ESPAÑA 1974-1975. JUVENTUD Y MADUREZ EN EL HUMOR GRÁFICO.
FRANCISCO JOSÉ SEGADO BOJ

Notas:
Este texto apareció publicado en el libro de actas "50 Años de Humor Gráfico", editado por la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido revisado para la actual edición en Tebeosfera.

ESPAÑA 1974-1975. CHOQUE GENERACIONAL Y CHOQUE IDEOLÓGICO: JUVENTUD Y MADUREZ EN EL HUMOR GRÁFICO DE LA ÉPOCA

  1. Introducción. Contexto histórico:
 
El enfrentamiento entre las generaciones más maduras y aquellas que les suceden es una constante en la historia del ser humano, por obvio que resulte mencionarlo. La sociología nos recuerda que “las relaciones entre generaciones han sido la causa tanto de extraordinaria solidaridad como de importantes conflictos. Los ejemplos bíblicos de Job y sus escépticos hijos, la leyenda griega del malhadado Edipo y la equivocada confianza del Rey Lear en sus hijas son ejemplos de esta frágil naturaleza de algunas relaciones generacionales”[1]. Dependiendo del contexto histórico, político o sociológico, este conflicto será más evidente o implícito, tomará unas armas y unos argumentos u otros. El propósito de este artículo consiste en averiguar en qué términos se produjo este enfrentamiento en un período concreto de la historia de España: el último gobierno de Franco, entre el 12 de febrero de 1974, fecha en que Carlos Arias Navarro jura su cargo ante las Cortes franquistas y el 20 de noviembre de 1975, día de la muerte del General. Más concretamente, pretende averiguar el reflejo que de este choque generacional ofrece el humor gráfico de la prensa diaria del período. Tal y como asegura Ronald Searle, “La historia del humor gráfico es la historia de la consciencia de la sociedad”[2].

Para cumplir este objetivo propuesto, utilizaremos un objeto de estudio compuesto por las viñetas publicadas en cuatro periódicos españoles, significativos por su tirada y representantes de diferentes visiones políticas. La muestra de este estudio queda compuesta así por las siguientes cabeceras:

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(i) Según datos de OJD recogidos en SÁNCHEZ ARANDA y BARRERA (1996).
(ii)# Se ha eliminado de la muestra la obra de dibujantes cuyas viñetas no se ciñen con regularidad a la actualidad nacional. Por este motivo se ha apartado del estudio las tiras o caricaturas de Peridis sobre actualidad internacional en Informaciones.#
 
Así pues, la muestra queda configurada por un diario progresista (o al menos, tan progresista como permitían los estrechos márgenes del tardofranquismo): Informaciones[3]; por dos representantes de la derecha moderada: Abc[4] y Ya[5]; y por un ejemplo de la extrema derecha: El Alcázar[6].
 
Mediante el estudio de las viñetas publicadas en estas cabeceras intentaremos revelar las distintas visiones que las diferentes tendencias ideológicas ofrecían de este enfrentamiento generacional en una época tan agitada de la historia de España, marcada en primer lugar por el enfrentamiento entre aperturistas e inmovilistas.
“Dentro de la clase política del régimen, existían al menos dos grupos que mostraban abiertamente sus diferencias. Por un lado, se encontraban los inmovilistas, que trataban de perfeccionar el régimen, sin perder las señas de identidad derivadas del Estado surgido con el Alzamiento del 18 de julio de 1936. Dicho sector estaba formado por ex ministros como José Antonio Girón o Fernández Cuesta, militares (García Rebull, Cano Portal…), hombres de negocios (Oriol y Urquijo…), eclesiásticos (monseñor Guerra Campos…), organizaciones de ex combatientes (Hermandades Nacionales de Alféreces Provisionales) y numerosos consejeros nacionales y procuradores en Cortes (…). Dicho grupo trataba de mantener vivo el recuerdo de la Guerra Civil y de la división entre los españoles, reivindicando la Victoria. Eran portadores del pasado y como tales trataban de obstaculizar el presente para evitar cualquier reforma que diluyera lo que consideraban las esencias del Régimen”[7]. Por otro lado, “al contrario de lo que sucedía con los inmovilistas, quienes pensaban que era posible mantener el organigrama político del franquismo a la muerte de Franco, identificando al sistema con sus propios intereses, los núcleos reformistas eran conscientes de que existía un país enteramente nuevo y distinto al que conoció el trauma de 1936, y de que España tenía un dinamismo y una fermentación que exigían mayor apertura, autenticidad y liberalización de la vida pública, y una democratización de las formas y de los sistemas de convivencia. En líneas generales, los distintos grupos reformistas coincidían en la necesidad de agotar las posibilidades del sistema, en una profesionalidad de cara a la cosa pública que hacía que sus miembros ya no estuvieran tan diferenciados por cuestiones ideológicas, y en algo esencial como es el componente generacional. Obviamente, no pocos de los componentes de la clase política del régimen pasarían a posiciones reformistas por una simple cuestión de superviviencia, reivindicando una función de seudooposición intrarrégimen cuya existencia no dejó de contribuir a la estabilidad del franquismo. Su pragmatismo es fácilmente constatable en distintas planificaciones de cara al futuro (todo reformismo tiene algo de fórmula de subsistencia), realizadas con el objeto de que la muerte del Jefe del Estado no cogiese desprevenidos y descolocados a un sector de la clase política franquista; para cuando ese momento llegase necesitaban estar organizados para crear opinión y, a ser posible, para protagonizar una reforma del sistema que no escapase y permaneciese estacionaria la situación política, más graves serían los problemas y los conflictos, y más difícil su resolución”[8]

