CONDORITO, DE LA CARICATURA A LA HUMANIZACIÓN DEL CÓNDOR LATINOAMERICANO
ALEJANDRA GONZÁLEZ(Universidad de La Frontera), JUAN MANUEL FIERRO BUSTOS(Universidad de La Frontera)

Resumen / Abstract:
Condorito es un personaje de cómic, un ave antropomorfizada, un cóndor andino mutante, que adquiere una dimensión simbólica como ícono popular y que a través del humor y la picardía construye un mundo de convivencia con humanos y genera un espacio urbano y público, donde se perciben las características de la sociedad en sus debilidades y virtudes; esto es posible debido a la particularidad del medio en el cuál se inscribe, el cómic, tal como ocurre con otros personajes de historietas: Donald, Mickey, Snoopy, entre otros, donde todos ellos se humanizan. ¿Por qué razón se recurre a figuras de animales humanizados para observar, comentar y criticar lo que no se puede decir como humano con esa libertad? Condorito tiene además, la peculiaridad de insertarse en una ciudad humana, Pelotillehue, un pueblo imaginado que a través del tiempo representa la transición histórica de la migración del campo a la ciudad, donde el personaje protagonista y sus amigos, experimentan cómo el campo se va transformando en una ciudad moderna. / Condorito is a comic character, an anthropomorphized bird, a mutant Andean condor, which acquires a symbolic dimension as a popular icon and through humor and playfulness builds a world of coexistence with humans and creates an urban space and public perceive where characteristics of the society in their weaknesses and strengths; This is possible because of the peculiarity of the comic media, as with other cartoon characters: Donald, Mickey, Snoopy, among others, where all of them are humanized. Why a humanized animal figures to watch, comment and criticize what can´t be said as a human with that freedom is used? Condorito also has the distinction of being inserted into a human city, Pelotillehue, a people imagined that over time represents the historical transition of migration from the countryside to the city, where the main character and his friends, experience how the field will transformed into a modern city.
Notas: El siguiente artículo se inscribe en el marco del proyecto Proyecto Fondecyt Nº1120730 “Animales y Humanos: los límites de la humanidad” y en la Tesis conducente al grado de Magister en Ciencias de Comunicación: “Urbanos imaginarios: Macondo y Pelotillehue. La ciudad como metáfora latinoamericana.”
Palabras clave / Keywords:
Condorito, Pepo, Chile/ Condorito, Pepo, Chile

CONDORITO, DE LA CARICATURA A LA HUMANIZACIÓN DEL CÓNDOR LATINOAMERICANO

 
 
 
Introducción

Condorito es una historieta que a través del tiempo y gracias a su popularidad migra hacia formas de expresión multimodales y una presencia transterritorial. Su popularidad en varios países de América Latina encuentra un doble espacio de representación, uniendo elementos visuales y la posibilidad de representar el diálogo de los personajes a través de la estructura propia de un cómic, en determinados espacios, llamados viñetas, se escribe una historia caracterizada a partir de un hecho o suceso, «así los comics, en su mayoría, reflejan la implícita pedagogía de un sistema y funcionan como refuerzo de los mitos y valores vigentes» (Eco, 1999, pp.299), es decir, son reflejo de lo que ocurre en un espacio concreto de la realidad social a la cual pertenecen, en este caso, la chilena.

 

Condorito, metamorfosis para una representación del roto chileno

Condorito surge como una reacción a la forma en que Disney, a través de la campaña internacional llamada “Buen Vecino” busca reflejar la imagen de los distintos países sudamericanos usando la figura de animales para representar a través de ellos diferentes características de la identidad o el carácter de cada país elegido en Sudamérica. En el film titulado Saludos Amigos, que se subdividiría en cuatro cortos animados, los personajes Pato Donald y Tribilín (Goofy) recorrerán países como México, Brasil, Argentina, Perú y Chile, dando a conocer características propias e imágenes de las ciudades capitales de cada país elegidos:

«En uno de ellos, Donald visita el lago Titicaca y vive una divertida aventura con una llama; en otro, Tribilín es un gaucho en la pampa argentina; después, Donald presenta a su pariente, el loro José Carioca, con quien recorre Río de Janeiro y conoce la samba. El cuarto tiene como gran protagonista a Pedro, un avioncito chileno -supuestamente nombrado así por el Presidente Pedro Aguirre Cerda- que debe atravesar la cordillera y enfrentarse al aterrador Aconcagua para entregar una carta». (Zabala, 2012, pp.12)

