| CONAN EL NÓMADA. Historia de uno incapaz de estarse quieto |
Conan, el bárbaro de CIMMERIA, desenmascara a SALOMÉ, maléfica hermana bruja de la amable reina TARAMIS, costándole la osadía una crucifixión. Extraído in extremis de la muerte, emprende la venganza, previa usurpación de la banda de su “benefactor”. Inquieto por naturaleza, llega a enfrentarse a un siniestro regente embaucador (más que místico) donde el de los oscuros cabellos logra salir triunfante ¡otra vez!
NACERÁ UNA BRUJA… ¿NADA MÁS?
Juzgamos este volumen tan histórico como mítico, publicado por Planeta en su día con buen acierto (en EE UU no se había compilado saga alguna de Conan en libro) pues contiene el máximo evento/hito en la biografía del “héroe” de Cimmeria creado por el tejano ROBERT E. HOWARD, un hecho más importante aún que su romance con BELIT (acaso su auténtico y primer amor) o su entronización: recoge su sacralización, ¡es crucificado! Además, aporta casi todo el sustento de la película de JOHN MILIUS. Nacerá una bruja, historieta tan fundamental, es la que abre el tomo.
Esta segunda edición de la obra en España carece de la impactante portada de BORIS VALLEJO que refleja el suceso (Vértice sí la publicó); la sustituye una de un filisteo enojado a caballo que asusta a unos bañistas playeros, tal como delata la modelo chillona del bikini rojo.
El recopilatorio está dividido en tres segmentos, que van de lo mejor a lo rutinario, mantenido con pulso firme por JOHN BUSCEMA, autor de las historias de mayor peso. Entre medio están dibujantes no menos competentes, pero carentes de su relumbrón (SONNY TRINIDAD, quasi mimético del Buscema Grande) y KERRY GAMMILL, que parece más próximo a TONY DE ZÚÑIGA cuando no oficiaba de entintador de alguien. Ambos están al servicio de historias “de enlace” que buscan dar un encaje uniforme a una secuencia de hechos destinada a cosechar dólares, mecanografiada por el omnívoro ROY THOMAS (que no tenía, o tiene, pudor de trincar y metamorfosear de donde sea con tal de mantener la maquinaria a todo vapor).
Este es el caso de EL DURMIENTE BAJO LAS ARENAS, donde agarra materia “metacósmica profunda” LOVECRAFTIANA para sacar uno de esos “dioses del espacio” cuyo máximo poder parecía el de enajenar o aterrorizar con su aspecto, que a duras penas mantenían en “nuestro plano”. (Thomas ahora puede alegar que estaba “homenajeando” a H.P. LOVECRAFT, amigo-por-correspondencia/mentor de Howard, a quien HARLAN ELLISON describía como:
«(…) Howard estaba loco de remate. Era un hombre grande como un oso que soñaba con bárbaros, poderosos guerreros, celtas y vikingos…”, aunque primero admitió que: “Robert E. Howard era un escritor interesante y nadie puede igualarle.»).
Sobre esto de la forma, al menos, en sus planos, los DIOSES DEL CAOS de MICHAEL MOORCOCK construyen algo, o lo intentan, teniendo control sobre lo que hacen. Los dioses lovecraftianos permanecían en el légamo marino, o el del subconsciente, aterrorizando del modo que lo hacen los trucos de espejos y luces del castillo del miedo de la feria.
Nacerá una bruja es una historia potente donde Buscema afirma el mito a mandobles, afianzando la imagen que FRANK FRAZETTA generara del bárbaro, y Thomas muestra una faceta cruda sobre Conan y el mundo que asalta a caballo. Dentro de una atonía “para menores”, como se suele considerar el tebeo (y más unos tan tiroteados como los Conan, blanco predilecto del feminismo iletrado), sorprende encontrarse este diálogo entre la usurpadora Salomé y KHUMBANIGASH, oficial de CONSTANTIUS, que viene a ser el CONDE ADEMAR de DESTINO DE CABALLERO de BRIAN HELGELAND, capitán de las COMPAÑÍAS LIBRES. Leemos:
«-...tendrás tu turno con ella, antes de que muera.
