JOSÉ SÁNCHEZ VÁZQUEZ, ARTISTA Y HUMORISTA GRÁFICO MALAGUEÑO DE “LA OTRA GENERACIÓN DEL 27”
1.- Introducción
Se puede decir que, en términos generales, hoy día nadie conoce en Málaga a José Sánchez Vázquez (1902-82). Hemos conversado sobre él con especialistas en literatura malagueña y con profesores universitarios. Hemos preguntado a autores de cómics contemporáneos de la ciudad. Es difícil encontrar pistas sobre él. Existe una ignorancia intensa y extensa en torno a la vida y obra de este creador. A excepción de familiares, de personas que tuvieron contacto con él (por ejemplo, estudiantes suyos) o de contados especialistas en arte o prensa malacitana, el nombre de José Sánchez Vázquez no significa nada. Pareciera que no hubiera existido. No hay calle a su nombre en Málaga, ni se conmemora su aniversario de nacimiento o defunción.
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José Sánchez Vázquez, a los 24 años de edad. |
Llama considerablemente la atención esta circunstancia cuando durante los años veinte y treinta del siglo XX (tan transcendentales en la historia de la cultura de nuestro país) José Sánchez Vázquez fue uno de los artistas que con más ahínco se esforzó en la renovación de la escena malagueña del arte contemporáneo, especialmente en el terreno de la creación gráfica. Además, se da el hecho de que se puede afirmar que Sánchez Vázquez fue el humorista gráfico y caricaturista más conocido de la ciudad durante la primera mitad de la pasada centuria. Muchos lo consideraron el autor de humor gráfico más notable de su época. Esta fue una de las motivaciones que nos llevaron a redactar este artículo.
Con esta primera introducción a la carrera artística de José Sánchez Vázquez queríamos contribuir a rellenar con datos e imágenes este inesperado vacío de la historia concreta del cómic y el arte malagueño. Así como iniciar un proceso de reivindicación de la figura de este autor tanto en Málaga como en el resto del territorio nacional
La nuestra ha sido una tarea difícil y fácil a un mismo tiempo. Fue complicada debido a la falta de referencias existentes en torno al artista. Hay muy poco escrito sobre José Sánchez Vázquez. Apenas se encuentran fuentes secundarias. Suelen ser referencias descubiertas a salto de mata. Cualquiera que lleve a cabo una búsqueda espontánea directa en internet sobre el autor podrá hallar apenas un par de páginas web relacionadas con él. Un sucinto obituario laudatorio (“José Sánchez Vázquez”) de dos o tres líneas publicado en El País en 1982[1]. Y la entrada elaborada hace unos años por Tebeosfera sobre el artista (Cepriá, Manzanares y Platel, 2008). A pesar de nuestros intentos, tampoco hemos sido capaces de contactar hasta la fecha con ningún pariente del autor, lo cual probablemente habría facilitado nuestra labor y ampliado nuestra perspectiva y conocimiento sobre el artista.
Por otra parte, lo que hizo más sencilla nuestra investigación fue la circunstancia de que, en la actualidad, si se acude a los archivos y páginas adecuadas en la red, se puede hallar la huella de la muy amplia producción que dejó el artista tras su fallecimiento. Una obra que, por otra parte, queda todavía por rastrear, clasificar y catalogar en su totalidad.
2.- Primeros años
Ajustándonos a una terminología recurrentemente usada en los últimos años, José Sánchez Vázquez pertenecería como humorista gráfico a la “otra generación del 27”[2]. Nacido en 1902, su vida se alinea perfectamente en términos de edad con la de muchos otros autores de la Edad de Plata de la literatura y arte español (con algunos de los cuales Vázquez tuvo contacto en Málaga). Y su producción artística más visible reconocida estuvo muy vinculada durante toda su vida, como las de otros compañeros de generación, tales como K-Hito, Antonio de Lara “Tono” o Francisco López Rubio (hermano de José), a las publicaciones cómicas en prensa.
Sánchez Vázquez fue perchelero y su existencia y trabajo estuvieron inextricablemente unidos a Málaga. Desarrolló su carrera desde esta localidad y no es posible entender al autor sin la ciudad donde sus ojos vieron la luz por primera vez. La partida de nacimiento oficial del artista, que hemos podido recuperar, sitúa esta circunstancia en la calle Callejones 1, del Perchel, muy cerca del río Guadalmedina y a 200 metros de lo que hoy es la conocida superficie comercial céntrica de El Corte Inglés. Según el Registro Civil, Sánchez Vázquez fue hijo del jornalero malagueño, José Sánchez Gallego y de Amalia Vázquez Reyna, natural de Zafarraya (Granada), de profesión sus labores.
Como vemos, los orígenes del que sería reconocido artista fueron humildes. Fue descendiente de un obrero malagueño y de una familia rural granadina, quizá llegada en busca de mejores condiciones sociolaborales a la gran capital (que contaba con 130.000 habitantes en 1900 pero que todavía gozaba de prestigio como ciudad industrial).
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Primera página de la partida de nacimiento de José Sánchez Vázquez. |
Como dato caprichoso, hay que indicar que el titular del juzgado ante el que se presentó el progenitor del artista, y que es quien firma la partida de nacimiento, fue nada menos que Manuel Altolaguirre y Álvarez, magistrado, periodista y escritor, padre del autor Manuel Altolaguirre, de la rama malagueña del Grupo Poético del 27. A pesar de su origen popular, pareciera que el destino de Sánchez Vázquez estuviera diseñado desde el principio y abocado a perseguir una carrera en el ámbito de las artes y letras.
