EDICIONES MARMOTILLA, UN ACERCAMIENTO DIFERENTE AL MEDIO
KIKO SÁEZ DE ADANA, YEXUS

Title:
Ediciones Marmotilla, a different approach to the medium
Palabras clave / Keywords:
Entrevistas, Industria del cómic en España/ Interviews, Spanish comics industry

EDICIONES MARMOTILLA, UN ACERCAMIENTO DIFERENTE AL MEDIO
ENTREVISTA A KIKO SÁEZ DE ADANA

  

     
El catedrático Francisco Sáez de Adana
(foto tomada de institutofranklin.net)
     

Entrevistamos a Kiko Sáez de Adana, catedrático en la Escuela Politécnica de la Universidad de Alcalá y director del Instituto Franklin de Estudios Norteamericanos de la Universidad de Alcalá, que es además el fundador de Ediciones Marmotilla, sello nacido en 2016 con el propósito de publicar estudios teóricos.

 

¿Recuerdas cuándo y cómo surge en ti el afán de estudiar y divulgar los mecanismos y circunstancias de la creación de un cómic, más allá del mero disfrute como lector?

En realidad, sucede todo de forma muy casual. Siempre me ha interesado todo lo que rodea al mundo del cómic, tanto a nivel historiográfico como a nivel artístico. Recuerdo, de adolescente, mi fascinación por la Historia de los cómics de Toutain, que leía y releía ávidamente. Pero nunca pensé que, al menos en mi caso, pudiera ir más allá de esa ávida lectura. Sin embargo, en el año 2008 decido cursar el Máster de Estudios Norteamericanos del Instituto Franklin de la Universidad de Alcalá. Una decisión que se debe únicamente a mi fascinación por la cultura de los Estados Unidos, no solo por el cómic, sino también por el cine o la música, acrecentada durante un periodo en el que realizo una estancia de investigación en ese país. He de aclarar aquí que esta estancia de investigación no tenía nada que ver con el cómic, sino con mi formación inicial como ingeniero de telecomunicaciones. Pues bien, como digo, me matriculo en el máster por lo que podíamos llamar inquietudes personales, y alguien como yo, que era un ignorante en el ámbito de las humanidades a nivel universitario, descubre que dentro de las asignaturas de dicho máster (al menos en algunas) hay un hueco para el cómic. Y ahí que, en cuanto puedo, intento hacer un trabajo, o una presentación, o lo que sea, relacionada con el cómic de los Estados Unidos. Ya sabemos cómo es esto: los apasionados del mundo del cómic aprovechamos cualquier resquicio para difundir la palabra. Pues bien, estos trabajos y presentaciones tienen una buena acogida entre mis compañeros y profesores del máster y empiezo a ver que quizá puedo comenzar a tomar una parte más activa en el estudio y la divulgación del cómic. Y, poco a poco, empiezo a abrir una línea académica de estudio del cómic, en mi tiempo libre, como afición, ya que mi actividad profesional “de día” seguía siendo la ingeniería.

Hay dos puntos de inflexión que me hacen profundizar más en esta actividad, creo que ambos se producen en el año 2010. La asistencia como público a la defensa de la tesis doctoral de Roberto Bartual en la Universidad Autónoma de Madrid y como alumno a un curso de verano sobre la historia del cómic que impartía Iván Pintor en la Universidad Pompeu Fabra. Roberto será el germen de lo que ahora es Ediciones Marmotilla, e Iván será la clave para que decida embarcarme en la aventura de un segundo doctorado, esta vez por pura pasión, sobre Terry y los piratas, de Milton Caniff. A partir de ahí me involucro cada vez más en todo lo relacionado con los estudios de cómic, que van desplazando poco a poco a la pobre ingeniería, que ahora mismo se encuentra abandonada en un rincón. Pero es que la fuerza del cómic, al menos para mí, arrasa con todo.

Desde tu experiencia personal como catedrático, ¿cuál es la postura del ámbito universitario sobre el cómic? 

A ver, aquí yo creo que hay que ser optimista, pero moderadamente. Estamos en una situación en que el cómic ya ha entrado definitivamente en la Universidad a través de la organización de cursos, congresos, tesis doctorales y, especialmente, la creación de la cátedra institucional que dirige Álvaro Pons en la Universidad de Valencia, que es todo un hito en el proceso de reconocer el cómic como un área de estudio a nivel universitario. Esto además viene acompañado con un mayor reconocimiento a nivel social que se traduce en que diferentes instituciones, algunas de ellas que en principio parecían alejadas de este medio, se han animado a organizar exposiciones, charlas o encuentros. O, incluso, como es el caso del Museo del Prado, colecciones de cómics. Esto hace que no solo aumente el reconocimiento del medio, sino también de sus autores, y ver las presentaciones de Altarriba y Kim o Sento en el Museo del Prado o la exposición de Paco Roca en el IVAM o de Sergio García, Max y Ana Merino el Centro José Guerrero de Granada a mí, al menos, me llena de emoción. Todo este movimiento hace que, al menos en mi experiencia personal, la Universidad acoja con cierto interés cualquier actividad que se pueda organizar alrededor del cómic.

Pero, pese a este panorama que parece tan positivo, todavía estamos lejos. No hay muchas asignaturas de cómic en la Universidad española, no es un área de estudio reconocido, apenas hay grupos de investigación. En la mayoría de los casos se trata de investigadores aislados que se encuentran solos en su universidad y que pertenecen a diferentes áreas de conocimiento. Por tanto, todavía no hay una normalidad en la presencia del cómic en la Universidad, lo cual a veces es bueno porque lo que se conoce como “normalidad” en la Universidad también tiene sus inconvenientes.

