ENTREVISTA A LOS PRINCIPALES RESPONSABLES DE iCOn-MICs
Durante algo más de cuatro años, entre septiembre de 2020 y marzo de 2025, se ha desarrollado un ambicioso proyecto internacional sin precedentes en el ámbito de la investigación académica sobre cómic. Se trata de iCOn-MICs (Investigación sobre el cómic y la novela gráfica en el área cultural ibérica), una acción COST con financiación de la Unión Europea para la promoción, la difusión y la formación de redes de los investigadores sobre los cómics en español y portugués, así como su relación con los profesionales y la industria de este medio.
Hemos querido conversar con los principales responsables del proyecto para conocer cuál fue su origen, cómo ha sido su desarrollo, a qué dificultades se han enfrentado, cuáles han sido sus logros y también para atisbar algunas posibles pistas sobre las acciones que podrán llevarse a cabo en el futuro.
Comenzamos con la principal impulsora y directora del proyecto, Viviane Alary, hispanista francesa, catedrática emérita de la Université Clermont Auvergne, con una larga trayectoria en el estudio de la historieta española.
Tebeosfera: Viviane, desde tu doctorado (1990-1994), llevas ya más de treinta años como especialista en la investigación en torno al cómic español, un campo en el que suponemos que al inicio estarías muy sola. ¿Cómo ha evolucionado la investigación sobre historieta en la universidad desde que tú empezaste?
Viviane Alary: Empecé a interesarme por la historieta a principios de los años ochenta y mis trabajos de investigación de fin de máster y luego de tesis versaban todos sobre el cómic español y más concretamente sobre relatos gráficos que albergaban una expresión femenina emancipada, para decirlo de un modo no ambiguo, realizados por mujeres como guionistas y/o dibujantes, en la nueva historieta de los años ochenta. Es cierto que fue visto como algo muy raro pero siempre tuvo buena acogida dentro del hispanismo francés. Existían algunos artículos, tesinas sobre el cómic español pero no existían tesis. Un año más tarde, Guy Abel defendía su tesis sobre el personaje en la obra de Miguelanxo Prado. En mi universidad se constituyó a lo largo de los años un grupo de investigación que desarrolló un programa sobre la literatura gráficas y las artes visuales. Hacia el año 2006, colaboramos con investigadores como Benoît Mitaine y, por supuesto, con Antonio Altarriba, que formaba parte de mi tribunal de tesis, personalidad imprescindible que nos alentó y nos conectó con mucha gente. Y más o menos fue hacia 2010, a raíz de esos nuevos corpus de la denominada “novela gráfica de la memoria”, cuando vimos aparecer un interés, en Francia, por parte de doctorandos e investigadores por desarrollar temáticas diversas que van desde el acercamiento a autores, hasta las revistas o temáticas específicas. Es cuando se diversifica también el modo de investigar la historieta, desde los estudios literarios hasta los estudios culturales, historia, cultura, ciencias sociales, historia del arte o estética, etc. y con una perspectiva de género que se va imponiendo en los últimos años en todos ellos. Todo ello ocurre en paralelo con las nuevas propuestas de las autoras, ya más numerosas y que ocupan un espacio más central. Llegué a colaborar con las pocas colegas que estudiaban la historieta española, como Ana Merino o Francesca Lladó, Adela Cortijo o Claude Duée. Actualmente el número de investigadoras universitarias o independientes, como Marika Vila, es importantísimo tanto en España y en América Latina como en Francia (162 identificadas recientemente por Tebeosfera en la iniciativa Tebeóricas). Esto y la diversidad de enfoques y de perspectivas existentes contribuyen a una revisión historiográfica y la construcción de una nueva episteme en curso.
Aunque resulta evidente, me parece importante recordar que hacia los años ochenta-noventa, investigar la historieta significaba llamar por teléfono, desplazarse a España para encontrarse con los críticos, coleccionistas, catedráticos, autores; comprar en tiendas de cómic o en el mercado de segunda mano porque no había casi nada en bibliotecas, etc. Era conocer los interiores de los pisos de los autores o críticos… ¡o su restaurante o bar favorito! En síntesis, la evolución es vertiginosa, se está legitimando este tipo de estudios académicos tanto por parte de la universidad —aunque sigue siendo la batalla de cada día— como por parte del mundo profesional que ya no recela tanto de nosotros, los académicos, como antes. Y las fuentes de consulta son numerosas: formales, informales, plataformas virtuales muy completas como el Gran Catálogo de Tebeosfera, bibliotecas y centros de documentación, archivos privados o públicos. Se trata de cambios profundos, aunque aún insuficientes.