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Calle Callejones del Perchel, 1, esquina con calle Montalbán (a la izquierda). Localización del lugar de nacimiento de Sánchez Vázquez. El edificio actual fue construido en los años cincuenta. |
No sabemos si existió algún precedente familiar que marcara la inclinación creativa de Sánchez Vázquez. Pero esa vocación probablemente estuvo presente en el dibujante y pintor desde que era niño. Es posible que la repercusión nacional y universal de pintores como Moreno Carbonero (que no falleció hasta 1942) o Picasso jugaran ineludibles papeles de referente en las aspiraciones artísticas del joven criado en El Perchel. A pesar de sus antecedentes familiares de clase obrera, en una Málaga donde casi el 75% de la población era analfabeta, Sánchez Vázquez debió aprovechar sus estudios básicos. Posteriormente, se vinculó a la Escuela de Arte y Oficios de la ciudad. Allí estudiaría con profesores como, entre otros, el artista Antonio Burgos Oms (1880-1961) y fue considerado, a la postre, discípulo del Profesor César Álvarez Dumont (1866-1945)[3]. Su vocación fue sin duda influida y potenciada por una tradición y un ambiente artístico ya establecidos en la capital desde la segunda mitad del siglo diecinueve por medio de la llamada Escuela malagueña de pintura. Sánchez Vázquez tuvo además la oportunidad de conocer en su etapa de formación académica a otros autores compañeros y estudiantes que se harían conocidos años después en la ciudad, tales como Luis Bono, Juan Eugenio Mingorance, Giménez Niebla, Salomón Conejo o Ramos Rosas.
3.- Años veinte y treinta
Los años de juventud de Sánchez Vázquez fueron, en términos profesionales, su época dorada. El artista destacará desde muy pronto como original caricaturista y autor de viñetas cómicas.
En el terreno de la caricatura, su habilidad para captar la personalidad del retratado con un número limitado de trazos le abre las puertas para dibujar a personajes de actualidad de su ciudad natal en diferentes publicaciones locales. Es el caso de la colección de retratos que hizo de malagueños contemporáneos ilustres para la reputada revista ilustrada Vida Gráfica, que empezó a editarse en Málaga durante la década de los años veinte de la mano del fotógrafo Juan Arenas Cansino. Como muestra, abajo se incluyen las imágenes, creadas para la publicación por Sánchez Vázquez de su amigo artista Mingorance y de Enrique Soler, propietario de unos conocidos astilleros en la costa de la ciudad.
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Caricaturas del artista Mingorance y de Enrique Soler, astillero malagueño, en la revista, Vida Gráfica. |
Pero sin duda la contribución artística que dio más lustre a la incipiente carrera de Sánchez Vázquez fue la inclusión de caricaturas suyas en los dos primeros números de la revista malagueña experimental Ambos, creada en 1923 por Manuel Altolaguirre, José María Hinojosa y José María Souvirón. Ambos mostró en sus páginas trabajos, entre otros, de Picasso o Federico García Lorca, y es considerada a día de hoy como un precedente directo de la más conocida y estudiada revista Litoral, promovida por Altolaguirre, Hinojosa y Emilio Prados. Este hecho demuestra de manera indudable que a sus 21 años Sánchez Vázquez ya se relacionaba con las vanguardias artísticas ligadas a la Generación del 27 en Málaga.
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Caricaturas de Sánchez Vázquez en los números 1 y 2 de la revista Ambos. |
Prueba de la maestría demostrada por Sánchez Vázquez en la caracterización de personajes de actualidad a pluma fue la circunstancia de que caricaturistas famosos de la época le rindieran homenaje haciendo retratos del autor malagueño. Nos estamos refiriendo a consagrados artistas tales como el algecireño José Román (1871-1957) o el celebrado Luis Bagaría (1882-1940), al que algunos autores también vinculan a la generación del 27 del humor.
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Caricaturas de Sánchez Vázquez realizadas por los artistas José Román y Luis Bagaría. |
Sánchez Vázquez continuó trabajando en una serie de caricaturas de personajes malagueños en el diario La Unión Mercantil, en el que colaboró durante años en esta etapa de su vida. Con tan solo la colección de estos dibujos, que aparecían en la primera página en ese periódico, nos sería posible hacer un fiel catálogo de las celebridades más prominentes de Málaga de mediados de los años veinte, en los planos culturales, económicos y políticos.
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Caricaturas del doctor y alcalde de Málaga, José Gálvez Ginachero, y del empresario malagueño Félix Sáenz, publicadas en portadas del diario La Unión Mercantil. |
No obstante, la aportación más frecuente de Sánchez Vázquez en La Unión Mercantil fue la de sus chistes como humorista gráfico. Sobre todo a principio de los años treinta, cuando dibujó día tras día una viñeta en la portada de esta publicación, substituyendo en esta labor al autor sanroqueño Diego Mullor, dibujante de cabecera hasta entonces del periódico. No es posible escatimar la transcendencia en Málaga de La Unión Mercantil (1886-1936) durante las primeras décadas del siglo XX. Fue el diario más importante de la ciudad y uno de los más influentes de Andalucía en esos años. Propiedad de la familia Creixell, de origen catalán, y con una línea editorial claramente conservadora, cerró sus puertas cuando estalló el conflicto armado en una localidad como Málaga en la que no había triunfado la sublevación golpista en 1936. Sánchez Vázquez igualmente publicó chistes gráficos en la primera página del “Semanario Literario e Informativo”, La Unión de Málaga, propiedad (junto a La Unión Ilustrada) de la misma empresa.
El hecho de que se reservara un espacio fijo para las caricaturas y las viñetas de Sánchez Vázquez en la primera página de estas publicaciones es indicio del prestigio que este dibujante ya había logrado en su juventud. A la vez, da cuenta de la popularidad de la que gozó Sánchez Vázquez como innovador artista en la Málaga de los años veinte y treinta.
