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KEVIN SMITH Y LOS SUPERHÉROES  [ parte dos ].

Texto de Eduardo Martínez-Pinna.

 

[ es parte segunda. Volver a la primera parte ]

 

[ Imagen de Chris Bailey en la que aparece una caricatura de Kevin Smith trabajando, con "Silent Bob" leyendo a su espalda y rodeados por los carteles de las películas en las que han intervenido. ]

II. Kevin Smith y Green Arrow.

El planteamiento artístico de Kevin Smith frente a Green Arrow de DC se hace radicalmente opuesto al de Daredevil de Marvel. El hecho obedece causas varias, entre las que se pueden citar la natural tendencia del autor a los argumentos cómicos y desmitificadores, y un planteamiento de valores éticos, estéticos e incluso editoriales por parte de la directiva DC menos rígidos que los de Marvel, referidos en esencia, a un conservadurismo menos acusado. Continuando con esta tesis, se puede llegar a conclusiones tales como el menor apego de DC a un cronoespacio rígido, un mayor acostumbramiento a argumentos alternativos, o simplemente una mayor tolerancia expresada en someter a sus principales iconos a situaciones autoparódicas. Marvel es mucho más conservadora y timorata que DC, que también es conservadora.

La presencia de Kevin Smith en el volumen III del comic book Green Arrow, se extiende durante los primeros 15 números, editados entre abril de 2001 y junio de 2002. La primera y principal saga titulada “Carcaj” se plantea con dos niveles de lectura distintos, correspondiendo al primero a la construcción de una historia sobredimensionada de personajes y con gran interacción entre los mismos. En un segundo nivel, próximo al homenaje, el guionista describe de manera socarrona una buena parte del panteón DC, tanto a sus superhéroes como a figuras del ocultismo, la magia o la sobrenaturalidad. Tras finalizar el mencionado arco argumental de 10 números, los autores mueven a los personajes principales, recién (re)creados en una serie de historias cortas tan fascinantes, evocadoras y cómicas como la primera saga, dejando un camino raso para el trabajo argumental de los siguientes guionistas. Kevin Smith cumple con su trabajo y replantea desde sus cimientos toda la leyenda de Green Arrow, personaje que surgió en la editorial en la llamada Edad de Oro.

Breve recorrido editorial de Green Arrow.

Su primera aparición se da en el genérico More Fun Comics número 73 de noviembre de 1941, obra de Mort Wessinger y George Papp, manteniéndose hasta 1946. De este año hasta 1960 su historia se desarrolla en otro genérico titulado Adventure Comics. En marzo de 1960, en el número 28 de The Brave and the Bold, nace la Liga de la Justicia, en la que nuestro personaje es uno de los socios fundadores. Su primera aparición importante, estrenando nuevo aspecto, se da en el número 85 de The Brave and the Bold de septiembre de 1969, obra de Bob Haney / Neal Adams, formando equipo con Batman (un homenaje a ese famoso team aparece en el prestige The Poison Tomorrow, de 1992, obra de O`Neill y Michael Netzer).

La cima estética de Green Arrow / Oliver Queen corresponde al comic book Green Lantern entre sus números 76 y 89 de abril de 1970 a mayo de 1971, de Dennis O`Neill y Neal Adams, en donde su nombre comparte honores con el del dueño de la cabecera. Con un planteamiento similar al de una road movie narra el viaje iniciático y el desarrollo de una amistad entre dos temperamentos opuestos. El del conservador y maniqueo Green Lantern / Hal Jordan, de poder ilimitado frente al mayor sentido de ética social, representado por un liberal y reflexivo Green Arrow. La magia de los extraordinarios dibujos de Neal Adams confiere al conjunto un valor mítico, situándolo en uno de los puntos culminantes del cómic superheroico. Pese a conseguir el triunfo de crítica y gozar de categoría de clásico, al personaje le sigue vedado el éxito comercial, por lo que su carrera continúa con back ups o historias complementarias en las revistas Action Comics (feudo de Superman) y Detective Comics (lo propio de Batman).

Tras cuarenta y dos años de servicios en DC, la directiva le asciende a la titularidad de su propia cabecera, Green Arrow Volumen I, que tan solo duró cuatro números, entre mayo y agosto de 1983, obra fracasada, y realizada por Mike W. Barr con dibujos del impersonal Trevor Von Eaden.

