EL INCREÍBLE HULK. A LA SOMBRA DE FRANKENSTEIN
ANTONIO SANTOS

EL INCREÍBLE HULK. A la sombra de FRANKENSTEIN

            Currante oprimido en una empresa de refrescos en Brasil, BRUCE BANNER se somete a técnicas de control del carácter, cuidando escrupulosamente cubrir su rastro, pues anda huyendo del Ejército norteamericano, que intenta experimentar de modo salvaje con él, a fin de obtener el supersoldado perfecto definitivo. Buscando esta meta fue como Banner se transformó en lo que más teme ser, al resultar víctima de un ensayo con radiaciones gamma y vacunas experimentales, las cuales hiciesen superresistentes a las tropas a las exposiciones radiactivas.

         Pese a su metódico proceder, es descubierto y emprende una nueva huida hacia los Estados Unidos, donde alguien se ha comprometido a obtener una cura capaz de exorcizarle del monstruo que anida en sus células.

            Capturado por el implacable GENERAL ROSS, que ha jugado muy sucio en el intento de atraparle, Banner, y su gigantesco alter ego verde, resultan ser la última esperanza frente a una nueva amenaza, componiendo una especie de parábola sobre los peligros de tener una alta tecnología fuera de control, o de que caiga en poder de sujetos malévolos y desquiciados.

  EL INCREÍBLE EDWARD NORTON.

 Junto al carismático actor del MÉTODO, cuya interpretación ya nos sorprendieran en AMERICAN HISTORY X, circulan por esta cinta pesos pesados como WILLIAM HURT, o el escalofriante TIM ROTH, acompañando a la élfica LIV TYLER (y junto al impepinable Stan Lee, cuyo breve papelito sirve para empezar a jorobar a Banner), que añaden profundidad y empaque al metraje, del mismo modo que su propia plétora hiciera en el reciente film de IRON MAN.

La película que nos ocupa tiene fuertes, grandes resonancias, con el cine clásico de monstruos de la productora UNIVERSAL, como podemos constatar en la pelea entre Hulk y LA ABOMINACIÓN (el espantoso alter ego del vicioso EMIL BLONSKY, el personaje que aporta relieve la interpretación de Roth, una especie de mercenario obsesionado, como SON GOKUH, con la fuerza definitiva y absoluta, y cuyas primeras dosis le da, de forma inconsciente, el General Ross), principal villano elegido para contrarrestar la potencia del GIGANTE ESMERALDA. Aunque no el único y desde luego no el más retorcido (el propio Ross, encarnado por Hurt, es aún más siniestro), y que no rechaza, sino que establece bastantes vínculos, con la historia de ANG TIGRE Y DRAGÓN LEE, continuándola allá donde la dejó, esencialmente.

Al contrario que la narración de Lee, que basculaba entre la imaginería visual tipo cómic y el arte y ensayo, y que sondeaba más las implicaciones psicológicas del drama que rodea al singular protagonista, la producción que dirige Letierre es más lineal (visualmente hablando). Desarrolla los estándares preconizados por la serie de televisión, protagonizada por el difunto BILL BIXBY (y que permite un cameo a aquél Hulk, LOU FERRIGNO, el forzudo guarda de seguridad que parece atrapado dentro de alguna secta evangélica, sospecha que se nos induce a tenor de la respuesta que le da a Norton-Banner, cuando penetra en las instalaciones universitarias disfrazado de repartidor de pizzas), barrenando en las consecuencias, altamente lesivas, que supone ser La Masa, transformándolo en un mendigo miserable, que huye de un ejército obsesionado con replicar sus poderes y crear una legión de supersoldados.

Son la melena larga, o los gruñidos, los que vuelven a situarnos en los momentos de la serie de televisión, donde La Masa sí era más un ejemplo de la obra de STEVENSON a la que se supone que aludían Lee y Kirby, un sujeto maldecido por un proyecto frustrado de alta tecnología y que sacaba lo más visceral y salvaje de su interior, siendo el protagonista de base una persona aún delicada de apariencia, timorata y susceptible de sufrir abusos por la autoridad. Ese Hulk-Ferrigno tenía sus fuerzas considerablemente menguadas, y este de la película que comentamos también adolece de cierta limitación en su potencia, detalle que quizás podamos atribuir a un mayor desarrollo de su capacidad cognitiva.

Por otra parte, es evidente que el guionista y el director han buscado tender más puentes referenciales con otros personajes y elementos del vasto UNIVERSO MARVEL, quizás por influencia de la productora, para empezar a hilar un tronco común de historias que involucren a todos los protagonistas de tal Cosmos de enmascarados, recreando los crossovers que tan acostumbrados nos tienen en el mundo de los tebeos. Por otra parte, al tratarse de sujetos pertenecientes a la misma fauna, resultaba un poco incoherente que no tuviesen estos nexos de unión de los que disfrutan en los cómics.

Así, además de reformular (nunca mejor dicho) el proyecto que creó a CAPITÁN AMÉRICA, introducen una breve aparición de TONY STARK, que continúa la de SAMUEL L. JACKSON en la cinta de Iron Man, preconizando la creación de un supergrupo (LOS VENGADORES, respuesta de Marvel al proyecto de DC COMICS de hacer saltar, a la gran pantalla, a la JLA, dirigida por GEORGE MAD MAX MILLER).

ESTE VERDE NO ES EL DE LA ESPERANZA.