Debido a cómo se representó Chile en este largometraje, el caricaturista René Ríos “Pepo” determina crear a Condorito. Ríos comprendió que la imagen de un torpe avioncito temeroso, no era un verdadero representante de la cultura chilena (González, 2013). Tal como rescata Zabala (2012) los otros lugares de Sudamérica elegidos (la llama, el gaucho y el loro) logran reflejar y representar características propias de los países a los cuales representan debido a que eligieron elementos que demarcan rasgos propios de las culturas argentina, peruana, brasileña; sin embargo, de Chile sólo utilizaron el nombre del presidente de la época, y se utilizó el caracterizador del temor para reflejar la identidad del país. En su reflexión, Ríos reconoce que Chile es un país con otro tipo de indicadores, donde es necesario que “los otros” comiencen a leer. La propuesta de Condorito, surge como una crítica a la mirada extranjera, sin embargo, es además una autocrítica a la forma en cómo el país estaba proyectando su imagen hacia el extranjero. Es así como Condorito fusiona el símbolo nacional patrio “El Cóndor” y el “Huaso Chileno” (Montealegre, 1999, pp.3-5).

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Imagen 1: René Ríos, Condorito 2000. Colección de oro.

El rol de Ríos fue vital ya que «reforzaba por entonces, en forma paralela, el ideal de lo criollo y lo campesino. Muchos de ellos abrazaron imágenes de la vida rural que habían sido popularizadas por criollistas en las décadas anteriores» (Purcell, 2013, pp.2). La primera entrega de Condorito, que nace en la revista Okey, tenía rasgos evidentemente campesinos, de lo cual se infiere que en la época en la cual surge la imagen del cóndor chileno caricaturizado los intelectuales chilenos buscan reflejar una imagen de lo propio para representar “lo nuestro”.

«Un gañán recién llegado a la ciudad, de manta y de ojotas. Su pantalón arremangado dejaba ver el calzoncillo largo y blanco que usaba el Verdejo de Coke. Era "más pájaro", con su collar plumífero, un gran pico rapaz y una cola de largas plumas asomándose por el parche trasero de su pantalón. Más bajo, patas cortas, sacaba pechuga y fumaba. Era la síntesis del cóndor, el roto y el huaso pobre.» (Montealegre, 1999:3-4)

Condorito se presenta como un antihéroe que no tienen máscaras políticas o económicas, pero es pícaro «tiene la vulnerabilidad del pobre y del chico, y la fortaleza del ´hijo del rigor» (Montealegre, 1999). René Ríos traduce lo anterior de la siguiente forma: «Lo bajé del escudo y lo vestí de ‘rotito’ (un tipo humilde pero ingenioso) con sus alpargatas y su camiseta; el cóndor humanizado…» (Íbid, 1999). Dio vida a un personaje de atracción popular representando al «chileno de tomo y lomo» (Íbid, 1999). Su función fue personificar a un verdadero representante de lo chileno, que a partir de la mirada del caricaturista debía ser un pájaro astuto que fuera digno. De esta forma Condorito y Pelotillehue se convirtieron en representantes de la idiosincrasia nacional y posteriormente, a través de su internacionalización, con la venta de los derechos del cómic a Televisa, logró convertirse en un representante internacional de lo andino, con características únicas que trascendieron las fronteras nacionales para que sus caracterizadores lograran compatibilizar con las temáticas y problemáticas de diversos países, donde el humor como eje central de la temática logra que éstas sean abordadas de tal forma que la identificación sea natural. Lo anterior es a su vez, la síntesis de la dimensión simbólica de la representación del ave humanizada.

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Imagen 2: Condorito y Pepo. Condorito Homenaje a Pepo, 2000.