Pero Green Arrow era un valor en alza, un diamante en bruto fácilmente tallable. Al menos eso era lo que pensaba Mike Grell, al realizar con su cabecera una miniserie de formato prestige, titulada El cazador acecha, entre agosto y octubre de 1987. El personaje cambia su aspecto, sus flechas, e incluso su dirección postal (deja de vivir en la ficticia Star City para hacerlo en la real Seattle) pero mantiene parte de la filosofía con que le había dotado O`Neill. También se le humaniza, haciéndole sentir una pasión irrefrenable por otro miembro de la Liga de la Justicia, Dinah Lance / Canario Negro, y viviendo una relación de pecado al cohabitar con ella sin la bendición de una boda. El éxito de la miniserie genera una serie abierta, Green Arrow Volumen II, cuyo número uno data de febrero de 1988, que llegó a constar de 135 números y 7 anuales, hasta 1999. El comienzo argumental era una continuación de la temática de la miniserie anterior, con Mike Grell en funciones de guionista, por lo que sus contenidos eran adultos y subidos de tono, hecho infrecuente en el género. Paulatinamente, y con los cambios de los equipos artísticos, va derivando hacia temas más convencionales, aunque mantiene una arraigada conexión con la violencia. En el número 101 de abril de 1996, el personaje central se incluye en la lista de protagonistas DC que mueren, y su manto y su arco son recogidos por su hijo Connor Hawke, un budista Zen, manteniendo la titularidad de la serie hasta su clausura. Para dar un carácter de irreversibilidad a la muerte de Oliver Queen, esta acontece en una aeronave, que estalla a consecuencia de una explosión nuclear, en presencia de un testigo tan notarial como Superman, por lo que su cuerpo queda atomizado, no habiendo cadáver que resucitar.

El legado de Green Arrow / Oliver Queen, que Kevin Smith va a aprovechar para su reinstauración en el Universo DC, se basa en la atractiva personalidad del personaje, el más humano de su editorial, y uno de los menos aprovechados. Su mediana edad, su ideología social y tolerante, su promiscuidad, y su apasionado amor por Dinah Lance, constituyen unos recursos con enormes posibilidades de desarrollo. Green Arrow alcanza categoría de estrella a la edad de 60 años.

Primer nivel de lectura

Kevin Smith plantea una complejísima trama dividida en subtramas concéntricas que evolucionan de manera sincronizada, y en crecimiento hasta un espectacular desenlace final. En un alarde de ingeniería, engrana una serie de contenidos argumentales, que consisten, primeramente en la resurrección sin cadáver del protagonista, de una manera lo suficientemente original para que sirva de crítica irónica, y amable, para toda una multitud de superhéroes que son incapaces de permanecer como finados. Además introduce una historia vigente de contenidos adultos, una plétora de argumentos de actualidad, propios de la sección de sucesos de cualquier medio informativo. Desde la corrupción política, a la prostitución de menores, pasando por los malos tratos en las parejas (la llamada eufemísticamente violencia de género) incluyéndose también los asesinatos sobre víctimas infantiles aderezados de canibalismo y satanismo. Un tercer componente estriba en la paródica y desmitificadora visión del mundo superheroico, manifiesta en las relaciones interpersonales de buena parte de los miembros del panteón DC, con presencia estelar de aquellos que han sido más significativos en la vida editorial pasada de Green Arrow, como Green Lantern, Batman, Superman y otros miembros de La Liga de la Justicia, del que nuestro protagonista fue miembro fundador.

El guionista es uno de los grandes conocedores del Universo DC, tanto de sus barrios más céntricos y conocidos, como de los suburbios más recónditos, en donde asientan los personajes relacionados con lo sobrenatural. Haciendo gala de esa sapiencia rescata del archivo a buena parte del ocultismo de la editorial, representada por personajes como The Spectre, Deadman y Phantom Stranger, ubicándolos en un particular, y prácticamente inédito nirvana en donde moran sus ánimas. Pero si DC tiene un cielo poblado de particulares ángeles, tiene también un averno, en la que su figura estelar es un enloquecido Demon (Etrigan / Jason Blood) que parlamenta en verso, y que comparte personalidad con el ocultista Jason Blood. Ambos tienen el honor de ser personajes muy relevantes de esta historia. Esa querencia por lo nigromántico resulta absolutamente necesaria para dotar de un fondo mágico a la resurrección de Green Arrow (a partir de sus restos atomizados y esparcidos por la capa de un Superman, tan desaseado que no lava su uniforme). En aras a la hechicería, a la comicidad y la evocación irónica, Kevin Smith elude cualquier explicación científica o pseudocientífica a algo tan esotérico como una resurrección.

