Editorial ;
Supongo que la mayoría de los dibujantes en algún momento necesitamos plasmar algunos de nuestros proyectos con mayor temeridad y audacia, siempre escapando de las pautas comerciales tradicionales, y lograr un resultado plástico quizás hasta inédito. Hay temas que deben conducir al lector a mirar una historieta de manera diferente y a la vez conmoverlo (consejo éste de los grandes maestros). Aguirre era un trabajo pendiente desde que vi la obra de Herzog, que no a todos los espectadores conmovió. El cine y la historieta siempre han compartido temas y, en este caso, la excusa no deja de ser una anécdota histórica más de nuestro continente, pero había que resaltar la extrema dosis de temeridad y locura de los protagonistas en pos de El Dorado. No quería una interpretación clásica y formal para mostrar tamaña aventura, más teniendo en cuenta los criterios, y los limitados recursos disponibles por los protagonistas, para incursionar en un territorio tan particular y desconocido como el Amazonas. Indudablemente a los caballeros cristianos, les sobraba audacia, temeridad, ignorancia y una ambición desmedida, acompañada de una buena dosis de racismo y crueldad. Gracias al blanco y negro, y a un estilo similar al grabado, intenté dar con una gráfica que emulara la estética de la época. Al menos esa fue la intención. (Diego Navarro)
