Profesor, periodista y humorista gráfico. Fue catedrático de Historia de la Escultura y Pintura en la Facultad de Bellas Artes.
En los años sesenta colaboró en las revistas Dígame, Novedades y, entre 1960 y 1976, en La Codorniz, donde publicó textos bajo el seudónimo Tic, y también viñetas de humor, muchas protagonizadas por el personaje de su creación Don Perplejo, que (como recordaba Antonio Burgos) siempre se encontraba con manifestaciones en las que se enarbolaban pancartas indescifrables.
Como literato, ganó el Premio Elisenda de Moncada en 1966 y el Premio Planeta en 1968.