EL DESTINO DE LAS TIRAS CÓMICAS EN LA PRENSA CUBANA 1959-2015
ROBERTO HERNÁNDEZ

Resumen / Abstract:
Evolución de las tiras cómicas en la prensa en Cuba, desde el inicio de la Revolución hasta nuestros días. / Review of the comic strips in Cuba, from the start of the Revolution until the present.
Notas: Fragmento del libro de Roberto Hernández Rodríguez `Cuba: del cómic a la historieta´, aún inédito
Palabras clave / Keywords:
Cuba, Tiras de prensa/ Cuba, Comic strips
EL DESTINO DE LAS TIRAS CÓMICAS EN LA PRENSA CUBANA 1959-2015

 

 

 

Tal vez cuando el chiste no pudo ser encerrado en una viñeta, por su complejidad o por su excesivo texto, surgió la tira, y con ella las páginas. Aparece entonces un terreno compartido por el humor y la historieta, sin poder definir totalmente al legítimo dueño ni disociar los átomos de cada uno de ellos; nos referimos a la tira cómica. Desde el punto de vista teórico, el término tira se ha conceptualizado como:

Estructura alargada en la que se ordena una viñeta o varias. Con el concepto tira se hace referencia a la distribución alargada, vertical u horizontal, de varias viñetas para conformar una obra concreta, como una tira en un periódico, por ejemplo, o una parte de una historieta que se ofrece a modo serial mediante tiras… Suele atribuirse a la tira un número par o mayor de viñetas, pero hay tiras con viñeta única.[1]

Hoy los grandes sindicatos distribuidores de esta modalidad de la historieta, surgidos en la década de los años treinta del pasado siglo y potenciados por la irrupción de las tecnologías informáticas, dominan un espacio de la prensa en el mundo entero. Se asiste, sin margen de dudas, a una globalización en el consumo de tiras cómicas. Sin embargo, en Cuba no ha sucedido así.

La temprana publicación de tiras cómicas y planchas de fines de semana propició una afición por la historieta entre los pobladores de la isla. Los diferentes órganos de prensa de la época: El País, El Mundo, Excélsior y Diario de la Marina, entre otros, apostaron por el género. Un poco más tarde irrumpían en los quioscos centenares de personajes en cuadernos de historietas al precio de 10 centavos. [2]

Llegó a proliferar el intercambio, el alquiler de revistas usadas, así como el coleccionismo, no solo de revistas, sino también de portadas.No fue, a pesar de esto, la tira cómica la modalidad de la historieta más empleada por los artistas nacionales en el período previo a 1959. Como ejemplo puede citarse la publicación en el Diario de la Marina a finales de la década de los cuarenta de la tira cómica Liborito, dibujada por Antonio Prohías. Páginas humorísticas sí vieron la luz en diferentes publicaciones tales como la revista Rosa del periódico Avance y Bohemia.

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Tira de Liborito de Prohías, publicada en el Diario de la Marina del 4-III-1948.

 

 
LA HERENCIA

Desde el punto de vista gráfico, Cuba heredaba una especial predilección por las historietas, tras años de consumo del medio en planchas dominicales, tiras y cuadernos. Si bien la producción nacional era incipiente, algunos ejemplos de cierta periodicidad pueden mencionarse: El reyecito criollo, una tira publicada en la revista Bohemia, la cual tomó como punto de partida a The Little King y que protagonizaron los diferentes presidentes de turno, entre ellos Ramón Grau San Martín (1944-1948), Carlos Prío Socarrás (1948-1952) y Fulgencio Batista (1952-1958). Este último había llegado a la presidencia tras un certero golpe de Estado, perpetrado el 10 de marzo de 1952, cuando las elecciones estaban ya cercanas en fecha (junio). En este período se mantuvo en el poder sin que proceso democrático alguno se interpusiera en sus pretensiones. Una tira de 1954 lo refleja llevando un obsequio a su silla presidencial por el día de los enamorados.