Siguiendo con ese sondeo de los archivos recónditos de la longeva editorial, el autor realiza una intensa excavación arqueológica para redimir del casi total olvido una de las strips más curiosas de DC: Stanley y su monstruo, particular historia que narra la amistad de un demonio con un imaginativo preadolescente, que preludia en muchos aspectos a la famosísima historieta Calvin & Hobbes. No solo la rescata, sino que la actualiza y la integra en el moderno crono espacio DC. Es una desprendida labor de salvamento en un cómic cuyas últimas historias están realizadas en 1992, y también suponían una reivindicación, desde sus inicios, en la década de los sesenta.

El último componente de esta intrincada trama consiste en el vínculo de complicidad que el autor crea con el fandom más veterano de la editorial, consistente en la inclusión de unos cuantos homenajes más o menos trascendentes, entre los que figuran los realizados a Flash / Barry Allen, Robin / Jason Todd, The Question, The Butcher, Sandman, Warlord… y algunos más, de cuya connotación se hablará más adelante.

Una narración tan compleja en subtramas, en homenajes cómplices, y sobre todo en rescates, más o menos emocionales y comerciales, debe utilizar para su correcta estructuración todo el talento fabulador del guionista, que cementa toda esta tramoya con sus mejores técnicas. Define con su particular visión la personalidad de los superhéroes, en especial la de Green Arrow / Oliver Queen, con los mismos patrones que los impuestos por Dennis O`Neill en los años setenta, o Mike Grell en los primeros números del volumen II, a finales de los ochenta. El guión está lleno de momentos nostálgicos, que se materializan en la amistad entre Green Arrow y Green Lantern, así como en el febril amor del protagonista por Dinah Lance. Toda esa fuerza sentimental, alterna con momentos cómicos, presentes en las relaciones personales de los héroes, y sobre todo en su desmitificación, cumpliendo con la función de enfriar un argumento que en muchas ocasiones está muy allegado a lo extremo. El humor torna a la astracanada en la definición de algunas de las vacas sagradas de DC, presentándose a ciertos superhéroes con unas características de lo más impropias, como un Superman poco higiénico, a Batman como un fanático devorado por la desconfianza, a Wonder Woman como un objeto de deseo con tintes de feminismo, a Aquaman como un rey ajeno a la democracia, y al mismo Green Arrow como un bocazas mujeriego. Esos mismos patrones desmitificadores configuran con la misma acerada ironía a los personajes sobrenaturales. Kevin Smith presenta como axioma que la autoparodia profundiza y da credibilidad a los contenidos superheroicos, en especial cuando hay un cierto protagonismo coral, tachando de añejas a aquellas configuraciones coreográficas tan propias de las multisagas DC entre las que se encuadran títulos tan míticos como Crisis on Infinite Earths, y sus continuaciones (Millenium, War of the Gods, Armagedon 2001, Zero Hour, y The Final Hour).

Pero el trabajo de Smith no es un final, el epílogo de una brillante carrera. Por el contrario es un comienzo, un abrir nuevas vías para el reciente volumen III de la serie. Ello condiciona al autor, que deliberadamente huye de los momentos crepusculares, como de reminiscencias a un glorioso pasado (salvo las generosas concesiones a los antiguos aficionados). En sus páginas están presentes buena parte de la actual nómina DC, así como las versiones nuevas o clásicas de sus grandes estrellas.

Si el componente literario del comic book es magnífico, su parte gráfica resulta al menos tan personal, haciéndose depositaria de buena parte de la calidad del producto. Phil Hester pone un estilo “tintinesco” con unos personajes cargados de la fisicidad y expresividad necesarios para sustentar todos los alardes técnicos de Smith. Desde los analíticos diálogos, en composición de página regulares, con profusión de primeros planos, a la narración en primera persona, presente en flash backs representados por composiciones irregulares en consonancia con la ortodoxia del comic book, para pasar finalmente por las splash pages que retratan máximos épicos, y que por supuesto definen un episodio. El tándem Hester / Smith, sigue, en líneas generales, la directiva estética impuesta por el género superheroico actual, alejándose parcialmente de él, en la asunción de ciertas influencias franco belgas con las que Hester personaliza su trabajo, que combina perfectamente con el vitalista estilo de Smith.