Taboada, (2004, pp.41) realiza un análisis de Condorito y Pelotillehue contando sus anécdotas en la visita realizada a René Ríos, de la cuál expuso con gran hermandad su fascinación por la historieta, haciendo un énfasis especial en Titicaco, el personaje boliviano de la historieta cómica. Condensa su experiencia indicando que Ríos se considera discípulo o aprendiz de Walt Disney y que su principal objetivo para la creación de Condorito emerge del largometraje Saludos Amigos, donde representó a Brasil con Pepe Carioca; a Argentina con un gaucho en los tiempos de Martín Fierro; a Chile un avioncito temeroso y a Bolivia una joven india que escala montañas con donaire cargada de su guagüita (Taboada, 2004, pp.44), retrata que Ríos contando su experiencia sobre el momento en que vislumbró a Condorito fue de la siguiente forma:

«Y un día observando atentamente él fijó su atención en el cóndor de la Cordillera encaramado astutamente al lado de las ramas de olivo. Lo sacó del escudo, le puso taparrabo y un par de ojotas y lanzó a la vida. Ese día para René Ríos fue el más feliz de su existencia: había nacido Condorito». (Taboada, 2004, pp.45)

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Imagen 3: El avioncito Pedro. Extraído de Saludos Amigos.

Condorito, la humanización de un cóndor popular

René Ríos tuvo apariciones en la revista Condorito, para poder tener diálogos con los personajes y de esta forma explicar concretamente qué es lo que perseguía con este animal humanizado. Pepo en uno de sus diálogos con Condorito en la edición de los 40 años de la revista recuerda lo siguiente: «quiero que recuerdes siempre que tu representas el paso de la gente por la humanidad. Te he dado relaciones, buenos amigos y un compadre como pocos. Has viajado por el mundo, te he conseguido buenos puestos, te he dado importancia a través de tus chistes y aventuras. Tienes el cariño de grandes y chicos. Eres todo un personaje hijo mío. Y además no te olvides que eres eterno e inmortal, ya que eres parte del universo» (Condorito, 2000).

Tal como se puede apreciar, Ríos personificó en Condorito al hombre chileno, con suspicacia, inteligencia popular y humor, que le permite atravesar clases sociales y políticas. Montealegre, (2009, pp.1) expresa, que «se trata, de una imagen familiar que –vista en la naturaleza y la iconografía– se asocia inevitablemente a la identidad –o identidades– de Chile y Latinoamérica. Ave carroñera, sagrada, heráldica, cómica; de piedra, papel o mármol, el cóndor marca las tensiones de nuestra identidad». Es un ave popular, que habla con personajes de diversos estratos y funciones sociales; donde el mundo de la ficción sucede, las aves, hablan con personajes humanos. Tal como ocurre con Donald, Mickey, Tribilín, entre otros, que son utilizados para representar y caracterizar el ideario colectivo de una nación. Eco, (1965, pp.304) considera que«en ellos reencontramos todos los problemas, todas las congojas de los adultos tras los bastidores». En este sentido, lo relevante es que estos personajes «son capaces de pronto de candores y de ingenuidades que lo plantean todo de nuevo, filtran todos los detritus y nos restituyen un mundo amable y suave, que sabe a leche y a limpieza», a través de la voz de estos personajes caricaturizados, este ave humanizada se inserta en un lugar específico de la realidad humana. De hecho, el caricaturista lo expresa así: «te he dado un lugar donde habitar»; es decir, un espacio físico, casas, no un gallinero, ni las cumbres de las altas montañas, un pueblo que vive procesos de transformación, que tiene lugares comunes, un bar, una plaza, un centro comercial, entre otros. El ave se humaniza y habla, a través de su particular humor de problemáticas comunes, en las cuales los lectores pueden identificarse. Es lo que ocurre con la historieta Charlie Brown: «la poesía de estos niños nace del hecho de que en ellos reencontramos todos los problemas, todas las congojas de los adultos tras los bastidores»(Eco,1965:304). Los personajes son la voz de un pueblo, que habla, que es indiferente, que grita, que comete errores, que necesita urgentemente atención y amor, que vive en constante competencia, pero que a través de la voz de los niños, aquellos a quienes la sociedad actual ha dejado de escuchar y poner atención, son los niños quienes encarnan el discursos de la verdad. Los adultos no tienen mucho que aportar si estos pequeños han descubierto que pueden volar a las estrellas y que “Never give up” es el lema de Charlie.

