EL AS DE ESPADAS
AGUSTÍN RIERA

Notas:
Este artículo se publicó prefiamente en el fanzine Comicguía, núm. 64. Se ha revisado para la presente edición.

EL AS DE ESPADAS.

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Fueron unos años, aquellos primeros 50, en los que descubrimos la esgrima, aquellos en los que predominaron en las salas de cine algunas películas de espadachines que hicieron nuestras delicias y que imitábamos en nuestros juegos de muchachos. Como habíamos jugado a policías y ladrones o a indios y vaqueros, ahora jugábamos a espadachines, piratas y mosqueteros.
Ya poblaban nuestros sueños de aventuras personajes literarios y cinematográficos con espada como El Pirata Negro, El Corsario Azul, El Zorro y Robín de los Bosques, sin hablar de algunos seriales que habían hecho nuestras delicias en los años 40, como fueron El Guerrero del Antifaz, El Jinete Fantasma, El Diablo de los Mares, El Caballero Fantasma y El Capitán Coraje.
Desde 1949 teníamos al Hijo del Diablo de los Mares y Zarpa de León, a los que se añadieron El Príncipe Dani (1950), El Pequeño Mosquetero (1951), El Cachorro (1951), El Espadachín Enmascarado (1952) y El Príncipe Pablo (1953).
El cine, resaltó la temática de Capa y Espada con películas de gran éxito popular y que veíamos por aquellos años, como:
Los Tres Mosqueteros, de George Sydney, 1948, de la que se hicieron dos versiones idénticas en cromos, publicadas respectivamente en 1950 y 1952.
El Cisne Negro, de Henry King, 1942. Álbum de cromos en 1949.
Los hijos de los Mosqueteros, de Lewin Allen, 1951.
El Hidalgo de los Mares, de Raoul Walsh, 1951
Scaramouche, de George Sydney, 1952.
El temible burlón, de Robert Siodmak, 1952.
La Isla de los Corsarios, de George Sherman, 1953.
El Señor de Ballantry, de William Keighley, 1953.

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Cuando apareció El As de Espadas, a principios de marzo de 1954, estas películas nos habían marcado y las habíamos visto varias veces, sobre todo la de Scaramouche, con el duelo a espada más largo y más extraordinario de toda la historia del cine. Fue en particular el argumento y personajes de esta película, basada en la novela de Rafael Sabatini, que había publicado la Editorial Molino, los que influyeron en la gestación del serial El As de Espadas.
Además de la influencia cinematográfica, evidente en el dibujante, hay que recordar que nuestro Federico Amorós era un especialista del folletín y de los grandes escritores populares, lo que se reflejaba en sus guiones, siempre dinámicos, llenos de acción, de amoríos, de amores, de historias entrelazadas y de humor. El origen de “Ardilla”, César Conway cuando era niño, está sacado directamente del Oliver Twist de Charles Dickens, y el personaje, como su oficio de saltimbanqui, inspirado en el Scaramouche del ya mencionado Rafael Sabatini, aunque, por supuesto, sin la connotación histórica y política de la novela del italiano que escribía en inglés, ya que la historia estaba ambientada en los años de agitación social y política que culminaron en la Declaración de los Derechos Humanos y la famosa Revolución Francesa. Quizás para evitar este contexto que podía llevar a situaciones y diálogos equívocos, y por ello peligrosos, Amorós situó la acción en Inglaterra. Pero El As de Espadas guardó del héroe de Sabatini hasta el color de su casaca verde.

El serial está ambientado en el Londres de 1710, bajo el reinado de Ana de Inglaterra. As de Espadas es el seudónimo dado al valiente ahijado del artista ambulante Arlequín, por su pericia en la esgrima, además de ser un maestro del disfraz, lo que utilizará con diabólica eficacia en sus aventuras. Hijo en realidad de un ahorcado, el noble César Conway, al saber de su origen por la revelación de Arlequín moribundo, el hábil espadachín, César, luchará para desenmascarar a los truhanes que habían levantado una falsa acusación contra su padre y se habían apoderado de sus bienes: Peter Black, antiguo verdugo, ahora conocido como el conde de Ingret, y Chacot, antiguo trapero que usaba a niños para cometer raterías (como en la novela de Dickens), ahora conocido como el marqués de Bewer. Vemos aquí una alusión a algunos que no eran nadie y a raíz de un acontecimiento político o una intriga, o una delación, habían subido la escala social, alcanzando puestos usurpados a otros. César había sido uno de los muchachitos utilizados por el infame Chacot, y llevaba el sobrenombre de “Ardilla”, por su agilidad y pericia.

