Title:
Sailor Moon's translation
Resumen / Abstract:
La antroponimia en el manga posee una función caracterizadora, dotando a personajes ficticios con nombres portadores de un significado profundo que a menudo refuerzan su personalidad, e implicando al lector en la historia. El presente artículo ilustra algunos de estos mecanismos caracterizadores presentes en el manga Sailor Moon, así como los distintos acercamientos presentes en sus dos traducciones oficiales al castellano junto con una reflexión sobre su recepción por parte de la comunidad de aficionados. / Anthroponymy has a characterizing function in manga, providing fictional characters with names containing a profound meaning that reinforce their personalities and engage the reader in the story. This paper analyzes and illustrates some of these characterizing mechanisms in manga Sailor Moon, as well as the different approaches present in its both official translations into Spanish, along with a brief reflection regarding its reception among the fan community.
Palabras clave / Keywords:
Traducción de cómics, Otakuología, Antroponimia, Caracterización, Sailor Moon/ Comics Translation, Otakuology, Anthroponymy, Characterization, Sailor Moon

ANTROPONIMIA, CARACTERIZACIÓN Y “OTAKUISMO”: FACTORES CLAVE PARA LA TRADUCCIÓN DEL MANGA SAILOR MOON


1. Primeras pinceladas

Sailor Moon (Bishōjo Senshi Seeraa Mūn[1], 1992-1997) es el título que da nombre a una serie de shōjo manga, dentro del género magical girls, escrita e ilustrada por Takeuchi Naoko. Su historia narra la vida de Tsukino Usagi, una patosa y despreocupada estudiante de secundaria del distrito tokiota de Azabu Jūban, y cómo una gata parlante llamada Luna le revela su alter ego como superheroína (Sailor Moon), cuyo destino es luchar por el amor y la justicia. A medida que avanza la historia, otras superheroínas se suman a la lucha contra las fuerzas malvadas: Sailor Mercury, Sailor Mars, Sailor Jupiter, Sailor Venus, Sailor Uranus, Sailor Neptune, Sailor Pluto y Sailor Saturn, cada una de ellas regida por un astro del sistema solar, el cual les otorga misteriosos poderes que les permitirán derrotar el mal apocalíptico que se cierne sobre la Tierra.

Aparte de valores universales como el amor y la amistad, la obra toca temas muy profundos y de tinte esotérico, tales como la mitología, la astronomía, la astrología y la mineralogía, aspectos que a menudo se ven reflejados en los nombres de sus personajes.

1.1 Contextualización de las ediciones y formatos de Sailor Moon

Los 52 capítulos o actos de que consta el manga original se serializaron por primera vez en la revista Nakayoshi de la editorial Kodansha entre los años 1992 y 1997, para posteriormente recopilarse en dieciocho tankōbon o volúmenes. El manga contó con dos reediciones en Japón: una en 2003 en formato shinsōban[2] (doce tomos más dos de historias cortas) y otra en 2013, constando de diez volúmenes en formato kanzenban[3].

Asimismo, y como es habitual en los cómics japoneses, la serie se adaptó a la pantalla, con cinco temporadas de anime que sumaron un total de doscientos episodios y tres largometrajes animados. El año 2003 presenció el estreno de la versión live action, abarcando la primera temporada o arco de la obra. En 2014 se estrenó una nueva adaptación animada, de la cual se han emitido las tres primeras temporadas hasta la fecha a través de la plataforma online Niconico, con subtítulos en doce idiomas[4]. La obra de Takeuchi ha contado con numerosos artbooks, musicales y videojuegos, teniendo un alcance y difusión internacional, considerándose a día de hoy uno de los clásicos universales del shōjo en Japón y en el resto del mundo.

El manga Sailor Moon fue publicado por primera vez en castellano por Glénat entre 1996 y 2000 con una traducción realizada por Estudio Phoenix basada en la edición francesa. En aquella época, muchos de los mangas que llegaban a España se basaban en ediciones extranjeras, y un considerable número de sus traducciones se realizaban a través de lenguas pívot[5] (Espada, 2007). Entre 2012 y 2014, Norma publicó una reedición del manga en formato shinsōban, la cual incluía una nueva traducción de la mano de Noemí Cuevas Rebollo, partiendo de la obra original en japonés.

     
   
  Portadas de la edición de Glénat.  
     

1.2 El telón de fondo

El gusto de Takeuchi por la encriptación de significados en los nombres de los personajes que crea en sus obras queda patente en Sailor V, precuela de la obra objeto de nuestro análisis, cuyo título original (Kōdo neemu wa Seeraa Bui[6]) podría traducirse como Nombre en clave: Sailor V. En dicho manga, la protagonista, Aino Minako (Sailor V), es descrita como la reencarnación de la diosa griega Afrodita. Dicha referencia entabla una relación intertextual con la Teogonía de Hesíodo (Doncel-Moriano, 2017) datada entre los siglos VII y VIII a. C. y narra el origen del cosmos y el linaje de los dioses de la mitología griega (Navok y Rudranath, 2009)[7].

Centrándonos ya en el manga Sailor Moon, existen claras evidencias de sus referencias a la mitología y a la astronomía, las cuales sirven de trasfondo y base argumentativa a la obra. La romántica (e incluso trágica) historia de amor entre Usagi y Mamoru resulta paralela a la descrita por los primitivos textos griegos en el mito de Artemisa/Selene y el pastor, aunque de linaje divino y legítimo ocupante del trono de Élide, Endimión[8]. Asimismo, los gatos parlantes de la historia fueron bautizados como Luna y Artemís, incidiendo en claras referencias al satélite de la Tierra y a la mitología griega respectivamente.