-Olvidas que tuve ese placer hace semanas… Muchas veces.»
Hace clara alusión a una violación y repetida “muchas veces”. La heroína ha sufrido más de lo que se esperaba en este episodio (se pudre en una mazmorra inmunda y los grilletes muerden su carne), y ha sido vejada por un trato que quizás sea más habitual de lo que suele verse en la ESPADA Y BRUJERÍA. Generalmente, este tipo de violencia se reseña en una frase tapada bajo un montón de casquería e incendios a mansalva. El villano es un degenerado de ojos inyectados en sangre que presume de cuántas decapitaciones es responsable, silenciando cuántas violaciones ha cometido. (Aunque, desde un punto de vista de cosificación de la mujer, habitual en el género, es natural que ni le parezca dato remarcable.)
El autor rápidamente pasa al duelo y a otra cosa. La mujer así ultrajada ni siquiera sufre secuelas psíquicas mínimas: se entrega a los brazos del macho triunfante pidiendo que le dé más de eso que él llama amor. Su fortaleza anímica supera la de los bíceps del campeón.
Thomas, que evidencia su pasión por la Historia (en el fondo, otro sitio de donde sac(que)ar argumentos), pretende llamar la atención de todo esto al lector, abombado por las proezas sanguinarias del héroe irreductible; es un: «Oye, tío, era una época cruda y sucia donde tu vida no valía un escupitajo. Las galanterías quedaban para los juglares». Su empeño parece el que perseguían los autores de los MITOS ARTÚRICOS: poner un ejemplo de justicia y sabiduría entre la nobleza de la Edad Media, flor de bellaquería, esperando ablandar el régimen feudal despótico con la glorificación de un rey y una corte cuyas gestas y compasión avergonzaran a los regentes auténticos. ¡Pobre empeño! Hoy día seguirnos en la misma oscuridad, aunque matizada por internet.
JINETEANDO CON MI CABALLO…
…Por esas tierras remotas y de mitos antiquísimos, Conan, una vez supera el insignificante problemilla de su crucifixión (¿le incapacitaría para la esgrima?) y lo del buitre y el mordisco, penetra más en Oriente y protagoniza su versión de nuestro evento histórico de EL VIEJO DE LA MONTAÑA (no el abuelo de HEIDI; otro) y sus consumidores de hachís, que aquí adoptan otro nombre aunque desempeñen idéntica función. (Esto también se modifica y usa en la película citada, siendo el Viejo de la Montaña THULSA DOOM, alias de JAMES EARL JONES.) Según delata JAVIER M. LALANDA en su prólogo (concluido con una sutil y elegante ironía), Thomas adapta un texto del exégeta de Howard, L. SPRAGUE DE CAMP, que parece más bien una historia apócrifa de FÚ-MANCHÚ (SAX ROMMER), pues el en apariencia malo de la historia es un chino intrigante que va de misterioso megalómano, el de la potente piedra mágica que de nada sirve luego, pese a la importante relevancia que le da ante Conan, y que tiene a su servicio unos asesinos drogados que matan con un puñal de hoja sinuosa. Estas dos historias, comparadas con Nacerá una bruja, son lentas, tortuosas, salpicadas de oportunos lances para confirmarle al lector que sí, es Conan, no NAYLAND SMITH, el protagonista. El cimmerio se retuerce a lo largo de un serpenteo de intrigas, suspenses y sospechas que ralentizan su habitual modus operandi (garrotazo y tentetieso), ávido de poder. Por fortuna, tenemos dos campeones al dibujo que derraman buenas dosis de talento y recursos gráficos en las viñetas de este monstruo contrahecho, compuesto por LA DAGA LLAMEANTE y LOS OGROS DE YANAIDAR, donde no faltan los maltrechos zombis y el mono/YETI que también fue pesadilla de JOHN CARTER en BARSOOM.