¿Cuál es tu papel dentro del Instituto Franklin de Estudios Norteamericanos? ¿Qué actividad desarrollas?

Curiosamente, tras empezar como estudiante del Instituto Franklin, mi trayectoria me ha llevado a ocupar el puesto de director de este Instituto desde hace algo menos de un año. Para los amantes del cómic dentro del ámbito universitario, el Instituto siempre será recordado por el congreso sobre cómic que organizó Esther Claudio en el año 2011. Sin embargo, el Instituto se dedica a la investigación de todo lo relacionado con los estudios norteamericanos y, por tanto, dentro de su talante interdisciplinar cubre aspectos relacionados con la literatura, el cine, la música, la lingüística, la política, la economía, el medio ambiente… Seguro que me dejo alguna cosa y algún compañero se molestará. El cómic es solo una parte más y, de hecho, actualmente soy el único investigador del Instituto dedicado a este tema, reforzando esta teoría del investigador aislado que comentaba anteriormente (aunque ahora empieza a haber estudiantes de doctorado interesados en este tema). Pero he encontrado todas las facilidades dentro del Instituto para desarrollar mi labor investigadora en este ámbito, lo cual, con las dinámicas de la Universidad, no siempre es fácil para alguien que viene de un campo tan lejano como es la ingeniería, hecho por el cual solo puedo estar agradecido. Relacionado con esta labor investigadora, he intentado organizar algunas actividades como cursos de verano o seminarios de doctorado en torno al cómic, pero siempre sin perder de vista que el Instituto también tiene que atender al resto de las áreas de investigación que forman parte del mismo.

Panorámica de la bliblioteca del Instituto Franklin.

En la Universidad de Alcalá también organizas desde 2013 unos cursos dedicados al cómic. ¿En qué consisten? ¿A qué tipo de público van dirigidos? ¿Qué respuesta tienen?

Cada año en verano intentamos que la cita de Alcalá sea algo fijo. Son cursos que intentan contribuir a ese objetivo de introducir el cómic en la Universidad y, por tanto, son fundamentalmente cursos académicos. Es decir, que los conferenciantes son investigadores relacionados con el cómic que presentan sus trabajos en este campo. Solemos tener un formato de charlas extensas que permitan desarrollar en profundidad el tema presentado, y va dirigido a todo tipo de público: desde aquellas personas conocedoras o estudiosas del mundo del cómic hasta estudiantes que tienen afición a este medio o, simplemente, quieren acercarse al mismo por curiosidad. Intentamos que el curso sea accesible para todo tipo de público, sin perder el carácter académico del mismo. Y, por supuesto, también damos voz a los autores para que nos hablen de su trabajo; por el curso ya han pasado autores nacionales como Javier Olivares, David Rubín, Carla Berrocal o Ana Penyas e internacionales como David Lloyd o Mark Buckingham. En cuanto a la respuesta, esta ha ido creciendo a lo largo de los años, pero todavía se mantiene a unos niveles no demasiado altos que demuestran que queda trabajo por hacer en cuanto a la presencia del cómic en la Universidad.

Como dijiste, has realizado una tesis sobre la figura y la obra de Milton Caniff. ¿De dónde nace tu pasión por este autor y cómo ha transcurrido la investigación?

Milton Caniff, y sobre todo Terry y los piratas, me apasiona desde que lo conocí a través de la Historia de los cómics de Toutain ya mencionada. Hay momentos épicos, como la muerte de Raven Sherman, o más domésticos, como la escena en que Dragon Lady enseña a bailar a Terry, que me parecen cumbres en la historia de los cómics. Pero el motivo principal por el que me decidí a estudiar a este autor fue su labor como cronista de los acontecimientos de China en los años treinta y cuarenta o, al menos, la percepción del lector estadounidense de que la serie era una crónica de esos acontecimientos. Este fenómeno me parece fascinante y es en lo que se centra mi estudio, para el cual me he basado en la documentación del archivo de Caniff que se conserva en la Ohio State University, en The Billy Ireland Cartoon Library and Museum. Hay que tener en cuenta que los dibujantes de cómic de prensa más reconocidos, como es el caso de Caniff, eran auténticas celebridades en su época y tenían una concepción muy alta de su trabajo como artistas. Por eso no es de extrañar que Caniff conservara todo su legado artístico y documental y que en 1979, nueve años antes de morir, decidiera donarlo a la universidad para que pudiera ser estudiado. El archivo conserva un material muy abundante y de gran riqueza documental, como todas sus fuentes de documentación o las cartas que recibían los lectores, que han sido la base para el desarrollo de mi actividad investigadora.

     
Original de Milton Caniff propiedad de The Billy Ireland Cartoon Library.      

¿Cuál es la mayor dificultad a que te enfrentas a la hora de estudiar su obra?

La mayor dificultad en el desarrollo de esta actividad, además de conseguir financiación para poder viajar a Estados Unidos a visitar el archivo, es el desconocimiento que existe, en el ámbito de los estudios de cómic, de la obra de Caniff y de las tiras de prensa en general. Al ser los estudios de cómic algo que ha explotado recientemente, la mayoría de investigadores están centrados en el ámbito de la novela gráfica o en el boom de los cómics de superhéroes, y creo que hay una falta de perspectiva histórica que, a veces, dificulta la tarea de estudiar estas obras, pero que a su vez la hace muy gratificante porque puedes descubrir al resto de investigadores cosas que para ellos eran desconocidas.