Si bien es cierto que Takeuchi pudo haber optado por una serie de códigos que no siempre fueran fácilmente identificables por el lector japonés (tales podrían ser las referencias a las mitologías occidentales, no tan reconocibles por el lector destinatario de la obra en su versión original), la carga de un significado estrechamente ligado a la historia apunta a que la creación y elección de estos nombres fue indudablemente deliberada por parte de su autora. La condición de heroínas anónimas y misteriosas que no deben revelar las identidades de sus alter egos apoyan la tesis de que Takeuchi, lejos de pretender ofrecer siempre una atribución antroponímica evidente, prefiriera tejer un telón de fondo que debiera ser gradualmente descifrado por el lector pese a no ser siempre palpable en una primera lectura.

2. Metodología

       
      Portadas de la edición de Norma manejada para este artículo.  
       

Lejos de pretender abarcar un extenso análisis teórico o de naturaleza estrictamente lingüística, este estudio propone un acercamiento transversal e integrador. Para dicho fin, en primer lugar se expondrá una breve revisión bibliográfica a tenor de la atribución antroponímica presente en obras de ficción, resaltando cómo esta contribuye a la caracterización de los personajes y supone un reto en el proceso de traducción. A continuación se esbozará un análisis de los nombres propios más representativos dentro de la obra original de Takeuchi, atendiendo al significado de los kanjis que los componen y a la evocación semántica de los juegos de palabras que los integran. Seguidamente se contrastarán sus dos versiones en castellano con el propósito de identificar los diferentes acercamientos empleados en la práctica traductora, basándonos en los conceptos de extranjerización y domesticación de Venuti (1995). Por último, el presente estudio abordará una breve apreciación de los receptores de la obra basada en fanliteratura, enfoque que arrojará luz a las conclusiones.

Hemos de reparar, no obstante, en la diversa variedad y categorización de los nombres propios, tales como los antropónimos (nombres de persona), topónimos (nombres de lugares) y títulos de obras, entre otros. Como indica el título del presente artículo, el objeto de este estudio es analizar de forma exclusiva algunos de los nombres propios de los personajes de Sailor Moon, pese a que la obra encierra una amplia variedad de topónimos en clave, tal y como dejan entrever Navok y Rudranath en su monografía sobre la serie (2009).

Los personajes objeto de análisis antroponímico serán enunciados en el orden japonés, donde el apellido precede al nombre, a fin de ilustrar más claramente los juegos de palabras a los que hace alusión este análisis. De igual modo, las menciones a su autora se harán siguiendo dicho orden a fin de mantener la coherencia del discurso a lo largo de este breve estudio de caso.

3. La caracterización a través de la antroponimia

La función caracterizadora de los nombres propios ha sido discutida y analizada en el ámbito de la crítica literaria, centrándose principalmente en la narrativa convencional, en obras como la novela y el relato. En un estudio pionero al respecto, Nuessel (1992: 39) apunta a la «calculada y consciente» atribución de nombres a los personajes literarios por parte de sus creadores con el fin de «transmitir mensajes a sus potenciales lectores». De forma similar, otros autores han subrayado el «placer añadido» de la lectura y el estrecho vínculo que se establece entre personaje y lector al dotar de significado a los nombres propios de los personajes en la literatura (Nilsen & Nilsen, 2007: xv). En el ámbito académico y el estudio del cómic, el nombre propio en general ha sido analizado haciendo referencia a su traducción, basándose en obras occidentales principalmente, tal como es el caso de Astérix (Villena, 2000), mientras que el discurso crítico en lo tocante a la traducción de antropónimos en el manga ha sido tratado principalmente en literatura divulgativa y de un modo meramente reivindicativo, como se apuntará en el antepenúltimo apartado del presente artículo.

En materia traductológica, a juicio de Torre (1994: 99), los nombres propios carecen «de significado y de todo valor connotativo, (…) y no presentan en principio ningún problema para el traductor», visión totalmente contrapuesta a la que ofrece Cámara, quien apunta a la traducción de nombres propios como uno de los problemas de traducción en textos de todo tipo (2009: 48). De hecho, la afirmación de Cámara va más allá, incidiendo más concretamente en los antropónimos como uno de los «elementos centrales en torno a los que se articula una obra», especialmente en literatura infantil y juvenil, por lo que adquieren «especial relevancia por la simbología y representatividad de los mismos» (Cámara, 2016: 28). Otros autores apoyan dicha tesis aplicada al cómic, aludiendo a que los nombres propios de los personajes de cómic implican a menudo juegos de palabras (Delesse, 2008), algo que también sucede en el caso concreto del manga, desempeñando un papel significativo en las narraciones de este tipo de historieta.

Teniendo en cuenta que las historias narradas en el manga son, en su amplia mayoría, ficticias, dotar de peso y de trascendencia a los personajes a través de su atribución antroponímica resulta, a menudo, un recurso muy útil para aportar cierto trasfondo al relato, así como para “acercar” los personajes al lector. Asimismo, el nombre propio de persona, en este sentido, posee una función determinante para envolver a la historia en un halo de misterio, codificando nombres en clave que, pese a ser potencialmente casuales, encierran una intención caracterizadora. 

En la cultura japonesa, el nombre propio goza de gran importancia. Tanto es así, que la elección de nombres para los recién nacidos japoneses se hace de forma muy concienzuda y minuciosa, dado que el significado de los kanjis que los componen y el número de trazos de su escritura son decisivos para dotar de personalidad a su portador y atraer la buena suerte. No es de extrañar que los autores japoneses muestren un comportamiento similar cuando “dan a luz” a sus personajes.