T.: En 2016, desde la Université Clermont Auvergne y con apoyo de la Asociación Cultural Tebeosfera (ACyT), se creó PACE, Plataforma académica sobre el cómic en español. ¿Fue ese el germen de iCOn-MICs?
VA: El germen de iCOn-MICs Investigation on Comics and Graphic Novels in the Iberian Cultural Area, básicamente es lo que acabas de mencionar. A raíz del reconocimiento de una línea de estudio sobre cómic, en mi laboratorio de investigación (el CELIS : Centre de Recherches sur les Littératures et la Sociopoétique), pudimos organizar encuentros, congresos (el primero, en 2004, Mythe et bande dessinée) y cursos que ciertamente contribuyeron a suscitar el interés de estudiantes y doctorandos por el cómic ibérico.
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Sitio web de PACE: https://pace.hypotheses.org/ |
En este contexto, el primer hito fue, en efecto, la creación de la plataforma virtual PACE –desde la herramienta que propone el CNRS: hypotheses.org–, concebida por Michel Matly que justamente acababa de defender su tesis sobre la representación de la Guerra Civil en la historieta española (2016). Esta plataforma nos permitió tener unos primeros datos sobre quién investigaba, de dónde procedía y qué informaciones quería compartir con los demás. Y en sus postulados de partida estaba prevista la búsqueda de financiación. A partir de 2017, empecé a trabajar con el servicio de ayuda a proyectos europeos de mi universidad, ampliando la perspectiva no solo al cómic en español sino al cómic y novela gráfica ibérica e ibero-americana.
Otro germen fue constatar el auge de los estudios sobre cómics, el aumento de tesis no sólo en Francia sino en toda Europa y en América. Pero ¿qué futuro esperaba a esos investigadores e investigadoras? Encontrar salidas en el sistema universitario, editorial o cultural, progresar en la carrera era y sigue siendo un verdadero viacrucis…
Era el momento oportuno para lanzar un proyecto de mayor envergadura.
T.: ¿Puedes resumir muy brevemente en qué consiste el programa COST de Horizonte Europa para los que no hayan oído hablar de ello?
VA: El primer objetivo de este tipo de programa no es tanto (o no solo) crear nuevos trabajos o resultados concretos sino reunir miembros y constituir redes. El COST nos proporcionó financiación para crear iCOn-MICs (CA19119), red internacional compuesta por investigadores, críticos, doctorandos, autores-artistas, editores, miembros de asociaciones e instituciones culturales, etc. Se trató de organizar la investigación a nivel internacional sobre el cómic en el área cultural ibérica y desarrollar diferentes aspectos y reflexiones sobre qué se hacía en los diferentes países para mejorar el acceso y la preservación del patrimonio cultural que representa el cómic. La promoción de los autores, el análisis de las nuevas tendencias y de los mercados nacionales fue otra vertiente de nuestras actuaciones. Pero más allá de este primer nivel, hemos intentado facilitar el acceso a trabajos críticos y académicos para poder intercambiar y mejorar las prácticas tanto del modo de acercarse al cómic como de las formas de usarlo en contextos educativos. Incluimos también una dimensión intercultural que tomó varias direcciones: el papel de la traducción, que no limitamos al aspecto lingüístico y los intercambios entre el mundo lusófono e hispanófono. La red conformada por casi doscientos miembros procedentes de países europeos y de América Latina, permitió ahondar en la circulación de modelos gráficos, de difusión y de autogestión. También nos interesaba la circulación de autores e iniciamos el estudio de la diáspora que se produjo a lo largo de los siglos XX y XXI.
Lo que nos propusimos desde el inicio era demostrar las aportaciones y la fortaleza del cómic del área cultural ibérica y de su estudio. A pesar de sus vulnerabilidades, representa un polo importante en la escena internacional comiquera.
T.: ¿En qué momento te planteas solicitar financiación COST, cómo surge la idea?