La tesis la presenté hace justo un año, en enero de 2019, y he publicado varios artículos en revistas académicas tanto nacionales como internacionales derivados del trabajo realizado para la misma.

Y también te ha permitido realizar varias actividades divulgativas dentro y fuera de España, ¿no? ¿Cuál ha sido su acogida?

He tenido la suerte de poder hablar de la obra de Caniff o de las tiras de prensa en diferentes países, como Italia, en la Universidad de Salerno, en un seminario organizado por Gino Frezza; en Estados Unidos, en la New School, como parte de un simposio que organiza semanalmente Ben Katchor; en Argentina, en la Universidad de Buenos Aires, gracias a la invitación de Laura Vázquez; en Chile, en el Festival Internacional de Cómic, gracias a Hugo Hinojosa, o en el Reino Unido, en el Lakes International Comic Art Festival, además de en diferentes congresos académicos. Mi experiencia es un poco lo que comentaba antes. Generalmente, en el público hay una pequeña cantidad de aficionados al mundo del cómic muy enterados sobre la historia del medio y, por tanto, conocedores de la obra de Caniff y de los grandes maestros de las tiras de prensa. Pero la mayoría es gente que se ha acercado más recientemente a este medio y no tienen un conocimiento histórico tan preciso. Creo que esta área de estudio, según se vaya desarrollando, irá adquiriendo una mayor conciencia histórica, pero actualmente es un ámbito en el que se debe mejorar.

¿Cuándo y cómo te decides a crear tu propia editorial? ¿Cuál es la intención inicial de la misma o qué espacio pretende llenar?

Creo que me decido a montar mi propia editorial en el año 2010, cuando asisto a la lectura de la tesis de Roberto Bartual. Quedé absolutamente fascinado por la presentación de Roberto y totalmente obsesionado porque su obra y la de otros estudiosos sobre el cómic no encontrara un lugar donde ser publicada. Pero en ese momento yo no tenía ni el tiempo, ni la formación, ni la ayuda para montar una editorial. Estos problemas se fueron solucionando de una manera o de otra, y en el año 2016 decido que es el momento de dar el paso. Afortunadamente, en el tiempo transcurrido las cosas habían mejorado en el mercado y ya algunas editoriales se habían animado con la publicación de algunas obras teóricas. Pero, en mi humilde opinión, eran muy pocas, y más si lo comparamos con otras artes. Así que Ediciones Marmotilla nace con un propósito muy sencillo y que hoy, después de ocho libros, sigue siendo la base de nuestro trabajo, y es publicar libros teóricos que, de otra manera, nadie va a querer publicar y que, de nuevo en nuestra humilde opinión, merecen encontrar su lugar en las librerías. Y esto incluye tesis doctorales como la de Raquel Crisóstomo sobre Maus o Angélica Cabrero sobre Multiversity, de Grant Morrison; traducciones de obras que nunca habían sido publicadas en español, como La máquina del mito, de Gino Frezza; reediciones de obras ya olvidadas pero pioneras en el estudio del medio, como La historieta en el mundo moderno, de Oscar Masotta, o estudios creados específicamente para nuestra editorial, como Jack Kirby. Una odisea psicodélica, de Roberto Bartual, o Comix Undergound. De la subversión a la reinvención, de Eduardo Martínez-Pinna.

Con todo esto, más que llenar un espacio pretendemos crear uno. Un espacio para la teoría sobre el cómic, como existe teoría sobre el cine o sobre la literatura. Y no quiero sonar pretencioso con la palabra crear porque, como ya he dicho, ya se habían publicado obras teóricas antes de nuestra aparición en el mercado. Pero nunca a través de una editorial que se dedique exclusivamente a este tema y que tenga una presencia regular, aunque sea pequeña, en las librerías.

Observo que, de una forma u otra, eliges a autores poco conocidos o habituales en el ámbito generalista o en el panorama español: novedosos, diferentes, extranjeros e incluso “olvidados” (en el caso de Masotta), ¿no?

Pues parece ser que es así. No es que sea una elección premeditada, sino que los autores más consagrados generalmente tienen hueco en otro tipo de editoriales que, aunque no estén especializadas en el ensayo sobre cómic, sí que publican algunos textos de este tipo. No significa esto que no vayamos nunca a publicar autores más consagrados (y algún plan hay en este sentido que, de momento, no vamos a desvelar), pero sí que creo que los autores con menos renombre si quieres, desconocidos en España o, como bien dices, olvidados, pero con una obra de calidad, tienen perfecta cabida en Marmotilla. Mientras que en otras editoriales, por mi experiencia, lo tienen más difícil.

También, y quizá más importante, procedentes de ámbitos ajenos (o colindantes) al mundo de la historieta: sociólogos, comunicólogos, psicólogos, etcétera. ¿Te parece importante esa visión lateral? ¿El salir del cerrado y a veces endogámico ámbito del propio cómic?

Pues de nuevo, aunque no sea una elección premeditada, sí que algunos de nuestros autores responden a este perfil. Efectivamente, el mundo del cómic ha pecado durante mucho tiempo de ser un mundo cerrado y endogámico en el que era difícil entrar si no pertenecías al mismo. Esto ha dificultado el que se acercaran a él pensadores de otros ámbitos. Y, sin embargo, cuando esto ha sucedido, como en el caso de Eco, ha sido muy celebrado porque parecía que le daba legitimidad. Yo no creo que necesite de esta visión lateral para obtener su legitimidad, pero sí que es necesaria si queremos que el medio esté abierto a otras visiones, además de las tradicionales, ya que esto solo puede ser bueno para su desarrollo. De nuevo, no es más que recorrer el camino que ya han recorrido otros medios o artes y en el que, todavía, tenemos algo de desventaja.

