Cuaderno grapado con número variable de páginas desde 64 (nº 0) hasta 88 (nº 7) o 92 (nº 3 Extra) páginas en blanco y negro, más cubiertas -en rústica pero grapadas- en color. Tebeo editado como fanzine pero concebido como una revista de historietas, con obras de cómic, textos analíticos sobre cómic y ciencia ficción y secciones de contacto y créditos. A partir del nº 3 las cuatro páginas centrales se editaron en color. Asimismo, en los nºs 4 y 5, se incluyó una separata, en blanco y negro, con un texto informativo sobre un dibujante determinado y un porfolio del mismo (nº 4: Juan Espallardo; nº 5: Isaac del Rivero). De los trece números (notados del 0 al 12) uno tuvo carácter especial: 3 EXTRA (con 92 páginas). La publicación, orquestada en la sombra por Rodrigo Trujillo (toda una autoridad sobre el cómic en Las Palmas de Gran Canaria por entonces, que firmaba como "El Pugilista Enmascarado"), pese a su efímera vida reunió trabajos destacables de autores locales como Alberto Manrique o Juan Flops (seudónimo del luego ministro socialista J.M. López Aguilar), y también publicó obras de autores luego muy conocidos: Das Pastoras, Azpiri, Jesús Merino, Rafael Cid, Sebas Martín, e incluso historietas de autores americanos, como Frank Frazetta o Mike W. Kaluta.
Según el divulgador Luciano Díaz:
"Algunos de los interesados por los cómics en Las Palmas de Gran Canaria nos reuníamos en la Cafetería Triana, sita en la emblemática calle del mismo nombre, para celebrar tertulias sobre historieta. En el seno de una de estas tertulias, tres de sus miembros más dinámicos decidieron crear una revista, pero sin ánimo de lucro. Por ella circularían muchos aficionados noveles, se publicarían algunos cuentos y artículos así como la edición de material americano o europeo. El primer número salió en noviembre de 1983.
Para valorar Camello, hay que situarlo en su contexto: hacía poco que había terminado la transición y el fanzine reflejaba inquietudes de menor intensidad política. Analizando los contenidos, algunas de sus historietas parecen obras de simples aficionados, pero para algunos de ellos representó el salto a la profesionalización. El proyecto se planteó, además, como una revista con un sistema de trabajo semi profesional, con reproducciones hechas en imprenta y una distribución que alcanzó el mercado peninsular (una proeza lograda por muy pocas publicaciones canarias). El Camello supuso, también, el final de los fanzines de fotocopia, que apenas se volverían a editar desde entonces, y el comienzo de lo que se ha dado en llamar editoriales independientes. Su heroicidad fue llegar hasta los trece números publicados (del 0 al 12) entre tantas revistas, y eso que al mismo tiempo el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria se encontraba editando Mac Guffin, con lo que incluso había una sana competencia en la ciudad.
La redacción de Camello se reunía habitualmente en la Librería Cuto. Varias personas llevaban el peso del “consejo de la redacción”: Javier Núñez Fernández, Ricardo Manrique de Lara, Fracisco Llerandi y, entre otros, Antonio Santana Alonso, que fue el encargado de traducir del inglés obras extranjeras, y otros que aparecieron en la revista. Los responsables de la publicación solían firmar los créditos con algún cargo gracioso: “Alma Mater”, “Pater Patriae”, etc. Curiosamente, se contó con Zoran Jankovic como corresponsal en los Balcanes.
La publicación desapareció en 1987. Obtuvo el premio DIARIO DE AVISOS a la mejor labor en pro de la historieta en 1986."