Similar es lo que ocurre en Condorito, este ave humanizada se moviliza por los distintos espacios sociales sin importar categoría o rango social; no interesan las estratos económicos, lo mismo es un terrateniente que un mendigo, un obispo o un pescador, un maestro o un actor circense. Su plasticidad y transversalidad hace que el discurso sea aceptado por todo tipo de interlocutores, religiosos, políticos, profesionales, obreros, marginales, entre mucha otra variedad de tipologías sociales. Esta misma transversalidad, suerte de travestismo, produce también, fuera de la ficción, en el lector, gran simpatía por el personaje irreverente-tierno.

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Imagen 4: Condorito chileno. Condorito 2000.

De acuerdo a las dimensiones caracteriológicas la humanización de los personajes, es decir: su capacidad de hablar, vestir, caminar, comer, entre otras, son posibles debido a que la personificación animal de lo humano permite que estos seres puedan decir como animales lo que muchas veces no se puede decir como humano, esto debido a su dimensión simbólica y al discurso humorístico, la caricatura en sí misma permite la realización o creación de este espacio semántico de dimensiones transversales a nivel discursivo. Por tanto, Condorito, es un humano animal peculiar porque simboliza al roto chileno, vale decir pícaro, campesino, huaso chileno. Luego dentro del universo humano y de ciudad, fundamentalmente convive con humanos, algunos de comportamientos subhumanos, salvajes o animales, con el único animal que comparte en la especie es el perro, que simboliza a su vez la amistad, la compañía, la solidaridad, las penurias, entre otros valores humanos.

 
 
Condorito, la voz satírica de un cóndor humanizado

El humor y la ironía en particular, como tipo de discurso, en términos generales es abordado como un antídoto político con tintes de seriedad y convencionalmente son percibidos como paradojas semánticas. El humor, se incrusta en la realidad social y tiene un alto grado de politización, especialmente en algunos contextos sociales desde donde emergen prejuicios regionales que pueden derivar en "chistes geográficos” o por otra parte una burla a los países vecinos generando chistes racistas; de esta forma Ridanpää señala que el humor funciona como una forma mediante las cuales las personas establecen sus auto-identidades sociales, en otras palabras el humor sirve como una separación evidente entre el "nosotros" que se separa del "ellos" (2014, pp.712). En este sentido, el humor puede convertirse en un instrumento político de la "otredad". Finalmente puede ser utilizado como medio de concientización social y de poder. Este tipo de humor puede ser utilizado como una forma de despertar la conciencia regional, pero el valor de este tipo de propuesta es que las historias juegan un papel preponderante, ya que construyen y refuerzan identidades.

El concepto "identidad narrativa" se utiliza comúnmente para hacer referencia a la forma en que los individuos construyen historias personales en circunstancias sociales, de la misma manera en que los individuos construyen identidad e historias espaciales; es un tipo de meta-narración de la identidad nacional y regional (Íbid, pp.712). El humor no puede separarse de la narratividad, ya que el ser humano lo utiliza en la retórica y en la introspección, en este sentido, organiza, representa y razona experiencias personales en la percepción de la identidad, en este sentido: «El poder es una cuestión de poder social, y en el mismo sentido el poder social es una cuestión de producciones narrativas que sustentan y justifican el mundo espacial» (Íbid, pp.713). La literatura sostiene la memoria social y por lo tanto explica las relaciones de poder que subyacen de la cultura en la cual emergen. En el caso de la literatura fantástica, por ejemplo, lo que ocurre es que el intento de representar la realidad se asocia a la alteridad, por lo que no es difícil reconocer a los “otros”, el punto interesante que rescata el autor es que la narrativa del humor rescata estructuras de desigualdad, pero por otra parte funciona como «herramienta emancipadora para impugnar los procesos de la otredad como la marginación» (Íbid.713), en este sentido la literatura tiene el potencial de familiarizar al lector con la crítica social, con valores normativos y con el estereotipo social de mitos y conductas relativas al comportamiento de una comunidad. Por lo tanto y tal como indica el autor, la literatura permite la intervención del sistema de la diferenciación.

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Imagen 5: Condorito periodista. Condorito 2000.