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Este enfrentamiento entre aperturistas e inmovilistas tendría como principal frente el llamado “espíritu del 12 de febrero”, nombre con el que la prensa bautizó una serie de promesas de carácter reformista anunciadas por el presidente del gobierno Carlos Arias Navarro el día en que juró su cargo ante las Cortes franquistas, incluyendo entre otras medidas una ley de incompatibilidades, una ley de régimen local y un estatuto de asociaciones. Sin embargo, “el primer ensayo de evolucióno hacia formas más abiertas de participación política dirigido desde dentro del régimen no naufragó, pues, por una tenaz resistencia de la oposición democrática, sino por el radical rechazo del bunker, aglutinado en torno a los ultras del Movimiento y un sector de las fuerzas armadas”[9] Incluso pese a aparentes victorias como la aprobación del Estatuto de Asociaciones en febrero de 1975, la apertura naufragó. “(…) había triunfado, por tanto, la apertura; alguno de los ministros recuerda los meses siguientes como los más cómodos de su experiencia política con Arias. Pero en la práctica se avanzó muy poco, casi nada, sometidos a los constantes embates de los ultras y a la actitud renuente de Franco”[10].

 
Otro de los condicionantes de estos años es la convulsa situación social. De hecho, “el estado de constante tensión y agitación que caracterizó la primera mitad de la década de los 70 en España alcanzó su clímax en el verano de 1975”[11]. De todas las expresiones de esta agitación social huelgas, manifiestos de colegios profesionales-, las protestas estudiantiles tales como encierros en facultades, huelgas de estudiantes o asambleas universitarias guardan una mayor relación con la crisis generacional que nos ocupa[12]. De hecho, para sociólogos clásicos como Feuer, esta politización de la universidad es un componente esencial de los movimientos estudiantiles: “la dinámica interna de los movimientos estudiantiles les lleva a intentar politizar todas las actividades de la universidad. Politizar la universidad va más allá de que todos los estudiantes tomen posturas informadas e inteligentes sobre asuntos políticos. Lo que significa, es que toda actividad en la universidad debe estar relacionada con, influida por y subordinada a la ideología del movimiento estudiantil”[13] .
 
            Pese a este sacudido panorama, el contexto cronológico que marca los límites de esta investigación también se caracteriza por ser el período del franquismo que experimenta la mayor libertad de expresión de toda la dictadura. “En efecto, España conoció desde 1974 un grado de libertad de prensa sin precedentes durante el franquismo: supuso incluso una contribución sustancial al resurgimiento de la conciencia política (y democrática) del país”[14]. No obstante, la libertad de expresión aún distó de ser absoluta. “De todos modos, la apertura de Pío Cabanillas tuvo sus límites, los límites propios de un estado autoritario en descomposición, y las suspensiones del semanario humorístico Por Favor y del diario malagueño Sol de España demostraron que se estaba muy lejos de haber alcanzado una normalidad en el campo de la libertad de expresión”[15]. A este hecho, se ha de sumar que el sucesor de Cabanillas tras su defenestración en octubre de 1974[16] prescindió de la tolerancia aplicada por su antecesor. “La libertad de expresión vivió un año intenso bajo la presión del ministro León Herrera y Cambio 16 calificaría, hacia finales del ejercicio, de año negro aquel 1975”[17].
 
Una vez solventadas las cuestiones previas, nos disponemos ya a analizar la visión que de este conflicto generacional y sus contendientes ofrecen las distintas cabeceras, comenzando por la representación formal que el humor gráfico efectúa de la juventud del período.
 
2. Caracterización física:
 
A grandes rasgos encontramos dos grandes categorías de jóvenes en el humor gráfico de los cuatro diarios analizados, comunes a todos ellos. En primer lugar, la categoría más repetida es la que denominaremos como “joven progre”, por utilizar la terminología del período. Los principales atributos físicos de este tipo de juventud son la barba y la melena, dos elementos típicos de la progresía contemporánea. Otros complementos, tales como los jerseys, los pantalones campana, la cara sin afeitar o los libros son accesorios y cada dibujante preferirá emplear unos elementos en detrimento de otros. Así, como veremos, Forges casi siempre presenta a jóvenes con un libro bajo el brazo, del mismo modo que Dátile tiende a presentar a estos personajes con una desaliñada barba de varios días.
 
