ASTÉRIX. LA GRAN COLECCIÓN DE UN CLÁSICO
MANUEL BARRERO

Resumen / Abstract:
Notas: A la derecha, portada del tebeo especial lanzado con motivo del estreno de la película de Astérix Al servicio de su Majestad, el cual contiene las dos aventuras en las que se inspiró el filme: Asterix en Bretaña y Astérix y los normandos.
Palabras clave / Keywords:
Astérix, Historieta franco-belga/ Astérix, French-Belgian Comics
ASTÉRIX. LA GRAN COLECCIÓN DE UN CLÁSICO
 
Resulta difícil reseñar un tebeo clásico, sobre todo si se trata de una obra humorística, dirigida a un público amplio, que ya no es posible enfocar críticamente a través de la lente del lector exclusivista sino con el valor de lo generalmente admitido como “bueno”. Y resulta paradójico que la consideración de clásicos indiscutibles que reciben ciertas obras terminen abocándolas a la ausencia de reseña, que se destina habitualmente a los tebeos novedosos, presuntos traedores de la bondad de la renovación y deseados revulsivos de la intelectualidad del medio en su ruta hacia la máxima consideración artística. Pero… divago.

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Uno de los carteles franceses de la película de 2012 de Astérix y Obélix.

 
Las aventuras de Astérix es una serie francesa aplaudida unánimemente, cuyas entregas hemos leído una y cien veces los buenos aficionados a la historieta, sobre todo de niños, aunque no nos cuesta reconocer que regresamos a ella de adultos para hacer algún repaso a hurtadillas. Nuestros hijos las han leído con menos entusiasmo que nosotros pero igualmente disfrutan de su calidad gráfica y de sus aciertos de guión. Por esta razón es una obra que se sigue reeditando y vendiendo en un goteo inagotable gracias precisamente a esa tradición canónica, que la mantiene en los anaqueles de las grandes superficies y de algunas librerías, a lo que contribuyen también las esporádicas ediciones especiales o a precios populares, o bien algunas con afán didáctico (por ejemplo, para aprender idiomas).


Ahora que se estrena nueva película en las salas cinematográficas basada en aventuras de estos personajes creados por Goscinny y Uderzo allá por el final de los años cincuenta (en 1959, en la revolucionaria revista Pilote), el grupo Bruño –con el marchamo Salvat en portada- ha potenciado la presencia de tebeos de Astérix aprovechando este impulso, el del cine, y como plan para su campaña navideña. Tal ha sido el envite que nos ha sorprendido encontrar cinco versiones simultáneas de la misma obra, Astérix en Bretaña, la escogida como basamento principal del guión de la nueva película, a saber: la reedición con nueva portada (Astérix en Bretaña, número 8 de la colección clásica), el tebeo de gran formato (Astérix en Bretaña, número 8 de la flamante Astérix. La gran colección), el tebeo bilingüe (Astérix in Britain, lanzamiento especial que contiene la historieta por duplicado, una versión en castellano y otra en inglés), el tebeo doble (Astérix en Bretaña / Astérix y los normandos, lanzamiento especial motivado porque la película basa parte de su argumento en la segunda obra), y finalmente la adaptación ilustrada, el habitual “libro de la película” (Astérix y Obélix al servicio de su Majestad).

De estos productos citados resultan poco apetecibles el primero y el último. El último por ser un libro flojo y oportunista, consistente en un cuento ilustrado con fotografías del filme de escaso atractivo visual y que aporta bien poco al conocimiento del proceso de preproducción de la cinta, lo cual hubiera podido ser interesante. Y el primero por tratarse de una reedición desde los tebeos de toda la vida, con sus fotolitos levemente corridos, con la modulación de la línea algo quemada y con los colores un poco saturados.

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Dos páginas tomadas del libro oficial de la película de Astérix.

El resto son ediciones verdaderamente interesantes debido, sobre todo, al nuevo tratamiento mediante coloreado digital y una esmerada reproducción de la línea original, que permite releer este clásico como merece: con la exquisita claridad de línea propia del mejor Uderzo, y con unos colores fieles a las indicaciones originales pero mejor modulados y más representativos de ciertas texturas de los objetos que representan. Disgusta la rotulación digitalizada que imita a la manual, porque la nostalgia aún nos puede a algunos, pero en general es un tebeo de gran calidad, gráfica y narrativamente, que se puede disfrutar por grandes y chicos. Todo eso se refuerza cuando aludimos a los ejemplares de la colección de grandes dimensiones Astérix. La gran colección, un lujo para los sentidos, porque las páginas originales se prestan fácilmente a la ampliación y la lectura gana con ello bastantes enteros.