VA: Desde el punto de vista personal, aproveché la experiencia como vicerrectora que se estaba acabando para mí y que me aportó nuevas competencias y conocimientos del ecosistema universitario europeo. Me gustaba la idea de terminar mi carrera de catedrática devolviendo al cómic español lo que me había aportado, tanto a nivel personal como profesional. Aunque tuve suerte, sé bien que imponer líneas de investigación o clases sobre cómic como asignatura en el plan de estudios de una universidad es una lucha que termina sin una victoria definitiva. Después de la creación de la plataforma PACE, en un segundo momento, nos pareció que había que integrar el mundo latinoamericano, no solo de habla hispana sino también portuguesa, incluyendo toda la producción en lenguas minoritarias o cooficiales. Hacia 2016 me puse en contacto con Jesús Jiménez Varea, de la Universidad de Sevilla, estudioso del cómic desde las ciencias de la comunicación. Lo invité a dos estancias en mi universidad y ambos empezamos a trabajar en la redacción del proyecto a partir de 2017. Los congresos (2015 en Valencia; 2016 en Angulema; 2018 en Alicante) y los intercambios con el equipo de Tebeosfera (Manuel Barrero y Félix López) o la red latinoamericana RING (Laura Caraballo y Hugo Hinojosa) nos permitieron relacionarnos con cada vez más estudiosos. Mientras tanto, desde la universidad pude invitar a investigadores europeos reconocidos o interesados por el tema y lanzamos reuniones preparatorias al depósito del proyecto. Considero que las estancias de doctorado que han estado realizando en la universidad Clermont Auvergne Hugo Hijonosa, Julio Gracia Lana o María Márquez antes, durante o después del depósito de la solicitud COST, ayudaron a mejorar el proyecto.
T.: Los que estuvimos desde el inicio (allá por 2016) sabemos que el proyecto no se aprobó a la primera, hubo varios intentos antes de su aceptación definitiva. ¿Cómo fueron esas primeras tentativas?
VA: ¡A la tercera va la vencida! Aunque ya desde el primer momento obtuvimos una evaluación bastante buena, tuvimos que rectificar, adaptar el proyecto a los nuevos requisitos del COST. Con la ayuda decisiva de nuestra ultra competente y muy exigente ingeniera del servicio de Proyectos Europeos, nos sumimos en la reescritura, que implicó aportar nuevos datos, precisiones, argumentar algunos puntos, profundizar en otros aspectos de impacto, objetivos o alcance y ampliar la red hacia Europa del Este y del Norte.
Uno de los primeros colaboradores fue Jesus Jiménez Varea, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, que estuvo en el arranque del proyecto desde 2017. Llegados a este punto de la entrevista, hemos querido conocer su punto de vista sobre esta etapa preparatoria.
T.: Jesús, ¿en qué momento te incorporas al proyecto? ¿Cómo recuerdas aquellos primeros intentos?
Jesús Jiménez: A finales de 2016, recibí un mensaje en el que Viviane Alary me proponía realizar una estancia en su universidad, en aquellos momentos todavía la Université Blaise- Pascal y a punto de convertirse en la actual Université Clermont-Auvergne, con sede en Clermont-Ferrand. No nos conocíamos personalmente y, aunque debemos de haberlo hablado desde entonces, no recuerdo por qué se le ocurrió acudir a mí. Tal vez fuera porque ambos habíamos contribuido algunos años antes a un número de la revista Arbor dedicado a la historieta española, bajo la dirección de Antonio Altarriba. Por lo que quiera que pensase en mí, el caso es que acepté su invitación para pasar algún tiempo en su universidad con el fin principal de poner en marcha el proyecto que terminaría siendo iCOn-MICs. Esa primera estancia tuvo lugar en la primavera de 2017 y se limitó a unas pocas semanas porque mis circunstancias familiares de aquella época no me permitían trasladarme durante mucho más tiempo. Desde el principio, encontré en Viviane a una persona encantadora y una académica enamorada de la historieta española, con mucho entusiasmo y gran experiencia en el mundo universitario. También me encontré con el desafío de poner juntos en pie la primera versión de la propuesta de iCOn-MICs, teniendo que familiarizarme con el metalenguaje de la Acción COST y sus acrónimos (ECI, ITC, NNC, STSM…), así como con los criterios para obtener una mejor valoración. Esto último constituía un pequeño ejercicio de ingeniería para satisfacer de la mejor manera posible las ratios relativas a género, procedencia nacional, antigüedad académica y otras variables, sin perder de vista el objeto central de la Acción que queríamos poner en marcha. De hecho, concretar este objeto también constituía un reto en sí mismo, que fue perfilándose a la vez que ganando envergadura para englobar la historieta de todo el ámbito cultural ibérico, con énfasis en lo cultural frente a lo meramente geográfico. Creo que, durante aquella primera estancia en Clermont-Ferrand, fuimos capaces de generar suficiente inercia como para continuar trabajando en el proyecto hasta tener una propuesta que presentar a la convocatoria de Acciones COST a finales de 2017.
