Nacido en un pueblecito de Almería pero radicado en Buenos Aires desde 1947, García Ferré estudió arquitectura en la Universidad de Buenos Aires y alternó sus estudios y profesión con la historieta, destacando sobre todo por sus obras dirigidas a los niños en la revista Billiken.
Su primera serie fue Las Aventuras de Pi-Pío, publicada en 1952 en Billiken y que duró seis años, siendo luego reeditada en la revista Anteojito y luego retocada en sucesivas reediciones. El protagonista era un bondadoso canario, Pi-Pío, un vagabundo en origen que llega a convertirse en sheriff de la imaginaria Villa Leoncia. Un personaje frecuentemente invitado a la serie era Calculín, un niño muy inteligente que usaba la razón, al contrario que Pi-Pío. En esta misma serie, en septiembre de 1955, apareció el personaje Hijitus, que fue el primer superhéroe argentino. En su primera aparición fue presentado como un chico andrajoso, fiel caricatura de los personajes y costumbres porteñas.
Tras el éxito económico que le reportaron sus creaciones, García Ferré creo su propia en presa en 1959, empresa de animación y publicitaria, a la que cinco años después siguió una empresa editorial. Desde 1964 lanzó la revista Anteojito, que aguantó en el mercado más de treinta años gracias a la popularidad de sus personajes. También elaboró una enciclopedia para niños y jóvenes de enorme propularidad, incluso fuera de las fronteras de Argentina: El Libro Gordo de Petete, y lanzó otras revistas como Muy Interesante y Ser Padres Hoy.
Desarrolló muchos proyectos en la animación, centenares de cortos publicitarios, generalmente orientado a los niños dado que usó muy a menudo sus personajes Anteojito, Hijitus, Larguirucho, Petete y Calculín. Gracias al gran poder de convocatoria de sus hijos de papel, una carrera paralela en televisión y cine. Realizó episodios semanales televisivos de la serie Hijitus (fue la primera serie de dibujos animados de la Argentina, desde el año 1967 hasta 1974) y en las décadas de 1970 y de 1980, realizó otros programas televisivos con otras creaciones suyas: Calculín y la familia, El libro gordo de Petete y El club de Anteojito y Antifaz. Se aventuró también en la producción de largometrajes para el cine: Mil intentos y un invento (1972, reestrenada en 2001 con nueva banda sonora y nuevo título: Anteojito y Antifaz: Mil intentos y un invento), Las aventuras de Hijitus (1973), Petete y Trapito (1975), Ico, el caballito valiente (1981), Manuelita la tortuga (1999, reestrenada en 2005, basada en el personaje de María Elena Walsh), Corazón, las alegrías de Pantriste (2000) y Soledad y Larguirucho (2012), que mezclaba imagen real con animada.