El humor en las relaciones sociales se plantea como un elemento que permite interacciones sociales que desafían a las culturas, por ello se encuentran entre las fronteras culturales, porque cada una de éstas mantiene una propia forma de interpretación a determinados ritos o actividades sociales, por lo que el humor, presenta la posibilidad de mantener un diálogo común de experiencias novedosas, no es solo el planteamiento de algo divertido o anecdótico, son historias que contienen elementos culturales relativos a la sociedad dominante y dominada, es parte del proceso terapéutico de las culturas para sanar sus experiencias dolorosas con el pasado y para denunciar las atrocidades políticas sucedidas en determinados espacios territoriales (Tlanusta, 2005, pp.194-204).

La memoria colectiva juega un rol preponderante, ya que «es un medio clave para la construcción de un imaginario colectivo, en participar, para la conformación imaginaria de un ´nosotros´ por relación (de identificación, rechazo, competición, etc.) con los otros significativos». (Peñamarín, 2002:352).

Los conceptos de «crítica social, identidad y representaciones, concuerdan en que la sociedad, el lenguaje y la cultura están interconectados de manera tal que se pueden conjugar en un discurso propio» (González, 2013, pp.60), es en este punto donde se genera una modificación de la realidad social, y lo ajeno con lo propio comienzan a interactuar de forma presente en la lectura de un texto. Por ello se refuerza la identidad nacional y regional en el imaginario colectivo, se es parte de un lugar determinado, pero de la misma forma se generan estereotipos de los fenómenos sociales analizados.

«Condorito une, descongela, desarma la rigidez deja aflorar lo limpio, lo que espontáneamente purifica y une monasterios y ministerios conventos y cuarteles, hospitales y cárceles, colegios y consultorios necesitan esta inyección de aire fresco y alma limpia. No hay derecho superior a la alegría». (Hasbun, 1985:177)

 

Condorito, el ave que bajó del escudo nacional para habitar Pelotillehue

 

Tal como se ha expresado hasta este punto hay tres elementos fundamentales que permiten hablar de la humanización del personaje:

a.    La retórica a través de la personificación

b.    El discurso satírico

c.    Dimensiones caracterológicas

A partir de ellas, es posible que Condorito sea un representante humanizado de la cultura popular chilena y a su vez latinoamericana, tal como señala González (2013, 2015), la voz latinoamericana alcanza un espacio de dimensión simbólica donde el personaje Condorito debido a que tiene un espacio de interacción, su pueblo Pelotillehue, puede conversar con personajes humanos e interactuar a su vez como un humano propiamente tal, de hecho, que el ave tenga como mascota a un loro y a un perro hacen que se potencie la virtud de lo humano, que vive en una casa, que es parte de una cultura determinada y que se moviliza como ser social, interactuando en dimensiones familiares, de popularidad clásica y de revitalización hiperconnotativa.

Desde la perspectiva de la humanidad animal la analogía que se presenta surge a partir de la similitud en la construcción física entre el animal y el hombre y cómo el primero toma elementos humanos para representar o tomar actitudes de éste para así transmitir un conocimiento nuevo. Alborés (2013) recoge el concepto de igualación que plantea Foucault, que a su vez contiene elementos de la significación y de la connotatividad, donde las diferencias y las similitudes entre ambos sujetos de representación se unifican en la figura la caricatura que a través del cómic personifica a la otredad.

La comparación o analogía es comprendida a partir de la comprensión en cómo se asemejan los elementos de lo real que son evidenciados en la cultura propia. Desde este punto de vista el autor analiza el concepto de animales antropomorfos, que consiste en un tipo de personajes que a través de la historia han sido animados por medio de la adquisición de rasgos de comportamientos y hábitos culturalmente reconocibles en humanos. Tal como es el caso de Mickey Mouse, el cuál a través del tiempo ha desarrollado una evidente evolución, el ratón del Disney se ha humanizado y ha perdido sus rasgos animalescos asemejándose más a la conducta humana que a las de un ratón propiamente tal. De la misma forma con el tiempo adquirió un perro, denominado Pluto, el cual es su compañero y representa las categorías de la fidelidad, el buen amigo e incluso la inteligencia. A partir de lo anterior, Condorito representa un comportamiento análogo al que presenta Mickey con Pluto, su “animal”, el cóndor humanizado chileno tiene su propia mascota, Washington, un perro común, de ninguna estirpe determinada, son los denominados quiltros. Al igual que Pluto que se presenta como el compañero de Mickey y en ocasiones tiene sus propias aventuras, Washington recrea la situación de la amistad del hombre con el animal, el amigo fiel, inteligente y suspicaz.