Dicho esto, la lengua japonesa cuenta con útiles recursos para evocar significado mediante los nombres propios. No obstante, estos suponen un obstáculo difícil de salvar en la práctica traductora, dados los complejos mecanismos de evocación y codificación de significado del japonés, muy distintos a los que poseen las lenguas indoeuropeas y más concretamente el español.

 

               
    En la edición de Glénat, Tsukino Usagi (Sailor Moon) fue rebautizada como “Bunny Tsukino”. ©1996 Takeuchi Naoko / KODANSHA Ltd. Vol 1. P. 3.          Presentación de Tsukino Usagi en la edición de Norma (2012) en la que se conservó su nombre original y donde figura acompañada de bocetos de conejos. ©2003 Takeuchi Naoko / KODANSHA Ltd. Vol 1. P. 5.    

 

3.1 Métodos para la construcción de significado en los nombres japoneses

Pese a la posibilidad de analizar con mayor profundidad matices que permitan una categorización más afinada, en el caso particular del manga como objeto de estudio abarcaremos, grosso modo, dos métodos principales para la construcción de significado en torno a los nombres propios de sus personajes.

— Construcción de significado mediante el uso de kanjis

Los kanjis son los sinogramas de la escritura japonesa que en origen representaban conceptos. Cada kanji posee uno o varios significados propios, pudiendo adquirir distintas denotaciones en combinación con otros kanjis en la formación de palabras. Asimismo, los kanjis tienen varias lecturas que dependen de su significado contextual y de su combinación con otros kanjis.

— Construcción de significado mediante juegos de palabras

Los juegos de palabras constituyen un recurso frecuente en la lengua japonesa y a menudo pueden generar cierta ambigüedad en palabras de igual sonido, siendo la representación ortográfica mediante kanjis junto con el contexto en que aparecen las palabras los métodos desambiguadores por excelencia. No obstante, la ausencia de kanjis en algunos nombres propios que aparecen en el manga de Takeuchi suele dar lugar a juegos de palabras en los que el significado sugerente o potencial nos llega ligado exclusivamente a su sonido.

 

               
            A la izquierda: Viñeta correspondiente a la edición de Norma (2012) en la que Mizuno Ami (Sailor Mercury) se presenta como la guardiana del agua y del conocimiento, enlazando tanto con el “kanji” de su apellido como con el carácter perspicaz y elocuente del dios grecolatino Hermes/Mercurio. ©2003 Takeuchi Naoko / KODANSHA Ltd. Vol 1. P. 188. 

   
            Sobre estas líneas: Viñetas correspondientes a la edición de Norma (2012) en la que Hino Rei (Sailor Mars) es presentada como la guardiana del fuego amparada por Marte. ©2003 Takeuchi Naoko / KODANSHA Ltd. Vol 1. P.122.    
                 

 

4. Análisis antroponímico

La narración de Takeuchi ofrece numerosos ejemplos de construcción de significado en la antroponimia mediante el uso de kanjis y juegos de palabras. A continuación se ofrece un somero análisis de los nombres de las cinco superheroínas que aparecen en el primer arco de la serie del manga, así como su relación con los astros del sistema solar y algunos de los elementos mitológicos a los que hacen referencia:

Tsukino Usagi:

Personaje

Kanji clave

Juego de palabras

月野うさぎ

Tsukino Usagi

/tsuki/ (Luna)

“Usagi” escrito con el kanji significa “conejo”

 

El kanji es homófono de la partícula de posesión /no/

 

«Conejo de la Luna»

Tabla 1. Tsukino Usagi

El kanji “tsuki” () del apellido de la protagonista significa “Luna”, haciendo referencia al astro del que recibe su poder como superheroína (Sailor Moon). El nombre de pila “Usagi”, pese a aparecer en hiragana[9] a lo largo de toda la obra (うさぎ), hace alusión a la palabra “conejo” en japonés. De hecho, son múltiples las referencias gráficas a dicho animal, que acompaña a Usagi a lo largo de la historia, tanto en el estilo de su peinado, el cual recuerda a las orejas de un conejo, como en los motivos decorativos de muchas de sus posesiones. De igual modo, son frecuentes las representaciones de Usagi en escenas cómicas mediante pequeños bocetos de conejos[10]. Asimismo, atendiendo exclusivamente a la evocación fonética del nombre, “Tsukino Usagi” establece un juego de palabras que hace referencia a un cuento popular japonés, según el cual se puede ver a un conejo amasando mochi (pastel de arroz japonés) en la superficie de dicho astro. A este proceso de amasar el mochi se le conoce como mochitsuki, denominación que se aproxima a la pronunciación en japonés de la expresión luna llena[11] (mochi no tsuki), actualmente en desuso. Casualmente, el peinado de Usagi se denomina dango atama debido la similitud que sus moños guardan con este típico plato japonés hecho a base de harina de arroz y que guarda una gran similitud con el mochi.

