PERLAS A LOS CERDOS. FAUNA CRUEL
Un libro de humor gráfico como éste viene siendo de agradecer en un panorama en el que la abundancia de productos de esta índole queda supeditada a la edición de tebeos, ya que en España disponemos de editoriales de cómics que ocasionalmente publican humor gráfico pero ningún sello editor especializado en humor gráfico (con la salvedad de algunos locales).
La obra del griego Pastis, un abogado que se metió a cartoonist precisamente con Pearls Before Swine desde finales de 2001 (distribuida por la United Syndicate desde 2002), nos sorprende por su madurez tras su aparente simplicidad, que no es minimal en absoluto. Se trata de una obra basculante entre el humor absurdo y el juego de palabras que acaba rozando el surrealismo montaraz. Pero ocasionalmente se alarga hasta una suerte de agria filosofía doméstica, que lo convierte en otra de esas piezas de referencia del humorismo internacional, junto con obras como las de Dilbert, Davis o Schulz, todas aparentemente sosas pero que esconden grandes hallazgos y dan pie a profundas reflexiones. Como lo leen.
Pastis es agrio, su humor es ácido cuando se cierne sobre lo diferente, hasta tornarse cruel si trata sobre el amor, la compasión o la bondad. Es directamente sarcástico cuando enfoca a sus personajes tipo, hasta llegar a ser bruto, sobre todo con el primer protagonista de esta serie de tiras, el cerdo bondadoso. El pobre cerdo, que ya protagonizaba la frase bíblica de la que se extrajo el título, es un personaje muy logrado en función de su simpleza y simplicidad. Es inocente y bobo, pero reparte lecciones de sentido común, al igual que en los lejanos tiempos aquella gata de sexo dudoso daba sopa con ondas a una rata llamada Ignatz.
La crueldad, como bien indica el autor del epílogo (acaso por ser también humorista gráfico; el prologuista no se luce en esta ocasión, me temo), es el máximo común divisor de esta obra. La cerdita Farina vive experiencias “terriblemente” divertidas en su burbuja, las cebras hacen gracia en su lamentable situación de presas, los cocodrilos se refocilan en su voracidad, el cerdo no deja de sufrir los ataques de rata y ésta hace gala de un pesimismo que cruza la filosofía hedonista de Groucho Marx con el sentido fatalista de Villiers de l’Isle-Adam.
Pastis parece que conocía aquel viejo chiste sobre la categoría de los seres creados por Dios y que colocaba a los abogados bajo las ratas en la escala de asquerosidad. Este autor estudió leyes y fue abogado de 1993 a 2002; durante ese tiempo intentó ser también dibujante de tiras y creó una titulada “Rat”, que no triunfó. Con Pearls Before Swine encontró el éxito y la clave: multiplicar un testigo de la capacidad humana para la impiedad. Se trata de una obra coral, no hay duda, pero los animales parlantes de estas tiras son manifestaciones distintas de una misma personalidad, la de rata, que representa esa comezón malvada que todos anidamos, al sociópata contenido. El cerdo es como intentamos comportarnos, si bien la mayoría acabamos siendo cabras incomprendidas o cebras devoradas. Y el círculo se cierra ahí. A través de estos personaje, el autor, además de insistir en que le gusta mucho el trabajo de Scott Adams (padre de la famosa tira Dilbert), filtra parte de sus posiciones ante la vida, como la de su agnosticismo beligerante o su sumisión a las convenciones sociales reguladas por ley.
Sobre la edición española hay algunos “peros”, al menos tres. Uno, una traducción fugaz (o un rotulado sin corrección editorial) que nos brinda algunos diálogos absurdos o que echan directamente a perder el gag (“Alemania y no creo…”, en p. 97, por ejemplo); dos, la sensación de artificiosidad que produce el rotulado de tipo comic sans, que además lleva una fuente demasiado reducida para el volumen de los bocadillos; y tres, la adaptación de las tiras más pobladas de viñetas, acaso dominicales (no se indica), que resultan de trazo más grueso y pierden algo de autenticidad en su redistribución. La colección a la que pertenece, Burbujas, es una de las de Dolmen más necesitada de una revisión de estilo, fundamentalmente por lo que se refiere al diseño general y a la maqueta en concreto de alguno de los libros. No obstante, la elección de autores viene siendo por el momento acertada. Pastis es uno de los grandes, y hubiera sido de agradecer seleccionar para el lector español alguna de sus obras más reciente y, a ser posible, coloreada, puesto que con este aliciente gana en atractivo para el lector (véase encima).
La obra de Pastis no pierde su interés por estos detalles, y lo mejor es que puede abordarse desde diferentes posturas del lector (más despreocupada y pendiente del simple gag; más esforzada y dispuesta a la reflexión).
Además, ha sido acertada la edición de este álbum de tiras en la apertura del verano: es un libro que se lee siempre, pero ideal para las tardes de estío, en las que uno se ríe más relajado y consecuente.
PERLAS A LOS CERDOS, de Stephan Pastis
T. Dolmen Editorial, S.L.: Burbujas, 6 (si bien no figura)
Palma de Mallorca, 2008
ISBN: 978-84-96706-81-1
DL: B-25.236-2008
Texto promocional de la editorial:“Perlas a los Cerdos es la hilarante tira de dos amigos: una Rata arrogante y egoísta que cree que lo sabe todo y un lerdo Cerdo que no sabe nada. Con Cebra, la activista, y Cabra, el cerebro reticente, Perlas a los Cerdos ofrece una cáustica visión sobre la búsqueda de lo imposible de la humanidad. Inteligente, ingeniosa y a veces dolorosamente sincera, éste es el primer álbum recopilatorio de la serie.
Griego-americano de segunda generación, Stephan Pastis nació y se crió en San Marino, California. Es licenciado en ciencias politicas por la Universidad de California en Berkeley y licenciado en derecho por la Universidad de California en Los Angeles. Stephan, que fue abogado durante nueve años en la zona de la bahía de San Francisco antes de convertirse en historietista, vive en California con su esposa y sus dos hijos.
“Perlas a los cerdos es mi tira favorita” Scott Adams, creador de Dilbert.
“Tío, estas tiras sí que son divertidas. Me veo copiando unas cantas… No imprimas esto último” Darby Conley. creador de Get Fuzzy.”
Reseña de Manuel Barrero
Tebeosfera recibió servicio de prensa de Dolmen