T.: Sin embargo, hicieron falta varios intentos hasta que la Asociación COST aceptó el proyecto iCOn-MICs.
JJV: Así es. Pasados unos meses, ya en 2018, obtuvimos una respuesta negativa a esa primera presentación de nuestro proyecto. Tendría que buscar la documentación para estar seguro, pero me parece recordar que, dentro de la mala noticia, tampoco tuvimos la impresión de que aquello fuera una empresa desesperada. Recibimos una cierta puntuación y pudimos saber cuáles eran nuestras debilidades, relacionadas principalmente con esas ratios que he mencionado antes y con la necesidad de ampliar más nuestra red de partida. Con todo, tal vez yo hubiera desistido entonces, pero Viviane no estaba dispuesta a darse por vencida, así que nos pusimos manos a la obra para remediar esas carencias. A finales de 2018, presentamos una segunda versión del proyecto que nos volvieron a rechazar al cabo de unos meses, pero la cosa iba ya por buen camino. En 2018, mis circunstancias personales habían cambiado y tenía más libertad de movimiento que en años anteriores, lo que me permitió aceptar la invitación de Viviane a pasar los meses de octubre y noviembre en Clermont-Ferrand para centrarnos en nuestro tercer intento de sacar adelante el proyecto iCOn-MICs. En este caso, nos encontramos con la dificultad inesperada de que, en esa convocatoria, la Asociación COST tuvo a bien cambiar la plantilla de las propuestas, lo que nos obligó a reelaborar mucho más el proyecto de lo que habíamos tenido que hacerlo entre las versiones primera y segunda (más allá de los datos en sí). Los dos meses fueron muy intensos de trabajo y recuerdo que la noche antes de emprender mi viaje de vuelta a Sevilla aún estábamos enfrascados en los últimos toques a la propuesta, con el plazo de convocatoria a punto de acabar. Tanto es así que me encontraba cerca de la frontera con España cuando recibí un mensaje de Viviane confirmando que había podido subir los archivos justo a tiempo para poder concurrir. y efectivamente, a la tercera va la vencida y, en la primavera de 2019, tuvimos noticia de que, esta vez, nos encontrábamos entre los proyectos aceptados para convertirse en Acciones COST.
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Sitio web de la Acción COST CA19119: https://www.cost.eu/actions/CA19119/ |
T.: Una vez lanzado el proyecto, actuaste como vicepresidente de iCOn-MICs y en otras facetas. ¿Qué nos puedes contar al respecto?
JJV: Sí, en los varios meses desde la resolución de la convocatoria hasta el inicio oficial de las nuevas Acciones, tuvimos que adaptarnos al modelo de organigrama previsto por la Asociación COST. Dentro del mismo, Viviane asumió naturalmente la presidencia y yo la vicepresidencia, mientras que la institución depositaria de la financiación fue la Université Clermont-Auvergne, con mucha experiencia en proyectos europeos y un valioso respaldo administrativo en la persona de Emilie Gomes Da Silva. También se fueron concretando otros cargos, la coordinación de los grupos de trabajo, las representaciones nacionales, la gestión de la comunicación de la Acción, etc. Desde el principio, nuestro enlace con la Asociación COST nos advirtió de que se trataba de proyectos largos y exigentes, por lo que no era extraño que tuvieran lugar relevos en algunos cargos durante su desarrollo. Han sido muchísimas las personas que han formado parte de iCOn-MICs y siento un gran respeto y gratitud por todas ellas. Como se suele decir, no quiero dar nombres por temor a los que pueda olvidar; sin embargo, no puedo dejar de mencionar el relevo de la propia Viviane al frente de la Acción, como consecuencia de su jubilación. Su sucesora como presidenta, Virginie Giuliana, es una académica brillante y con grandes dotes de liderazgo que me hacen confiar en que el legado de iCOn-MICs tendrá continuidad en nuevas iniciativas igual de ilusionantes.