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Portada del diario malagueño La Unión Mercantil, del día 15 de diciembre de 1931. | Portada del semanario La Unión de Málaga, fechada el 8 de enero de 1934. |
No obstante, la creciente notoriedad de Sánchez Vázquez no se limitó a principios del siglo XX a los confines de su ciudad natal. En los años veinte comienza a ser un artista gráfico conocido en toda España cuando colabora en algunas de las más afamadas revistas de humor de tirada nacional, para las que crea viñetas e incluso portadas o contraportadas. Estamos hablando de publicaciones cómicas madrileñas hoy día ya legendarias en la historia de nuestro país, tales como La Risa, Gutiérrez o Buen Humor, igualmente vinculadas a la actividad de la “otra generación del 27”.
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Portada de la revista La Risa, del 29 de abril de 1923. | Contraportada de la revista Buen Humor, del 28 de enero de 1923. |
En estas viñetas de mayor tamaño se puede apreciar con más nitidez el estilo desenfadado y moderno de Sánchez Vázquez, propio de las vanguardias europeas de dibujo del siglo XX y con una clara vocación de desvincularse de acartonados modelos decimonónicos, más detallistas y cercanos al grabado. El autor no utilizaba bocadillos y escribía los textos bajo las viñetas, lo cual generaba la creación de un dibujo más amplio, sin la necesidad de insertar espacios para las alocuciones de los personajes esbozados.
Este período de la vida profesional del autor malagueño fue fértil y lleno de triunfos personales. Sánchez Vázquez debió ver la vida con esperanza y optimismo. A las publicaciones de su trabajo en relevantes diarios y revistas, se sumó la confianza depositada en él por las instituciones malagueñas. En 1924 participa en la “Exposición y Feria de Muestra y Álbum de Málaga y su Provincia”, localizada en el paseo del parque, junto a la casa consistorial. Según el catálogo ilustrado de esta actividad, «el joven y ya célebre caricaturista Pepe Sánchez Vázquez, [es] expositor de ocho caricaturas graciosísimas, de inconfundible estilo y trazos ingeniosos y muy felices» (González Anaya, 1924: s./p.).
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Sede de la Exposición y Álbum de Málaga donde expuso Sánchez Vázquez en 1924. |
En 1927, Sánchez Vázquez publicita de una manera iconoclasta y divertida la Semana Santa malagueña en un folleto divulgativo, dibujando una pareja en una moto que lleva un cartel de esta celebración tradicional de cariz religioso en la ciudad.
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Folleto divulgativo de la Semana Santa de Málaga 1927. |
Fueron años de experimentación. Sánchez Vázquez se ubicó en el epicentro de la actividad cultural de una Málaga que comenzaba a plantear innovadoras propuestas artísticas. Cuando dos artistas y docentes de la ciudad, Antonio Martínez Virel y Federico García González, decidieron crear la primera película de ficción de Málaga en 1928, No hay quién la mate, José Sánchez Vázquez no dudó en aceptar el papel de protagonista. El film, como otros muchos de aquella época, se ha perdido y no se conserva ninguna copia en celuloide de esta obra. Pero algunos fotogramas sí han superado el paso del tiempo. Entre ellos, hay uno en el que aparece Sánchez Vázquez junto a la coprotagonista de la película, Josefina Avilés, en una castiza calle malagueña. Aparentemente (y de manera apropiada para el artista), una de las claves de la cinta era el humor. Por ejemplo, según se mantiene en la tradición oral de la familia Martínez Virel, el título de la historia hace referencia a una mosca (Griñán, 2023).
Así pues, como vemos, Sánchez Vázquez también está asociado a los orígenes del cine en Málaga. Un arte que estaba empezando a crear aficionados y por el que el que sentirían pasión otros artistas de su generación, como Manuel Altolaguirre[4].
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José Sánchez Vázquez, protagonista con Josefina Avilés del film malagueño No hay quién la mate (1928). |
En la primera mitad de los años treinta, José Sánchez Vázquez continúa su compromiso con la renovación del arte malagueño. Coincidiendo con el ocaso del régimen de Primo de Rivera y con la llegada esperanzadora de la II República, unos cuantos artistas deciden crear en Málaga una dinámica agrupación, la Asociación Libre de Artistas (A.L.A.). Sánchez Vázquez formó parte desde el principio de ese primer conjunto de creadores que impulsó la Asociación junto a otros como Torreblanca, Castillo Burgos, Jorge Miguel Ravassa, Pellicer, Casares, etc. (Llamas, 1996: 396). Este grupo, que fue creciendo con el tiempo, organizó una serie de actividades culturales como una convención anual de exposiciones, llamada “Salón de Agosto”, concursos de carteles, de fotografía artística, etc. Apoyados por instituciones como la Sociedad Económica de Amigos del País o la Escuela de Bellas Artes, la A.L.A. fue la iniciativa más importante creada en Málaga en los años treinta con el objetivo de modernizar el panorama de creación artística en la ciudad. «El programa esencial era el de ser apolíticos, supuesta separación con el arte instituido, fomentar el arte minoritario, plantear la multiplicidad como ejemplo de libertad y difundir la cultura y el arte» (Sauret, 1999: 334-5).
Sánchez Vázquez participó de lleno en esta iniciativa, lo que sin duda contribuyó a aumentar su prestigio como creador. Aunque, desafortunadamente, no hemos encontrado hasta la fecha testimonios de pinturas firmadas por Sánchez Vázquez en esos años, el autor es mencionado en varias publicaciones de la época como prometedor artista malagueño. Por ejemplo, en el artículo “Reseña de los pintores de Málaga”, publicado en 1933 en la revista ilustrada Blanco y negro, por Salvador González Anaya (1933: 143), presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo y alcalde de Málaga en dos ocasiones . Vázquez también es mencionado, como hemos visto, en el ensayo, Pintores malagueños contemporáneos, ya citado, de Manuel Prados y López (1934).
