndicate, Esquire Features, Bell Syndicate, McClure Syndicate ... y también fue rechazado en el mismo tiempo por los editores de los comic books: Famous Funnies, Popular Comics, Wow Comics (en este último caso, julio 1936, el cómic de Siegel y Shuster fue rechazado por Will Eisner, quien medio siglo después citaba su pifia como ejemplo de su poca visión como hombre de negocios).

 Al fin, tras publicar algunos cómics menores en la prensa diaria, los autores lograron en marzo de 1937 que su personaje Slam Bradley apareciese en el # 1 del comic book Detective Comics, perteneciente a la compañía editorial National Allied Publishing, propiedad de Malcom Wheeler Nicholson (que se había asociado con su impresor y distribuidor Harry Donenfeld). El mismo año las dificultades financieras de WheelerNicholson le obligaron a ceder sus intereses a la sociedad formada por Harry Donenfeld y Jack Liebowitz (que ya habían creado Independent News). La compa ñía fue rebautizada como Detective Comics, Inc. y Donenfeld se lanzó a buscar “algo nuevo que pudiese conquistar la atención de los niños” para su nueva colección de comic books Action Comics

Boceto de la primera portada de Action ComicsJustamente entonces Max C. Gaines, agente del McClure Sindicate, que había tenido en sus manos la obra de Siegel y Shuster, ofreció a Harry Donenfeld el primer episodio de Superman.  Fue así como, por fin, se publicaron las primeras 13 páginas de Superman –creadas en 1934– en el número 1 del nuevo comic book Action Comics (junio 1938), cediendo Siegel y Shuster prácticamente todos sus derechos por la cantidad de 10 dólares por página. 

La aparición de Superman en Action Comics supuso un éxito completo e inició una constante carrera de éxitos comerciales que superó cualquier expectativa que los autores y su fortuito editor pudiesen haber tenido. Así, en el verano de 1939 Superman tuvo su propio comic book con su nombre como título. También en 1939 el McClure Syndicate contrató el lanzamiento de Superman como tira de prensa para los diarios, y en 1941 más de 300 diarios norteamericanos publicaban sus aventuras, alcanzando una tirada combinada de 20 millones de ejemplares. Lo que llevó a que Superman comenzara a publicarse casi inmediatamente en otros países (entre ellos Italia, España, Argentina, Brasil...).

En 1940 Superman tuvo su propio programa de radio. En 1941 los Estudios Fleisher comenzaron a producir la serie de dibujos animados de Superman... Una década después se rodaron dos seriales cinematográficos de Superman y poco más tarde pasó a la televisión. Más seriales de cine. Después vino la puesta en escena teatral en Broadway. Más televisión... Otras adaptaciones a diversos medios... Merchandising de todo tipo... Y por fin el paso a la gran pantalla con la categoría de superproducción.

[ sigue en la parte segunda del artículo ]


[ © 2002 Antonio Martín, miembro del GELPI / Grupo de Estudio de las Literaturas Populares y de la Imagen ] [ Página web publicada en Tebeosfera 020430 ]