Como has dicho, varios de los libros que has editado parten de tesis universitarias. ¿Qué camino recorre ese texto desde el ámbito académico hasta el literario o divulgativo?

Aquel que conozca el ámbito universitario sabe que, en muchas ocasiones, yo diría que casi en todas, es un ámbito muy cerrado. Y uno de los elementos que lo hacen así son los textos académicos, a veces de difícil acceso para el no iniciado. En el caso de las tesis existe todo un aparato que, a un lector ajeno a este ámbito, no le interesa. Las tesis que publicamos nosotros están despojadas de todo ese aparato y están revisadas para que puedan ser leídas por un lector de fuera del ámbito universitario. Pero esto no significa que eliminemos la componente teórica de las mismas. No engañamos a nadie, nosotros publicamos ensayos teóricos y, por tanto, en la mayoría de nuestras obras existe esa componente teórica. Pero yo soy un firme defensor de que lo teórico y académico no tiene por qué ser indescifrable. Y esa es la tarea que intentamos hacer, quitar a la tesis solo la parte indescifrable para el lector no académico, pero intentando no despojar a la obra de toda su profundidad. Es, posiblemente, una de las tareas más complicadas a las que nos enfrentamos, pero ese es el objetivo. Los libros de Marmotilla tienen que poder ser leídos por cualquier lector. Cualquier lector al que le interese el ensayo, obviamente. Pero no es necesario que provenga del ámbito académico.

     
        Primer libro de Marmotilla.

Hablemos de los diferentes libros publicados. De ratones y héroes aborda un tema tan universal y estudiado exhaustivamente como es la novela gráfica Maus ¿Qué aporta de nuevo esta obra? ¿En qué se diferencia o contiene de novedoso la aproximación de la autora?

Curiosamente, Maus es una obra de la que se ha escrito mucho, pero hasta el Metamaus no existía un estudio completo y riguroso sobre ella. Y el Metamaus, que es una obra magnífica, es un análisis en el que Spiegelman ha estado muy involucrado en su realización, lo cual tiene muchas ventajas, pero también los inconvenientes que puede tener todo ensayo que sea “autorizado”, como unas ciertas limitaciones para la crítica y para indagar en aquellos aspectos que el autor no haya volcado en su obra de manera consciente. Raquel Crisóstomo analiza todas las referencias sociales y culturales de la obra, sin perder de vista esa perspectiva crítica, mostrando todas las contradicciones que puede tener la obra, fruto de las influencias, los miedos y las dudas de su autor. Y sin una gran influencia del Metamaus, ya que aunque en el libro se mencioné alguna vez, el grueso del trabajo se hizo antes de la salida de esta obra. Por eso puede aportar una perspectiva externa que creo que es de enorme interés para el análisis. Creo que títulos de la importancia de Maus deben ser analizados desde diferentes puntos de vista y no solo desde el punto de vista del propio autor, como hace el Metamaus. Que no se entienda mal, es maravilloso y es un análisis excelente. De ratones y héroes es una perspectiva más, una perspectiva desde los estudios culturales, una genealogía de todo lo que lleva a una obra como Maus. Tiene un enfoque más de estudio social, que nos da otra visión igualmente necesaria.

Has mencionado antes la impresión que te causó el trabajo de Roberto Bartual y suyo es el segundo libro de la editorial: Kirby, una odisea psicodélica. Su aproximación a la figura de este clásico es de todo menos convencional. No es una biografía, no habla de lo que hacen sus superhéroes sino de lo que NO hacen, lo interrelaciona con el contexto sociocultural y artístico en que se inscribe… Creo que este es el enfoque transversal del que hablamos y que adoptan la mayoría de los autores de tus libros ¿Estás de acuerdo?

Pues sí, fue una suerte que Roberto Bartual decidiera publicar su segundo libro con nosotros. Lo primero que se debe decir del análisis de Kirby que hace Roberto es que es apasionante. Roberto, antes que nada, es un gran escritor de ficción, y eso se nota en su estilo cuando escribe ensayo. Pero es que además esta obra analiza la obra de Kirby desde un aspecto antes nunca tratado, como son los movimientos culturales y sociales que alrededor del arte psicodélico se dieron con posterioridad a muchas de las obras de Kirby y de las que este autor, como demuestra Roberto, es un precursor. Creo que este enfoque totalmente original es absolutamente necesario. Biografías de Kirby hay muchas, análisis de sus obras algo menos, pero cuesta mucho cuando se escribe sobre cómic alejarse de ese historicismo y entrar en un aspecto que es fundamental y es esa relación transversal, como muy bien dices, del cómic con la cultura y la sociedad de su tiempo. En el caso de la época Kirby, sus primeros cómics para Marvel tuvieron una trascendencia fundamental en el entorno universitario y en el de la contracultura. Y eso no se ha analizado con profundidad en demasiadas ocasiones. Roberto lo hace. Lo hace con rigor y además te diviertes cuando lo lees. Poco más se puede pedir.

       
 Dos trabajos teóricos de Roberto Bartual.     

Del mismo autor también publicas el libro a gran formato y color Narraciones gráficas. Del códice medieval al cómic, quizá el más ambicioso desde el punto de vista técnico y formal, ¿no?