A mediados de los años treinta la vida sonreía al artista. En marzo de 1935 el popular dibujante contrae matrimonio con la joven Elvira Civera. La boda tiene relevancia social. En sus notas de sociedad, “Vida de relación”, la revista malagueña, Estela, cita:
Días pasados, con la testificación del Excmo. Sr. Gobernador civil don Alberto Insúa [periodista y escritor] y de los señores don José Pérez Asencio [que ocupó, entre otros cargos, el de Jefe Superior de la Administración Civil del Estado, y fue nombrado por el Rey Alfonso XIII, Comisario de Fomento], don Salvador González Anaya [presidente de la Real Academia de San Telmo y futuro alcalde de Málaga, de nuevo, en 1935], don Ernesto Simón, don Antonio Burgos Ons [artista y profesor en Bellas Artes], don Manuel García Santos [redactor jefe de La Unión Ilustrada], don José Martínez de Federico y don Juan Cortés Salido [periodista de La Unión Ilustrada], celebráronse los desposorios de la muy bella y distinguida señorita Elvira Civera Simón con el conocido dibujante don José Sánchez Vázquez. La boda se celebrará dentro de breves días. (Estela, 1935: 14).
La trayectoria profesional del dibujante iba en ascenso. En su día a día personal, también se suceden las buenas noticias. Sin embargo, todo se transformó un 18 de julio de 1936. Estalla la Guerra Civil en España. Y el efecto en la vida cultural de Málaga es inmediato. La A.L.A. cesaría sus proyectos y actividades. Y no es lo único que iba a cambiar a partir de entonces en la vida del artista malagueño.
4.- La Guerra Civil española (1936-1939)
Además de representar la culminación más espantosa del declive socioeconómico que España había sufrido durante siglos, la Guerra Civil supuso una crisis cultural e identitaria en nuestro país de una magnitud monumental. Muchos españoles se vieron obligados a abandonar la península. Se creó una discontinuidad ideológica, de valores y de idiosincrasia nacional, a la postre insalvable, entre los que se fueron y las generaciones que recuperaron la democracia décadas más tarde. Un vacío, una desconexión entre españoles de principios y finales del siglo XX que no se llegó nunca a subsanar. Por otro lado, la nueva España constitucional se vengó posteriormente de una parte importante de los intelectuales y creadores simpatizantes con el régimen previo, minusvalorando, ignorando e incluso ridiculizando toda su actividad cultural y artística.
En Málaga, una ciudad singularmente castigada por la contienda, miembros de los dos bandos sufrieron de manera directa el conflicto. De la Generación del 27 de la ciudad, a la que pertenecería, como hemos comentado, José Sánchez Vázquez, por edad y por sus esfuerzos en la labor de renovación del arte malagueño, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados partieron al exilio. José María Hinojosa, intelectual conservador, fue fusilado a un mes del inicio del llamado “alzamiento nacional”[5] en el cementerio de San Rafael de Málaga. Sánchez Vázquez muy probablemente los conocía a todos ellos.
El golpe de estado de los sublevados no triunfó en 1936 en Málaga, población que quedó dentro de los confines de la España republicana. Posiblemente fueron días complicados para Sánchez Vázquez, otro artista de derechas, como Hinojosa, lo suficientemente reconocido y mediático como para ser consciente de una posible amenaza sobre su vida (y la de su familia). El caricaturista fue testigo de muchos asesinatos en la ciudad de personas de ideología conservadora como la suya. Sánchez Vázquez trabajaba entonces para La Unión Mercantil, cuya redacción se cerró el 18 de julio de 1936, cuando la sede del rotativo fue incendiada[6]. En una ciudad polarizada ideológicamente, miembros del Consejo de Administración y periodistas del diario fueron asesinados, incluido el hijo del fundador de La Unión Mercantil, Ángel Creixell. Lo mismo ocurrió con directivos y periodistas de otros diarios de derechas, como el Diario Málaga y El Cronista.
Sería interesante poder reconstruir esos días de inquietud e incertidumbre por los que atravesó el artista. Las tropas franquistas, lideradas por Queipo de Llano, entraron en Málaga el 8 de febrero de 1937. Entonces se inició un movimiento de represión a la inversa. Miles de malagueños fueron masacrados en el episodio de la desbandá, huyendo por la carretera costera hacia Almería. Y otros tantos fueron fusilados en un proceso de durísima represión. El diario republicano antifascista, El Popular, fue incautado. El 10 de febrero en esa misma rotativa se empieza a publicar el periódico Arriba, controlado por la Falange, que días después cambió su nombre por el de Sur. El diario Sur pasó después a ser parte de la Cadena de Prensa del Movimiento y sigue existiendo hoy día.
Al diario Sur, como veremos, estaría ligado José Sánchez Vázquez como humorista gráfico durante buena parte de su vida. Pero ¿cuál fue la actitud y qué tipo de actividad desarrolló el artista durante la Guerra Civil? Desde el principio el artista mostró un apoyo consistente al “Alzamiento”. Y esto lo demostró de la mejor manera que sabía: colaborando con sus dibujos y chistes en la prensa, que ahora ya se editaba toda con una línea conservadora. Una de las publicaciones, a la que pronto se sumó Sánchez Vázquez en Málaga como colaborador fue Boinas Rojas, diario de Falange Tradicionalista y de las J.O.N.S., que sacó su primer número apenas un día después de la toma de la ciudad por los nacionales[7]. El artista empezó a publicar chistes gráficos casi a diario en la portada de Boinas Rojas en el nº 11, del 20 de febrero de 1937. Durante casi todo el año 1937 creó viñetas en las que ironizaba, entre otros temas, sobre los rojos y su ejército, el apoyo ruso a la II República o el gobierno de Valencia.