CONAN: ICONO
«Los lectores de los libros de Conan –chicos adolescentes y hombres adultos con valores propios de la adolescencia- se deleitaban con las fantasías machistas de la serie: mata a todo malvado que se mueva, haz arder todo lo que no se mueva, rapta a la heroína díscola y conviértela en tu esclava.» FRANK FRAZETTA – Maestro del Arte FantásticoERNIE FENNER y CATHY FENNER
En el prólogo de CONAN DE LAS ISLAS, un eventual “fin” para el cimmerio, de Camp (quien, en compañía de LIN CARTER “quitaban importancia a la relación entre la renovada popularidad de la obra de Howard y las portadas de Frazetta –quejándose de que Conan no era muy guapo y necesitaba un corte de pelo-“ [ibídem]) se despacha con lo que él considera males de la literatura de su momento:
«La aparición de las revistas norteamericanas Weird Tales en el año 1923 y de Unknown Worlds en 1939 creó nuevos mercados para la fantasía heroica (…).
Ciertas corrientes de la época (…) estaban en contra de la fantasía heroica. Una de ellas fue la moda de los temas subjetivos, sentimentales o psicológicos; novelas de anti-héroes –un hombrecillo blando y patético al que nada le salía bien-; historias que escondían su absoluta falta de interés narrativo tras un despliegue pirotécnico de excentricidades de estilo, así como relatos en los que se manifestaba un gran interés por la política o el sexo (…).»
Etc. Este párrafo contiene observaciones interesantes que merecen atención. Podemos empezar por su criterio del antihéroe: ¿qué no es, sino, Conan? Repasemos su currículum: ladrón, pirata, usurpador, asesino. ¡Candidato digno al Congreso! A poco de llegar a un sitio, depone al caudillo local o de la banda, eligiéndose líder. Luego los deja tirados, pero porque se ha fijado en un objetivo más digno de sus aspiraciones a monarca. ¿Esto es un ejemplo, según de Camp, de héroe?
Comparado con Conan, LANZAROTE DEL LAGO es un señorito del pan pringao, ¿no? O sea, según de Camp, Conan es mejor que el canalla al que derroca sólo porque protagoniza la aventura. Esto ya le santifica, le purifica, justifica cualquier exceso que cometa. Vierte, notamos, toda la fuerza de su crítica en lo del “hombrecillo blando y débil” de la “literatura moderna”, una que, irónicamente, tanto triunfa hoy día, dominada por bestsellers amañados en políticas editoriales publicitarias que NO encumbran la obra por sí, sino por, lo más, ser un denso fárrago de hojas. El lector actual no está formado, ni interesa educarle; no lee escritores, sino componendas y primeros premios adulterados, encomiásticamente sugeridos por clubes de lectores conscientes de que el público considera que un “primer premio” debe ser, por lo tanto, ejemplo de lo excelente, y no se le ocurre bucear más, intuir trampa.
Y la catalogación de de Camp nos sugiere, ¿DON CAMILO y PEPPONE serían antihéroes?
Luego viene lo de la política y el sexo: ¡como si en las historias de Conan salieran sólo tías callos, vaya! En otra parte de este prólogo resume el género de la espada y brujería detallando el aspecto morboso de la sexualidad implícita (que no descrita) de estas aventuras, al modo fetichista/masoquista y de dominación femenina (muy sui generis, eso sí) de la saga de John Carter. ¡De Camp se boicotea a sí mismo!
Alaba conductas claramente despóticas y arbitrarias, violentas, del protagonista, como si la garantía del heroísmo fuese el asesinato a sangre fría. (Eso lo vemos en el cine, pero ahí el héroe surge de una situación extrema. Lo que sugiere de Camp es algo distinto.) Virtudes como el trabajo, el esfuerzo, el sacrificio, la lealtad… da a entender de Camp que son triquiñuelas intelectuales, o de mentes timoratas y espíritus débiles, despreciables por tanto, prosopopeya que JOHN NORMAN mantenía en su fábula mórbida de GOR también.
