En 1591, el barco de Grenville en el que Solomon Kane viajaba fue atrapado por barcos españoles y portugueses en las inmediaciones de las Islas Azores. Sir Richard Grenville cayó en la refriega y Kane fue hecho prisionero. El puristano escapó y se refugió en España, con tan mala suerte que halló en su camino a un religioso que se metamorfoseó en demonio ante él.
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