T.: ¿A quién se le ocurrió el curioso (e impronunciable) nombre “iCOn-MICs”?
VA: Si no me falla la memoria iCOn-MICs (Investigation on Comics and Graphic Novels in the Iberian Cultural Area) fue una creación colectiva a partir de discusiones previas con colegas y socios. Al final fue nuestra ingeniera la que finalizó el acrónimo sintetizando lo que queríamos expresar Jesús y yo, ya desde el título (la letra “i” de investigación e “iCOn” como campo de estudio de la imagen; el objeto de estudio debía resaltar: de ahí COMIC en mayúsculas con las letras “IC” que por otra parte remiten al marco geo-lingüístico y cultural: el área cultural ibérica). Había que encontrar un acrónimo pensando en su recepción por parte de los expertos que iban a evaluarnos y fue importante también diferenciarnos de los acrónimos de los proyectos sobre cómic que ya existían.
T.: ¿Cuál es la motivación detrás de iCOn-MICs?
VA: Como he aludido antes, el cómic ibérico, aunque muy valioso, no tiene tanta visibilidad como la bande dessinée franco-belga, el cómic anglosajón o el manga asiático tanto para el público en general como para el mundo de la investigación. iCOn-Mics desde sus inicios tenía como objetivo evaluar y dar a conocer los aportes del área cultural ibérica al cómic, incluyendo los de la diáspora de autores a la que conviene añadir la de los investigadores e investigadoras que trabajan para universidades anglosajonas o francófonas. Se trata de contribuir a que se reconozca mejor este cómic y su estudio en la escena internacional de la historieta.
T.: ¿Puedes explicarnos cuál es el ámbito de actuación y qué entendéis por “cómics ibéricos”?
VA: Por un lado no nos queríamos restringir al ámbito hispánico, entendemos “ibérico” en un sentido englobador que abarca a la propia Península, a Iberoamérica y también a todas aquellas localizaciones geográficas y socioculturales a las que pueda haber alcanzado la diáspora literal o figurada originaria de estos pueblos. Por otro lado, aunque fue complicado nombrar el marco elegido, entendimos que la noción de “área cultural” como noción de antropología cultural, podía cuajar, despojada de cualquier connotación colonialista o imperialista, claro está. Y en efecto, los intercambios y perspectivas fortalecieron los métodos y acercamientos que permitieron descentrarnos de una mirada exclusivamente europeísta.
T.: El inicio del proyecto coincidió con la pandemia de COVID-19, algo que supuso un reto en la aplicación de las reglas del COST para la movilidad de los investigadores. ¿Cómo afectó al proyecto, Viviane?
VA: El inicio fue muy complicado, puesto que las Acciones COST financian ante todo la movilidad internacional. Así que tuvimos que encontrar soluciones para empezar a trabajar y organizar la red compuesta de miembros que en parte no se conocían. El COST se adaptó también y nos proporcionó herramientas y nos facilitó posibilidades de trabajo online. Y nombramos a Ana Matilde de Sousa como Grant Awarding Coordinator.
T.: ¿Cómo se decidió la organización del trabajo?
VA: Se decidió la estructuración en grupos de trabajo (Working Groups según la terminología COST, abreviados WG) ya desde la primera versión del proyecto, en relación con nuestros objetivos principales y secundarios, —sintéticamente estos últimos abarcaban el estudio de las nuevas tendencias, del cómic como patrimonio cultural, como medio potente para intervenir en los debates y el arte contemporáneos, como espacio de diálogo y como mediador educativo—, siguiendo unas tramas dictadas por el COST que pedían para cada WG unas tareas, unos objetivos y unos resultados. Al cabo del primer año nos dimos cuenta de que había que añadir un grupo de trabajo específico centrado en los aportes de las mujeres al mundo del cómic, enmarcado más específicamente en los estudios feministas y de género aplicados al campo del cómic. Aunque común a todos los grupos de trabajo, necesitábamos descentrarnos de nuevo, pero aquí de una mirada androcéntrica que prevaleció en el mundo del cómic hasta hace poco, igual que la visión eurocéntrica. Lo que nos permitió, al final, cumplir mejor con los requisitos de inclusividad del COST.