Frente a este tipo de juventud, encontramos otro modelo al que bautizaremos como “joven formal”. Si bien el “joven progre” transgredía los cánones clásicos de indumentaria, el “joven formal” los respeta. Así, aparecerá vistiendo traje clásico y por supuesto la melena del “joven progre” se transforma en un pelo corto. Esta categoría salvo excepciones- será siempre secundaria en cuanto al número de apariciones frente al “joven progre”, auténtica estrella de las viñetas analizadas.
 
No obstante, estos dos grandes grupos no monopolizan los editoriales gráficos de la muestra. De modo marginal encontramos otras presentaciones gráficas de jóvenes, como hippys, jovenes encapuchados o jóvenes desnudos practicando el “streaking”, práctica que despertó la atención y la sorna- de los diarios derechistas de la época. Esta miscelánea de personajes se englobará bajo la etiqueta de “otros”.
 

El siguiente gráfico representa el porcentaje de viñetas analizadas separadas según el prototipo de joven mencionado que las protagoniza:

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Podemos comprobar así la gran atención que en términos generales presta el humor gráfico de estos diarios al que hemos llamado “joven progre”. Una vez solventada la cuestión formal, descenderemos ahora a la caracterización ideológica y moral de jóvenes y adultos desde los distintos puntos de vista de estas cabeceras, comenzando por el progresista Informaciones.

 
Perspectiva izquierdista: están locos estos adultos
 
Los jóvenes dibujados por Forges se perfilan, sin ningún tipo de excepción, como claramente favorables a la implantación de una democracia. No sólo eso, sino que además se muestran conscientes de la anacronía que supone España dentro del contexto europeo. Así lo expresa un personaje en esta viñeta: Hablando en plan europeo somos geográficamente hablando las anchoas raras de un bocadillo de pan democrático”[18]
 
Este anclaje de España en una dictadura, contribuye al reflejo de una juventud desilusionada y pesimista en los chistes de Forges, sin olvidar los retrasos de las repetidas, prometidas y nunca cumplidas medidas democratizadoras. “La cronología de esta frustración es sobradamente conocida. En 1968, el ministro secretario general del Movimiento, José Solís, presentó un modesto Estatuto de Asociaciones que sería una de las muchas víctimas de la crisis de gobierno de 1969. Su sucesor, Torcuato Fernández-Miranda, elaboró un proyecto ligeramente más atrevido, pero en noviembre de 1972 recibió instrucciones de informar a las Cortes, en una intervención que le granjearía fama de inmovilista de que no era el momento propicio para los experimentos políticos”[19].
 
En este sentido, en un editorial gráfico dos jóvenes dialogan en estos términos:
Me gustaría tener 26 años menos
“Pero si tienes 25
“Exacto[20]
 
Como mencionamos en el anterior epígrafe, el elemento distintivo de los jóvenes dibujados por el humorista de Informaciones son los libros, complemento indispensable en el retrato de estos personajes. Este atributo puede responder a dos funciones respecto a su identificación ideológico-moral: por un lado, puede servir para subrayar el carácter universitario de estos protagonistas. Por otro lado, también puede ser utilizado para destacar el aspecto culto e intelectual de estos jóvenes frente a sus antagonistas. De hecho, el atributo más común en los “maduros” de Forges cuando se enfrentan a jóvenes será la cachiporra. Así Informaciones nos presenta este enfrentamiento entre jóvenes y adultos como el de la pluma contra la espada.
 
Como se puede deducir del complemento con que Forges obsequia a las generaciones maduras, el otro contendiente de esta disputa generacional no aparece retratado positivamente en sus viñetas. De hecho, aparece casi siempre como perteneciente a la derecha más reaccionaria y predispuesto al empleo de la violencia. Así se puede ver en la siguiente viñeta, en la que un padre se dirige a su vástago: “Perdona que te interrumpamos en tus estudios, hijo, pero es que ha venido don Vicente a tomar café y te quiere saludar antes de irse[21]. Don Vicente, aparte de aparecer caracterizado con la indumentaria prototípica de los ultraderechistas gafas oscuras, traje negro- luce una sonrisa maliciosa y una maza al hombro.
 