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Portada de la publicación Boinas Rojas del 30 de marzo de 1937. |
También realizó Sánchez Vázquez en esta publicación algunas caricaturas de personajes relevantes en la vida política, local e internacional de aquella época: como el socialista francés Léon Blum (retratado como un pulpo que desarrollaba multitud de actividades por medio de sus tentáculos) o el cónsul italiano en Málaga, Tranquillo Bianchi, quien salvó cientos de vidas de malagueños de uno y otro bando durante la contienda.
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Viñeta y caricatura de Sánchez Vázquez aparecidas en diferentes números de Boinas Rojas. |
Y no fue solo en publicaciones malagueñas donde Sánchez Vázquez contribuyó con sus dotes artísticas al apoyo al Ejército Nacional durante la contienda civil. Vázquez publicó, por ejemplo, también en La Ametralladora, la revista de difusión nacional coordinada por el escritor y humorista Miguel Mihura antes de que éste se lanzara a crear la legendaria La Codorniz, una vez acabada la guerra. La Ametralladora, dirigida en un principio a los soldados del bando sublevado, terminó convirtiéndose en una revista cómica consumida por lectores de todo el territorio ocupado por las tropas franquistas. Sánchez Vázquez tuvo la oportunidad de colaborar en sus páginas con sus viñetas. Aportó chistes castizos malagueños a la publicación, pero también creó humor gráfico que caricaturizaba al bando republicano durante la guerra.
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Portada de La Ametralladora del 13 de junio de 1937 (dibujada por Roger Roy), que contiene varios chistes de José Sánchez Vázquez, como el que se muestra a la derecha. |
Tal y como hemos comentado, la contienda civil española fue un acontecimiento que marcó inexorablemente la vida y obra no solo de los autores republicanos, muchos de los cuales se refugiaron en el exilio. Sino También condicionó la trayectoria profesional de los creadores de derechas que defendieron la causa de los sublevados contra la II República.
Hay un Sánchez Vázquez antes de la guerra. Y otro posterior a ella. El primero era un artista joven y renovador admirado por todos. A partir del conflicto es posible que, especialmente en los inmediatos años cuarenta y cincuenta, algunos empezaran a concebir y catalogar al autor como parte del status quo, del “establishment”. Incluso considerarlo como creador alineado con el nuevo régimen. Y, por tanto, no afín a un importante porcentaje de españoles, dentro y fuera de nuestro país. La Guerra Civil supuso un desgarramiento intelectual y cultural en la historia de España. Y a la postre, antes o después, resultó siendo un acontecimiento traumático para pensadores y creadores de ambos bandos.
5.- La España franquista. La llegada de la democracia
En el contexto de la nueva España surgida a partir del conflicto bélico fraternal, Sánchez Vázquez era un privilegiado en el panorama cultural de la ciudad de Málaga. Se había manifestado a favor de los “vencedores” de la confrontación. Poseía un buen ganado prestigio como artista y mantenía buena relación con los poderes fácticos de la capital. Además, su acceso a los medios de comunicación en los que podía seguir colaborando era directo y expedito.
Es el caso, por ejemplo, del diario Sur, que se convirtió tras la conflagración en el periódico más importante de Málaga durante toda la segunda mitad del siglo XX. Todavía hoy día es el diario local más leído por los malagueños.
Sánchez Vázquez ocupó durante décadas el estatus de humorista gráfico “oficial” del diario Sur. Tras la Guerra Civil, y hasta casi el fin de sus días, recibió eln encargo de dibujar una viñeta cómica diaria en este periódico. Así que más de una generación de malagueños esbozaron una sonrisa durante años al ver y leer el chiste gráfico del día ubicado normalmente en la segunda página del diario.
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Cabecera de la segunda página del periódico Sur del día 29 de marzo de 1953. A la izquierda se solía situar el chiste de Sánchez Vázquez. |
El autor abandonó el bélico “humor de combate” que había adoptado durante la guerra y volvió a la práctica de una comicidad inofensiva, local y, en ocasiones, folclórica, que es la que probablemente habría seguido utilizando si no hubieran sobrevenido las dramáticas circunstancias políticas en el país a partir de 1936. Un humor neutral desde un punto de vista ideológico y sin ningún sentido propagandístico.
El uso, en ocasiones, de personajes típicos de Málaga, de la jerga malagueña, de referencia a calles de la ciudad, como la calle Larios, etc., nos puede animar a sugerir que Sánchez Vázquez es el máximo exponente de la creación del chiste gráfico moderno plenamente malagueño. Aunque autores actuales de Málaga desconozcan la contribución que el autor hizo a este campo.
En cualquier caso, Sánchez Vázquez permaneció en Sur como humorista gráfico de cabecera, hasta que progresivamente fue substituido por Elgar[8].
Otra prueba de la sintonía que mantuvo Sánchez Vázquez con las instituciones públicas malagueñas es que el artista siguió colaborando durante esta etapa con los organismos locales del Estado. En 1946 se le encarga una Guía Festiva de Málaga sobre la Feria de Agosto de aquel año, que contiene textos y dibujos del autor.
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Guía “Málaga Festiva” de la Feria de Málaga de 1946, con caricaturas y texto de José Sánchez Vázquez. |
Sánchez Vázquez inicia una carrera como docente y se convierte también con el paso de los años en profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Málaga. A finales de 1968 resulta elegido como académico numerario en la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga, con el número 190.
El artista realiza periódicamente exposiciones de su obra pictórica en Málaga, sobre todo de su especialidad, la acuarela. A veces también fuera de la ciudad, e incluso en el extranjero. El 17 de enero de 1954, por ejemplo, el periódico ABC informa que el día anterior se había inaugurado una exposición del pintor y dibujante malagueño, José Sánchez Vázquez, en sala Minerva del Círculo de Bellas Artes de Madrid: «En el acto de apertura hablaron los escritores don José Francés y don Alberto Insúa, los cuales dedicaron grandes elogios a la obra y la personalidad del artista» (ABC, 1954: 35)[9].
