Nacido en Valencia en 1951, Enrique Cuéllar fue un dibujante de formación autodidacta, caracterizado por sus ebúrneas muchachas de aspecto exótico.
El grueso de su obra conocida lo destinó a las publicaciones de Amaika e Iru, comenzando en El Papus, donde puso en práctica su fórmula erótico cómico paródica que raramente rozaba el mal gusto. Creó varias series protagonizadas por personajes fijos, como Ben-al-Katre , El Cruzado Mágico, Lola, Puri de la selva o Flatho Gordo & Dale Que Dale, que aparte de en el sello mencionados (revistas El Papus, El Cuervo, Hara Kiri, El cómic erótico, El puro "G", Kaña) y posteriormente en El Jueves y Primeras Noticias.
Fue en Hara Kiri donde desarrolló sus series de humor más logradas, en el encarte central de la revista, que iba en color: La mitología al alcance de sus miembros (1981-1982), La historia del mundo a través de sus grandes ayuntamientos (1982-1983), El zodiaco con pelos en la lengua... (1983-1984), ¡Grandes venas de todos los tiempos! (1984-1987).
Desde la mitad de los años ochenta intentó la aventura de editar sus propios álbumes de cómic (Las aventuras del Cruzado Mágico, Lola), pero abandonó esta empresa en 1991.
En los años noventa dejó el cómic para dedicarse a la animación y la generación de efectos especiales dentro del estudio por él mismo creado Tirannosaurius Producciones. De allí han salido los cortometrajes: Historias de la selva profunda (1995), Los Troglonks (1995), Las aventuras de Nappy, el guerrero verde (animación con plastilina, 1996) y Bacterias (ídem, 1998).