En el caso que nos ocupa es muy recomendable también –aunque tenga el formato habitual del álbum a la francesa con 30 centímetros de altura- la edición doble Astérix en Bretaña / Astérix y los normandos, que incluye ambos tebeos recoloreados antecedidos por una sección introductoria muy apetecible. Ésta consistente en un discurso de Goscinny pronunciado cuando era más evidente el “fenómeno Astérix” (1965-1966), aderezado con algunas imágenes de bocetos originales para portadas o ilustraciones destinadas a Pilote, en todos los casos referidas a las dos aventuras que recoge este libro. El artículo que reproduce el discurso de Goscinny revela la cálida e irónica inteligencia del guionista, muy divertido en su repaso de despropósitos que generó tal fenómeno: las constantes alusiones a la ideología encubierta en la obra, alegorías gaullistas, misoginia oculta, una supuesta crítica hacia el american way of life… todo ello falso. Goscinny no dejaba de insistir en que los autores, Uderzo y él, solamente habían querido hacer una obra que resultase divertida y atractiva para los muchachos lectores, y que al mismo tiempo no pareciese estúpida a los adultos, que a la larga se confirmaron como el grupo de lectores más abundantes de las aventuras de los galos irreductibles. Lamentablemente, a veces resulta complicado aceptar que una historieta cumpla su objetivo y hay quien se obstina en sacarle filo a sus presuntas intenciones o alcances. Cosas de la crítica.

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El gran aliciente del álbum doble publicado con motivo del estreno de la película es el apartado introductorio, con textos explicativos e imágenes poco vistas, como las que aquí se muestran.

La relectura de Astérix en Bretaña / Astérix y los normandos resulta vivificante porque logra regurgitar la risa infantil. Caemos en la cuenta de nuevo en que el gran activo de la obra reside en su guión milimétricamente enhebrado, con la acción y las guasas dosificadas con un ritmo muy estudiado. En parte eso se debe a la producción inicial por entregas, dos páginas de la aventura por cada número de la revista Pilote. Los suspensos en la acción y la extensión de los gags dependieron de esa frecuencia de publicación, y en la lectura de corrido posterior funcionan como el mecanismo de un reloj. Eso sin dejar de lado que el eje central, la paródica histórica, funciona magníficamente en una historieta dirigida a un público medianamente instruido que busca entretenimiento en un tebeo. Goscinny y Uderzo fueron inteligentes al plantear esta serie ambientada en la Galia de la ocupación romana, en la que utilizaron una cuádruple estrategia infalible: la chanza sobre los tópicos locales, la revisión irónica de los hechos históricos, el juego de las ucronías y las recurrencias humorísticas. Estos cuatro ases fueron los que construyeron el mito de Astérix a través de sus más recordadas aventuras, aquéllas en las que los personajes viajaban por regiones o países del mundo (Galia, Roma, Egipto, Hispania, Germania, Belgium, hasta llegar al desconocido continente occidental o a la India), o bien fundamentaron el hilo argumental sobre un suceso real (la excelente El Escudo Arverno es un ejemplo claro). El juego de ucronías era una constante que permitía entreverar chistes durante las mesetas entre dos momentos de acción (un ejemplo, al llegar a Britania hablan de la idea de construir un túnel bajo el Canal de la Mancha) y los personajes recurrentes contribuyen a añadir comicidad en los entreactos o durante los desplazamientos cortos (son inolvidables los desdichados piratas con los que se cruzan una y otra vez Astérix y Obélix). Pese a lo antedicho, algunos seguimos considerando como obras maestras de esta serie los relatos en los que se abandonaron estos senderos “fáciles” y el guionista optó por relatos más complejos, en los que analizaba pecados humanos como la soberbia (Los laureles del César), la suspicacia (El adivino), la envidia (La cizaña) o la avaricia (Obélix y compañía).

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Media página de Astérix en Bretaña. Arriba se muestra la edición primera, la que siempre hemos visto en España procedente de la edición original francesa. Obsérvese la gran diferencia en la línea y el coloreado con respecto a las imágenes inferiores, correspondientes a la nueva edición (en castellano y en inglés).

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Astérix en Bretaña es uno de los clásicos convencionales y no por ello ha perdido calidad con el paso del tiempo. Goscinny nos seduce con un argumento elemental en el que va intercalando chanzas con respecto a los ingleses, sin que falten llamadas constantes a elementos de la cultura popular (los Beatles ya salen en una de estas viñetas) y ucronías simpáticas (Astérix pelando patatas o haciendo té). A la postre lo que obtenemos al cerrar la tapa del álbum es la agradable sensación de haber leído un buen tebeo de humor en el que se fomenta el valor y la autoconfianza.

Y, sí, también podría hacerse un esfuerzo para ver en este tebeo de Astérix una loa a los nacionalismos (los galos ayudan a los britanos a independizarse de los romanos) o un enaltecimiento de la violencia (todo lo resuelven a puñetazos estos galos). Pero, qué va, no hay que darle tantas vueltas al asunto. Estos tebeos son buenos y son queridos porque precisamente logran lo que se proponen: divertir.

Ojalá podamos seguir leyéndolos sin complejos durante mucho tiempo, y éstas ediciones actuales de Bruño –sobre todo la de grandes dimensiones- son de lo más recomendable.

Tebeo obligado en su anaquel.

Creación de la ficha (2012): Manuel Barrero. Revisión de Antonio Moreno, Alejandro Capelo y Paco Martos. · Datos e imágenes tomados de un ejemplar original
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
Manuel Barrero (2012): "Astérix. La gran colección de un clásico", en Tebeosfera, segunda época , 10 (30-XII-2012). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 20/IV/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/asterix._la_gran_coleccion_de_un_clasico.html