Es bastante posible que ésta sea la misma exposición que estuvo abierta en febrero del mismo año en el hotel Miramar de Málaga. La foto adjunta captura la visita a la muestra de autoridades locales, quizá en su inauguración. El gobernador civil de Málaga de la época, Manuel García del Olmo, se sitúa en primer plano observando los cuadros. Detrás de él, con americana oscura, José Sánchez Vázquez.
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El Gobernador Civil de Málaga y José Sánchez Vázquez (con americana más oscura), visitando una exposición del artista en 1954 en el malagueño Hotel Miramar. |
Los catálogos que conservamos de otras muestras nos indican que Sánchez Vázquez estuvo casi hasta sus últimos días (fallece en 1982) organizando exposiciones de su obra. Hay exhibiciones que datan de los años setenta e, incluso, de 1980.
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Catálogos de exposiciones de Sánchez Vázquez en los años 1978 y 1980. |
No tenemos noticias de que museos de la ciudad de Málaga posean obras de José Sánchez Vázquez, así que suponemos que las piezas todavía existentes del autor están en manos privadas. Por las pinturas que hemos podido localizar y ver, además de por sus títulos en catálogos de diversas muestras, podemos hacernos una idea del estilo y contenidos de sus cuadros.
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Acuarelas de José Sánchez Vázquez. |
Fiel heredero del costumbrismo de la Escuela malagueña practicado por autores como Bernardo Ferrándiz, Moreno Carbonero o Leoncio Talavera, las obras de Sánchez Vázquez que nos han llegado se caracterizan por el retrato de típicos paisajes de Málaga y su provincia, corridas de toros, barcas, pescadores y otros personajes “boquerones”, etc. Más allá del talento indudable del artista que reflejan sus acuarelas y de su incuestionable dominio de la técnica, las imágenes suelen ser representaciones tradicionales de la España más consuetudinaria. No hay mucha innovación en este sentido. En ocasiones, el autor trata de hacer versiones más contemporáneas de escenas callejeras malagueñas. Pero, en general, aunque el resultado sea atractivo e, incluso original, la temática pictórica que conocemos de las últimas décadas de vida de Sánchez Vázquez presenta una Málaga más bien cañí y su propuesta artística queda anclada en el pasado. Echamos algo de falta la pulsión revolucionaria de sus años de juventud.
Es posible que, en parte, Sánchez Vázquez, incidiera durante los años cuarenta, cincuenta y sesenta en realizar un tipo de pintura folclórica por razones económicas. Es lo que vendía en ese tiempo. En 1965, la revista Dígame realizó un breve reportaje sobre la práctica de Sánchez Vázquez de comercializar con abanicos sobre los que pintaba escenas taurinas. Decía haber vendido miles de ellos. Con su característico sentido del humor, le comentaba a su entrevistador: «Si todos los abanicos que yo he decorado se movieran al mismo tiempo, provocarían uno de los ciclones que ‘el hombre del tiempo’ anuncia a través de las pantallas de televisión» (Galindo, 1965, p. 52). Sea como sea, esta orientación creativa asociaba aún más en Málaga a Sánchez Vázquez con un periodo ya populachero, e incluso, rancio que muchos españoles estaban dispuestos a superar.
No es de extrañar pues que cuando surgieron movimientos artísticos renovadores en la Málaga de mediados y finales de los cincuenta, una figura como la de Sánchez Vázquez no sirviera de referente. Es posible que para un colectivo como el de la “Peña Montmartre”, creada en 1954, Vázquez no fuera más que un autor próximo a las autoridades franquistas que hacía chistes gráficos en el diario Sur, con un estilo algo desfasado, y creaba cuadros de toros y marismas malacitanas. Es decir, casi todo lo que intentaban dejar atrás. Puede que ni siquiera conocieran su recorrido innovador de antes de la Guerra Civil. Por eso, los jóvenes creadores malagueños de la época buscaron enlazar con otras guías autóctonas, con otras tradiciones con los que sentirse identificados. Es lo que intentaron los artistas del llamado “Grupo Picasso”, fundado en 1957, lanzándose a la aventura y viajando para visitar en Francia al pintor más conocido del mundo. Ninguno de estos colectivos contó con Sánchez Vázquez como su padrino artístico.
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Portada de Chispazos (1958). |
Curiosamente, tal vez queriendo recobrar su liderazgo y presencia en la escena artística malagueña, el autor perchelero publicó en 1958 su único libro: un recopilatorio de viñetas publicada por él en prensa[10]. Chispazos es el título del tomo en el que se pueden ver y leer, recogidas en un mismo volumen, muestras del tipo de humor gráfico característico de Sánchez Vázquez. Como en otros colegas ya mencionados de la “otra generación del 27”, se trataba de un humor blanco en el que el protagonista era el ciudadano medio.
Aunque muchos chistes se pueden situar en cualquier punto de la geografía española, lo cierto es que Sánchez Vázquez cultivaba humor andaluz. Y muy concretamente malagueño. Eso se reconoce en el acento y el vocabulario que emplean los protagonistas de las viñetas, en la localización de éstas (el estadio de la Rosaleda, Torremolinos, etc.), en el ambiente y en la caracterización de personajes típicos de las calles de Málaga. Hasta cierto punto, se podría decir que Sánchez Vázquez traslada el costumbrismo que había asimilado en la Escuela de pintura malagueña al humor gráfico. Es por eso, como hemos comentado, que creemos que su obra se debe considerar pionera en la creación del chiste gráfico malagueño.