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Imagen 6: Washington, Condorito 2000.

«Lo cierto es que podríamos afirmar que su carácter y su físico evolucionaron, para agradar, en la misma dirección pero en sentidos opuestos. Mientras su físico rejuvenecía, su carácter maduraba». (Alborés, 2013)

En este sentido, es posible realizar la misma comparación con Condorito, como ave antropomorfizada, tal como se puede observar en la figura 1:

 
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Figura 1: Síntesis caracterizadora.
  

Desde esta perspectiva, el ave (cóndor) que adquiere a través del tiempo rasgos humanos, termina siendo un animal humanizado propiamente tal. Desde el punto de vista físico, tal como ocurre con la imagen de la evolución Darwiniana del homo sapiens, Condorito evoluciona y pierde a través de los años su figura tosca y animal, para asemejarse a la del hombre, son pocos rasgos los que mantiene del ave: la cresta, que termina asemejándose a un pequeño sombrerito o a un “jopo” de pelo de color rojo; sus pies y accesorios (ojotas) tiene dos dedos, lo que lo diferencia de los demás animales y una pequeña cola de plumas; en tanto que sus rasgos faciales pierden el gran pico del cóndor y se parece a una nariz más ancha, pero natural de un hombre, sus ojos grandes, es decir, tiene una imagen más dulce con el pasar de los años, atractiva de acuerdo al perfil que va adquiriendo la historieta, que tal como se ha mencionada fue ideada por Pepo para designar valores y rasgos propios del “roto, pícaro” chileno. Sin embargo, el mismo plantea que a través de la línea cronológica de los años, Condorito ha sido adaptado para que abarque transversalmente a los lectores, tanto a niños como adultos, por lo que las temáticas y las formas en cómo se exponen los personajes son trabajadas a través de dos líneas temáticas identificables en el análisis de la historieta, por una parte es la sátira, la dinámica del humor que permite que la realidad concreta y la verdad sea escrita y dicha por los personajes de forma que no cause pesar en los lectores; y por otra parte la evolución histórica, que significó en Chile el cambio de la ruralidad a la ciudad de los campesinos. Efectivamente los años 40 en Chile fue un periodo durante el cual se vivió un proceso migratorio importante, donde el aprendizaje del ritual cultural que se vive en la ciudad fue trabajado por los personajes tanto desde el punto de vista estético, es decir, en la presentación de los personajes como en la composición de las temáticas abordadas; en este último aspecto, por ejemplo, la ebriedad, la prostitución, el robo, la violencia, la justicia, la malversación, entre otros, son temáticas tratadas que por el filtro del humor y que dicha a través de la voz de los animales adquiere un tono único, es en analogía lo que ocurre con la fábula, al tratar temáticas crudas de la vida real, pero que por ser representada por animales es aplicable a cualquier realidad, estrato social o cultural. Por tanto, como se ha dicho, Condorito evoluciona, utiliza ojotas que es un zapato popular, tiene una vestimenta particular, tiene manos y brazos, no alas ni plumaje. Originalmente se establece como un personaje popular, siendo a su vez, un correlato de la caricatura de Mickey o de Donald, pero la diferencia con estos personajes, es que ellos no pierden a través del tiempo su cualidad animal, sin embargo Condorito convivirá con humanos, se relacionará con ellos, e incluso tendrá una relación de amor con una mujer. Bajo esta perspectiva, en base a la reflexión de las líneas anteriores es importante responder por qué razón se opta por el animal metamorfoseado como una herramienta comunicativa que personifica lo humano para transmitir aquello que paradójicamente el humano no dice con naturalidad. La caricatura animal se transforma en la máscara a través de la cual, el hombre de carne y hueso puede expresar, sentir, referirse y detenerse a reflexionar sobre las problemáticas del mundo contemporáneo, habladas, expresadas, a través del cómic sin extrañezas ni escándalos.

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Imagen 7: Condorito en los años. Condorito homenaje a Pepo, 2000.

