Granada en Viñetas Crónica del XVI Salón Internacional del Cómic de Granada |
Crónica: José Manuel Hinojosa
Fotografías y notas: Adrián Rodríguez
El decimosexto Salón Internacional del Cómic de Granada se ha celebrado del 10 al 13 de marzo de 2001, un salón quizás no tan importante como el de Barcelona ni tan lujoso, pero con cierta repercusión. Este salón no se celebra exactamente en Granada capital, preciosa ciudad del sur de España, con la Alhambra como impresionante paisaje sino en la localidad granadina de Armilla, en la Feria de Muestras, donde se habilitaron, a lo largo de esos días, lugares de ocio en los que se encontraban, por ejemplo, zonas de videojuegos, y otro tipo de actividades como rol, gymkanas, talleres de todo tipo, conciertos, uno de ellos con El arte de volar como núcleo temático. Una forma interesante de pasar el tiempo y entretenerse en un salón pequeño en el que se podía perfectamente recorrer todos los stands presentes en unos veinte minutos. Parece, claro, por lo tanto, que este Salón, como tantos otros, no está concebido para incrementar el volumen de ventas de cómics de cualquier editorial sino para acercar a los autores al gran público. Así, Laura Merino, una de las muchas estudiantes de Bachillerato que se acercó por allí, del instituto Iliberis de Atarfe, localidad cercana, nos confesaba que se había acercado por pasar un gran fin de semana con uno de sus amigos más cercanos, al que hacía semanas que no veía. También hay que resaltar que uno de los stands más visitados fue el de Bellas Artes, con la participación de sesenta estudiantes, destacando su taller de caricaturas, dado que casi todo el mundo quería que le hicieran una.
En el primer día se organizó el encuentro profesional, en el que participaron los invitados del Salón y los profesionales interesados en ellos. Se debatieron asimismo asuntos como la edición digital de cómics y los datos reales del cómic en España. En cuando a la edición digital de cómics una de las reflexiones más interesantes fue la de Francis Porcel, que afirma que esa edición digital es una buena forma de dar a conocer a a autores jóvenes, de mostrar su trabajo, pero que lo importante, en todo momento, debería ser la historia y que, esta, fuera en el medio que fuera, resultara buena, divertida, sugerente. En cuando a los datos reales del cómic en España se recordó a los presentes que la crisis también había llegado a este mercado bajando sus ventas en un veinticinco por ciento.
En los días siguientes se produjo la llegada del público, entusiasta, pero escasa el viernes, masiva el sábado y el domingo. Además de la zona habilitada para firmas de autores ya consagrados, como Carlos Pachecho, Cels Piñol, Paco Roca, Sergio Bleda, Pierre Alary y su Simbad; Kim, Altarriba, estos dos últimos presentes a causa de esa maravillosa obra que es El arte de volar. Se dieron cita en los stands del salón y en la zona de firmas autores granadinos bastante interesantes, como Francis Porcel, que ya ha publicado en el mercado francés varias obras, como Reality Show o La ciudad de los muertos; Javier Aranda, que ha trabajado ya con las grandes editoriales americanas; Belén Ortega, que publicará en breve Himawari, historia clásica del manga japonés de venganza, honor y poder, y que será publicada a través de la línea Gaijin, de la editorial Glenat, en cuyo stand firmaron también ejemplares del best seller Bakemono Irene Díaz y Laura Moreno, de Xian Nu Studio, que tuvieron el detalle de ofrecer deliciosos brownies de chocolate a todos aquellos que se acercaron por allí. Tebeosfera conversó largo y tendido con dos de los autores que hemos mencionado antes, Francis Porcel, que nos habló del cariño del público de todas las edades del mercado francés y Belén Ortega, que nos habló de su amor por Japón o de su obra Himawari. Entrevistas de lo más fructíferas que serán publicadas próximamente en la revista.
Este sábado fue el día, como hemos dicho, de mayor afluencia, en el que pudimos encontrar en el Salón a espectadores de todas las clases sociales y edades, desde estudiantes de instituto, de otras localidades, que llegaban a Armilla en autobuses, absolutamente repletos a todas esas horas en ese día a componentes de uno de los grupos de música hard más prometedores de Granada, cuyo batería, Jorge, compartió con nosotros su pasión por Alan Moore y su V de Vendetta. Poco después, habló con Belén Ortega, sobre la creación artística, la ignorancia, a veces, de personas que se quedan en el prejuicio y apenas profundizan en la personalidad humana. Una charla de lo más interesante, acompañada por un café, y un frío que fue creciendo mientras hablábamos. Un frío que pudo con nosotros a medida que la tarde de entrevista con Francis Porcel se hacía noche. Una tarde de lo más productiva en la que, al amparo de un café, de unas cervezas, de algún tinto con verano, se compartió un rato de lo más agradable con autores.
En cuanto a los stands de las librerías especializadas en cómics resultaron ser pocas, acaso por la crisis que azota nuestro país, cuyo efecto es el siguiente: la distribución de cómics ha bajado con la crisis en un 25%, bajada que se ha producido, es obvio, por la caída en la venta de los mismos. Según los responsables del Salón, se estima que en esta edición han acudido más de cuarenta mil personas, pero, como hemos dicho, no ha tenido influencia sobre las ventas, que han caído. Sería más importante, en este caso, informar de las numerosas entrevistas, del equilibrio ofrecido entre autores noveles y no tan noveles, de Granada y los autores ya enormemente consagrados y de los contactos entre estos autores noveles y los cazatalentos de grandes editoriales americanas, por ejemplo. Es obvio, además, que en el cómic, como en las demás artes, la mayoría del público se inclina por las obras más conocidas, por las obras más comerciales, pero también hay que reconocer, como nos comentaba el autor Francis Porcel, que es preciosa esa convivencia en la que personas de todas las edades se acercan a los autores con timidez para que les hagan un pequeño dibujo, para que les escriban una emotiva dedicatoria. En realidad, este salón se convirtió en la oportunidad perfecta, más allá de ventas, de estadísticas, de crisis, para que el público se acercara y pasara un momento con muchos de los autores que les han regalado, a través de sus obras, momentos inolvidables.