Kevin Smith abre una ventana al humor en un género que siempre ha demandado una renovación urgente de sus contenidos. Rescata del olvido personajes interesantísimos del fondo editorial DC, estrechando lazos con los veteranos lectores, crea afición en un grupo de neófitos, atraídos por el reclamo de un nuevo número 1, y pone las 15 primeras entregas de la nueva colección a la cabeza de las listas de ventas. Pocas veces una resurrección había sido tan bendecida por la calidad. El viejo Oliver, ya sexagenario, entra en la categoría de estrella DC.

Segundo nivel de lectura

Ha quedado patente que el disfrute máximo de una obra cargada de homenajes, está al alcance de los lectores que más cómics han leído de la editorial. La capacidad narrativa de Smith se sustenta sobre abundantes flash backs, con objeto de acercar al público nuevo, una buena parte de la mitología pasada de DC, por lo que ha obligado al autor a una encomiable labor de buceo en unos sobrecargados archivos. La edición en español de Norma Editorial no se ha distinguido por su proclividad a introducir “pies de viñeta”, para contextualizar vínculos pasados. La ambición de este subtítulo incide en esa idea y su intención no es otra que completar las escasas anotaciones editoriales, con el objeto de ubicar temática y editorialmente los homenajes y guiños cómplices.

Todos estos referentes son susceptibles de clasificación, basándose inicialmente en la importancia que conllevan para el descifrado de la historia. Así, las que versan sobre Superman, Batman, y La Liga de la Justicia, manifiestan una evidente actualidad, amparada en su aceptable difusión y publicación en nuestro país, permitiendo prescindir de una carta de presentación en el presente texto.

Pero la obra cuenta con otras, no tan conocidas, en las que el autor sustenta buena parte de su obra. Los avatares de Green Lantern / Hal Jordan, y las multisagas en las que su papel era casi de protagonista (Zero Hour y The Final Hour), merecen una breve aclaración. La revisión de la obra Stanley y su monstruo (Stanley and his monster) de extremado acierto editorial, es también acreedora de un breve texto, que se hace extensible a personajes sobrenaturales de gran importancia en la historia. (Demon, Deadman, Phantom Stranger y The Spectre).

El estudio se complementará con la identificación a modo de flash back de una serie de homenajes tangenciales, que el autor utiliza para dar cuerpo a la fina ironía que luce su trabajo desde las primeras páginas.

Green Lantern / Hal Jordan. Su historia comienza en el número 22 de octubre de 1959 del comic book genérico Showcase, obra de John Broome y Gil Kane. Si Flash / Barry Allen es el superhéroe que inicia la edad de plata en esa misma publicación (Showcase #4) Green Lantern es el segundo. El éxito genera una colección de 200 números (Número 1 de julio de 1960 a número 200 de mayo de 1986) que finaliza con los crosovers del serial Crisis on Infinite Earths. Su momento culminante se presenta entre los números 76 al 89, en que la cabecera cambia de nombre, adoptando el de Green Lantern / Green Arrow, anteriormente citado. Tras algunos spin offs fallidos y un serial con su nombre en la revista Action Comics Weekly (versión semanal de la principal cabecera Superman entre sus números 601 y 642, editados entre junio de 1988 y junio de 1989) su estela vuelve a brillar en un volumen II, con el mismo disfraz y personalidad. Sus números clave son: el 46 de octubre de 1993 (destrucción de Coast City, su ciudad natal, por un alienígena llamado Mogul), y el arco argumental titulado “Crepúsculo Esmeralda”, entre los números 48 y 50 (con guiones de Ron Marz y dibujantes varios) en los que un enloquecido Hal Jordan, consumido por el dolor de la masacre de su ciudad, destruye su razón de ser, la batería central del planeta Oa, origen de su casi ilimitado poder, y emprendiendo un genocidio en sus santificados habitantes (llamados con el pomposo nombre de Guardianes del Universo). En consecuencia, se convierte en una entidad cuasi divina y manipuladora del tiempo llamada Parallax, continuándose su historia en la multisaga superheroica Zero Hour, fechada en julio de 1994 y obra global de Dan Jurgens, en la tradición cosmética [renovaciones y replanteamientos del lábil cronoespacio DC] crematística y coreográfica que motivó la aparición de las Crisis. La directiva editorial seguiría explotando al personaje en The Final Hour (noviembre de 1996) con la sana intención de masacrarlo, entre otros sucesos, para que pueda gozar de un funeral tan magno como el que se le propició a Superman tras su supuesta muerte a manos de Doomsday.

