Nacida en 1931, Rodoreda fue autora incansable de guiones de historieta, y cultivó todos los géneros, desde el romántico y fantástico dirigido al público infantil femenino hasta el bélico o el de suspense dirigido al masculino, y tanto en los tebeos como en la novela de quiosco. Comenzó a escribir guiones de historieta a mediados de los años cincuenta en el sello Toray, participando en títulos como Cuentos de la Abuelita, Babette, Celia, Rosas Blancas, Capricho o Salomé, entre otras. Los fue alternando con otros destinados a tebeos de guerra o de espionaje, en títulos como Relatos de Guerra, Brigada Secreta, Hañazas Bélicas, Espionaje, etc.
En los setenta dejó a un lado estos géneros para trabajar más intensamente en la novela popular, puesto que fue autora de cientos de títulos de este tipo de literatura, sobre todo desde la segunda mitad de los años sesenta y hasta bien entrada la década de los ochenta. En este tipo de novelas, tanto románticas como policíacas, de vaqueros o bélicas, firmó con diversos seudónimos, entre ellos: Rock Morley, Kent Duwall, Rand Mayer, Holm Van Roffen, Mark Donovan, John Talbot, Vic Logan, Douglas Kirby, Chance Lane, Joseph Lane, Ian de Marco, Boris Marcov, Al Sanders, Ronald Carter, T. Danforth, Richard Dexter o Robert Dexter. También John Randall, seudónimo de su esposo, Juan Almirall Erliso (1931-1994), que fue quien la introdujo en este mundo literario, y con quien se intercambió algún seudónimo.
En los años ochenta todavía pudimos leer algunos de sus guiones de horror én revistas como Pánico o Escorpión, de Vilmar, tras lo cual se retiró de la labor de creación de historias.