A diferencia de otros cómics humanos, Condorito nace como un representante identitario y con esta carga semántica y valórica sobre su “plumaje” recae la posibilidad de hablar, condición que solo le pertenece al código humano, no es un lenguaje zoomorfizado, como explicaría Eco (2000), sino que es el lenguaje del hombre que es dicho a través del pico del cóndor humanizado. La verosimilitud encuentra asidero en este espacio concreto del contexto interpretativo y concepto de la metáfora hablada o la fábula animal cobra valor, sentido y relevancia gracias a la semejanza de los cuentos fantásticos con la realidad que cada viñeta propone a través del humor.

«Yo soy una cosa pensante, esto es, una cosa que duda, que afirma, que niega, que entiende pocas cosas, que ignora muchas, que quiere, que no quiere, que imagina también y que siente; pues, como antes advertí, aunque las cosas que siento o imagino no sean nada fuera de mí, estoy seguro de que los modos de pensar que llamo sensaciones e imaginaciones, en cuanto que sólo son ciertos modos de pensar están en mí». (Descartes, 1987, pp. 30-31).

Condorito ha traspasado la imagen del campo a la ciudad y a través de esto ha vivido un proceso histórico junto a él, el traspaso del campo a la ciudad, la migración del ave inicial. Personaje popular de origen campesino, y los privilegios que establece con Don Chuma (amistad incluso ser compadres), convive con animales, tiene mascotas y además amigos, es decir, es un hombre más en medio de una ciudad metaforizada –Pelotillehue–.

Tal como se infiere en las palabras de Derrida (2008), descubrir al otro es a su vez descubrirse así mismo. El autor realiza a través de su texto, la pregunta clave que ayuda a comprender por qué el animal puede ser utilizado para la expresión lingüística humana, ya que al observar la desnudez animal, se pregunta si es que el animal tiene sentimientos, la diferencia entre el estar con ropa, que es una dimensión artificial, donde el hombre ha cubierto la animalidad y por consiguiente la condición de la desnudez animal. A través del tiempo cubrir el cuerpo con ropas crea a su vez nuevas categorías culturales como la intimidad, el pudor e incluso las dinámicas de relación sexual. La mirada animal o la profundización en el pensamiento del otro ser, son elementos que permiten comprender que la artificialidad de lo arbitrario en combinación con la verosimilitud de la creación textual permiten “creer” en lo que los personajes de los textos dicen o hacen, incluso en lo que causa en la cotidianeidad repulsión.

En el texto Cómo leer al Pato Donald (Dorffman y Mattelart, 1972) los autores explican cómo las relaciones dinámicas que el protagonista establece con el entorno, es decir, la ciudad y sus diversos elementos de movilidad como el acceso a supermercados, el manejo de automóviles, el manejo de dinero entre otros elementos, que son propios de los hombres son utilizados por el animal, como figura simbólica de representación que su vez funciona con un doble sentido semántico, personificando actitudes humanas y por otra parte criticado o justificando estructuras sociales propias de la cultura circundante. En este sentido, toda lectura crítica en el comic permite la justificación de una historia que contiene al animal que ocupa y se moviliza en espacios propios humanos, es decir, se quiebran las lógicas básicas de hombre dentro/animal afuera. A través de este tipo de imágenes el animal esta dentro y es además participante activo que modifica el espacio.

A diferencia de Mickey que con el tiempo evoluciona e incluso interactúa de forma humana con otros de su especie. Donald se mantiene en sus rasgos de pato (animal) para irrumpir en el espacio humano (Donald lucha con los cazadores), es decir, su entrada en el espacio simbólico se da de forma mas "violenta" que la del animal humanizado Condorito, que al igual que Donald corresponde a la familia de los plumíferos, pero que ha abandonado sus cualidades animales para apropiarse del ritual cultural humano en la sociedad creada para su hábitat (Pelotillehue).

En síntesis, respecto a la propuesta de Neira y Aurenque en su texto El hombre y su riqueza éste propone que el hombre en contraste con el animal configura su mundo, porque “se involucra”, con éste, de esta forma, «el concepto de lo animal da origen al tema de lo animal y, al mismo tiempo, da origen a la humanidad y la ciencia que lo estudia» (Neira y Aurenque, 2014, pp. 339).