Con el triunfo de la Revolución, el 1 de enero de 1959, el pueblo de Cuba, representado en la tira por un personaje que usaba una pañoleta y un sombrero de yarey, aparece amordazado, como elemento simbólico a la falta de libertad de expresión. El pueblo grita como desahogo de tanta furia contenida y regresa con el vestuario y la corona del mandatario, que días antes había huido del país. La incursión de los “barbudos” en la tira coincide con la llegada pocos días antes de la caravana de la victoria a Ciudad de La Habana, el día 8 de enero de 1959En el propio mes el personaje pregunta cuándo podrá hablar por teléfono. La respuesta llegaría el 3 de marzo cuando, como parte de las medidas tomadas por el proceso revolucionario, se nacionaliza la Compañía de Teléfonos de Cuba.

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Tira de Silvio de El reyecito criollo, publicada en la revista Bohemia, Año 51, No. 2, 11 de enero de 1959.

Otro ejemplo lo constituye El Hombre Siniestro, dibujado por Antonio Prohías, en este caso tal vez el único personaje con pinceladas de sadismo en la historia del medio en la isla. Surgió en 1956 en la propia revista Bohemia, la cual publicaba páginas donde coexistían varias tiras dispuestas vertical u horizontalmente. El personaje, que usaba sombrero y gabardina, causaba el mal y sentía en ello un cierto placer expresado por una tenue sonrisa, que mostraba en la última viñeta. Un humor que en ocasiones clasificaría como escatológico y sin textos caracterizaba las entregas. Entregar un arma a un enfermo sugiriéndole el suicidio, destruir el juego de un niño fingiéndose ciego, llevar un hueso de un cementerio a un perro, regalar un espejo a una mujer fea o poner un globo lleno de hidrógeno en manos de un bebé pueden citarse entre sus múltiples “hazañas”.

 

Prohías había sido merecedor del premio Juan Gualberto Gómez en 1948. Nació en Cienfuegos el 17 de enero de 1921. Tras abandonar la isla, crea para la conocida revista MAD la exitosa serie Espía contra Espía (Spy vs Spy), una clara alusión a la guerra fría y donde sus personajes hacen lo imposible por destruirse uno al otro, sin importar el método a emplear. Antonio Prohías falleció el 24 de febrero de 1998 en Miami.

Por otra parte, y como ejemplo del uso de la tira con fines comerciales, puede citarse el caso de la publicación en Zig-Zag de Los Jinetes Materva y Salutaris, historieta realizada en cuatricromía con un estilo realista y el clásico continuará por el dibujante Alfredo Calvo. Igualmente los suplementos humorísticos El Sable, La Chicharra, DDT, Melaito y La Picúa, en diferentes momentos históricos, han incorporado tiras de humor en sus páginas.

 

COMIENZAN LAS TIRAS A GANAR ESPACIO

En 1961, Año de la Educación, Cuba llevaba a cabo una campaña de alfabetización. En apoyo a la misma, el periódico Hoy publicó un grupo de tiras a razón de una por edición desde el día 1 de junio. Con guiones de Juana María Ortega y dibujos de P. Fuentes, se hacía un llamado a la incorporación y elementos organizativos de aquella inolvidable tarea.

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Tira sobre la campaña de alfabetización publicada en el periódico Hoy el 2 de junio de 1961.

La historieta cubana, lastrada quizás por una autocensura de sus propios autores ante el temor a ser incomprendidos o malinterpretados, ha reflejado poco o nada las situaciones negativas de la isla. El cine y el humor gráfico han sido las manifestaciones artísticas que más han incursionado en estos plagados temas. Algo fuera de los cánones tradicionales, que admita más de una lectura o denote cierta oscuridad en su interpretación, puede llegar a ser contraproducente. Sabino la reconocida tira de Rafael Fornés publicada entre el último lustro de la década de los años cincuenta y primeros de la década siguiente y Salomón de Santiago Armada tuvieron esas características. En el caso de Sabino,  el personaje en ocasiones establece un monólogo, donde la reflexión filosófica es la materia prima de su discurso; su relación con la muerte, con pájaros de desproporcionadas dimensiones, con la centaura, reflejan un cierto grado de pesimismo. En viñetas fundamentalmente panorámicas con fondos negros o blancos, alterados ocasionalmente por la presencia de la luna, el lector apenas identifica el rostro del personaje, no sabe si sonríe o hace una mueca de disgusto. Los textos pueden ser breves o totalmente ausentes, dejando a la imagen el rol protagónico de la acción y en la mente del lector una efervescencia en pos de la comprensión del mensaje, a veces subliminal, a veces metafórico.