Este carácter violento también se puede comprobar en el siguiente ejemplo, en el que mientras un inmovilista golpea la cara de un estudiante un ciudadano exclama: “¡Un momento! Hoy es el día del amor fraterno”, a lo que el ultra responde cínicamente:Bueno, pero estamos en el año de la reconciliación[22]
 
Esta hostilidad se acentúa aún más incluso tras las numerosas protestas universitarias de 1975. Así, en este período se publica una viñeta en lo que dos personajes dialogan:
Maduros, maduros, lo que se dice maduros, los universitarios
 Mis esfuerzos me cuesta, responde otro personaje, ataviado con la omnipresente cachiporra[23]
 
Sin embargo, pese a toda esta violencia, los jóvenes dibujados por Forges mantienen cierta ironía de carácter desafiante. Así, el humorista de Informaciones presenta una escena en la que un joven le advierte a su compañero, disfrazado con una careta de bruja: Macho, tú sigue haciendo chorradas que verás qué bien[24]. Así, Forges ridiculiza la obsesión y el temor de los inmovilistas que se esconden tras su hostilidad contra estudiantes y jóvenes en general.
 
Desligándonos de esta contienda ideológica, Forges también nos ofrece escenas en las que ridiculiza la autoridad paterna. En este sentido se encuadra un editorial gráfico en el que un padre aparece vestido de domador, con un látigo y un aro, al que su hijo le responde: “Papá: antes de que comiences tu actuación pongo en tu conocimiento que se te ha desplomado el bisoñé[25]. Tal y como veremos a continuación, esta burla de la autoridad de los progenitores no tiene lugar en el resto de cabeceras, especialmente en El Alcázar.
 
3. Perspectiva ultraderechista: ¡Aquí mando yo!
 
La perspectiva del diario falangista se caracteriza por dos factores. En primer lugar, es el diario que menos atención presta al tema de la juventud y el conflicto generacional. En segundo lugar, la visión que aporta es aparentemente- contradictoria: publica los chistes más duros contra la juventud contemporánea, pero del mismo modo recoge el sentimiento de incomprensión de la juventud, aunque sea mayor o menor tangencialmente.
 
La crítica a la juventud que efectúa el humor de El Alcázar encaja en el marco de sus ataques a aperturistas y demócratas. Desde la perspectiva del diario ultraderechista, detrás de estas tendencias políticas se escondía un mal disimulado oportunismo político e interés económico. Así, Fandiño nos presenta a un cantautor, caracterizado con melena y llevando una guitarra al que preguntan “¿Cuánto cobra por un recital de música protesta?”, a lo que el músico responde “Depende de la protesta”[26].
 
En un sentido similar encontramos la viñeta más cruel contra los jóvenes de toda la muestra. Firmada por un tal “Leo”, que publicó de manera aislada algunas viñetas en las página de El Alcázar, aparece el siguiente chiste. En él, dos jóvenes amanerados, ataviados con la indumentaria típica hippy (camisas de flores, collares) comentan: “Pues en Inglaterra nos dejan votar”, a lo que su compañero responde:Esso es democrasia, tú[27] (sic). En una sola viñeta ataca el concepto de democracia occidental frente a la “democracia orgánica” del franquismo, descalifica a los jóvenes como frívolos y veleidosos, e incluso les despoja de masculinidad, atributo considerado esencial en un buen español por el sector socio-ideológico conformado por los lectores de El Alcázar.
 
Frente a estas embestidas contra la juventud o al menos, contra cierto tipo de juventud las viñetas de El Alcázar también critican la incomprensión de los jóvenes. En otra viñeta de Fandiño, dos empresarios ataviados con frac y sombrero de copa, caracterizados como los personajes negativos de la viñeta, comentan ante un joven con gesto desencantado: “Además del divino tesoro, yo no sé qué más quiere la juventud[28]. Por supuesto, el joven en vez de lucir melena o indumentaria hippy, aparece con traje y corbata, como el “joven formal” que describíamos anteriormente. Sin embargo, es un grupo de “jóvenes progres”, con barba y melena, quien protagoniza el siguiente ejemplo, donde un grupo de adultos les espeta: Tenéis la palabra cuando os lo indiquemos[29].
 
La aparente contradicción de esta perspectiva desparece si se analiza en profundidad. Estas viñetas sobre la juventud de El Alcázar comparten como objetivo general la crítica contra un retórico enemigo del falangismo: la democracia y sus teóricos defensores y benefactores, los grandes empresarios. Así, podemos interpretar que la primera de las viñetas supuestamente defensoras de la juventud critica el desinterés de los grandes empresarios y las clases altas es decir, los demócratas- hacia los problemas de los jóvenes. Así mismo, es posible concluir que el segundo ejemplo trata de mostrar quizá buscando la ridiculización- la decepción que los jóvenes defensores de la democracia encuentran o encontrarán por parte del poder político. Así, en las viñetas de El Alcázar  la juventud sirve como arma para criticar a los demócratas y para ridiculizar las esperanzas que en ellos vuelcan los jóvenes.
 