Finalmente, los grupos de trabajo quedaron establecidos como sigue:
Otro requisito del COST era redactar un plan de comunicación. Nombramos un Science Communication Coordinator (Antonio Lázaro Reboll, Universidad de Kent) y centramos las actividades de un grupo de trabajo liderado por Virginie Giuliana (Universidad Clermont Auvergne) en las actividades de divulgación y comunicación, incluyendo la comunicación audiovisual, de la que se hizo cargo Miguel Ángel Pérez Gómez, de la Universidad de Sevilla.
T.: ¿Cuántos países se sumaron finalmente al proyecto? ¿Fue difícil contactar con tantos colaboradores?
VA: Contamos con unos 200 miembros de 19 países europeos y 5 de América Latina. Fue difícil relacionarse con investigadores con los que no solíamos trabajar antes, pero ampliar la red fue una necesidad desde el principio.
Concebimos un protocolo de adhesión que planteó problemas cuando el COST puso en marcha un protocolo a nivel europeo. La coexistencia de dos protocolos produjo una confusión que intentamos superar. La mediación de los representantes de cada país así como la de los líderes de cada grupo de trabajo fue esencial para crear lazos y ampliar la red.
T.: ¿Cómo fue el trabajo con un equipo tan disperso y diverso desde un punto de vista lingüístico?
VA: Con altibajos, por supuesto. La comprensión de lo que es un programa COST y en qué consiste fue objeto de profundas dudas en un principio, aún más en el periodo de partida, que nos pilló en plena pandemia.
Encontrar la buena comunicación para explicar en qué consistía nuestro proyecto, lo se podía hacer o pedir, fue difícil. También reflexionamos sobre cómo alentar a los miembros para que se implicasen y aprovechasen las herramientas disponibles. Las jornadas de mayo de 2022 en Clermont-Ferrand permitieron cohesionar el grupo, haciendo que superasen las dificultades ligadas a la pandemia.
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Fotografía de las jornadas celebradas en mayo de 2022 en Clermont-Ferrand. |
A lo largo del proyecto, intentamos mejorar la calidad de los intercambios entre miembros que no se conocían antes, entre aquellos que se acercaban al cómic recientemente y otros más veteranos, intentamos favorecer el acercamiento entre investigadores y autores.
Otros problemas que se nos plantearon al equipo de gestión fueron la existencia de intereses divergentes, la precariedad laboral y las exigencias profesionales ligadas a esta precariedad que limitaban la implicación de los que seguramente habrían podido aprovecharse más de la Action COST iCOn-MICs. Asimismo, las normas, obligaciones, políticas universitarias divergentes entre países generaron inestabilidad y fueron un freno para una mayor implicación a la altura del proyecto. Conciliar las tareas para el COST y las otras actividades profesionales resultó difícil. Por otro lado, las mejoras anuales de las normas y dispositivos por parte de la Asociación COST de Horizonte Europa, produjeron incomprensión por parte de algunos miembros, que veían cómo las reglas cambiaban de un año a otro. El papel de Emilie Gómez da Silva en este sentido, nuestra administrative manager, fue decisivo.
El idioma requerido en el programa COST es el inglés. Pero, claro, nos podíamos relacionar en español o en portugués. E incluso en francés. ¡O con dibujos y mucho humor cuando hacía falta! Emilie Gómez da Silva podía comunicarse sin problemas en castellano, portugués, inglés y francés con los miembros de la red.
T.: ¿Cómo valoras estos cuatro años de proyecto, cuál sería tu balance?
VA: A pesar de momentos de profundas dudas, de estructuras de gestión que tuvimos que volver a cambiar, estoy satisfecha de ver miembros de diferentes horizontes que tienen proyectos colectivos para el futuro, y de constatar que algunos han avanzado en su carrera e investigación. No todos aprovecharon como hubieran podido hacerlo el sistema de ayudas para estancias, becas y misiones que permite el COST. Pero conseguimos dar una mejor visibilidad a la producción y a la investigación del área cultural ibérica en estudios sobre cómic. Aunque queda mucho por hacer, creemos que ha contribuido a enriquecer el corpus teórico y a dar mayor visibilidad a la producción y a la investigación sobre el noveno arte en el espacio cultural ibérico.