Palante, como publicación primero semanal y ahora mensual, ha publicado diversas tiras cómicas, como expresara ISCAJIM:

Las historietas cortas en forma de tira aparecieron tempranamente en Palante, bajo la influencia de acontecimientos de gran fuerza como la victoria de Girón, la alfabetización y el estudio masivo, la Crisis de Octubre y otros temas de sátira política de actualidad. [3]

Algunas tiras llegaron a ser longevas, otras efímeras; como característica pueden mencionarse los diferentes niveles de periodicidad.

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Página de tiras cómicas publicada en el mensuario Palante en julio de 2013.

Dentro del nutrido grupo de tiras cómicas publicadas por Palante merecen mención ¡Ay, vecino!, de Blanquito, la de más duración, pues, surgida en abril de 1967, perdura hasta hoy. Otras, menos recordadas pero de triste vigencia, son Don Fo, de Alben, y Crisanto Buenagente, de Val. En la primera, un individuo convierte la indisciplina social en algo cotidiano; así, ensucia las paredes al poner sus pies, se sienta en un banco recién pintado, acude a una pizzería con un vestuario inapropiado, en fin… Hoy proliferan muchas personas que hacen gala de las mismas acciones que este personaje.

En el caso de Crisanto Buenagente, parece actual cuando se leen las diferentes entregas. Crisanto es el administrador de una entidad, que no vela por los recursos del Estado al permitir y fomentar el uso inadecuado de los mismos. Otro personaje secundario Pinchapoco, es la viva imagen de centenares de nuestros trabajadores que hacen en el marco de su jornada laboral cualquier cosa menos las tareas por las que reciben su remuneración salarial. En 1978 surge Gatuno, para la revista Bohemia, de la mano de Octavio Tejedor.

En el segundo lustro de los años ochenta, Bohemia incluyó una tira con el título de Mamay América. Su dibujante, el destacado artista recientemente desaparecido René de la Nuez.Una madre y su hijo, al que carga en la espalda, son los protagonistas de las entregas. Desarrolladas en dos o tres viñetas, la realidad de América Latina es puesta al desnudo: el hambre, la miseria, el papel del Fondo Monetario Internacional, en fin… Mamay, quien usa su pelo recogido a ambos lados de su rostro, un sombrero y un poncho envejecido, representa esa parte del continente americano que ha acumulado pobrezas, cedido sus materias primas, saqueado materialmente, privado de sus recursos humanos. Por todo lo anterior, su incipiente desarrollo, y con él un inadecuado nivel de vida de sus ciudadanos, algunos de los cuales optan por dejar sus raíces en pos de nuevos aires más respirables. De manera curiosa, puede mencionarse que el rostro de ambos personajes permanecía impasible, inexpresivo e inalterable de una a otra tira. A una pequeña línea horizontal se reducía la boca, como muestra de disgusto. Mamay y su hijo nunca sonríen, pues no tienen motivo alguno para hacerlo. El trazo firme y sólido, en contraste con los fondos, solo alterados por la colocación de globos, fue una característica de la tira.

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Tira de Mamay América publicada en la revista Bohemia, Año 78, No. 51, 19 de diciembre de 1986.

Tal vez haya sido el periódico Juventud Rebelde el que con mayor regularidad ha dado albergue al humor y a la historieta. En agosto de 1987, Francisco Blanco Ávila desarrolló en varias entregas la serie Médico de batey, una curiosa parodia que constituía una amalgama de personajes y situaciones de las series televisivas cubanas Médico de guardia y Sol de batey; fueron diez entregas que lamentablemente no recopiló ninguna editorial de la isla.