Frente a las politizadas perspectivas que acabamos de recorrer, el punto de vista de la derecha moderada se caracteriza por ser más costumbrista.
 
4. Perspectiva moderada: ¡Que pintas!
 
www.tebeosfera.comEn el humor de estas cabeceras, los jóvenes protagonizan principalmente escenas domésticas o familiares. Por ejemplo, Ya recoge a los jóvenes como protagonistas de la costumbre de la pedida de mano, aunque nunca como tema principal, sino como excusa para tratar otro asunto de actualidad. Así, Dátile presenta una petición de mano en la que un joven se expresa así: “Quiero casarme con su hija. Tengo toda la documentación en regla incluyendo la autorización del parlamento europeo.[30] Como aclaración, señalamos que este chiste hace referencia a lo que desde cierto sector de la sociedad se consideró “injerencias extranjeras” en asuntos nacionales, concretamente las protestas por las últimas ejecuciones del franquismo en septiembre de 1975. Sin embargo, desarrollar este asunto sería objeto de otro artículo y nos alejaría del tema que nos ocupa.
 
Este enfoque costumbrista también se da en Abc, donde Mingote muestra principalmente a los jóvenes como protagonistas de escenas románticas o de flirteo. Valga como ejemplo una viñeta ambientada en la playa donde            un español acaricia la cabeza de una muchacha rubia presumiblemente sueca- recostada sobre su pecho. En este chiste, el joven español comenta a su acompañante: “Te estoy muy agradecido, Ingrid, porque de todas las relaciones internacionales, las únicas satisfactorias para España son las que tenemos tú y yo”[31]
 
Aunque encontramos cierta crítica a los jóvenes, ésta en muchas ocasiones carece de connotaciones políticas y se efectúa de un modo amable, nunca cruel. Sobre todo, esta ironía se centra en el aspecto físico, principalmente en el pelo largo. Como ejemplo, valga esta viñeta de Ya en la que un padre, señalando a su hijo dice: “En todos los tests demuestra tanta inteligencia que sólo falta que se corte el pelo para averiguar la capacidad de su cerebro[32]. Así, no crítica la aptitud intelectual de su hijo, ni le descalifica, tan sólo ridiculiza su aspecto. En otra viñeta un padre le explica a su melenudo vástago: “Y puesto que estamos en proceso de democratización, si tú no te mofas de mi calvicie, yo no me burlaré de tus melenas[33]. Este enfoque amable se extiende incluso a un tema potencialmente tan polémico como puede ser la relación entre los jóvenes y las drogas, que aparece tangencialmente en las viñetas analizadas. En una viñeta de Ya un joven observa una amapola en un parque y exclama: “Bah, Papaver Orientalis”[34]. Este chiste carece de finalidad crítica, y sólo ilustra esa concepción de los jóvenes como “aficionados” a las drogas.
 
El diario católico muestra una faceta de los jóvenes, y concretamente de los estudiantes, como dependientes económicos de sus padres, o incluso, como aprovechados. Así nos lo muestra Dátile en una viñeta en la que un estudiante se dirige a su padre en estos términos: “Padre, inauguramos el curso académico 1974-1975”, a lo que su progenitor comenta resignado, mientras dirige su mano a la cartera: “¡Que caro resulta mantener a un estudiante!”[35].
 
A pesar de esta perspectiva costumbrista generalizada, las viñetas protagonizadas por jóvenes no escapan al politizado clima del contexto cronológico. El acontecimiento o serie de acontecimientos- al que Ya presta más atención en relación con los jóvenes es, como cabía esperar, las protestas universitarias. Para el diario católico estas protestas son una excusa de los estudiantes universitarios para enfrentarse a sus auténticas tareas, o al menos, son contempladas para un obstáculo para el estudio. En este sentido, un padre recrimina a su hijo en otra viñeta: “Podíais limitaros a votar una sola vez a comienzos de curso, y si salía "no", me ahorraba la matrícula[36]. Asimismo, exagera la frecuencia de estas protestas: “De los dos hijos que tengo solo el pequeño estudia, el mayor está matriculado en la Universidad[37]. Incluso llega a exagerar esta relación entre Universidad y huelgas, llevando a invertir la relación lógica y tradicional: presenta como lo extraño y peligroso estudiar en lugar de protestar. “Es que voy a estudiar en la clandestinidad, mamá[38], sostiene en una viñeta un estudiante envuelto en una capa oscura y con gafas de sol a su madre antes de salir de casa. En general, Ya valora negativamente esta politización de la vida universitaria, como resume una viñeta en la que de una puerta cuelga el siguiente cartel: Aula para asambleas universitarias (antes políticas)[39]. Sin embargo, una vez más, Ya también intenta presentar el lado amable de esta realidad. En este sentido, y en relación a los encierros en facultades Dátile publica una viñeta en la que una madre comenta a su hijo y sus compañeros: “¿Por qué no os encerráis en casa? Os he preparado una merienda imponente[40].
 
