TEBEOSFERA \ SECCIÓN 


NOSTALGIA / 3

 

Florita

[ Cubierta de Florita, núm. 223, obra de Vicente Rosso  ]


por Manuel López


En la presente sección tendrán cabida textos sobre nuestras viñetas y tebeos, y sus artífices, elaborados no tanto desde el rigor y el espíritu científico como desde la añoranza y el cariño. Por ello han de tenerse como opiniones no necesariamente compartidas por otros; ni siquiera por la dirección de Tebeosfera, que no obstante estima que debe existir un lugar en las publicaciones teóricas para este tipo de enfoques, pues de lo contrario estos autores y viñetas podrían quedar relegados al olvido.


 El Coyote lanzó a la fama a Florita, que pronto habría de tener su propia revista. A continuación reproducimos del libro Los cómics del franquismo, un extracto de lo que nos dice Salvador Vázquez de Parga sobre Florita:

«Descendiente directa de las girls strips americanas, Florita es, sin ninguna duda y aunque no sea por ello precisamente conocida, la primera heroína sexy del tebeo español. Sus primeras apariciones en la revista así lo revelan al presentar a una muchacha de unos veinte años (muy lejana de la adolescente en que se convertiría después milagrosamente), de curvilínea silueta.

»Naturalmente el nacional catolicismo imperante que se encargaba de cubrir más o menos hábilmente con discretos velos o encajes los escotes, bañadores o exóticos vestidos de las figuras femeninas de los tebeos americanos, e incluso de las actrices que aparecían en las revistas cinematográficas, no podían consentir que una heroína española como Florita exhibiera la más mínima parte de su anatomía, pero ella sabía poner de relieve su sex appeal si no en su ingenuo (aunque no inocente) diálogo, sí al menos en sus artificiosas y provocativas posturas y en sus actitudes ante los hombres. -Es antológica a este respecto la historieta en el nº 16 de "El Coyote", que reúne todos estos ingredientes, llegando incluso, en aquel tiempo de férrea censura erótica, a captar en una de sus viñetas cómo el enamorado de turno de Florita deposita un nada casto beso en la boca de una amiga de ésta por motivos no demasiado ortodoxos, mientras ella los contempla oculta tras un árbol, escena insólita en los tebeos juveniles de la época.»

Aunque la popularidad masiva se la llevaron series como El Guerrero del Antifaz, El Cachorro o El Capitán Trueno y El Jabato, lo cierto es que hubo más, mucho más: nos hallamos sin duda ante la edad de oro del tebeo español, que se situó en una posición privilegiada dentro del concierto editorial

La historieta española vivió momentos esplendorosos y su proyección nacional fue cada vez mayor, aunque pasados los años quedase demostrado que hubo más ruido que realidad... Sin embargo, las bases en que se había asentado el boom del tebeo español de los cuarenta y cincuenta demostraron ser muy endebles. El tebeo propiamente popular desaparece en la década que va de los sesenta o los setenta. La debacle es generalizada.

Aparecida en el período 1940-50, junto con la mayoría de edad “intelectual” de los hijos de la guerra, la revista El Coyote es parte importante del resurgir de la historieta española. El cuidadoso diseño de personajes y escenarios y el escrupuloso respeto al lector, unidos a un estilo directo y pulcro, hacen de esta Revista el indiscutible punto de partida para la resurrección y asentamiento del género en España.

Ya habíamos tenido ocasión de deleitarnos de la pericia gráfica de Vicente Roso con sus distintos trabajos para el semanario, pero lo más sorprendente de su colaboración en la revista, fue el personaje femenino Florita creado por el artista tanto en guión como en dibujo. Tres meses después de estar El Coyote en el mercado, empezaron a lloverle a Plaza gran cantidad de cartas de lectoras solicitando que se ampliasen las páginas protagonizadas por Florita. Tanta fue la aceptación de la protagonista, que Roso sugirió la creación de una revista para las chicas pero con su heroína en plan estelar. Así en Mayo de 1949, nacía Florita, quizá la mejor publicación para las chicas editada en España) Roso abandonó el mundo de la historieta y a su más emblemático personaje en 1956 para dedicarse al mundo de la ilustración.

Resulta insoslayable la importante aportación de Vicente Roso, verdadero virtuoso del tebeo femenino. Y sobre todo la maestría con que describe escenas y situaciones que en manos menos expertas serían simplemente lamentables, hacen de la obra de Roso un punto y aparte que le mereció consideración de autor de culto entre sus lectores / as. Resulta difícil decidirse por una historieta concreta, no sólo de Florita sino de otros trabajos que realizara para la publicación.