Un año más tarde, mientras por la magia de la televisión los cubanos disfrutaban de la telenovela brasileña Doña Bella, el propio autor se lanza nuevamente a la producción de tiras. Con gran tino, desde el 28 de julio de 1988 el dibujante entregó una tira homónima que no laceraba al original, no lo mutilaba, simplemente, con una carga humorística, lo parodiaba. Tras 36 “capítulos”, culminó exitosamente el 15 de septiembre del propio año.

Durante el tiempo que se publicó la serie, los lectores no habituales buscaban sus ejemplares para conocer no un anticipo al serial televisivo, sino una divertida versión. Sin embargo, la crítica no se hizo esperar, desde la revista Mujeres, el trabajo se tildó de facilismo. Usando el mismo marco y bajo el título “En defensa de la parodia”,Blanquito, como se le conoce en el medio al autor, disertó con todas sus armas sobre el género varias veces por él explorado.

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Última entrega de Doña Bella publicada en el periódico Juventud Rebelde el 15 de septiembre de 1988.

También en 1987 Ediciones Unión puso en venta un singular libro: Génesis, que reunía tiras cómicas donde sobre un rectángulo negro se inscribía un círculo en cuyo interior un inquieto espermatozoide establecía un monólogo ante la mirada del lector. En el prólogo, Joaquín G. Santana expresaba:

Más que la obra de un humorista, esta puede ser considerada una valiosa reflexión filosófica. El momento de la fecundación le ha inspirado el examen diverso de todas las opciones posibles. Puede haber muchas otras. Estas son las suyas. Y vale la pena tomarlas en cuenta.

El subdesarrollo, Malthus, la discriminación racial, la “paz” yanqui, la libertad burguesa, los derechos humanos en los Estados Unidos, la energía nuclear, los guerreristas, el futuro, la inseminación artificial, entre muchos otros, son los temas tratados en las tiras que componen la entrega.

El tabloide El Muñe, con una periodicidad quincenal, se especializó en tiras cómicas, la inmensa mayoría de ellas en estilo humorístico.

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Portada y página interior de El Muñe, Año 4, No. 1, 1990.
Entre las que pudieran ubicarse en la clasificación de animal strip se encuentran: Ofiditos, de Rafael Borroto; La Oveja Negra, de Miguel Betanzos; Clo-tilde, de Ardión; Don Cundo, de Emilio Fernández; El lobo feroz, de José Luis, y Tita, de Pitín, entre otras. En una nueva clasificación, vegetable strip, habría que ubicar a Pepino y compañía, del héroe de la República de Cuba Gerardo Hernández Nordelo, uno de los cinco cubanos que cumplieron prisión en Estados Unidos por combatir el terrorismo.Pepino, una cebolla (su novia), un ñame, una papa, una naranja agria gastronómica y Pepinito (hijo o sobrino, no queda claro) conforman el grupo. Nordelo pone al desnudo el maltrato en la gastronomía, el deterioro de los teléfonos públicos por las indisciplinas sociales, la mala calidad de los servicios, en fin… males que tienen una vigencia inconcebible. Sus tiras parecen producidas hace poco tiempo, pues dichos problemas aún subsisten.

Una tira extranjera fue publicada con regularidad, se trata de Mocosos, del argentino Miguel Repiso. El tema que trataba era interesante: un grupo de niños de diferentes estratos de la sociedad pugnan por tener un diputado en el Congreso, pues se consideraban con el derecho de tenerlo. Diferentes aristas de la sociedad argentina son mostradas de manera tangencial: la posición de la Iglesia, las fuerzas policiales, el empuje de los medios masivos de difusión…

Vale la pena destacar, por desarrollarse en un estilo realista, la tira El dominio del aire; su autor, Alberto Mirabal Chaple, sintió pasión por los aviones desde su niñez y plasmó en estas entregas la historia de la aviación.

Por estos años, la revista Mujeres publicó una tira titulada El grupo, así como otra que podría ubicarse en la clasificación de ciencia ficción; ambas de corte humorístico y dibujadas por Gustavo Rodríguez Rodríguez, conocido en el medio por Garrincha. Proliferaban también tiras sin título ni continuidad específica de un personaje, solo situaciones humorísticas, en ocasiones mudas, narradas en tres o cuatro viñetas.