No obstante, la referencia política más concreta del humor de Ya se produce en una viñeta en la que una madre recrimina a su hijo: “¡Tiene razón tu padre! Deberías ser más indulgente con los pecadillos de un presidente”[41]. Este editorial gráfico se publicó en pleno debate tras la renuncia de Nixon a su cargo por el escándalo del Watergate. De él se deduce que las generaciones más jóvenes eran las más hostiles a Nixon mientras que sus progenitores eran más favorables a su indulto. Ésta es una situación quizá extrapolable a España, donde los jóvenes son más críticos con el presidente Arias Navarro de lo que son sus padres [ver viñeta de cabecera]
 
Y si la agenda política también impregna los editoriales protagonizados por jóvenes, éstos no podían ser ajenos a la lucha entre inmovilistas y aperturistas. Así Dátile, desde su espacio en Ya, critica el anclaje en el pasado de los inmovilistas en una viñeta en la que un joven le explica a un adulto, mirando su reloj: “Me parece que le atrasa mucho, marca las cuatro de la tarde del doce de julio de 1966[42].
 
Esta crítica a los inmovilistas es mucho más dura en Abc, cuyo humorista desarrolla una línea de continuo ataque contra los reaccionarios. Como ejemplo, valga citar la invención de los hombres-piedra: “Mingote concibió entonces a sus hombres-piedra, inmovilistas a los que no agradaban los cambios que se avecinaban y les pintó con la parte inferior de su cuerpo aprisionada en una muralla de ladrillos[43]. En el caso que nos ocupa el dibujante nos presenta a unos adultos que al igual que ocurría con Forges, encajan milimétricamente en el prototipo de inmovilista. También coincide con el humorista de Informaciones al subrayar el carácter inculto de estos ultraderechistas. Mingote añade al retrato de estos personajes sus intenciones manipuladoras. Así se puede comprobar en la siguiente viñeta, en la que dos ultraderechistas comentan al pasar frente a la Universidad: “Para educación eficaz, la de nuestra época, cuando nos enseñaban a leer unas cosas sí y otras no”[44]. Este ataque contra los intentos de manipulación de la juventud es aún más claro en una viñeta que nos presenta una escena en la que un señor gordo, calvo y con corbata se dirige así a un joven vestido con un jersey: “El futuro es de vosotros, los jóvenes. De modo que te voy a explicar lo que has de hacer”[45]
 
5. Conclusiones.
 

En principio, y atendiendo únicamente a criterios cuantitativos, la atención que prestan los diarios progresistas (Informaciones: 3,16%) y de centro derecha (Abc: 3,36%; Ya: 2,47%) a la juventud es similar, ya que no encontramos diferencias de más de un punto porcentual. Sin embargo, la presencia de este tema en El Alcázar es apenas marginal (0,72%).

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La diferencia entre las visiones de Abc y Ya frente a la ofrecida por Informaciones radica en el aspecto cualitativo. Así, Abc, y sobre todo Ya reflejan el lado más amable de esta relación entre jóvenes y adultos, y de la visión que éstos poseen sobre aquéllos. El empleo de esta perspectiva puede responder a tres causas. Una primera hipótesis consistiría en sostener que la derecha moderada no otorgaba excesiva importancia a este conflicto generacional ni a las protestas estudiantiles en particular, prefiriendo ofrecer sus repercusiones en la vida cotidiana. Otra segunda conjetura apuntaría a la voluntad del humorista de desvincular este conflicto de cualquier connotación política, lo que en cierto modo concuerda con la indefinición política que caracteriza a los jóvenes del humor gráfico de Ya. En un sentido similar, la tercera hipótesis nos llevaría a coincidir con Gombrich cuando afirma que la receta para el éxito de una viñeta es: “Reforzar el ego del lector, confirmar sus prejuicios, y sobre todo, decirle que no se preocupe”[46]. Por lo tanto, estas viñetas tendrían la función de desdramatizar este choque generacional.

 
A un objetivo similar responde el hecho de que el monárquico Abc preste más atención a “jóvenes formales” que a “jóvenes progres” (ver gráfico 1.1). Aunque no puede dar la espalda a la realidad social de los jóvenes contestatarios (aunque su contestación se limite únicamente a llevar el pelo largo), prefiere escoger a jóvenes ataviados según los cánones considerados “adecuados” por los lectores del diario de los Luca de Tena.
 
Por otro lado, la visión queofrece Forges es totalmente antitética. Presenta a unos jóvenes fuertemente politizados (o al menos, los presenta tan politizados como es posible sin tentar una posible represión por parte del aparato censor) y claramente enfrentados al sector más conservador de los adultos. De hecho, podríamos decir que en el lápiz del dibujante de Informaciones, la juventud es un arma para arremeter contra esos inmovilistas y del mismo modo, para subrayar las insuficiencias de la “democracia orgánica” franquista. Desde el punto de vista de esa democracia orgánica, es decir, desde las viñetas de El Alcázar encontramos la técnica simétrica: el empleo de la juventud para descalificar a aperturistas y demócratas.
 
