De joven realizó cursos monográficos en la escuela de artes y oficios de Córdoba, y con el paso del tiempo empezó su andadura colaborando en distintos fanzines como Fanzipote, Kastelló, El centinela y Sangre y acero, para pasar después a El batracio amarillo y Amaniaco (tercera época).
Junto con Andrés Díaz Sánchez al guión, dibujó el cómic El Espartano para Aleta ediciones (2004), y sumó colaboraciones en distintas cabeceras como Penthouse comix y Kiss comix, con historietas cortas y una serie policiaca en la revista
Sizzle magazine de NBM Pub.
Uno de sus últimos trabajos ha sido otro monográfico, un comic para la editorial holandesa Do Fantasy.