Hemos organizado numerosos actos académicos, conferencias, jornadas de estudio y simposios internacionales en Francia, España, Portugal, Suiza, Irlanda, República Checa y México, así como escuelas de formación, webinarios, publicaciones científicas, mesas redondas, entrevistas, talleres con artistas siempre muy implicados, eventos culturales en festivales en Francia, República Checa y México. Hemos establecido vínculos duraderos con los que fueron socios de iCOn-MICs, instituciones internacionalmente reconocidas, como el CIBDI de Angulema, los Institutos Cervantes y el Instituto Camões, universidades con las que no teníamos contactos y reforzamos nuestros lazos con asociaciones como ACyT, con cátedras, fundaciones y redes.
Espero que hayamos contribuido a que existiera una comunidad y unas prácticas destinadas a perdurar para que uno no se sienta como rara avis en la universidad, como ocurrió en el pasado.
En octubre de 2023 Viviane Alary dio el relevo a Virginie Giuliana, Catedrática de Estudios Hispánicos en la Universidad de Clermont Auvergne, y hasta el momento, líder del grupo de trabajo sobre la diseminación y comunicación de la Acción COST iCOn-MICs (WG6).
T.: Virginie, ¿en qué ha consistido ese relevo, cómo ha sido el traspaso?
Virginie Giuliana: Diría que el relevo ha sido, ante todo, un proceso natural y una continuidad lógica. Viviane Alary no solo ha sido la investigadora que impulsó la Acción, sino también una guía generosa, cuya experiencia y visión han marcado una hoja de ruta sólida para el conjunto del equipo. He estado muy implicada en la coordinación del grupo de trabajo sobre diseminación y comunicación (WG6), así como en los diferentes eventos y reuniones que se organizaron desde mi llegada al proyecto en 2021, lo que me permitió tener una visión transversal de las dinámicas y una relación cercana con los distintos grupos de trabajo. El traspaso de la coordinación fue progresivo, pero no supuso cambios mayores para los miembros de la red. Viviane y yo mantuvimos un diálogo constante, lo que facilitó enormemente la transición. Retomé el mando de la Acción en el momento en que se tenían que finalizar los diferentes entregables del proyecto, y, en este sentido, además de impulsar nuevas iniciativas, se trató, en su mayor parte, de acabar la labor empezada. Podría decir que hubo una transmisión de confianza y de responsabilidades dentro de una red donde el liderazgo se entiende de manera horizontal, abierta y compartida. Esa es, de hecho, una de las riquezas del modelo de proyecto COST. Por supuesto, asumir la coordinación implicó nuevos retos y dificultades, pero también fue una gran oportunidad para seguir tejiendo vínculos, consolidar logros y preparar el cierre de la Acción y proyectos futuros, sin perder de vista el espíritu que la inspiró desde el principio y del que se ha nutrido durante sus años de existencia.
T.: ¿De dónde viene este interés por el COST iCOn-MICs?
VG: Desde el momento en que obtuve la plaza de profesora titular en Francia, en la Universidad Clermont Auvergne, me impliqué en la red COST iCOn-MICs. Era un formato de proyecto europeo al principio totalmente desconocido para mí, así que me tuve que formar y familiarizar con la documentación del proyecto, sus reglas, etc. Desde mi llegada, también asistí a todas las reuniones que se celebraban y aprendí a conocer a sus miembros, con los que desarrollamos una colaboración basada en la comunicación e intereses comunes por la investigación y la creación de cómic. Mi implicación en el COST nace de una doble inquietud: por un lado, un interés y una preocupación académica muy claros por el cómic ibérico, que ya estaba desarrollando en mi trabajo; por otro, un deseo profundo de colaborar en red, de abrir el espacio de investigación a una dimensión realmente transnacional e interdisciplinaria. Pero más allá del contenido, lo que me atrajo fue el formato mismo de la Acción COST. Su estructura en red, su lógica de cooperación, el impulso dado a jóvenes investigadores, entre otras muchas cosas, encarnaban una forma de proceder, de pensar la investigación y desarrollar temas que me parecen más acordes con las condiciones de nuestro tiempo: una manera colaborativa, permeable, crítica y comprometida. Así que, en realidad, no fue solo una afinidad temática, fue también una afinidad metodológica. Entrar en iCOn-MICs fue encontrar un lugar en el que muchas de mis inquietudes —intelectuales y humanas— podían dialogar y crecer.
T.: ¿Qué te aportó a nivel profesional iCOn-MICs?