También resulta significativo que en el humor gráfico del diario falangista no aparezcan nunca los adultos enfrentados a los jóvenes. Probablemente este hecho se deba a que la mentalidad ultra conservadora no considere relevante los gestos de rebelión de los jóvenes y mantenga en su concepción del mundo, que las generaciones mayores ejercen un control férreo sobre sus descendientes. De este modo, la función de los adultos nunca consistirá en rebajarse a discutir con los jóvenes, puesto que la única opción de los jóvenes consiste en obedecer. Presentar la alternativa opuesta significaría mostrar un menoscabo a la autoridad inconcebible para los lectores de El Alcázar.
 
Así, podemos sintetizar en el siguiente cuadro las diferentes visiones ofrecidas por el humor gráfico de los diarios que constituyen nuestra muestra: 

 

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Atendiendo a los puntos comunes entre los cuatro diarios analizados, encontramos que abundan mucho más los personajes calificados como jóvenes, que como adultos. En escasas ocasiones aparece la visión de los “mayores” que tienen los jóvenes. Esto se explica si consideramos que tanto el emisor y el receptor de estos mensajes entendiendo en un sentido amplio- pertenecen a la generación anterior a los jóvenes del período. Así, lo que hace el humor gráfico es presentar su visión de una realidad que le es ajena, del “otro”, de los jóvenes en definitiva, con el peligro de distorsionar esa realidad. De hecho, si seguimos a Burke, lo que encontramos en estas representaciones es justo la visión opuesta que los diferentes grupos políticos o de edad tenían de sí mismos: “los estereotipos toman a menudo la forma de inversión de la imagen de sí mismo que tiene el espectador. Los estereotipos más crueles se basan en la simple presunción de que “nosotros” somos humanos o civilizados, mientras que “ellos” apenas se diferencian de animales tales como el perro o el cerdo(…).”[47]

 
Por otro lado, cuando el humor gráfico se centra en los personajes que se encuentran entre la madurez y la ancianidad, los “contemporáneos al emisor y al receptor”, por así decirlo, lo hace de dos maneras. En primer lugar, aparecen como personajes prototípicos caracterizados en función de otros condicionantes independientes de la edad -políticos, profesionales, económicos…-. En segundo lugar, también pueden servir como elemento para descalificar al contrario desde el punto de vista ideológico. En este sentido, son especialmente relevantes los chistes de Forges sobre esta lucha generacional, ya que al fin y al cabo, no son más que otro elemento, otra batalla, dentro de la guerra entre demócratas, aperturistas e inmovilistas que se desarrolla en el humor gráfico de este período.
 