Mizuno Ami

Personaje

kanji clave

Juego de palabras

水野亜美

Mizuno Ami

/mizu/ (agua)

水星 /suisei/ (planeta Mercurio)

El kanji es homófono de la partícula de posesión /no/

«Ami del agua»

Tabla 2. Mizuno Ami

El apellido del personaje establece un paralelismo directo con el planeta Mercurio en japonés, el cual comparte el kanji de su apellido (). Asimismo, de forma aislada, dicho kanji significa “agua”, elemento asociado a este planeta y base de los ataques de su alter ego, Sailor Mercury. De igual modo, el elemento “agua”, asociado en Oriente al norte y al invierno, explicaría los efectos de hielo de sus ataques. En el taoísmo, el elemento “agua” representa la inteligencia y la sabiduría, característica destacada en esta estudiosa protagonista que además combina a la perfección con el carácter perspicaz y elocuente del avispado dios grecolatino del comercio Hermes/Mercurio, mensajero de los dioses.

Hino Rei

Personaje

kanji clave

Juego de palabras

火野レイ

Hino Rei

/hi/ (fuego)

火星 /kasei/ (planeta Marte)

El kanji   es homófono de la partícula de posesión /no/

レイ /rei/ proviene del anglicismo “ray” (rayo)

 

«Rayo de fuego»

Tabla 3. Hino Rei 

En el caso de Rei, tanto su nombre como su apellido poseen una carga semántica considerable. “Hino” contiene el kanji /hi/, el cual significa “fuego”, elemento asociado al planeta Marte y al color rojo que identifica el uniforme de esta superheroína. A su vez, ello combina a la perfección con su nombre en katakana “Rei” (レイ), préstamo del inglés que significa “rayo”. De su evocación fonética se desprende el significado “rayo de fuego”, elemento base de los ataques de su alter ego, Sailor Mars. De forma similar, el kanji aparece en la palabra japonesa que designa al planeta Marte, evidenciando la referencia al astro del sistema solar. Resulta interesante el hecho de que Rei sea una miko[12] y que el atuendo que viste frecuentemente sea el chihaya propio de estas figuras religiosas sintoístas, consistente en un hakama rojo (una especie de pantalón con pliegues que cubre hasta los tobillos), un haori blanco (una especie de chaqueta) y unos tabi también de color blanco (calcetines tradicionales japoneses). Asimismo, el templo sintoísta donde vive y trabaja pertenece a la denominación “Hikawa”, donde “hi”  significa “hielo”. En su monografía acerca de la historia, Navok y Rudranath (2008) apuntan a la existencia de dicho templo en el distrito de Azabu (Tokio) y a cómo Takeuchi modificó el kanji que significa “hielo” por su homófono (fuego) con el fin de reforzar el carácter y personalidad del personaje en el manga. De hecho, es habitual ver a Rei ilustrada meditando frente a una gran llama de fuego cuando realiza alguna de sus predicciones.

Kino Makoto

Personaje

kanji clave

Juego de palabras

木野まこと

Kino Makoto

/ki/ (árbol)

木星 /mokusei/ (planeta Júpiter)

まこと /Makoto/ aparece escrito en hiragana, dando lugar a ambigüedad de género

Tabla 4. Kino Makoto

La coincidencia del kanji tanto en el apellido del personaje como en los kanjis que componen el planeta Júpiter hace evidente la referencia a este último y a la predestinación de Makoto como Sailor Jupiter. En cuanto a su nombre de pila, este aparece en hiragana y no en kanji, no permitiendo determinar el significado concreto del mismo y dando lugar a una potencial ambigüedad de género. De hecho, “Makoto” es un nombre habitualmente empleado para chicos, algo que concuerda con la visión masculina que varios personajes de la serie tienen de ella, en base a su fuerza física y otras características tradicionalmente asociadas a los hombres. Rasgos que, a la postre, se vinculan con el carácter superior del dios Zeus/Júpiter, principal deidad, rey y padre de los dioses del Olimpo. Zeus/Júpiter suponía a su vez el modelo de la perfecta masculinidad completa en la cultura grecolatina. Además, el rayo, uno de los principales atributos distintivos de este dios grecorromano, resulta el elemento base de ataque de esta sailor senshi.

Aino Minako

Personaje

kanji clave

Juego de palabras

愛野美奈子

Aino Minako

/ai/ (amor)

/mi/ (belleza)

Venus es el planeta del amor y la belleza

El kanji   es homófono de la partícula de posesión /no/

愛の /ai no/ (del amor)

Lectura alternativa de los kanjis que componen su nombre:

/bi/ /na/ /su/

ビーナス (Venus)

«Venus del amor»

Tabla 5. Aino Minako

Si bien el apellido “Aino” carece del kanji presente en el nombre del planeta Venus (金星 /kinsei/), las alusiones a su condición de diosa del amor y la belleza son frecuentes en la narración. Asimismo, la lectura alternativa de los kanjis que componen su nombre /bi-na-su/ se aproxima a la pronunciación del planeta Venus como anglicismo “katakanizado” /biinasu/. De igual modo, los ataques de Sailor Venus en el manga en su mayoría mencionan la palabra “amor”, haciendo, de algún modo, referencia a su planeta guardián[13]. Precisamente este rasgo de guardiana-protectora se corresponde igualmente con el atribuido por Virgilio a la diosa Venus respecto a Eneas y su hijo Iulus, legendarios fundadores de Roma venidos desde Troya. Venus fue declarada por Julio César protectora del pueblo romano acogiéndose a dicha versión virgiliana que justificaba el nexo mítico-cultural del imperio con la cultura griega. 

 

4.1 Etimología a través de los astros

Curiosamente, los días de la semana en japonés también comparten la raíz de su nombre con los astros guardianes de estas justicieras: “lunes” (月曜日) /getsuyōbi/ contiene el kanji de Luna, “martes” (火曜日) /kayōbi/, contiene el kanji de Marte, “miércoles” (水曜日) /suiyōbi/ contiene el de Mercurio, “jueves” (木曜日) /mokuyōbi/ lleva el de Júpiter y “viernes” (金曜日) /kinyōbi/ el de Venus. Esto sucede igualmente en los días de la semana en español, donde la raíz procede de los nombres de los mismos cuerpos celestes.