Otra clasificación interesante puede ser la de tiras protagonizadas por objetos. En este grupo podrían ser incluidas Bombillos, de Toni Pol, para la revista Bohemia; Los tarecos de la casa, del propio Garrincha, para El Muñe; Las cosas de Toto, de Enrique, para Palante, o Pepe@.cu, de MAD, para el tabloide PuntoCu.

 
LA DÉCADA DE LOS AÑOS NOVENTA

El impacto del derrumbe del campo socialista de Europa del Este y la desintegración de la URSS en 1991 dejaron a la isla de Cuba en una situación tal que el país fue declarado en “período especial en tiempo de paz” [4].

Cabe recordar que el 85% del comercio exterior cubano se realizaba con el campo socialista: como consecuencia, la importación de petróleo cayó de 13 a 3 millones de toneladas anuales. Se redujo por ello el servicio de electricidad en los hogares y se vieron afectados, entre otros, la prensa escrita, las revistas, los libros y otras publicaciones.

La casi totalidad de las revistas desaparecieron, las publicaciones periódicas de historietas asimismo: Cómicos se despidió en el número 7; Pablo, en su primer número del año 1990. Los planes editoriales quedarían virtualmente cancelados, los proyectos de nuevos títulos sucumbieron en el limbo del olvido. Era cuestión de sobrevivir, entre comprar el papel o los alimentos, la respuesta era evidente.

Las medidas por parte del Estado no se harían esperar: ampliar la industria del turismo, activar el trabajo por cuenta propia, despenalizar la tenencia y el empleo de “moneda libremente convertible”. Se crearon los mercados agropecuarios e industriales. Se estimuló la inversión extranjera en forma de empresas mixtas, donde el accionista mayor fuese el Estado Todas estas medidas lograron detener la debacle de la economía y marcar un tenue punto de inflexión; sin embargo, esta ligera recuperación no llegaba a las publicaciones. Todo este primer lustro de los noventa fue de silencio casi absoluto en lo que a la historieta se refiere.

Las historietas, desprovistas del soporte masivo de circulación, cayeron en un letargo. Sin embargo, algunas alternativas interesantes fueron puestas en práctica: colocar tiras y páginas en vidrieras en la capital, para que el transeúnte se detuviera a leerlas; otra de ellas fue la venta de La tira de El Muñe una publicación de grandes dimensiones 58 x 39 cm., doblada al centro y usando papel recuperado. Se publicaron al menos cuatro entregas con estas características, pero la crisis se agudizaba... Apareció entonces la venta de tiras “sueltas” al precio de 20 centavos en la red de librerías, bajo el título de La tira: cuatro tiras, dos en cuatricromía y dos en blanco y negro unidas por un extremo era el formato escogido. Curiosamente, estas tiras tenían un gran nivel de aceptación. Distribuidas al azar por todo el país, obtener una copia de cada una era una tarea difícil, pues algunas se agotaban mientras otras no llegaban.

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Ejemplo de La tira, curiosa publicación de Editorial Pablo de la Torriente Brau distribuida en la red de librerías cubanas y vendida al precio de 20 centavos. Este número de 1992 está protagonizado por el personaje Kukuy de Ángel Velazco Hernández.

La materia prima, escasa, casi nula por entonces, era el papel recuperado: de recortes de otros trabajos se publicaban estas tiras. La recuperación de materias primas, el ahorro de recursos, la creación de cuentas bancarias, fueron temas comunes en estas entregas. Tómese en cuenta que la moneda nacional se encontraba muy devaluada respecto al dólar, existía un exceso de circulante y un monto considerable del efectivo estaba en manos de personas naturales, con negocios fructíferos, y no del banco. Los medios de prensa cubanos no fueron en estos años, de manera obvia, muy generosos con la publicación de tiras cómicas. Los intentos se caracterizaron más bien por ser esporádicos y efímeros. En su comienzo, las tiras carecían de numeración, por lo que catalogarlas hoy es una tarea casi imposible. Sin embargo, en el propio año 1992 comienzan a ser vendidas con indicación de año y número. Las tiras podían ser mudas o con escaso texto y contener entre dos y cuatro viñetas. La casi totalidad de ellas completas e independientes o las cuatro tiras narrando una misma historia, como una página humorística desmontada en sus tiras componentes. Hasta el año 1995 estuvieron viendo la luz estas singulares “publicaciones”.  