 
 
Conclusiones

Respecto a lo indicado a través del artículo, Condorito se presenta como una representación del roto chileno, un identificador que permite extraer rasgos identitarios de la cultura popular chilena, desde la vestimenta al lenguaje, es decir, desde lo estético a lo lingüístico propiamente tal. Se ha problematizado y ratificado la interdependencia entre el animal y el hombre como rasgo persistente de la sociedad humana, siendo éstos elementos que conviven en el animal antropomorfizado. Debido a que cuando se elige al cóndor como símbolo es porque debajo de su naturaleza se esconde además un sistema de significaciones que hacen de éste un atractivo fundamental, es poderoso y se encuentra en las altas cumbres. Pero siempre ha sido amenazante del campesino. Por lo que además implica la doble figura en su representatividad, el mestizo. Es por ello que cuando Pepo lo aterriza en lo humano, hace bajar de los cielos a un cóndor, lo positiviza, aquí se convierte la fiereza en ternura, la amenaza en proximidad, y en ese sentido dignifica la figura animal y pone en una condición positiva a la especie, pero además utiliza este rasgo sagrado del animal pata potenciar a Condorito, porque el cóndor está inscrito en la idiosincrasia chilena, como el águila está inscrita en la idiosincrasia estadounidense. El animal, en vez de ser sacralizado es desacralizado positivamente, es decir, lo torna propio, cotidiano, amigable.

La sátira o el humor permiten a este ave antopomorfizada expresar emociones, sentimientos, acciones propias del humano a través de la “voz” de un personaje creado para decir aquello que no se dice en la cotidianeidad, es decir, es por este motivo que los dichos del personaje y sus compañeros de aventuras en cada viñeta tienen un valor agregado que otorga verosimilitud al texto expresado y evita el cuestionamiento o resquemor con lo dicho, porque es humor y éste tiene la cualidad de no dañar; permite la alegría. Es decir, la verdad se disfraza de sonrisa para gritar verdades populares y culturales propias de la transición campo-ciudad en sus inicios, en la transformación del hombre de campo en un hombre de ciudad y actualmente en la transformación tecnológica de la ciudad como espacio habitado por seres humanos con sistemas de comunicación sobre explotados.

El por qué optar por un animal tiene asidero en la facultad que se le otorga al ave antropomorfizada para resaltar acciones humanas. Donde se aprovecha la condición de la humanidad y su dimensión icónica en la simbología chilena-latinoamericana, utilizando esta condición para que el animal diga cosas que generalmente no son dichas.

Finalmente, tal como se ha expresado, la acción de “bajar del Escudo Nacional” al cóndor, vestirlo de ropas populares, caracterizarlo como un roto chileno y luego entregarle el lenguaje para comunicarse con los humanos, es un figura importante de analizar como la analogía del Cristo que se permite convivir con el estado humano, hablar su lenguaje y establecer relaciones son los humanos, para poder hablar el lenguaje de los humanos y que estos comprendan o escuchen verdades que otro no sería capaz de decir. La representación de Condorito como un aparente mesías rural que llega a la ciudad en busca de una oportunidad de servir, que vive todo tipo de tentaciones y que logra sobrevivir gracias a su término de escena “¡plop!”. Es lo que mantiene al personaje con autoridad frente al mundo creado para su subsistencia. El escudo nacional representa los valores patrios y será un cóndor humanizado, un ave antropomorfizada la encargada de pisar tierra de campo en Pelotillehue para expresar a través de sus dichos, lo que todo chileno sabe que es, sabe que existe, sabe que es posible, pero que o no se dice en el discurso público o se esconde en los entrelíneas de los medios no autorizados. Es a través de la imagen de este Cóndor(ito) que se crea un espacio de expresión necesario y veraz, para quienes requieren reír de las vicisitudes de la vida real, para sentir, solo por un instante que todo, podría ser una gran mentira, que es en definitiva, la esencia del humor.

 
 
Bibliografía

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Creación de la ficha (2016): Félix López
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
Alejandra González, Juan Manuel Fierro Bustos (2016): "Condorito, de la caricatura a la humanización del cóndor latinoamericano", en Tebeosfera, tercera época, 1 (15-XII-2016). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 19/III/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/condorito_de_la_caricatura_a_la_humanizacion_del_condor_latinoamericano.html