Ítem más, conviene prestar atención a la lectura más literal en japonés de los nombres de los planetas del sistema solar que son regentes de las cinco superheroínas a las que atenderemos en este estudio, lo cual apoya el análisis antroponímico que proponemos en este apartado. Tal y como apuntan Navok y Rudranath (2009), en japonés, 水星 /suisei/ (Mercurio) significa literalmente “estrella de agua”, 火星 /kasei/ (Marte) significa “estrella de fuego”, 木星 /mokusei/ (Júpiter) significa “estrella de madera” y 金星 /kinsei/ (Venus) significa “estrella de oro”. Esta interpretación guarda una estrecha relación con cuatro de los Wu Xing o cinco elementos de la cosmología tradicional china, componentes esenciales de todo el espacio, que simbolizan la energía cíclica del universo: agua, fuego, madera, metal y tierra.

                 
             
    Los ataques de Sailor Jupiter están inspirados en el rayo y el trueno, principales atributos del dios grecolatino Zeus/Júpiter. ©2003 Takeuchi Naoko / KODANSHA Ltd. Vol 2. P.93.       En la edición de Glénat, Aino Minako (Sailor Venus) fue rebautizada como “Carola Aino”. ©1996 Takeuchi Naoko / KODANSHA Ltd. Vol 2. P.103.    

 

4.2 Análisis traductológico comparado

La primera edición del manga Sailor Moon fue publicada tras el éxito de la versión animada, la cual comenzó a emitirse en 1993 en España a través de Antena 3. Tanto el anime como el manga suponían un reto en su adaptación al español, dada la ausencia de equivalentes totales ya no solo de los nombres propios, sino de la terminología acuñada por la autora para la obra.

En primer lugar, el término “sailor senshi” (セーラー戦士), compuesto del anglicismo “katakanizado” sailor, el cual hace referencia al uniforme de marinero propio de las colegialas japonesas y que visten estas superheroínas, y “senshi”, que en japonés significa “guerrero” o “soldado”, fue traducido al castellano como “guerrero”, en masculino, algo que se hizo extensible a los nombres de los alter egos de las superheroínas. De tal modo, Sailor Moon pasó a llamarse “Guerrero Luna”, nomenclatura que se aplicó al resto de protagonistas y que ocasionó una incongruencia de género en la lengua meta, en la que la palabra masculina “guerrero” pasó a designar a personajes femeninos.

En cualquier caso, y en relación con los antropónimos anteriormente descritos, a continuación ofrecemos una tabla que ilustra la adaptación que estos experimentaron en ambas traducciones del manga en España.

 

Nombre original

Edición Glénat

(1996 - 2000)

Edición Norma

(2012 - 2014)

月野うさぎ

Tsukino Usagi

Bunny Tsukino

Usagi Tsukino

水野亜美

Mizuno Ami

Amy Mizuno

Ami Mizuno

火野レイ

Hino Rei

Ray Hino

Rei Hino

木野まこと

Kino Makoto

Patricia Kino

Makoto Kino

愛野美奈子

Aino Minako

Carola Aino

Minako Aino

Tabla 6. Análisis traductológico comparado

Teniendo en cuenta que la edición publicada por Glénat fue traducida desde la francesa, en la que los nombres ya habían sido adaptados, y partiendo de la base de que el anime se dobló y emitió en España con anterioridad a la publicación del manga con los nombres “adaptados”, no sorprende que el tratamiento antroponímico fuera el que refleja la tabla superior. En la traducción publicada por Glénat en la década de los noventa, los nombres de las superheroínas de la historia fueron, o bien “occidentalizados” guardando cierta relación semántica o fonética con los originales —tal es el caso de Usagi, Ami y Rei— o reemplazados por nombres sin ningún tipo de conexión con los japoneses —como sucedió con Makoto y Minako—. Por otro lado, los apellidos se conservaron, siendo simplemente transliterados en su versión española.

La estrategia empleada en la edición de Glénat durante la década de los noventa tiende a la domesticación, dando lugar a la pérdida de algunos elementos culturales y caracterizadores, especialmente como resultado de la castellanización de los nombres de Makoto y Minako. No obstante, la traducción de Glénat fue coherente con la adaptación animada, la cual había sentado un precedente, y probablemente determinadas expectativas en los potenciales lectores del manga a juicio de la editorial[14]. En cualquier caso, la adaptación de estos nombres supuso un nuevo obstáculo para el lector en el texto meta. Introducir un nombre “intermedio” carente de significado o vinculación con las características de los personajes rompe con el vehículo principal que permite la decodificación de su significado, levantando un muro que dificulta su comprensión.

En contrapartida, la edición de Norma mantuvo los nombres originales, limitándose a la transliteración de los mismos a caracteres romanos y a la anteposición del nombre al apellido, tal y como ocurre en Occidente, donde el apellido secunda al nombre. Si bien es cierto que la estrategia de Norma no hace accesible al lector información añadida que le permita “descifrar” los significados de los nombres propios, tampoco agrega un obstáculo mayor a los inherentes a la barrera lingüística relativa a los kanjis en la traslación del japonés al castellano. De tal modo, la estrategia adoptada por la traductora de la obra en esta reedición tiende a la extranjerización, sin muestras de intervencionismo que llamen la atención a tenor de la antroponimia.