Por su parte, el periódico Trabajadores, órgano periodístico de la Central de Trabajadores de cuba (CTC), ha publicado viñetas humorísticas con cierta periodicidad. En el mismo dejó su huella el dibujante Gustavo Rodríguez Rodríguez, que en viñetas aisladas reflejaba con maestría la situación nacional e internacional. Pero fue en los meses de mayo a septiembre de 1998, de manera muy aleatoria, cuando apareció una tira donde una pequeña jicotea [una especie de tortuga] debatía el tema de la protección y la higiene del trabajo. Indispensable en la gerencia empresarial, preocupada cada vez más por sus recursos humanos, el tema era polémico, y en la tira se criticaba a aquellos que hacen caso omiso al mismo. Francisco Blanco Ávila sería el creador, y Prudencia el nombre escogido por los lectores para bautizar al personaje.

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Dos tiras de Prudencia, por Blanco.

El periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, pese a contar durante años en sus nóminas con Virgilio Martínez Gaínza, considerado por sus méritos y extensa trayectoria como el “padre” de la historieta cubana, no incluyó con regularidad tiras en sus páginas. Solo la perseverancia del artista, que ya encerraba mensajes en cuadros en la década de los cincuenta, cuando desde la revista clandestina Mella firmaba sus trabajos como “Laura”, logró romper el hielo. Por entonces, la parte gráfica del diario se reducía a pequeñas viñetas, generalmente sin texto, donde el autor deambulaba por los más diversos temas: las elecciones en los Estados Unidos, la violencia juvenil, la globalización, la solidaridad con Cuba en fin… Sin embargo, en la edición del martes 28 de abril de 1992, cuando el país ultimaba detalles para el multitudinario desfile por el Primero de Mayo, el autor inserta una tira en la que dos jóvenes conversan sobre el tema. Casi un mes más tarde, el miércoles 20 de mayo, aborda el tema de los productores agrícolas que, llevados por el afán del dinero, vendían sus cosechas a intermediarios sin cumplir sus entregas. Aquí se desarrolla el siguiente diálogo:

—¡Arranca tu camioneta y no vuelvas, Juan Maceta!
—¿Qué sucede, don Procopio?
—¡¡Que mi cosecha es de acopio!!

Pero sería en el mes de septiembre, cuando dos caimanes, uno grande y otro pequeño, que bien podrían representar las nuevas y viejas generaciones de cubanos, protagonizan varias tiras, cuando la exaltación al poder de resistencia del pueblo se plasmaría en una de ellas al expresar, refiriéndose al Tío Sam:

—Este tío nos quiere matar de hambre…
—Sí, señor…
—Pero no sé para qué sufre tanto imitando a Weyler… ¡Si no vamos a ceder ni un tantico así!.

Quedaba señalada de esta manera la decisión de millones de cubanos a través de un medio tan eficaz como lo es la historieta. Lamentablemente, los personajes desaparecieron en forma de tira, mas se mantuvieron en viñetas aisladas, algunas con texto, apareciendo además de manera irregular años después.

En marzo de 1996 se publica en México el número 1 de la revista Chocarreros. Los amantes de las musas, la cual desde aquella histórica edición dio albergue a la labor de dibujantes cubanos. Estas viñetas y tiras realizadas en Cuba, pero no para Cuba, se caracterizaron por abordar temas alrededor del sexo y el erotismo. Mostrar el sexo oral, por ejemplo, o la unión física de la pareja es algo casi inédito e inverosímil en la historia de la historieta cubana, salvo contadas excepciones. Una ausencia de sexualidad, forzada por la defensa de los derechos de la mujer, la autocensura y censura propiamente dicha a mostrar la mujer cubana como un objeto sexual, es la causa principal de las vedadas imágenes al lector cubano. Solo recientemente el mensuario Palante ha incorporado una página, bajo el título “La picantica”, con cierta dosis de humor erótico. La labor desplegada en Chocarreros por artistas de la talla de Garrincha, Martirena, Lázaro, José Luis y Pedro, entre otros, merece destacarse por lo voluminoso abundante de su aporte. 