Este libro sí que, en su momento, cerró una especie de círculo. Porque se basa en parte de la tesis doctoral de Roberto que, como digo, fue una fuente de inspiración para el nacimiento de la editorial. Sin embargo, no lo publicamos antes porque Roberto ya lo había publicado a través de un crowdfunding. Cuando los ejemplares que se habían editado con ese crowdfunding estaban por agotarse, acordamos con Roberto pasar a publicarlo nosotros, porque uno de los objetivos de la editorial es que los libros teóricos que publicamos siempre estén disponibles mientras haya demanda, que nunca se agoten. Mientras se pidan, nosotros reimprimimos y esa política la queríamos aplicar a un libro que creemos que es fundamental, que siempre tiene que estar disponible y que se iba a agotar. Así que, se puede decir, que acudimos al rescate.

Teniendo en cuenta todo esto, en realidad, el formato viene de respetar el que Roberto había elegido en su momento a la hora de realizar el crowdfunding. No me importa, porque mi idea es que cada libro tiene que tener su formato de acuerdo a sus características y no hay afán de colección que podría quitarle su personalidad a cada libro. Y lo del color, pasa lo mismo; Roberto lo editó a color y había que mantenerlo así aunque sea más caro de producir. Pero voy a decir algo polémico, porque sé que estoy bastante solo en esto. Sé que a la gente le gusta que en los libros teóricos sobre cómics aparezcan muchas imágenes, y si es a color, mejor. Yo no creo que sea necesario. Ojo, libros como el de Kirby o el de Comix Undergound tienen muchas imágenes (aunque no sean a color) porque así lo han querido los autores. Pero, mi opinión como editor y como lector de libro teórico es que las imágenes están bien, pero no es necesario que el libro esté profusamente acompañado de ellas: con poner solo las necesarias para ilustrar el punto del que estamos hablando es suficiente. Porque, al fin y al cabo, cuando se escribe teoría sobre cine no es necesario poner escenas de películas, ni cuando se escribe teoría sobre literatura, extractos del libro analizado. Pues creo que con el cómic lo mismo. Si analizas algún recurso visual, es bueno poner la imagen. Si hablas de una serie o del contenido, desde mi humilde punto de vista, no hace falta poner una imagen de la serie simplemente para ilustrar. Es un punto de vista que sé que no todo el mundo comparte, y por eso en los libros de Marmotilla se deja libertad al autor para que elija la profusión de ilustraciones, pero mi opinión es que no necesariamente el libro mejora por estar más ilustrado o porque la calidad de estas ilustraciones (incluyendo el color) sea mejor. Para eso ya está el propio cómic. Así que, resumiendo, si Narraciones gráficas se hubiera publicado inicialmente desde Marmotilla, probablemente el formato hubiera sido otro. No fue así, por suerte para los que les guste tal y como es ahora.

     
 Libro de Eduardo Martínez-Pinna.      

Comix Underground es un estudio de este famoso fenómeno escrito por Martínez-Pinna: muy riguroso pero no siempre complaciente ni mitificador, ¿no?

Efectivamente. La obra de Martínez-Pinna quizá no tenga la carga teórica del resto de las obras de nuestro catálogo, pero es un estudio de tanto rigor y tiene un punto de vista tan propio del autor y de tanto interés que había que publicarla. No hay otra obra tan completa sobre el comix underground estadounidense en español como esta pero, además, donde realmente se intente dar una visión de este fenómeno en la que se destaque su importancia tanto a nivel artístico como de movimiento social. Sin que eso sea obstáculo para poner de manifiesto todos los problemas que suponen estas obras a muchos niveles, tanto artísticos como éticos, como bien hace Martínez-Pinna en el libro.

La historieta en el mundo moderno, de Oscar Masotta, es una valiosa labor de recuperación de un clásico inencontrable. ¿Fue difícil conseguir editarlo en España?

Pues mira, lo difícil de editar este libro fue saber quién tenía los derechos, hasta que Iván Pintor me puso en contacto con Cloe Masotta, hija del autor, que vive en Barcelona. A partir de ahí todo fue fácil desde el punto de vista de derechos, ya que Cloe es un encanto y además le hacía mucha ilusión ver reeditado el trabajo de su padre sobre historieta de la misma manera que ha sido reeditado ese trabajo en otros ámbitos. A nivel técnico ya fue más complicado, porque no había un manuscrito y hubo que escanear el libro de la copia que yo tenía de la edición del 82 y, a partir de ahí, pasarle un programa de reconocimiento de texto y corregir todos los errores que estos programas dan, que no son pocos. Pero, bueno, mereció la pena. Además, tuvimos la suerte de contar con un nuevo prólogo de Óscar Steimberg (colaborador directo de Masotta en los años de la Bienal de Historieta de Buenos Aires y de la revista Literatura Dibujada) para esta edición y un epílogo de Laura Vázquez, así como una nueva cubierta realizada por Martín Vitaliti, artista al que admiro enormemente, por lo que la edición creo, humildemente, que quedó muy bien.

     
       La recuperación fauldua.

Hay que tener en cuenta la importancia de Masotta en muchos ámbitos, como demuestra la exposición que el MACBA le dedicó hace un par de años y en la que su trabajo sobre la historieta estaba muy presente o el hecho de que en Argentina sea la base de toda una escuela de teoría sobre la historieta y que haya cosas como La historieta en el (Faulduo) mundo moderno, que es un ensayo gráfico que el colectivo argentino Un Faulduo hace alrededor de la obra de Masotta y que, también, hemos tenido la suerte de publicar en España. Esta importancia hace que una de las tareas pendientes de nuestra editorial sea distribuir adecuadamente el libro en Argentina (estamos trabajando en ello), ya que cada vez que llevo alguna copia por allí despierta un gran interés pese a que en ese país, al cambio, resulta un libro caro. Son estas cosas de la teoría sobre cómic. Incluso alguna de las obras capitales son difíciles de encontrar si tienen algunos años, porque al final, también hay que reconocer que el mercado no es muy amplio y supongo que para muchas editoriales reeditar este tipo de obras no es rentable.