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Varias muesrtas de humor gráfico incluido en el volumen Chispazos (1958). |
A partir de mediados de los setenta tiene lugar en nuestro país la transición a la democracia. España mira hacia el futuro. José Sánchez Vázquez fallece en 1982, a los 80 años de edad. Algún tiempo antes había abandonado voluntariamente su segunda “casa”, el diario Sur. Posiblemente, ante la incomprensión que halló en esta publicación, que no supo brindar el homenaje debido al hombre y artista que, entre otras viejas glorias, había revolucionado la caricatura y el humor gráfico malagueño durante el siglo XX[11].
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Edificio de la Plaza de Basconia a mediados de los setenta, en el que residió José Sánchez Vázquez antes de su fallecimiento. |
Probablemente la última puntilla hacia la incomprensión y el olvido del maestro fue la arrolladora irrupción en los años setenta y ochenta de una oleada de humoristas y autores satíricos articulados en torno a revistas como Hermano Lobo o El Papus, junto a la explosión del cómic independiente y experimental en toda España. Se estaba creando una nueva nación, el franquismo había conseguido arrinconar en un cuarto vacío la memoria histórica de la cultura de antes de la guerra, y primaba la novedad, la originalidad, y el soltar el lastre del traumático pasado inmediato.
Gracias al certificado de defunción que logramos obtener en el Registro Civil de Málaga conseguimos conocer donde había vivido José Sánchez Vázquez los últimos años de su vida. Se trata de un bloque en la Plaza de Basconia, cerca de los primeros números de la malagueña calle Eugenio Gross.
El documento también nos indica que Sánchez Vázquez había sido enterrado en el Cementerio de San Miguel, donde se encuentran las sepulturas de figuras ilustres de la ciudad (el escritor Salvador Rueda y el pintor Moreno Carbonero, entre otros). Así que nos dirigimos al citado Cementerio con la esperanza de hallar allí la tumba del artista.
No pudimos localizarla. Pero gracias al personal encargado de conservar este camposanto se nos informó de que los restos de Sánchez Vázquez se habían llevado al Parque Cementerio de Málaga, Parcemasa. Hacia allá nos encaminamos para descubrir en un nicho el desangelado lugar, sin flores, del descanso final de José Sánchez-Vázquez y sus familiares. Al enfrentarnos a la sepultura cierta sensación de vacío se apoderó de nosotros. Y pensamos un momento algo así como lo que escribió una vez Bécquer: "Dios mío, qué solos se quedan los muertos".
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Nichos de José Sánchez Vázquez y familia en el cementerio malagueño de Parcemasa. |
6. Conclusión
En la eterna España de las dos imperecederas Españas todavía queda mucho trabajo por hacer. Nuestra democracia aún debe reconstruir el eslabón perdido que nos conecte de manera directa con la cultura y el pensamiento progresista de antes de la Guerra Civil, disperso y extraviado por el drama del exilio. Además de a causa del rimbombante y hueco discurso franquista que en su momento preconizaba el nacimiento de una “nueva etapa histórica” durante la cual se consiguió evitar educar a varias generaciones de españoles en los logros de los intelectuales y artistas de las primeras décadas del siglo XX.
Un proceso análogo se produjo posteriormente, a partir de mediados de los setenta, en el que la España constitucional cuestionaba, e incluso menospreciaba, el valor de la producción de décadas anteriores de los autores y creadores que se habían alineado con el bando nacional durante y después de la Guerra Civil.
La Generación del 27 es un caso claro del daño causado por estas dos posturas. En el brazo malagueño de este amplio colectivo de literatos y artistas ha costado mucho más tiempo recuperar y revalorizar la obra de personas como José María Hinojosa o José María Souvirón debido a su ideología política conservadora. Nos parece que lo mismo sucedió con muchos de los humoristas incluidos en lo que José López Rubio bautizó como “la otra Generación del 27”, tales como Edgar Neville, Miguel Mihura o Tono, a los que les ha costado más tiempo alcanzar el reconocimiento y respaldo de la crítica debido a que favorecieron la sublevación militar franquista[12].
José Sánchez Vázquez compartió rango de edad e ideología con estos autores localizados en Madrid. Publicó en algunas de las mismas revistas que ellos. Y se relacionó con destacados miembros malagueños de la literaria Generación del 27 como Altolaguirre e Hinojosa. Es verdad que la trayectoria de Sánchez Vázquez era más la del artista que la de escritor. Pero desde Málaga este autor compartió con “la otra Generación” una agenda creativa muy similar a la de ellos respecto a la renovación del humor en España, en términos de estilo y de contenido, a través de innovadoras caricaturas y chistes gráficos.
Quizá si se hubiera trasladado a Madrid y hubiera hecho grupo con los autores cómicos de la capital, su labor habría sido más ampliamente reconocida. Sin embargo, el hijo de dos percheleros obreros que se convirtió en el humorista gráfico más conocido de Málaga en su juventud prefirió permanecer en su localidad natal. Y plantear la revolución artística desde su ciudad, a la que amaba. Retratando a sus gentes y provocándoles a diario durante décadas la sonrisa o la carcajada.
Aún queda mucho por investigar sobre la vida y obra de José Sánchez Vázquez. Pero entendemos que puede ser considerado como el apéndice, como la extensión malagueña y andaluza de la “otra Generación del 27” con un tipo de humor gráfico de vanguardia, peculiar y autóctono, que adquiría su particular personalidad al incorporar el gracejo boquerón, el ceceo, el olor de la biznaga y la luz y los personajes más tradicionales de su litoral.
Se hace necesario pues desgarrar el sospechoso velo del olvido con el que Málaga cubrió a este artista y resituar su obra en el lugar que le corresponde en la historia del humorismo gráfico malagueño y nacional.