 
EL SIGLO XXI

En los años 2000 y 2001 Garrincha entrega al DDT de Juventud Rebelde algunas tiras de Lombricitas y Terapia de grupo. Un año más tarde, el mismo autor irrumpe con una tira sin título pero con un personaje fijo que se convirtió en un ícono  para la publicación: un náufrago.

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Tira publicada en el periódico Juventud Rebelde el 2 de mayo de 2004.

Flaco y semidesnudo, como todo náufrago que se precie, con gafas de sol y viviendo en un reducido espacio, generó una suerte de “coleccionismo de tiras” entre algunos seguidores. Esta tira semanal mostró a lo largo de su existencia algunos de los principales acontecimientos nacionales e internacionales: la guerra de Irak, la Feria Internacional del Libro de La Habana, entre otros. Con un humor inteligente que rozaba en ocasiones el absurdo, el autor critica la televisión, la globalización, juega béisbol por correspondencia, sostiene diálogos filosóficos con su espejismo o siembra una semilla enviada por un lector. Otros personajes secundarios desfilaron por las viñetas: Caperucita Roja, Alen Popowitz, la Muerte, el Tiburón Perro… La última tira publicada en Cuba sería alegórica a la propia situación personal del autor, al establecerse este diálogo:

“Llevo años en esta isla… ¿Qué pensará ella de mí? Seguro tiene la mejor opinión… ¡Soy una bella persona! (piensa el personaje).

La isla se transforma en una mano, lo golpea, lanzándolo por el aire en dirección norte y expresa:

“No soporto a los desinformados”».
Sin comentarios.

Virgilio Martínez logró en ocasiones insertar tiras, fundamentalmente de contenido político en situaciones coyunturales del país. Por ejemplo, en marzo del 2002 logró la publicación de cuatro tiras sobre los temas de la Feria del Libro, la crisis económica de América Latina o el papel de la FNCA (Fundación Nacional Cubano Americana). Entre octubre de 2004 y enero de 2005 aparecieron más de una veintena de tiras en el propio periódico Granma sobre los temas del recrudecimiento del bloqueo y las medidas adoptadas por nuestro país.

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Dos tiras de Virgilio publicadas en el diario Ganma; Arriba, el 8-III-2002, y abajo el 5-X-2004.
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Otro dibujante que ha desplegado su enorme talento en pos de la batalla de ideas a través de tiras cómicas es Jorge Oliver Medina: un conjunto de tiras aparecidas en Juventud Rebelde y Granma bajo los títulos Cuba vs Bloqueo y La Injusticia tiembla

Por otra parte, los periódicos provinciales, por lo general órganos del Partido Comunista de Cuba, han publicado aperiódicamente tiras cómicas. Tal es el caso de Escambray, de Sancti Spíritus, y ¡Ahora!, de Holguín, por citar un par de ejemplos. 

Los destellos más recientes del mundo de las tiras cómicas en la isla se concentran en la revista Bohemia y en el semanario Trabajadores.

En el primer caso se trata de Lugares comunes, donde protagonistas de la tercera edad conversan sobre Varadero. Es innegable cierta cuota de ironía en los diálogos, en nuestra opinión, pues este lugar no es nada común para el cubano promedio, quien vive de un modesto salario.

El segundo caso lo constituye Tira-fondo, con guión y dibujos de Enrique Lacoste. Temas relacionados con el contexto laboral, como la elevación del PIB, la protección e higiene del trabajo, la necesaria eficiencia, son algunos de los temas tratados.

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Entrega de Tira-fondo publicada en el periódico Trabajadores el 21 de diciembre de 2015.