VG: Para mí, como joven investigadora, iCOn-MICs fue claramente un acelerador de mi carrera. Entré en la Universidad Clermont Auvergne como profesora titular, y, en cuatro años, defendí la Habilitación a Cátedra para obtener, luego, el puesto de catedrática, especializada en cómic hispánico, la primera en Francia con este perfil. El sistema de becas del COST me permitió dar el tiempo y el espacio necesarios para desarrollar mi investigación, y el hecho de formar parte de la red iCOn-MICs me permitió abrir las perspectivas, tanto metodológicas como humanas. iCOn-MICs fue también un espacio de transformación personal, de crecimiento intelectual y de consolidación de una red que va mucho más allá de los resultados académicos.
Desde el punto de vista profesional, me dio la oportunidad de coordinar un grupo de trabajo internacional de cerca de 200 miembros, de visibilizar mis investigaciones en un marco europeo, de participar en iniciativas que conectaban con investigadores y creadores del mundo entero, y de asumir, finalmente, la coordinación global de toda la Acción. Eso me permitió desarrollar competencias varias de gestión de proyectos y de liderazgo que no se aprenden sino con la experiencia y el trato humano. Pero lo más valioso, quizá, fue lo que ocurrió en los márgenes de los eventos y de las reuniones: las conversaciones inesperadas, la creatividad compartida, los vínculos de confianza que se tejieron entre personas que venían de disciplinas y culturas distintas, pero que compartían un mismo deseo de comprender el mundo contemporáneo a través del cómic. iCOn-MICs me permitió crecer como académica, pero también me recordó por qué hacemos investigación: para pensar, para cuestionar, para imaginar otras visiones de un mundo en constante evolución.
T.: Después de esta experiencia tan formadora, ¿cómo imaginas el “después” de iCOn-MICs? ¿Qué horizontes se abren ahora, tanto para ti como para la comunidad que se ha construido en torno al proyecto?
VG: El final de iCOn-MICs no es un cierre en el sentido estricto, sino más bien una época bisagra: marca el fin de una etapa formal, pero también abre un horizonte de nuevas colaboraciones y formatos. La red que hemos tejido en estos cuatro años no desaparece con el último informe entregado; al contrario, ha permitido generar una comunidad intelectual activa y comprometida.
En lo personal, esta experiencia me ha reafirmado en la convicción de que la investigación no debe vivirse en solitario ni permanecer encerrada en compartimentos disciplinares. Me interesa seguir impulsando espacios donde la ciencia dialogue con la sociedad y donde la cooperación transnacional no sea la excepción, sino la norma, y más cuando se trata del cómic y de sus infinitas posibilidades. Estamos ya explorando nuevas propuestas, en continuidad con iCOn-MICs, nacidas del mismo espíritu: trabajar en red, de manera horizontal, y con la ambición de pensar los retos culturales, sociales y políticos que atraviesan Europa y el mundo desde nuestras disciplinas, así como desde la co-construcción y la co-creación. Así que el “después” de iCOn-MICs no es solo mío: es de todas las personas que han hecho posible este proyecto. Y tengo la certeza de que nos volveremos a encontrar muy pronto.
T.: Para terminar, a modo de balance global, ¿cuál es vuestro grado de satisfacción del trabajo realizado?
VA: La Acción COST iCOn-MICs ha propiciado encuentros e intercambios entre miembros de distintos países. Ha permitido crear sinergias duraderas y, al mismo tiempo, ha sacado a la luz nuevos temas de investigación. El éxito de las escuelas de formación de Lisboa, Granada, Minho, Newcastle, el apoyo a los jóvenes investigadores y el impacto en el desarrollo de sus carreras, la perspectiva de presentar nuevos proyectos europeos, fruto de la colaboración transnacional y multidisciplinar, son para nosotros motivos de gran satisfacción.
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Sitio web de iCOn-MICs: http://iconmics.hypotheses.org/ |
Nuestra página web, que permanecerá activa después de que oficialmente la Acción haya finalizado, ofrece una serie de recursos asequibles para los que se interesan por el cómic del área cultural ibérica (grabaciones, repositorio bibliográfico, actualidades de la red). Como se deduce de esta entrevista coral, más allá de los avances en el estudio del cómic del área cultural ibérica, valoramos la calidad de los intercambios y de las relaciones humanas entre estudiosos, editores, curadores, mediadores culturales del cómic, autores-artistas y colectivos.
T.: Muchas gracias a todos por vuestro tiempo y muchas felicidades por el trabajo realizado.