Debían ser interesantes las conversaciones que de Camp sostenía con ISAAC ASIMOV (muy del “hombrecillo de plastilina”) bajo la sonrisa irónica de ROBERT HEINLEIN en esa base de la Armada, en 1944…
Conan, aun asumiendo que era “un hombre de su época”, compendia una serie de valores negativos que, sin embargo, traduce de tal modo que los permuta en virtudes. Cuando traiciona, estamos con él: Sí, sí, OLDGER VLADISLAV es un mezquino bastardo y se lo merece. Cuando roba, lo hace con tal estilo que hasta le envidiamos. Mata al primero que le rechista (¡qué suerte!) y luego asciende al trono (merced a un golpe de estado), y eso parece verter una Edad de Oro taumatúrgica por el mundo, transformándose en espejo de reyes y príncipes, el que fue y será. A Conan se lo mide con una vara muy diferente a la del resto de héroes de ficción.
RECAPITULANDO
Ha sido un grato reencuentro poder releer estas aventuras, simples, pero aún así con aspiraciones eruditas, buen reflejo del género que protagoniza este turbulento rufián capaz de concitar tanta admiración (ahorraremos al lector la digresión sobre su valor catártico), constituyendo todo un hito dentro de nuestra volátil cultura actual, donde está asentado ya, y con firmeza. No escapa a la materia comercial como, sobre todo, evidencia las historias de enlace entre la aventura primera y las dos últimas, pero en aquella época el bárbaro estaba fresco, e impactaba como él solo. No estaba agotado tras mil episodios muy semejantes o desabridos, en el esfuerzo de sacarle, a él, el salteador, los cuartos. En este tomo empezaba su periplo por el desierto, uno que ni los judíos del ÉXODO le envidiarían.
Reprimimos desarrollar la sospecha de que Conan que, caracterizado por Buscema nos parece una versión bestia de EL PRÍNCIPE VALIENTE de HAROLD FOSTER, surgió de las mientes de Howard al notar el precipitado error que había supuesto la entronización de KULL, y que ya era tarde para echarle a los caminos contando unas historias como las que el cimmerio solía protagonizar.
Dentro del Universo gráfico de enmascarados, Conan suponía (quizás aún lo haga) un divertimento desengrasante, una opción más y competitiva, con ese glamour “de adultos” que tenía La espada salvaje de Conan. Este tomo está ágilmente ilustrado con una serie de recursos que, a la postre, terminarían transformándose en tics tan obligados de ver en sus páginas como limitados, y luego imitados por otras series “de bárbaros” hasta la saciedad y para aburrimiento del respetable. (Quizás SLÁINE constituya la diferencia.)
Reiteramos que Nacerá una bruja sigue destacando por su energía frente a la saga de Yanaidar, donde se husmea un tanto de desesperación en Thomas para acabarla, echando mano a un repertorio de fenómenos de HALLOWEEN para obtener un “final feliz” que cruje de improvisado que parece.
Concluiremos recomendando el volumen y con una pregunta; los traductores de continuo señalan (y aquí nos quedaremos) “las puertas bronceadas” del MAGUS (alias del chino misterioso). ¿Son “puertas bronceadas” (por larga exposición playera) o “broncíneas”, porque tienen reflejo de esa aleación?
FICHA TÉCNICA
CONAN EL NÓMADA (segunda edición)
GUIÓN: ROY THOMAS (SOBRE MATERIAL DE ROBERT E. HOWARD, SPRAGE DE CAMP, FRED BLOSSER y H.P. LOVECRAFT)
DIBUJO: JOHN BUSCEMA, SONNY TRINIDAD, KENNY GAMMILL
TINTA: LA TRIBU, TONY DE ZÚÑIGA
EDITA (EE.UU.): MARVEL
EDITA (ESPAÑA): PLANETA DEAGOSTINI, 2000 (MARIANO AYUSO COORDINADOR)
TRADUCE: ÁNGELES ALEDO y MONCHO CORDERO
ROTULACIÓN: AGUSTÍN ZORZO
COMENTARIO: JAVIER M. LALANDA
CUBIERTA: NÉSTOR REDONDO
ILUSTRACIONES DE: RUDY NEBRES y VICATAN
FORMATO: TOMO RECOPILATORIO DEL MATERIAL ORIGINAL THE SAVAGE SWORD OF CONAN THE BARBARIAN Y COMPRENDE CINCO NÚMEROS EN BLANCO Y NEGRO, 208 PÁGINAS
ISBN: 84-395-1300-3
P.V.P.: 900 PESETAS