BIBLIOGRAFÍA
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López Romero, L. (2020). “La represión en la prensa malagueña conservadora al inicio de la guerra civil: el declive de La Unión Mercantil”. Communication & Society, Vol. 33 (2), pp. 91-104.
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Zaragüeta y Enfedaque (Ed.). 1927. Málaga 1927: Semana Santa. Imp. De Enrique Montes.
NOTAS
[1] Dice, lacónicamente: «José Sánchez Vázquez, uno de los más famosos pintores y dibujantes malagueños, falleció ayer a los 80 años, después de una larga enfermedad. Expuso sus acuarelas en varias capitales del mundo» (Sánchez Vázquez, 1982).
[2] Este término se popularizó desde que lo utilizara el autor, José López Rubio, como título de su discurso de ingreso en la RAE en el año 1983.
[3] Esta tutorización es recogida por varios autores. Por ejemplo, en el ensayo Pintores malagueños contemporáneos, publicado en 1934 y que recogía el discurso del periodista y escritor, Manuel Prados y López, al ser nombrado Académico de Número en la misma Academia de San Telmo (Prados y López, 1934: 81).
[4] Altolaguirre trabajó como guionista, productor e incluso director de películas desde su exilio en México. Colaboró con Luis Buñuel en el galardonado filme Subida al cielo (1952). De hecho, Manuel Altolaguirre fallece tras un accidente cuando volvía a Madrid de presentar en el Festival de San Sebastián su largometraje El Cantar de los Cantares (1959), basada en textos de Fray Luis de León.
[5] Hinojosa fue asesinado con su padre y su hermano. Curiosamente también junto a Luis Altolaguirre, hermano de Manuel. Más tarde, Federico Altolaguirre, hermanastro de Manuel y militar republicano, también sería ejecutado por el bando nacional.
[6] Toda la prensa conservadora desaparece en Málaga tras el 18 de julio de 1936. Tan solo queda en pie el diario republicano, El Popular. La Unión Ilustrada había sufrido anteriormente persecución y violencia, sobre todo en manos de sectores anarquistas. Todo esto está bien reflejado en el artículo “La represión en la prensa malagueña conservadora al inicio de la Guerra Civil: el declive de La Unión Mercantil”, publicado por Laura López Romero (2020).
[7] Boinas Rojas se presentó eufórico a la población malagueña en su editorial del número 1 del 9 de febrero de 1937 con estas palabras: «Apenas si hace veinticuatro horas que nuestras tropas entraban triunfalmente en Málaga y ya sale nuestro diario. Sabiendo como han dejado la canalla marxista nuestra ciudad, sin energía eléctrica, sin gas, sin papel, sin ninguno de los elementos necesarios para editar un periódico, se estimará mejor el esfuerzo y los sacrificios que hemos tenido que realizar, lector, para que pueda llegar a tus manos esta hoja. Somos un diario neta y rotundamente tradicionalista, que es tanto como decir español cien por cien, católico a machamartillo, enamorado fervoroso de todo lo que tan heroica y brillantemente defiende nuestro ejército» (p. 1).
[8] Llama mucho la atención los homenajes que recibió Elgar de por vida y tras su fallecimiento (existe incluso un Certamen Nacional de “Elgar” Viñetas Periodísticas) frente al casi completo vacío que ha sufrido Sánchez Vázquez en la memoria de los malagueños.
[9] José Francés (1883-1964) fue un importante teórico de la viñeta contemporánea española. Entre otros escritos, publicó el libro Los Dibujantes e Ilustradores españoles contemporáneos (1945).
[10] Juan Antonio Rando, periodista que llegó a ser director de Radio Nacional en Málaga, prologó el libro: «Su camino [el de Sánchez Vázquez] es largo en la vida artística y sus chistes -miles y miles- aparecieron en Buen Humor, Gutiérrez, La Risa, La Gracia, La Unión Mercantil, Informaciones, Pueblo, Fotos y Sur, aparte de las colaboraciones periódicas en diarios gallegos y andaluces» (Sánchez Vázquez, 1958).
[11] Manuel Barrero entrevistó en 2003 para Tebeosfera a Elgar, sucesor de Sánchez Vázquez, en el periódico Sur. Cuando se le preguntó si había algún otro humorista gráfico malagueño en activo en los años cincuenta, respondió: «Estaba yo, que comencé con mi chiste diario en La Tarde y luego en SUR, y había otro dibujante muy famoso, José Sánchez Vázquez, que estuvo de dibujante en SUR desde el principio. Llegó a aparecer un libro recopilatorio de sus chistes en 1958, Chispazos, que lo prologó Juan Antonio Rando [para el sello Denis], pero luego se marchó disgustado al Informaciones de Madrid al ver que mis chistes comenzaron a ofrecerse a dos columnas cuando a él se lo daban a una. Era un hombre sin humor ninguno, pero era un excelente dibujante. Al contrario que me pasaba a mí, que no sabía dibujar, él dibujaba muy bien y era un caricaturista fenomenal, también acuarelista. Cuando Cajiga me llevó a La Tarde, los míos eran más actuales y este hombre [Sánchez] estaba anquilosado, tenía un humor muy antiguo. Y se cabreó porque al entrar en el SUR yo se disgustó. Es como si yo me disgusto hoy porque al Idígoras le publican a cuatro columnas y a mí a una; por eso no me iba a molestar ¿no?» (García Duarte, 2004). Entendemos que estas declaraciones se comprenden mejor dentro de la competitividad típica entre colegas de profesión trabajando en un mismo medio.
[12] Habría que juzgar, por extensión, la obra de autores como Agustín de Foxá, José María Pemán, Giménez Caballero, y muchos otros, únicamente por su valor intelectual y artístico, sin dejarnos influir por su posicionamiento político durante la Guerra Civil y años posteriores.