Este Masa, con un verde distinto, de un tono más vegetal, menos de plastilina que el de su primera aparición de hace pocos años, posee una piel que se rompe y sangra y, detalle significativo, relaciona y piensa, lo cual le hace mucho más reticente a la hora de enfrentarse a sus adversarios.

También tiene momentos dignos del legendario y machacón grito de batalla del personaje, del “¡HULK APLASTA!”, absolutamente enloquecido y enervado, en los que el titán esmeralda emplea accesorios como armas (y algunas de las que se usan en su contra nos trasladan a la época de HERB TRIMPE) para batir a los insistentes soldados, de los cuales huye, pese al aguijón de sus proyectiles, en vez de correr a triturarlos, como suele suceder en los cómics.

La brutal pelea final es digna, en cierta medida, de los colosos en liza, pero se queda corta, teniendo en cuenta la potencia que pueden desatar ambos seres, creando un caos y una devastación sin precedentes en la populosa Nueva York donde se desarrolla el duelo (aquí, hay una nueva referencia, tanto al tebeo como a la anterior película, haciendo un esbozo del HOMBRE ABSORBENTE). La actuación de Roth, el yonqui de la fuerza definitiva, como ya hemos destacado, merece remarcarse a la del nivel de Norton, el cual sí que se parece, aún más, al Bruce Banner del tebeo que ERIC BANA, perdido entre las exigencias de un montaje con aspiraciones de revolucionario e innovador y el grito pelado del teatro experimental, donde sólo dos actores ocupan todo el escenario, y allí desarrollan como un ESPERANDO A GODOT, o UNA MUERTE EN VENECIA entre generadores de rayos mortales de necesidad, con NICK NOLTE absolutamente desquiciado, estrambótico y extraviado, que pareciera anhelar, y renegar a la vez, de pertenecer a alguna obra de TENESSE WILLIAMS, bajo la batuta del realizador chino.

La actuación/presencia de Liv Tyler demuestra, con terrible certidumbre, que el personaje que encarna, BETTY ROSS, no es más que un pegote, de bella estructura, en un Universo donde predomina la más salvaje testosterona. La culpa no es de la actriz, desde luego, competente en su actuación: ella trabaja con lo que tiene, porque Betty nunca ha dejado de ser otra cosa que una mujercita años 1960 aspirando a una lavadora, una casita con jardín y perrito simpático, la parejita sana de chavales, modélica ama de casa notando que AVÓN LLAMA A SU PUERTA, y que comparte pequeñas, e inofensivas, perversiones sexuales matrimoniales en las reuniones de los jueves en las fiestas de las fiambreras (o tupperware, para los puristas) con sus amigas y/o vecinas, de su mismo corte, comentando sobre la conveniencia de tener, o no, vecinos negros en la zona residencial; una Betty que encarnaría su defensa, por supuesto, pero que pediría que sus hijos no fueran al mismo colegio que los suyos.

Aunque SAM ELLIOT demuestra ser más percha para la figura del General Ross, Hurt logra darle una dimensión despiadada y literal, que más que pertenecer al Ejército (escondido en un todo por la patria para justificar sus acciones), parece serlo de un lobby de armamento biotecnológico, y cuyas primas aumentarán de modo muy sustancioso si captura a Hulk.

Sólo enfrentado, como Frankenstein (algo de esto hay también), a la enormidad del problema que ha creado, en su ofuscado afán de atrapar a Hulk, su actitud se suaviza, casi se torna solidaria, con La Masa, tal como asegura su diálogo con el piloto del helicóptero que está ametrallando a La Abominación.

RECAPITULANDO.

            La producción cinematográfica El increíble Hulk cubre una nueva etapa de un personaje con un largo historial sobre sus sólidas espaldas, y lo hace con completa capacidad y dignidad. Algún momento quizás se hace tedioso, y desconcierta un tanto encontrarnos a Banner en aquella fábrica de zumos, en medio de una coloreada población indígena, entre la cual trata de pasar desesperadamente desapercibido (sobre todo por ser, él, tan blanco).

Nos traslada, de modo brillante, a los televisivos caminos polvorientos donde Banner se encontraba de pronto, andrajoso y desorientado, tras despertar de la extraña pesadilla que constituye ser Hulk. Lo ubican en el estrato más bajo de la pobreza, y llega a conmover de tal manera que es objeto de la compasión de los más pobres de la Tierra. Como curiosidad, se nombra a un viejo compañero de penurias de Hulk: JIM WILSON, quien, si la memoria no nos falla, fue el primer personaje del cómic que moría de SIDA.

Dentro de la enorme mezcla de elementos que nutren esta cinta, demasiado diluidos como para predominar sobre el resto, pero aún así suficientemente consistentes para permitirnos paladearlos un momento, también notamos que hay algo de la fase de THE RAMPAGING HULK, quizás sea ese verde musgoso…

Pero, concluyendo, si hay algún mensaje implícito en esta película es, sin duda, esa especie de advertencia, de parábola, de que estamos jugando con cosas propias de ser manipuladas por dioses, más sabios y veteranos, que lo hacen con mucha más extraordinaria prudencia, y que corremos el riesgo de entregar un poder sin precedente a los sujetos menos indicados para poseerlos.

                                   Antonio Santos

Reseña del autor sobre el tebeo Hulk - Exilio

Ficha de la película El Increíble Hulk

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