Stanley y su monstruo. Deliciosa strip, ajena en sus inicios al universo DC, obra de Arnold Drake y Bob Oskner, y presentada como back up del comic book The Fox and the Crow en su número 95. Su primera aparición data de diciembre de 1966 manteniéndose en esa cabecera hasta el número 108 de marzo de 1968, adquiriendo serie propia en su siguiente entrega (Stanley and his Monster # 109 de abril de 1968). Su cancelación se da en el número 112 de octubre de 1968. Entre febrero y mayo de 1993, el personalísimo tándem formado por Phil Foglio y Hillary Barta, que habían revitalizado al clásico Plastic Man de manera magistral, sacan la serie del baúl de los recuerdos, en forma de una magnífica limitada. La miniserie había estado precedida en un número del genérico Secret Origins (# 48 del volumen II de abril de 1990), obra de Phil Foglio, tras lo cual su estela volvió a difuminarse. Reaparece como estrella en la serie de Green Arrow, por lo que su futuro puede ser prometedor. Narra la amistad entre un niño y un demonio que vive en su armario, por lo que representa una amable versión del “coco”, o la presencia de un amigo (nada) imaginario.

Demon. Personaje creado por Jack Kirby en su periplo por DC. Su aspecto se basa en el disfraz que lucía Príncipe Valiente en su lucha contra el ogro del monte de Sinstar en su página dominical fechada en la navidad de 1937. Esa primera colección de 16 números apareció en agosto de 1972. Gozó de una espléndida miniserie entre enero y abril de 1987, obra de un inspirado Matt Wagner, que le catapultó a una nueva cabecera, cuyo número 1 es de julio de 1990 y su autor era el entonces prestigioso Alan Grant. Su personalidad quedaba fijada en la dualidad Jason Blood y el demonio Etrigan, un ser cada vez más enloquecido y que hablaba en ripios semejantes a romances. Su intensa personalidad lo ha hecho aparecer como invitado de numerosas series. Alan Moore forjó su personalidad en 1984, al hacerlo aparecer en el serial dedicado a La Cosa del Pantano (#25 al 27).

Deadman. Creación de Arnold Drake y Neal Adams (aunque la primera historia está dibujada por Carmine Infantino) para el genérico Strange Adventures entre sus números 207 y 216 (de noviembre de 1967 a febrero de 1969). Narraba las aventuras del fantasma de Boston Brand, trapecista asesinado por una mafia oriental. Su historia se continúa en el genérico The Brave and the Bold 86 de noviembre de 1969, obra del mismo equipo, para posteriormente culminar en la espléndida miniserie de cuatro números dibujada por el español José Luis García López (con trazos que imitan el estilo de Neal Adams) y guiones de Andrew Helffer, fechada entre marzo y junio de 1986. En 1989 protagonizó una inquietante miniserie prestige, de fuerte componente surreal, firmada por Mike Baron, con personales dibujos de Kelley Jones. Es un personaje interesantísimo y de una gran profundidad trágica.

The Phantom Stranger. Su primera aparición se da en su propio título de 6 números, entre 1952-53, con dibujos de Carmine Infantino. Posteriormente protagoniza una serie de 41 números entre 1969 y 1976. Su dimensión actual es obra de Alan Moore, y otros tres guionistas, autores del guión del número 10 de Secret Origins (enero de 1987), en donde cuatro dibujantes le confieren una dimensión angélica, próxima al mito cristiano. Tiene un importante papel en la miniserie Legends, obra de John Ostrander y John Byrne (noviembre de 1986 a abril de 1987). De octubre de 1987 a enero de 1988, protagoniza una interesante miniserie, obra de Paul Kupperberg, con dibujos del siempre eficaz Mike Mignola, y es uno de los personajes revitalizados en el semanal Action Comics Weekly, junto a Demon y Deadman.

