HE AQUÍ... THE SPIDER
STEVE HOLLAND

Origen:
Traducción de "MEET... THE SPIDER" · KING OF CROOKS
Edición:

 HE AQUÍ… THE SPIDER

 
"Te necesito para que me ayudes a crear un imperio del crimen... Crimen a una escala en la que ningún hombre jamás ha soñado." 
The Spider

 

Cuando los aficionados a los cómics británicos hablan en susurros –posiblemente en el pub, posiblemente bebidos también– sobre sus series favoritas, hay ciertoswww.tebeosfera.com nombres que invariablemente copan las listas de los más reverenciados. Las historias en formato tabloide de Dan Dare, impresas en glorioso color fotograbado –el technicolor de los tebeos– que dejaron un impacto indeleble en los aficionados, nostálgicos del bello dibujo de Frank Hampson; el excepcional, suntuoso Trigan Empire de Don Lawrence; el impresionante Thinderbirds de Frank Bellamy.

Pero en su centenaria historia, la gran mayoría de los tebeos británicos fueron puro pulp, hasta el último de los papeles donde fueron impresos: títulos en blanco y negro realizados con impresión tipográfica, el clásico proceso de impresión de planchas metálicas, reemplazado después por el litográfico o el web offset de nuestros días.
En los años cincuenta hubo un cambio en las preferencias por las predominantes series del Oeste e históricas a medida que los lectores desarrollaron exóticos gustos por la acción interplanetaria y la space opera. Ciencia ficción y fantasía se convirtieron en los géneros de moda con el éxito de Dan Dare, Captain Condor, Jet-Ace Logan y docenas de otros héroes del espacio. Sin embargo, a mediados de los sesenta, la ola de inconstantes lectores cambió una vez más y la carrera espacial pasó a un triste segundo plano a medida que, poco a poco, se iba afianzando la fantasía con series como Kelly’s Eye, The Steel Claw y Mytek the Mighty [Kelly “Ojo Mágico”, Zarpa de Acero y Mytek el Poderoso en España – nota del traductor].
El género criminal también fue en aumento. Los tebeos británicos hicieron un héroe de un insignificante ladronzuelo llamado Charlie Peace,  y de extraños científicos como The Shrinker  y Henry Jardine, quien controlaba a The Toys of Doom. Pero nada había preparado a una nación de chavales, con sus jerséis de guardameta y sus sándwiches de jamón de Mother’s Pride [conocida marca de pan. N.T.], para la arácnida rareza que supuso The Spider.

Primera página de la serie

Desde el momento en que la serie apareció en la antológica Lion el 26 de junio de 1965, Spider hizo su objetivo en la vida llevar a cabo “el crimen del siglo” y convertirse en “el rey de los malhechores”, un sueño terapéutico aderezado con megalomanía y una egocéntrica vanidad aguda que no podía dejarle quedar nunca en un puesto distinto del primero. Nada podía obstaculizar su resuelta ambición. Bandido o policía, nada importaba a Spider.  Respaldaba su maníaca, shakesperiana jactancia con una mente ingeniosa y una agilidad de la que su homólogo americano, Spider-man, se hubiera sentido orgulloso.

Ted Cowan, creador y primer guionista de la serie, tomó las bases del género de superhéroes y les dio una demoledora vuelta de tuerca. El atuendo de Spider era antibalas, pegado al cuerpo, de una pieza, naturalmente negro (aunque curiosamente interpretado amarillo en algunas portadas tardías), el propio de un villano, especialmente para un tebeo en blanco y negro. También portaba gadgets al estilo Bond, sobre todo la “pistola araña” que lanzaba hebras de una pegajosa sustancia con una fuerza tensora mil veces más fuerte que el nylon, y una segunda pistola que lanzaba un gas paralizante. El helicar era otra arma del arsenal de Spider, una suerte de electrodoméstico-helicóptero art déco.