Quizá por eso permanecía en el olvido un libro tan valioso. ¿No estaría bien emprender una política de recuperación de textos clásicos, desconocidos por las nuevas generaciones (paralelamente a la edición de nuevas propuestas)?

Por supuesto. Lo que pasa es que nuestra editorial es muy pequeña y no podemos publicar todo lo que quisiéramos. Publicamos dos libros teóricos por año, y eso hace que no podamos atender a todo. Pero hay dos proyectos en esa línea que, si se concretan, van a ser algo increíble. De verdad.

En el caso de Masotta y Gino Frezza, resulta muy interesante contemplar retroactivamente las opiniones o visiones sobre el medio formuladas hace varias décadas, ¿no?

Sí, claro. La historia de la teoría sobre cómic es tan interesante en muchos aspectos como la propia historia del cómic. Creo que las dos obras que mencionas tienen una vigencia absoluta y creo que muchas cosas que plantean tienen un gran interés para el lector de hoy en día. Pero no cabe duda que parte de su interés es también historiográfico, de poder recuperar la visión que sobre este medio tenían autores importantes hace algunos años.

What if a Multiversity abre puertas insospechadas de estudio y reflexión, en tanto que parte de la pura viñeta pero abarca disciplinas que van de la filosofía a la física, pasando por la semiótica, la metafísica o las matemáticas…  Es un tanto insólito porque se puede disfrutar incluso sin haber leído la obra original de Morrison… aunque sea recomendable hacerlo antes, claro.

Esta obra es una alegría. Angélica Cabrera me contactó para enviármela, y desde el principio tenía claro que había que publicarla. Estas son las cosas buenas de salirse de lo usual. Angélica (como pasaba con Raquel Crisóstomo) no viene del mundo de los cómics. No es una ávida lectora del medio ni tiene un conocimiento enciclopédico sobre Morrison y el Universo DC. Pero eso, para mí, hace más interesante su propuesta, ya que hace un análisis totalmente interdisciplinar de una obra que tiene tantos niveles de lectura como es el Multiversity de Grant Morrison y lo hace tratando de romper una de las barreras que creo que más daño han hecho al conocimiento en el mundo moderno, que es la separación totalmente estanca de las disciplinas denominadas de ciencias y las disciplinas de humanidades. Angélica es capaz de mostrar, a través de un cómic, como al final el mundo y, sobre todo, el conocimiento humano está asentado sobre pilares de todo tipo de disciplinas, y eso hace que, como bien dices, su ensayo sea de una enorme riqueza incluso si desconoces la obra de Morrison. Eso sí, si además eres un obseso del multiverso, como es mi caso, todavía la disfrutas más.

       
           

Jose Luis García-López. Una vida entre superhéroes quizá sea el de contenido y aproximación más cercano al mainstream, ¿no?

Este libro podría parecer una contradicción de lo que he dicho antes respecto a libros profusamente ilustrados con imágenes a color. Pero es que se trata de algo distinto dentro de nuestro catálogo. No es un ensayo, sino una biografía de su autor. Digamos que está más próximo a los estudios que ya se han publicado sobre otros autores y, por eso, la obra gráfica de los mismos es fundamental y por eso se incluye en este libro. Es también una declaración de admiración al autor y su obra, por lo que, obviamente, la presencia de imágenes de este libro en todo su esplendor es necesaria.

¿Cómo y por qué se plantea la colaboración con Back to the Culture?

Como toda declaración de amor a un autor, el libro tiene un fuerte componente nostálgico. Y por eso parecía que una coedición con Back to the Culture, iniciativa editorial cuya base es el componente nostálgico y una visión más mainstream del medio, era muy interesante para esta obra. La buena relación que tengo con Diego Matos, editor de Back to the Culture, hizo todavía más natural esa comunicación.

Hay que aclarar, en todo caso, que el libro es la edición española del mismo libro que se publicó en Argentina hace un par de años y que se trata de una biografía cuyos datos están tomados de una entrevista realizada al propio autor, de ahí que sea de gran interés. Cuando llegó a nuestras manos esta edición argentina creímos que sería interesante también para el lector español y de ahí que nos animáramos a publicarla, aunque no encajara exactamente en nuestra línea editorial. La colaboración con Back to the Culture digamos que le dio consistencia porque tiene más sentido como producto que es la intersección entre ambas iniciativas editoriales.

     
       

Marmotilla también acaba de publicar Viaje a la luz, una novela gráfica de Ruma Barbero. ¿Por qué decides incursionar en la publicación de cómics? ¿Va a tener continuidad esta iniciativa?

Pues también es casual. No es la intención de Marmotilla el publicar cómics, para eso ya hay muchas editoriales. Y, de hecho, siempre digo que, en el caso de El viaje a la luz, más que publicar lo que hacemos es distribuir. Me explico. Ruma Barbero se iba a autopublicar su obra y, a través de Norman Fernández, me enteré de que necesitaría un sello editorial para ayudar con el tema de la distribución. Así que la obra de Ruma me parecía muy interesante, por lo que era apropiado darle cobijo en nuestra editorial. Creo, de hecho, que el lector que no lo conozca quedará sorprendido con ella. Es decir, es algo que surge sin gran premeditación y que, por tanto, no pretende abrir ninguna línea concreta, aunque tampoco se cierra la posibilidad de que surjan otras iniciativas como esta. En lo que se refiere a cómics producidos directamente por Marmotilla, sí que estamos trabajando en el proyecto Dúplex, que mezcla cómic y poesía y del que ya apareció un artículo en esta misma revista y que también creo que va a ser una sorpresa para muchos. Pero, salvo esto, en nuestra planificación no hay más cómics de momento, ya que las obras teóricas absorben todo nuestro tiempo.