5. Traducción y otakuismo: la opinión de los lectores

Son varios los investigadores que han redundado en los estudios de recepción en la traducción de manga y anime desde distintos ángulos. En un artículo pionero, Ferrer hace alusión a la influencia del aficionado en los criterios profesionales en materia traductora, dedicando unas líneas al nombre propio y cómo este ha tendido a su conservación frente a la traducción, pese a ser dotado de significados de peso dada la popularidad de los mismos entre las comunidades de aficionados (Ferrer, 2005: 43). Asimismo, Jüngst apunta a la plena conciencia del lector de este tipo de géneros de estar leyendo traducciones y a su deseo de que el mayor número de elementos de la cultura origen sea conservado (2008: 50). Anderson secunda dichas afirmaciones en tanto que los consumidores de este tipo de obras esperan traducciones tan parecidas a las originales como sea posible, apuntando a las traducciones profesionales como «sospechosas», «carentes de status» y «alteraciones carentes de garantías del texto original» de cara al sector de aficionados (2013: 110).

En efecto, el otaku o aficionado al manga y al anime, y más particularmente el español, ha dejado constar su opinión acerca de las traducciones de estos géneros desde que se abrieran camino en el mercado español. Si nos remontamos a la década de los noventa, en la que Sailor Moon comenzó su publicación en España, la literatura fan nos da una reveladora visión histórica del aficionado de la época, así como de sus expectativas en cuanto a adaptación antroponímica. Si bien es cierto que el lector medio de manga en España no tiene por qué saber japonés ni poseer los conocimientos necesarios para identificar los elementos que se esbozan en este análisis, los fanzines que surgieron durante ese tiempo se dedicaron a difundir, de forma más o menos precisa, dicha información, haciendo de ellos una obviedad a día de hoy para la mayoría de adeptos a la serie. De tal modo, fueron varios los artículos que aludían a las relaciones entre los nombres de los personajes y algunos de los rasgos de su personalidad e historia.

A tenor de la antroponimia presente en la obra de Takeuchi, Lázaro Muñoz, crítico de este tipo de obras de ficción y contribuidor en fanliteratura y revistas especializadas, apuntó en el último número del fanzine Minami a la traducción de los antropónimos en Sailor Moon aportando las siguientes observaciones:

En este apartado también podríamos incluir las cosas “raras”, como puede ser el caso de Sailor Moon, en el que se “inglesiza” Usagi (que es “conejo” en japonés) por Bunny (“conejito” en inglés), se respetan Ami y Rei (más o menos) y se castellanizan Makoto y Minako (Patricia y Carola, respectivamente). Que alguien me lo explique, porque yo solo no llego a tanto (a lo mejor es que hace falta hacer un cursillo en la Sorbona para entenderlo) (Muñoz, 1996: 23).

Asimismo, ya en la primera entrega del fanzine Animanga se incluyó una sección dedicada a la obra que nos ocupa, donde se hacía eco de la serie con ilustraciones de Sailor Moon y Sailor Mercury acompañadas de sus nombres en japonés (Usagi y Ami, respectivamente) con su mera transliteración a caracteres romanos (Navarro, 1994: 3-5). Otro tanto de lo mismo sucedió en un artículo publicado en la tercera entrega del fanzine Minami a modo de resumen de los cinco primeros tomos de la serie publicados por Glénat en España, donde las referencias a los personajes obviaban por completo los nombres que se utilizaron en dicha edición, haciendo alusión de forma exclusiva a los nombres originales de los personajes (Medina, 1996: 18-19). Este hecho, en una etapa tan temprana de la expansión del manga y el anime en España, resulta, cuando menos, curioso por la conciencia que el aficionado tenía de las obras originales.

De forma paralela, el número 1 del fanzine S.M.S. Club ofrecía un dosier de varias páginas dedicadas a Sailor Moon, donde el autor del mismo afirmaba dar detalles de «lo que no viene en la guía» y con las «auténticas biografías» de los personajes. De tal modo, en ella figuraban los principales personajes de la serie con una breve descripción de sus nombres en japonés y sus significados, lo cual venía precedido del siguiente texto:

Seguro que muchas veces habéis esperado con ansia ese dossier definitivo de vuestra serie favorita, y cuando por fin alguna editorial se ha dispuesto a realizarlo, nos hemos encontrado con que no tiene todo lo que esperabais o hay fallos garrafales. Pues eso me pasó a mí hace poco con Sailor Moon y por eso aquí os ofrezco datos que, en mi opinión, hubieran convertido esa guía en algo casi perfecto (Martínez, s. f.).

El texto que sigue a modo de nota a las mencionadas biografías bajo el título de «Curiosidades» menciona como algo «destacable que los nombres en japonés de las primeras cinco sailors encierran un doble sentido», aludiendo a cómo «Tsuki no Usagi» significa «conejo de la Luna», Mizuno Ami, deletreado «Mizu no ami», hace alusión al personaje como «amiga del agua[15]» y así sucesivamente[16].

El intento por dar a conocer los significados de las superheroínas de Sailor Moon a los adeptos a la serie no quedó ahí, llenando páginas de uno de los primeros fanzines publicados en España sobre la mítica serie Dragon Ball, de Toriyama Akira. La sección “Clases del maestro Nikito Nipongo”, a cargo de Núria López Balboa[17], ilustraba, a modo de análisis, los significados de los apellidos de algunos de los personajes de la serie (1995: 10).