Spider también poseía una guarida secreta, un castillo que había sido trasladado desde Escocia piedra a piedra (el porqué es un poco confuso, pero cuando eres un vanaglorioso genio criminal, ¿por qué no?). Lo transportó la Armada del Crimen de Spider, cuyos miembros no disfrutaban precisamente del trabajo más seguro del mundo: “No permito fallos en mi ejército criminal”, comentaría Spider sardónicamente en uno de los primeros episodios.  Tampoco era tímido en el trato a sus secuaces malhechores, emulando a Vader incluso antes de que el otro señor oscuro fuera siquiera una idea en la mente de Lucas, lanzando amenazas como “Si fallas te prometo el futuro más malsano”, o practicando castigos con un misterioso gas que tenía la propiedad de moldear el rostro de la víctima y convertirlo en una fea bestia.
Algunas preguntas nunca tuvieron respuesta. En su presentación, Spider era “una forma que gateaba por la lisa superficie de los rascacielos como una gigantesca araña”. Como los guionistas nunca explicaron cómo podía hacer eso, hay que concluir que no fue una habilidad natural, sino que, más bien, tendría que ver con el pegajoso producto que utilizaba para tejer su red. Su destreza y acrobacias podían explicarse con el entrenamiento, pero aunque se trate de racionalizar al máximo estas aptitudes, es imposible hacer lo mismo con su aspecto. Con su cabello negro azabache, sus puntiagudas orejas y sus anguladas cejas tenía toda la apariencia de un “vulcaniano” cuatro años antes de que Star trek se emitiera en el Reino Unido; era Spock cuando el único Spock conocido era el escritor de libros para el cuidado de los bebés. ¿Era Spider un extraterrestre o su aspecto era otra pérfida diversión? ¿Era simplemente un desgraciado y feo joven transformado por la megalomanía tras vivir intimidado en la infancia? ¿Qué significa realmente este latiguillo: “Por las telarañas de Juba”? ¿Qué guay artificio es F. A. B.?
Tras dos episodios, las aventuras de Spider se hacen más extravagantes incluso, cuando los textos se ponen en manos del guionista americano Jerry Siegel, creador de Superman. Siegel se sintió cómodo en la 
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Número de la revista Lion (ya asociada a Champion) donde apareció una historieta de Spider, con el personaje en portada

serie, habiendo ya creado docenas de superhéroes y villanos durante sus 30 años de profesional. Según Leonard Matthews, a la sazón director de publicaciones juveniles de la editorial de Lion, Amalgamated Press (más tarde conocida como Fleetway al ser adquirida por el magnate de los medios Robert Maxwell), Siegel le contactó cuando menos se lo esperaba pidiendo trabajo porque se había marchado de la National Periodical Publications (conocida más tarde como DC Comics). Leonard le envió copias de Lion y Tiger, y Siegel escogió el recientemente publicado Spider, pues era el tipo de personaje que le divertiría desarrollar. Cowan fue rápidamente transferido de dicha serie para comenzar a escribir UFO Agent para la legendaria cabecera Eagle (su tercera serie en dicha publicación; anteriormente había escrito Blackbow the Cheyenne y Cornelius Dimworthy, así como su serie semanal  el Robot Archie para Lion).
Aunque afincado en Nueva York, Siegel pudo americanizar la serie desde la distancia, introduciendo diálogos que parecían haber salido directamente de la boca de Jimmy Cagney, Humphrey Bogart y otros gánsteres del cine negro (“You’re asking for it, copper!”), y situaciones que se iban haciendo más surrealistas a medida que pasaban las semanas.
Fue en la época de Siegel cuando Spider, como el cazador furtivo reconvertido en guardabosques, abandonaría sus hazañas criminales y dedicaría sus talentos a combatir el mal por el bien común. Esto lo llevó a enfrentarse a los más extraños enemigos a los que jamás se enfrentó un héroe de los tebeos británicos, entre ellos un constructor de robots apodado The Android Emperor, un ser de forma cambiante de nombre Crook from Outer Space y Crime Genie, un brujo diabólico apresado durante siglos en una botella y liberado por un criminal de poca monta. Aparte de éstos, los más fenomenales adversarios de Spider fueron los Secret Seven, liderados por Limbo the Unknown, un grupo de criminales sólo contrarrestados con éxito por una banda de improbables luchadores por la ley, la Society of Heroes, compuesta por Rock Man, Mr. Gizmo, Captain Whiz, Tigro the Wild Man, Snowman y Rex Robot, una suerte de Justice Society of America inglesa.

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Pero estos y otros bizarros criminales son para el futuro. En estas aventuras conoceréis a The Mirror Man, Dr. Mysterioso y un consejo de maestros criminales que planean la muerte de Spider. Si esto no fuera bastante, dos leales oficiales de la policía de Nueva York, el teniente detective Bob Gilmore y su compañero el sargento Pete Trask, estarán siempre tras la pista de nuestro personaje.

Si la dimensión de un héroe, término usado aquí en su significado menos preciso, son los villanos que combate, es poco decir que The Spider se llevó la palma de sus lectores, e incluso en la actualidad sigue manteniendo una cierta mística.
Creación de la ficha (2010): Steve Holland. Traducción de Antonio Moreno. Revisión de J. Alcázar y M. Barrero. Edición de J. Alcázar
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
STEVE HOLLAND (2010): "He aquí... The Spider", en Tebeosfera, segunda época , 5 (20-I-2010). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 11/XII/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/he_aqui..._the_spider.html