¿Ha ido variando el criterio o la política de publicación original con el paso del tiempo o los resultados de las ventas?

Con el paso del tiempo quizá sí, pero, honestamente, no tenía ni idea de adónde podía llegar la editorial. Nunca pensé que se pudiera consolidar tanto como para llegar a publicar a gente como Frezza o Masotta ni que nos llegarían propuestas como la de Un Faulduo. Ver que un proyecto cómo este se puede consolidar en el (pequeño) mercado ha hecho que nos abriéramos a otras posibilidades que, en principio, no contemplábamos. Las ventas, sin embargo, no son un condicionante en nuestras decisiones. Ninguno de nuestros libros son best sellers, pero ya hemos conseguido unas ventas suficientes para que el proyecto no sea deficitario (aunque, lamentablemente, no dé beneficios, lo que nos permitiría publicar otras cosas). Por tanto, podemos publicar más o menos lo que nos parezca adecuado, porque, en general, se cubren los costes de tirada, que es el objetivo mínimo que nos proponemos.

Como teórico, desde 2016 también has publicado extensos trabajos en medios digitales como los cuadernos CUCO y la web Tebeosfera. ¿Qué ventajas y desventajas encuentras a las ediciones online con respecto al papel impreso?

Yo estoy chapado a la antigua y, por tanto, soy un amante de lo impreso. Sin embargo, para las publicaciones académicas la publicación online y en abierto creo que es fundamental, ya que permiten difundir el conocimiento de una manera amplia y accesible para todo el mundo. Ya no solo es el hecho de los impactos y las citas que lamentablemente dominan el mundo académico, sino el objetivo, mucho más importante desde mi punto de vista, de que la investigación alrededor del mundo del cómic vaya creciendo. Y para eso, los nuevos investigadores deben contar con lugares donde publicar, pero también tener la capacidad de acceder a lo ya publicado, y eso lo facilita la publicación online y el acceso abierto.

La mayoría de los trabajos que has publicado o coordinado en los medios que acabamos de citar están dedicados a series y autores clásicos: Terry y los piratas, las comic strips, Andrax…  Con una curiosa excepción: el cómic chileno. ¿De dónde parte tu interés por el tema? ¿Cómo estructuraste la coordinación de ese número especial de Tebeosfera?

Pues surge más de la curiosidad que del conocimiento. Tuve la ocasión de visitar Chile hace tres años gracias a la invitación que me hizo Hugo Hinojosa para participar en el Festival Internacional de Cómic de Santiago. Allí descubrí un panorama, el de la historieta chilena, del que reconozco que era un auténtico ignorante, tanto a nivel histórico como de lo que se está haciendo actualmente. Como asumí que mi ignorancia no era algo aislado en España, creí que era oportuno que Tebeosfera dedicara un número a la historieta chilena para paliar ese desconocimiento. Así se lo propuse a la redacción y, afortunadamente, consideraron la propuesta de interés y la aceptaron. Obviamente, con mis lagunas acerca de la historieta en Chile yo podía coordinar todo el tema logístico que conlleva un número de Tebeosfera (entrega de los trabajos, gestión de las correcciones, contacto con los autores…), pero para el contenido tenía que buscar otro coordinador con más conocimiento que yo. Tuve la suerte de que Claudio Aguilera, jefe del Archivo de Láminas y Estampas de la Biblioteca Nacional de Chile, considerara que esta era una buena oportunidad para difundir la historieta chilena fuera de sus fronteras y aceptara coordinar el número conmigo. Creo que finalmente quedó bastante bien, gracias, sobre todo, al buen hacer de Claudio seleccionando temas y autores.

Número de esta casa dedicado al cómic chileno (accesible aquí)

¿Crees que con los libros teóricos ocurre lo mismo en España que con el propio cómic? Que hay más oferta que nunca pero también está más atomizada…

Si con atomizada te refieres a que las ventas son bajas, la respuesta es sin duda que sí, al menos en el caso de Marmotilla. Para nosotros, doscientos ejemplares es un best seller, y siempre conseguidos en el largo plazo, cuando el libro lleva ya un par de años a la venta. Por suerte, la impresión digital permite controlar mucho las tiradas y meterte en estas aventuras con poco riesgo, pero a veces te hace preguntarte si realmente el objetivo final, en nuestro caso, que es el de la difusión de la obra, se puede lograr con tan pocos lectores. Pero es lo que hay y hay que pensar que esa minoría también tiene derecho a tener sus obras disponibles. Y además, hay que seguir luchando por conseguir aumentar la presencia del libro teórico en las librerías.

¿Cómo incide la irrupción de las editoriales generalistas en el ámbito teórico-divulgativo? ¿Supone una competencia desventajosa o desproporcionada?

¿Aporta títulos de calidad o se adhiere a una moda mediática (originada por la novela gráfica, la participación de los museos, los premios oficiales…)?