En efecto, la traducción del manga y el anime Sailor Moon dio mucho de qué hablar, algo que no solo se ha reflejado en literatura fan de la época, sino que ha supuesto un factor a tener en cuenta en futuras ediciones, tal y como evidencia el acercamiento de Norma en la reedición del manga[18].

 

6. Hacia el ideal de traducción antroponímica en el manga

Basándonos en el análisis desarrollado a lo largo de este breve artículo, resulta evidente que los nombres propios de persona presentes en Sailor Moon tienen un peso relevante para la transmisión del sentido completo de la obra, y por ello suponen un reto en su traducción debido a la ausencia de equivalentes totales en la lengua meta. Es posible que en la década de los noventa el potencial lector medio de este manga en España no fuera conocedor de la abundancia de significados que los nombres evocaban, y ni mucho menos contara con todos los medios necesarios para decodificarlos. No obstante, los fanzines de la época evidencian que cierto sector de aficionados a la serie sí que los conocían, bien por tener rudimentos de japonés o como resultado de la globalización de internet a finales de los noventa.

En cualquier caso, la edición de Glénat no lograba mantener el estrecho vínculo entre el lector y los personajes ni aportaba un placer añadido como consecuencia de la rica semántica de los antropónimos. El acercamiento relativamente domesticante[19] que refleja la inclusión de versiones “intermedias” de los nombres propios de los personajes supuso un obstáculo añadido a la comprensión de su significado inherente y potencial. Pese a tratarse de una práctica relativamente habitual en series de televisión, obras literarias y demás productos de entretenimiento, el lector de manga suele ser muy crítico con este tipo de adaptaciones, especialmente cuando no son conducentes a un mejor entendimiento del significado intencional de la obra original. La adaptación de antropónimos en este tipo de obras supone un límite en su aplicabilidad a lo largo del tiempo, teniendo fecha de caducidad.

La versión de Norma, pese a no haber adaptado dichos nombres y no lograr posicionar al lector español al mismo nivel que el japonés, sí que le permite indagar en su significado en una época en que internet ofrece un sinfín de información, diccionarios de referencia y demás recursos en línea donde realizar consultas de forma inmediata y gratuita. Atendiendo a su durabilidad, la traducción de Noemí Cuevas Rebollo resulta más atemporal y versátil, en tanto que parece estar más en sintonía con la comunidad de aficionados y en ningún momento añade nuevas barreras que alejen al lector de la obra y de sus personajes. No obstante, la edición se hubiera enriquecido enormemente de contar con notas de traducción o un prefacio aclaratorio que lo acompañara, dando al lector acceso a planos más profundos de la obra a través de los nombres de sus personajes.

 

7. Conclusión

El estudio de la obra original Sailor Moon pone de manifiesto la intención caracterizadora  por parte de los autores de manga a través de la antroponimia, al igual que su función como vehículo a planos más profundos de este tipo de historietas. La relevancia del nombre japonés, así como sus mecanismos evocadores de significado en las obras de ficción quedan patentes a través del estudio del manga de Takeuchi, subrayando la dificultad que entraña su traslación a otras lenguas.

Asimismo, el análisis traductológico comparado de las dos versiones expuestas en el presente artículo evidencian un cambio de rumbo en las estrategias empleadas en la traducción profesional de manga tendente a la conservación antroponímica, el cual se ve impulsado por dos factores principalmente: por un lado, la especialización de los traductores de manga en España resulta decisiva, en tanto que actualmente las traducciones se realizan partiendo de las obras en japonés, otorgando pleno acceso a los antropónimos originales y permitiendo indagar en sus significados. Por otro lado, las publicaciones amateur ponen de relieve el carácter marcadamente crítico de los aficionados desde una etapa muy temprana de la edición de manga en España, visión plasmada en fanliteratura y que, como ya ha sido expuesto por Ferrer en el caso de los fansubs y las scanlations —traducciones por y para fans de anime y manga respectivamente— ejerce una importante influencia en el sector profesional de la traducción.

Del presente artículo se desprende una última conclusión en materia traductológica, pues si bien la domesticación suponía una opción viable en España durante la década de los noventa, la extranjerización se posiciona en la actualidad como acercamiento primordial, mediante el cual la mera transliteración de antropónimos supone la opción más favorable ante la ausencia de mecanismos que permitan una adaptación satisfactoria en español. En efecto, el manga es indiscutiblemente un fenómeno de masas, dentro y fuera de las fronteras de su país natal, lo cual invita a estudios contrastivos y de recepción más amplios que abarquen otros elementos propios de la historieta japonesa, con el fin de determinar la evolución de las tendencias en la traducción de manga en su conjunto, más allá de los nombres propios de sus personajes.

 

8. Bibliografía

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NOTAS


[1] Título original: 美少女戦士セーラームーン.

[2] Los shinsōban son ediciones renovadas que suelen incluir páginas en color, extras y nuevas portadas de los autores. En el caso de Sailor Moon, la edición shinsōban incluía, aparte de las características ya mencionadas, páginas redibujadas y diálogos reescritos por Takeuchi.

[3] Ediciones especiales completas o “definitivas”, generalmente libros gruesos de tamaño A5, que suelen incluir extras, páginas a color y portadas redibujadas por los autores de manga.

[4] Niconico es una plataforma oficial japonesa en línea para la difusión internacional de anime. En los subtítulos en español de esta nueva adaptación animada de Sailor Moon se optó por la conservación de los nombres originales de los personajes. Pese a que manga y anime constituyen medios y conceptos diferentes, la íntima relación que existe entre ambos es innegable. No solo la inmensa mayoría de series de animación japonesa están basadas en mangas, sino que ambas expresiones (cómic y audiovisual) suelen compartir el mismo público.