A partir de 1940 el tebeo comienza su expansión ateniéndose a dos características importantes, nunca suficientemente explicitadas pero adoptadas por todos los dibujantes: los tebeos no tocaban temas políticos, dándole al público lo que mayormente necesitaban después de la guerra civil: evasión. ciencia ficción, fantasía, y aventura cotidiana relajaron a toda una generación. Los tebeos devolvían a la infancia y la juventud, nutriendo una generación que a lo largo de su vida no dejará de hacerlo y transmitirá esta necesidad a la siguiente. Dentro del área cultural española, la publicación más relevante de 1947 es El Coyote, revista dedicada a la historieta, que entre sus filas además de con Mallorquí, contó con Batet, Adriano y Alejandro Blasco, Pedro Alférez, Enric Badía, García Lorente, Emilio Boix, Borné, Cifré, Vicente Roso, Francisco Darnís, Alfonso Figueras, Ripoll, Julio Ribera, Hidalgo, Urda, y un largo etc.

Muchacha cuerpo de papel

Aunque en la vida real a las mujeres se les dificulte alcanzar algún tipo de protagonismo, ellas siempre fueron las estrellas en variadas aventuras de papel. Las mujeres dibujadas llenaron kilómetros de papel en la historia del tebeo, reflejando la situación de la mujer en cada época.

En un principio, representaban la esencia de la feminidad más pura. La vulnerabilidad lacrimógena plasmaron en papel lo que los hombres querían ver en las mujeres de cada época

Obsesionados por marcar claramente cuáles eran las características, el carácter y el rol de cada personaje en tebeo, los dibujantes tuvieron siempre especial cuidado en que la ropa de sus chicas dibujadas resultara moderna, actual, chic y apropiada a su condición. Logrando además un testimonio completo de la evolución de la moda y del desarrollo del rol de la mujer en la sociedad a través del tiempo, y en ese aspecto Florita fue uno de los más claros exponentes del papel de la mujer en la sociedad española de aquellos años.

En Florita hay una abierta y a veces velada propaganda a favor del American Way Of Life. El confort material entendido como la pertenencia de aparatos típicos de un estatus social, la forma de entregarse al ocio son las características principales y reconocibles en el tebeo.

Es destacable, también, la forma que Vicente Roso planifica sus viñetas (sin angulaciones exageradas que no vienen a cuento, sin recurrir a composiciones deformantes sólo para "animar" la página), con una narración clara y directa que hace destacar la belleza del dibujo, y que nos fijemos en su contenido.

Las historietas de Florita se leen, aún hoy, con verdadero placer, sin que importe demasiado lo desfasados que puedan haber quedado algunos de sus planteamientos. Y tienen, además, otra virtud: poseen "glamour", Nosotros, desde luego, os las recomendamos. Y aunque pueda parecerlo, aquí no se pretende hacer un ejercicio de acopio nostálgico de referentes de los tebeos, ni se pretende sembrar polémica, y ni mucho menos erigirnos en ostentadores de verdad alguna.

Cuantos creemos en la historieta clásica, consideramos que ahora es el momento de redoblar esfuerzos en pro de un medio que, a fuerza de ser denostado por los demás medios y por la cultura oficial, corre el peligro de ser olvidado en la ciénaga de lo prescindible. No queremos que así ocurra. Y por escasos y modestos que sean nuestros esfuerzos, confiamos en que de algo servirán. La cultura de nuestra historieta es vastísima y su recuperación y salvaguarda es una labor necesaria; los estudiosos de la historieta en España, y usando una cita de Borges, tenemos «todo el pasado por delante».

 Una y otra vez, Vicente Roso es un referente inevitable cuando se trata de hablar de la revista de El Coyote. ¿Será necesario explicar quien fue este hombre? Sinceramente creo que no: su personaje más famoso, Florita, forma parte de nuestra memoria colectiva. Vicente Roso iluminó con su genio de gran historietista, la España en blanco y negro.

Ha pasado mucho tiempo y la recuperación de su obra se ha ido prolongado demasiado y no hay visos de que llegue a realizarse nunca; para ello estas lineas, igual que las publicadas en un anterior número, dedicadas a la revista El Coyote, han intentado ofrecer una pequeña muestra de la labor que este autor realizó para ella, pero la intención primera es que sea el merecido homenaje a uno de los más brillantes autores de historieta de toda la historia del tebeo español.


 [ © 2003 Manuel López, para Tebeosfera, 030716 ] [ Tebeosfera no está necesariamente de acuerdo con las opiniones y los juicios de quienes participan en esta sección ]