Pues mira, ya sé que Marmotilla es una iniciativa poco usual, porque esas cosas de competencia no nos importan. Si un libro teórico lo puede editar una editorial más grande y llegar a un número mayor de lectores, bienvenida sea. Nosotros no podemos publicar todos los libros teóricos que se deberían editar en torno al cómic, así que cuantas más editoriales se sumen a esto mejor. Es cierto que, a veces, los parámetros de selección de algunas de estas editoriales no están basados en la calidad y sí en la comercialidad de determinado tema o moda. Pero, en todo caso, es bueno que el lector tenga un abanico de posibilidades a su alcance y luego elija. Solo le veo un problema. En ocasiones alguna de estas editoriales hace una tirada de un determinado libro, a veces incluso no muy grande, y cuando el libro se agota se olvidan de él. Me pasó con el libro de Rubén Varillas, que no lo compré en su momento y quise comprarlo recientemente, pero resulta que está agotado y los ejemplares que circulan por Internet están a precios prohibitivos. Eso juega en contra de lo que yo creo que es más importante para el libro teórico y es su disponibilidad, ya que son libros atemporales y nunca se sabe cuándo un investigador pueda necesitar acercarse a ellos. Por eso, en Marmotilla nuestra máxima es que, mientras exista la editorial, nuestros libros siempre estarán disponibles, aunque haya que reimprimir una copia. Evidentemente, esto es posible gracias a nuestro particular modelo y una editorial con un modelo tradicional de coste-beneficio no se lo puede permitir. Por eso, el peligro de las editoriales que se acercan al libro sobre cómic buscando el beneficio inmediato es que sus títulos se descataloguen rápido una vez transcurrido ese periodo de explotación basado en la circunstancia particular que motivó a la editorial para publicar ese libro. Yo creo que los libros teóricos en general, y los de cómics en particular, son libros de fondo y así deben tratarlos las editoriales. Por lo demás, cuanto más libro teórico sobre cómic se publique, mejor.

A nivel individual, tu trabajo más reciente es sobre la Guerra Civil española, ¿no?

En realidad, fue una investigación derivada de mi tesis doctoral. Resulta que en el Congreso sobre Cómic y Compromiso que se celebró en Valencia en el año 2015 presenté una ponencia sobre Terry y los piratas donde comentaba la teoría de Javier Coma de que para el famoso discurso de Dragon Lady a la resistencia china, durante el tiempo que este personaje ejerció como líder de esa resistencia, Milton Caniff se había inspirado en la Pasionaria. Resultó que Michel Matly, que en ese momento estaba finalizando su tesis sobre cómic y Guerra Civil española, estaba entre el público y le interesó el tema. Tanto que, un tiempo después, me invitó como ponente para un congreso sobre cómic y Guerra Civil española que organizó en Angulema. Como una de las teorías de mi tesis era que las tiras de prensa estadounidenses seguían los acontecimientos sociales e históricos de su época, me lancé a la piscina y propuse hablar de tiras de prensa estadounidenses y Guerra Civil, aunque en ese momento no tenía claro si habría muchas que hablaran de ese tema. Y, por suerte, tras una búsqueda exhaustiva, encontré que algunas series habían mencionado la guerra durante el desarrollo del propio conflicto, lo cual es muy interesante porque demuestra el interés que había en una parte de la sociedad de Estados Unidos por lo que estaba sucediendo en España, casi siempre apoyando al bando republicano. Es una cuestión que no se conocía (no el apoyo, que sí era conocido, sino la presencia de ese apoyo en el cómic) y que pude investigar gracias a la invitación de Michel. Las ponencias de ese congreso, tras varios años, se van a recoger en un libro que próximamente se publicará en la colección Grafikalismos que dirige de forma maravillosa José Manuel Trabado, y en el que me hace una doble ilusión participar: por un lado, por ver mi investigación publicada, y por otro, por participar en una colección que me parece una iniciativa extraordinaria.

El discurso de Dragon Lady (tira del 30-III-1938).
 

¿Cuáles son los proyectos actuales de Marmotilla?

La verdad es que proyectos, muchos, cada vez más. Surgen muchas cosas y de gran interés, que a veces cuesta encontrar su momento temporal adecuado para publicarlas. Lo más próximo: el segundo libro de Gino Frezza en español, la traducción de otra obra clásica de ese autor, Fumetti. Anime del visibile, para mí otra de sus obras imprescindibles junto a la ya publicada por nosotros, La máquina del mito. Otro libro que espero que salga este año es la publicación de la tesis que Pierre-Alain de Bois ha escrito sobre Carlos Giménez (y es que ya hacía falta en español un estudio de la obra de ese autor). Con eso ya cubriríamos los dos libros que tradicionalmente sacamos al año, pero espero que también haya hueco este año para el nuevo libro que Roberto Bartual debería estar ya terminando y que, como todo lo que escribe Roberto, espero con una enorme impaciencia. Hay por ahí otra cosa para el 2020 de la que, de momento, no puedo hablar porque implica una coedición y hasta que no esté todo atado es mejor no hacerlo público. E incluso hay un par de cosas para el 2021, pero mejor eso dejémoslo para más adelante, que ya sería avanzar mucho en el tiempo. Eso en lo que se refiere a libro teórico. Porque además este año será el año de Dúplex, un proyecto europeo que he mencionado antes, que aúna cómic y poesía y del que ya se ha hablado en Tebeosfera, por lo que no me extiendo. Creo, de verdad, que va a ser algo que va realmente a sorprender positivamente. Desde luego, nosotros estamos trabajando en ello, en conjunto con la editorial literaria de Cantabria Alas Ediciones, con una enorme ilusión.

TEBEOAFINES
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Creación de la ficha (2020): Félix López
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
Kiko Sáez de Adana, YEXUS (2020): "Ediciones Marmotilla, un acercamiento diferente al medio", en Tebeosfera, tercera época, 13 (22-III-2020). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 25/IV/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/ediciones_marmotilla_un_acercamiento_diferente_al_medio.html