[5] El sistema de traducción a partir de lenguas pívot, también conocidas como “lenguas bisagra” o “lenguas intermediarias” consiste en la traducción basada en versiones intermedias (textos ya traducidos generalmente al inglés o al francés) en lugar de partir de los textos en su lengua original. Durante la década de los noventa, dicha práctica era habitual en la traducción de manga y anime debido a la escasez de profesionales de la traducción con un nivel avanzado de competencia lingüística en japonés.

[6] Título original: コードネームはセーラーV.

[8] Usagi y Mamoru poseen lo que podríamos denominar unos terceros alter egos al tratarse de las reencarnaciones de Serenity y Endimión. Pese a lo interesante del análisis de estos antropónimos y su evidente correlación con la historia y los nombres del mito griego de Selene y Endimión, estos no serán abarcados en profundidad en el presente análisis debido a las limitaciones de espacio propias de este tipo de trabajos.

[9] El hiragana es el silabario japonés empleado generalmente para la escritura de palabras autóctonas, partículas gramaticales y desinencias verbales, en contraste con el katakana, que se emplea para la escritura de préstamos de otros idiomas (especialmente del inglés), así como para resaltar palabras (principalmente en publicidad) y representar onomatopeyas (tal como sucede en el manga). Estos sistemas silábicos poseen un valor fonético, a diferencia de los kanjis, que poseen valor conceptual.

[10] Estos motivos pueden resultar a su vez un guiño de referencia a los más remotos precedentes histórico-artísticos del manga, como son las caricaturas antropomórficas Chōjū-jinbutsu-giga, en las que frecuentemente unos agitados conejos satirizaban, junto a otros animales, a los personajes y formas sociales de su época, el periodo Heian de mediados del siglo XIII.

[11] Semejanzas fonéticas aparte, la palabra mochitsuki, la cual hace referencia al amasado del mochi o pasta de arroz, y el arcaísmo mochi no tsuki, que alude a la luna llena, utilizan kanjis diferentes en su escritura (餅搗き y 望の月 respectivamente).

[12] Las miko constituyen una figura bien conocida de los templos sintoístas japoneses. Si bien tradicionalmente realizaban funciones asociadas a lo que actualmente se conoce como chamanismo, sus actividades han evolucionado con el tiempo. Actualmente, en la mayoría de los casos, las miko se dedican a asistir a los sacerdotes sintoístas en las liturgias, venden amuletos, realizan danzas rituales y “leen” el porvenir de los visitantes al templo. En las obras de ficción, más concretamente en el manga y el anime, las miko son representadas como heroínas que luchan contra los yōkai (demonios del folklore japonés) y los malos espíritus. Tal es el caso de Rei en Sailor Moon.

[13] Cabe recordar que Aino Minako es la protagonista del manga Sailor V, precuela de Sailor Moon donde lucha como superheroína bajo la identidad de Sailor V (nombre en clave de Sailor Venus).

[14] No obstante, y pese a la posible “coherencia intencional” de Glénat a la que este estudio hace mención, en dicha edición pudimos observar cómo en ocasiones los antropónimos se mantenían y en otras no, dando lugar a confusión, dado que algunos personajes llegaron a recibir hasta tres nombres diferentes.

[15] En esta instancia, el autor del mencionado artículo apuntaba a la presunta connotación del nombre propio del personaje, aludiendo a que Ami podría hacer referencia al francés amie (amiga). El autor del presente estudio no comparte esa afirmación, pues la autora probablemente hubiera optado por reflejar dicho antropónimo en silabario katakana al tratarse de un préstamo lingüístico, al igual que ocurrió en el caso de Rei.

[16] Cabe mencionar que, pese a no constar en las fichas de dicho fanzine, el resto de “sailor senshi” también fueron bautizadas con nombres en clave.

[17] Resulta interesante aclarar que la autora de dicha sección también colaboraba con el mencionado fanzine aportando fan traducciones de capítulos inéditos en España del manga Dragon Ball. Pese a no tratarse de traducciones profesionales sino más bien de una descripción subjetiva de lo que sucedía en las viñetas, estas venían a cubrir la ausencia de material actual, anticipándose a las ediciones oficiales de las editoriales españolas. Ello no solo refleja el estrecho vínculo entre un determinado sector de aficionados y las ediciones que venían publicándose en Japón en aquella fecha, sino que, además, denotaba un aventajado conocimiento sobre estos géneros que se pretendía compartir con el resto de la comunidad de otakus.

[18] El prefacio de traducción de la edición española de Guerreras de leyenda: el reflejo de Japón en “Sailor Moon” (Navok y Rudranath, 2009) pone de relieve no solo el debate que surgió en torno a la adaptación de nombres del manga y el anime Sailor Moon, sino que también apuntaba a las expectativas generalizadas de los consumidores de este tipo de obras japonesas.

[19] Término utilizado en traductología para hacer alusión al concepto de “domesticación” (adaptación a la cultura meta) en contraposición al de “extranjerización” (conservación de elementos propios de la cultura origen) que Venuti pone de relieve (1995).

Creación de la ficha (2018): Salomón Doncel. Edición a cargo de M. Barrero. Revisión de Alejandro Capelo, M. Barrero y F. López.
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
Salomón Doncel-Moriano Urbano (2018): "La traducción de Sailor Moon", en Tebeosfera, tercera época, 7 (29-VI-2018). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 29/III/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/la_traduccion_de_sailor_moon.html