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César llegará a ser agente secreto de la Corona (nº 6, La rehabilitación), antes que James Bond y con el mismo éxito con las mujeres que el agente con licencia para matar. En efecto, como es costumbre del guionista, se entrelazan varias historias y aparecen algunas bellas mujeres que beberán los vientos por el apuesto y noble espadachín: Irene Grey, la hija de Arlequín, con quien se ha criado y a la que quiere como a una hermana, Alicia, la hija de Chacot, de fuerte temperamento, amando y odiando a la vez a César, despechada porque éste ha rechazado su amor (nº 13, ¡Revelación!); Diana, la hermosa actriz que siempre está declamando sus textos y que profesa una gran devoción y admiración a su compañero de teatro, al que ayudará con eficacia; y, el amor dEl As de Espadas, la que al final será su esposa, la hija del verdugo, la hermosa y rubia Laura, con la que vivirá una dramática pasión, enturbiada por los sentimientos de culpabilidad y vergüenza de la muchacha, además de pasar múltiples peripecias, raptada por los piratas de La Morsa y retirándose a un convento, mientras César la busca por todas partes.
El humor de Amorós está siempre presente, en personajes, situaciones y diálogos, lo que muchas veces nos recuerda al autor del Jinete Fantasma. El dibujo de Gago, sin embargo, con la inexpresividad de los rostros, no llega a rendir todo el sabor de los textos del guionista. En cambio, la narrativa siempre es dinámica y eficaz, tanto en el guión como en la realización gráfica, y aquí, ambos autores eran maestros.
Un “fallo” documental del guionista, que no era tal, puesto que se miraba al público español, es el mismo título “As de Espadas”, característico de la baraja española pero desconocido en los naipes ingleses, aunque hay que decir que los naipes anglosajones tienen su origen en la baraja francesa y que las picas de la baraja inglesa se les llama “spades” y tienen su origen en las espadas de la baraja española, igual que los tréboles que se llaman “clubs” (bastos), mostrando así la gran influencia de la baraja española en la inglesa. Así es que creo que, hasta en este detalle, Amorós sabía lo que hacía.

Como mencionamos, se paró la colección en el nº 30, cuando tenía éxito, puesto que fue una de las raras colecciones que tuvieron no sólo Almanaque, sino también Extra de Verano (las otras fueron Pacho Dinamita, Tony y Anita y Dan Barry el Terremoto). Y hablando de rarezas, pues es una de las pocas colecciones donde Gago firmó 2 páginas interiores del cuaderno nº 3, la 8 y la 10, siendo también el primer serial que realizaba para la Maga, pues El Pistolero Justiciero era una producción ya realizada con anterioridad y destinada a la editorial Garga.

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Un serial que debería haber tenido más éxito, como lo prueba la posible extensión que se hubiera podido dar a las historias y personajes, pero es verdad que Gago aún estaba realizando su Espadachín Enmascarado para la Valenciana y, sin desmerecer su labor, quizás la realización por otro dibujante habría impactado más al público. Y pensamos en José Ortiz, quien en ese momento estaba realizando su Dan Barry el Terremoto, otra colección de éxito. Fue una lástima que se parara la colección, y aún tenemos que agradecer a Manuel Gago el que impusiera que se realizara un último número para cerrar el serial, por lo que Federico pudo terminar su historia, aunque dejó algunos cabos sueltos, como por ejemplo lo que fue de la enamorada Alicia (quizás desapareció en el País de las Maravillas), y lo que pudo suceder a Irene durante su ausencia, ya que se despide con una breve misiva (nº 12, La captura de Chacot) y que aparece de repente, en el último número, trayendo al As, herido, a su amada Laura (nº 30, Premio a la justicia). La alusión a Irene que se hace en la primera viñeta del episodio del extra de verano, muestra que la joven estaba destinada a tener más protagonismo en el serial imaginado originalmente por Amorós. Pero, por lo que parece, y está también el ejemplo del serial El Renegado, de la misma editorial, los directivos y responsables de la editorial Maga no se entendían, o no comprendían muy bien al guionista, o quizás fuera que, como trabajaba para la Valenciana, se le considerara como una especie de quinta columna de la que había que desconfiar. Lo que es evidente es que algo había que no terminaba de cuajar entre Federico y la editorial Maga. Por otra parte, pienso que si la Maga hubiera sabido atraerse al genial Ambrós, el Capitán Trueno nunca hubiera tenido la popularidad de la que disfrutó, mientras que un serial como El As de Espadas, o cualquier otro realizado por Amorós y Ambrós, habría sido un éxito sonado del que aún estaríamos hablando largo y tendido. Pero así es la vida en la edición, como en tantos otros oficios y empresas, donde no se llegan a realizar maravillas por causa de incapacidades, incultura, intereses personales o incomprensiones. La “magia de Maga” no funcionó, o no quiso funcionar, con esta colección.
 
Principales personajes
 
César Conway, hijo, apodado El As de Espadas por su destreza en la esgrima, hijo de César Conway, y ahijado del artista Arlequín. De niño fue adiestrado por el trapero Chacot para cometer latrocinios, bajo el apodo de “Ardilla”. Rehabilitado llega a ser agente secreto de Su Majestad.
Laura, hija de Peter Black, enamorada de César, su amor es compartido por el joven y se unirán en matrimonio tras muchas dificultades.
César Conway, padre, noble ahorcado bajo una falsa acusación y despojado de sus bienes.
Arlequín, padre adoptivo de César, padre de Irene. Maestro de César en la esgrima y en el teatro.
Irene Grey, hija de Arlequín, enamorada de su hermanastro.
Diana, actriz del teatro ambulante de Arlequín, ama en secreto a César.
Alicia, hija de Chacot, enamorada de César llega a odiarle por despecho.
Peter Black, antiguo verdugo, convertido en el conde de Ingret. Ahorcó al padre de César y, conocedor de su secreto, expresado como última voluntad, se unirá a Chacot para apoderarse de la fortuna del ahorcado. Padre de Laura.

Chacot, antiguo trapero y jefe de una banda de niños maleantes a los que aterroriza. Será el cómplice de Peter Black y llegará a convertirse en el marqués de Beber. Padre de Alicia.

Ver ficha de la colección en Tebeosfera
Ver galería de Martínez Montesinos

Creación de la ficha (2008): A. Riera, con edición de M. Barrero
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
AGUSTÍN RIERA (2008): "El As de espadas", en Tebeosfera, segunda época , 2 (15-XII-2008). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 14/XII/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/el_as_de_espadas.html