La revista Zunzún, por su parte, ha desplegado un extenso e interesante trabajo en la publicación de tiras.

Los derechitos es una tira de autor cuyo guión y dibujos corresponden a MAD. Puede ser clasificada como una kids strip o tira protagonizada por chicos. Ody y Migue, los niños que aparecen en las entregas, exponen en disímiles situaciones los derechos de la niñez. El juego, incluyendo el de rol, como elemento importante en la formación de las nuevas generaciones, aparece tratado. Los padres incursionan en la tira, pero de manera tímida, mediante globos, sin mostrarse o haciéndolo en apenas una viñeta, para no robarse el protagonismo.

Los deberitos, por su parte, cuenta con guiones de Héctor Quintero y dibujos a cargo de Ángel Velazco. La tira muestra la necesaria educación del relevo generacional de la sociedad cubana y el respeto a la convivencia. En ocasiones muestra elementos del tan poco divulgado “Código de familia”. Los niños también tienen el deber de colaborar con las tareas del hogar —hecho olvidado por muchos padres y que provoca a la larga una formación inadecuada luego como adulto—, fomenta el machismo y arraiga viejas tradiciones que caracterizan a nuestros hogares cubanos.  

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Tira Los deberitos publicada en Zunzún No. 247, mayo de 2008.

En escasas ocasiones la tira ha sido utilizada como complemento, para ilustrar determinados artículos. Ejemplos de ello pueden ser encontrados en Bohemia y Juventud Técnica.

Otras revistas o periódicos dieron albergue a las tiras cómicas en diferentes momentos. Tal es el caso de Transportes con la publicación de Jack Estadía. Este personaje, que tuvo dos versiones gráficas, una de Luis Ruiz para Proa y Puerto en viñetas y otra de Octavio Tejedor en tiras, gráficamente era un pirata, con su clásico ojo cubierto por un parche negro y una pata de palo, que hacía lo imposible por atentar contra la eficiencia de la cadena puerto-transporte-economía interna.

 
LAS RECOPILACIONES

Cuando la editorial Pablo de la Torriente vivía los escasos momentos de esplendor que la economía nuestra le permitió, se lograron publicar varias recopilaciones de tiras como El Mejor Amigo, de Antonio Mariño Souto, o ¡Ay, vecino!, de Francisco Blanco Ávila.

En 2002, bajo el título El amor y el humor todo lo pueden, se recopiló la obra humorística de Gerardo, incluyendo más de una veintena de sus tiras cómicas.

En un nuevo resurgir de la historieta, la editorial Pablo publicó Don Pó, un conjunto de tiras que no constituían una reedición de las aparecidas en Palante, sino un remake de aquellas, con variaciones ligeras de los textos pero manteniendo la planificación en las viñetas.

Este es un camino caracterizado por la aparición de tiras cómicas en Cuba, es uno de varios posibles; usted tal vez pueda haber trazado otro igualmente válido, estimado lector. Lo importante será siempre no dejar en el olvido a este medio y mantener activo ese Observatorio Permanente de la Historieta, para que la misma no sucumba en el olvido y sus memorias perezcan entre el clima y la dejadez.

 
 
 
NOTAS

[1] Manuel Barrero, Diccionario terminológico de la historieta, España, 2015.
[2] Cecilio Avilés, Historietas Reflexiones y proyecciones, La Habana, 1989.
[3] Israel Castellanos, “Las historietas en Palante: las tiras, en Palante, Año 50, No. 5, Mayo, La Habana. 2011.
[4] Susana Calleja Opisso y col. Historia de Cuba. Nivel Medio Superior, La Habana, 2010.
Creación de la ficha (2016): Roberto Hernández Rodríguez. Revisión de Alejandro Capelo. Edición de Félix López.
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
ROBERTO HERNÁNDEZ (2016): "El destino de las tiras cómicas en la prensa cubana 1959-2015", en Tebeosfera, tercera época, 0 (1-IX-2016). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 24/IV/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/el_destino_de_las_tiras_comicas_en_la_prensa_cubana_1959-2015.html