The Spectre. Es un personaje divino cuyos orígenes se pierden durante la edad de oro. En la edad de plata debuta en un semanal específico de 10 números entre 1967-69 con algunos de sus episodios dibujados por el genial Neal Adams. En 1987 sale revitalizado de la saga Millenium iniciando una nueva saga escrita por el siempre eficaz Doug Moench. En 1997 su manto y personalidad pasa a ser ocupado por Hal Jordan, muerto durante la saga La Hora Final. En cualquiera de sus versiones es el equivalente a Dios en el universo DC.

Algunos guiños cómplices

Kevin Smith, consciente o inconscientemente propone al fandom más experimentado de DC un juego de adivinanzas. Algo así como adivinar y fijar referentes del pasado editorial usados para la narración de una historia tan compleja. El desglose siguiente no deja de ser un tímido intento de resolución del desafío propuesto por el autor, y resulta tan incompleto como parcial.

Es un hecho admitido, que la reedición en libro de determinados cómics va acompañada de textos editoriales que informan al lector de lo que va a leer. En el caso concreto del arco argumental “Carcaj”, que recorre con detalle una buena parte de la historia del Universo DC, no resultaría peregrino acompañar la edición de notas aclaratorias a pie de página que ubicaran al lector en el contexto, de la misma manera que se utilizan en las ediciones de otros tipos de libros.

Pp. 1-4 del # 1, la presencia de un diálogo entre Batman y Superman, sugiere el referente del comic book World Finest Comics, mensual genérico cuyo número 1 arranca en septiembre de 1941, y su final en el 323 es de diciembre de 1986. Su razón de ser era el protagonismo del equipo compuesto por los dos grandes personajes en casi todos sus números.

P. 22 del # 1. Fabulosa splash page en la que se aprecia un Green Arrow en toda su majestuosidad pordiosera, con una flecha acabada en botella que imita la famosa flecha “guante de boxeo”, presente en otro momento de la trama. Sobre las flechas “gadget” del protagonista, la más ocurrente es la flecha extintor (pp.5 del # 6), manejada en uno de los momentos más cómicos del relato y utilizada para apagar la boca llameante de un enloquecido Etrigan. Constituye el homenaje de Kevin Smith a toda la imaginería saetera que ha esgrimido el personaje a lo largo de su dilatada carrera.

P. 8 del # 3. La adolescente Mia Dearden reconoce en el rostro de Oliver Queen la personalidad de Green Arrow. Cuando el aludido se extraña de que haya sido reconocido, la adolescente le contesta que no es idiota del todo. La pregunta que queda en el aire es si todos los personajes secundarios de Superman son tontos al no reconocer en los rasgos de Clark Kent la fisionomía de Superman y de cualquier otro superhéroe con máscara mínima.

Pp. 1 al 9 del # 4. Presencia de Aquaman y Green Arrow compartiendo escena y luchando contra un monstruo imposible en una clara concesión al comic book Adventure Comics, y en general a la Edad de Plata, en lo relativo a los equipos superheroicos. El diálogo entre ambos recoge buena parte de la comicidad de la obra, refiriéndose entre otras cosas a la posibilidad de traficar y esnifar cocaína bajo el agua, a la alusión de la camiseta naranja y hortera que lucía por aquella épocas Aquaman y a su descalificación como un dictador ajeno a los usos democráticos.

Pp 14 al 22 del # 4. Parodias y guiños a La Liga de la Justicia, al cambio de los personajes que lucen las mallas. Alusiones a su primera aparición en el número 28 de The Brave and the Bold, de marzo de 1960, realizado por Gardner Fox y Mike Sekowsky (en la p.16 se nombra a Starro, el primer enemigo de la formación). En la p.17 el protagonista pregunta si su pupilo Speedy está libre de su adicción a la heroína (Green Lantern # 84 de diciembre de 1970, obra de O`Neill y Adams). En la p.20 se repasa irónicamente la personalidad de los Green Lantern clásicos como John Stewart (el negro) y Guy Gardner (el paleto). En toda la escena narrada en esas páginas subyace un fuerte homenaje a los guiones que realizó J. M. de Matteis en La Liga de la Justicia durante los años ochenta.