Bibliografía
 
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[1]  WALKER, Alan (ed.): The new generational contract, 1996, Londres, University College London Press, 1996, p. 1
[2] SEARLE, Ronald, citado por GERDERAU, Laurent: “Le dessin dactualité dans lhistoire”, en De de Gaulle à Mitterrand. Paris, BDIC, 1989, p.28
[3] “Silenciado el Madrid y adormecidos los colosos de la mañana, Informaciones cogió el testigo de la apertura y avanzó con ritmo sostenido y estilo académico”. ALFÉREZ, Antonio: Cuarto poder en España. La prensa desde la ley Fraga 1966, Barcelona, Plaza Janés, 1987, p. 104.
[4] “Fue, así un claro defensor del asociacionismo político dentro del régimen (…). Pero al mismo tiempo otros rasgos le caracterizaban como un periódico conservador o de orden”. BARRERA, Carlos: Periodismo y franquismo. De la censura a la apertura. Barcelona, Ediciones Internacionales Universitarias, 1995, p. 113
[5] En este sentido resulta significativo destacar que Ya sirvió de plataforma para los escritos del grupo Tácito, “conservadores cristiano-demócratas, partidarios de la reforma pacífica del sistema desde dentro”. PRESTON, Paul: The triumph of democracy in Spain, Londres, Routledge, 1990, p.56
[6] Cuya “línea editorial estaba en perfecta armonía con el Movimiento Nacional”. ALFÉREZ, A.: op. cit., p. 133
[7] MATEOS, Abdón y SOTO, Álvaro: El final del franquismo, 1959-1975, Madrid, Temas de Hoy, 1997, p. 70
[8] El reformismo azul en el tardofranquismo: las «Conversaciones sobre el futuro político de España», la «Carta de los 39» y el Grupo Parlamentario Independiente”, en MATEOS, Abdón et al (ed.): Historia de la transición y consolidación democrática en España, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Universidad Autónoma de Madrid, 1995, pp. 262-263
[9] JULIÁ, Santos: “Política” en TUÑÓN DE LARA (ed.): Transición y democracia, Barcelona, Lábor, 1992, p. 55
[10] TUSELL, J. y QUEIPO DE LLANO, G.: Tiempo de incertidumbre. Carlos Arias Navarro entre la transición y la democracia, Barcelona, Crítica, 2003, p. 185
[11] ELLWOOD, Sheelagg: Franco. Londres, Longmann, 1993, p. 213
[12] Para una enumeración detallada de estos conflictos estudiantiles, junto a huelgas y protestas de colegios profesionales vid. MUNIESA, Bernat: Dictadura y Monarquía en España, p. 141-143
[13] FEUER, Lewis S.: The conflict of generations. The character and significance of student movements. Londres, Heinemann, 1969, p.11.
[14] FUSI, Juan Pablo.Franco.Autoritarismo y poder personal. Madrid, Taurus, 1995, p. 244
[15] GUBERN, Román. La Censura: Función política y ordenamiento jurídico bajo el franquismo. Península, Barcelona, 1981, p. 250.
[16] “Franco actuó por fin para controlar al gobierno cuando ordenó a Arias que cesase a Cabanillas por su política informativa y el relajamiento de la censura. Cuando el cese se hizo público el 29 de octubre fue seguido inmediatamente por la dimisión de Barrera de Irimo, Francisco Fernández Ordóñez (nuevo presidente del INI), Ricardo de la Cierva y Marcelino Oreja (subsecretario de Información) y la de otros altos cargos administrativos de rango inferior al de ministro partidarios del aperturismo”. PAYNE, Stanley G.: El régimen de Franco.1936 1975, Madrid, Alianza, 1987
[17] MUNIESA, Bernat, op. cit., p. 143
[18] FORGES, Informaciones, 18-05-1974, p. 4
[19] POWELL, Charles: op. cit., pp.105-106
[20] FORGES, Informaciones, 24-02-1975, p. 16
[21] FORGES, Informaciones, 31-03-1975, p. 14-15
[22] FORGES, Informaciones, 27-03-1975, p. 14-15
[23] FORGES, Informaciones, 17-04-1975, p. 16
[24] FORGES, Informaciones, 11-11-1974, p. 16
[25] FORGES, Informaciones, 23-11-1974, p. 2
[26] FANDIÑO, El Alcázar, 13-10-1975, p.3
[27] LEO, El Alcázar, 1-11-1974, p. 30
[28] FANDIÑO, El Alcázar, 04-02-1974, p. 39
[29] FANDIÑO, El Alcázar, 21-3-1974, p. 2
[30] GALINDO, Ya, 05-10-1975, p. 62
[31] MINGOTE, Abc, 30-07-1975, p. 3
[32] GALINDO, Ya, 9-09-1975, p. 58
[33] GALINDO, Ya, 19-07-1974, p. 54
[34] DÁTILE, Ya, 17-09-1974, p. 60. Esta viñeta hace referencia a un supuesto rumor que aseguraba que en jardines de Madrid se había plantado adormidera (papaver somniferum), de la que se obtiene el opio. La confusión se produjo porque la amapola oriental (papaver orientalis) es similar en color y tamaño a la adormidera.
[35] DÁTILE, Ya, 4-10-1974, p.60
[36] DÁTILE, Ya, 23-02-1975, p. 56
[37] GALINDO, Ya, 24-11-1974, p. 60
[38] DÁTILE, Ya, 7-03-1975, p.3
[39] QUIQUE, Ya, 27-11-1974, p. 34
[40] DÁTILE, Ya, 04-03-1975, p. 61
[41] DÁTILE, Ya, 11-08-1974, p. 42
[42] DÁTILE, Ya, 22-07-1975, p. 56
[43] OLMOS, Víctor: Historia del Abc. 100 años clave en la Historia de España. Barcelona, Plaza Janés, 2002, p. 499.
[44] MINGOTE, Abc, 11-07-1975, p. 3
[45] MINGOTE, Abc, 24-07-1974, p. 35
[46] GOMBRICH, E.H., The Uses of Images. Studies in the Social Function of Art and Visual Communication. Londres, Phaidon Press, 1999, p. 209
[47] BURKE, Peter: Visto y no visto, Barcelona, Crítica, 2001, p.159

 


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Creación de la ficha (2009): F. Segado Boj, con edición a cargo de Lombilla y M. Barrero
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
FRANCISCO JOSÉ SEGADO BOJ (2008): "España 1974-1975. Juventud y madurez en el humor gráfico.", en Tebeosfera, segunda época , 2 (14-II-2008). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 15/XII/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/espana_1974-1975._juventud_y_madurez_en_el_humor_grafico..html