P. 16 del # 7. En el cielo DC, Deadman confunde a Green Arrow con Warlord. (Warlord, personaje asociado a DC, y ajeno a su universo, tuvo una serie de 133 números de 1976 a 1987, en donde Mike Grell realizó muchos de sus números. El aspecto físico de Warlord era similar al de Green Arrow, y sus tramas similares a los pulps de Edgar Rice Burroughs).

P. 19 del # 7 aparece en la lejanía Robin II (Jason Todd), muerto en Batman # 428 de enero de 1989, por obra de Jim Starlin y Jim Aparo. Para dilucidar su posible muerte DC montó todo un circo mediático con dos teléfonos a los que llamarían los fans que quisieran participar de modo interactivo en la trama de la historia. Uno de los números significaba que moría, mientras que las llamadas al segundo representaban su amnistía.

P. 20 del # 7. Abrazo emocionado entre las almas de Green Arrow y Flash II (Barry Allen), víctima del serial cósmico Crisis on Infinite Earths, de 1985-86, con guiones de Marv Wolfman y dibujos de George Pérez. La historia del obituario de Flash y el repaso general de su vida se repitió en el anual de 1988 del genérico Secret Origins, obra de Carmine Infantino.

Pp 3 a 6 del # 8. Batman y Deadman juntos, clara referencia a The Brave and the Bold # 86, anteriormente citado.

P. 15 del # 8. Recuerdos del pasado violento de Green Arrow en su volumen II de corte realista y feroz. Aparece dibujado Butcher, fantasmón fascista y ultraviolento, protagonista de una limitada entre mayo y septiembre de 1990, realizada por Mike Baron y dibujada por Shea Anton Pensa. Comparte escena con The Question, oscuro personaje de la compañía Charlton, que sirvió de inspiración del Roscharch de Alan Moore en Watchmen que tuvo una cruel cabecera, ciertamente brillante, de 26 números, obra de Dennis O`Neill y Dennis Cowan.

Pp 4 y 5 del # 9. Referencias al film La semilla del Diablo de Roman Polansky de 1969.

P 10 del # 9. Sandman, emblema editorial de la primera época Vértigo. 75 números entre enero de 1989 y julio de 1995, obra total del guionista Neil Gaiman. La referencia pertenece a su número 1, dibujado por el excelente Sam Kieth, y en ella vincula la historia narrada por Neil Gaiman, con los inicios de Stanley y su monstruo.

P. 22 del # 10, claro homenaje al mítico film Casablanca (1942), con una de las frases más célebres de la historia del cine.

Pp 1 al 7 del # 12. Hawkman, uno de los héroes más oscuros del universo DC, originado en la Edad de Oro, y sobreviviente en la Edad de Plata. Pese a su gran longevidad y presencia en muchas colecciones, jamás ha tenido una historia lo suficientemente digna.

P. 11 del # 13. El Acertijo, villano de segunda en la cosmogonía de Batman, con todo el componente patológico que caracteriza a los enemigos de Murciélago. Fue interpretado en el tercer film de Batman de Joel Shumacker, por un histriónico Jim Carrey.

Conclusiones.

Kevin Smith es un guionista con talento. De enorme capacidad narrativa y espíritu optimista en la perspectiva de los temas superheroicos. Pasa de largo por los puntos de vista deconstructivos que grandes autores de décadas pasadas impusieron en estas materias, caso de Alan Moore en trabajos como Watchmen y Swamp Thing, y Frank Miller en sus visiones de Daredevil y Batman. Por el contrario sus orientaciones vierten sobre procesos constructivos, reparadores, que tienden a situar sus creaciones en áreas de salida. Su vocación y enorme cariño hacia el género de superhéroes le hace persona grata para las grandes editoriales, del mismo modo que sus continuos homenajes al viejo fandom, le asegura la complicidad de curtidos lectores. El tratamiento del humor, desde finas y sutiles ironías hasta astracanadas, confirman el hecho de que la visión superheroica desde un prisma cómico supone la mejor renovación a un género tan cerrado, proporcionándole una saludable desmitificación y liberación de los corsés impuestos por atascados libros de estilo que el género lleva utilizando durante varias décadas.

[ leer el anexo con recomendaciones y vínculos ]


[ © 2003 Eduardo Martínez-Pinna, para Tebeosfera, 031019  ]