Entidad editorial madrileña que comenzó su andadura en 1979 al sumar esfuerzos dos amantes de los tebeos, Miguel Ángel Martín Sánchez (de cuyas iniciales surge el acrónimo MAM) y Diego Jesús Jiménez, con la intención de reeditar de manera facsimiliar colecciones de tebeos de posguerra que ya eran difíciles de encontrar por entonces en España. Para tal fin, compusieron fotolitos para reeditar los tebeos partiendo de ediciones impresas en la mayor parte de los casos, aunque se esmeraron en el proceso fotográfico gracias a la experiencia de Martín Sánchez, que era trabajador en televisión, y la de Jiménez como editor, dado que había trabajado en la Editora Nacional (creando la colección de poesía Alfar) aprovechando que era funcionario del Ministerio de Información y Turismo.
Los tebeos editados por Ibercómic se promocionaron en un catálogo y fueron distribuidos sobre todo por correo, aunque parte de la tirada llegó a las librerías especializadas, primero realizando ellos la distribución y luego encargándosela a otras empresas que llegaron a distribuir en quiosco con resultados (según comentaron los editores) desastrosos. Con todo, en la primera mitad de los años ochenta, Ibercómic fue uno de los sellos con más actividad en el mercado.
Hay que indicar que intentaron sin cesar el contacto con los autores de las obras editadas, o con sus representantes, con el fin de solicitar los preceptivos permisos y abonarles beneficios. También, pese a que sus ediciones han sido consideradas "piratas", gozan del reconocimiento de la afición y gran parte de los coleccionistas españoles a la vista de la calidad con la que rescataron tantos tebeos del periodo clásico.
Se utilizaron dos nombres comerciales: Cómic-MAM, Ediciones M.A.M. e Ibercómic-MAM, que no deben confundirse con MAM Ediciones, sello del también madrileño Miguel Ángel Moreno. La mayor parte del peso de la edición la llevó Miguel Ángel Martín hasta 1982, cuando ambos fundadores del sello separaron sus caminos. Martín falleció debido a un problema cardíaco pasado el ecuador de los años noventa. Diego Jesús Jiménez siguió fue quien puso fin a la labor editorial y luego se dedicó a escribir poemas (ganaría el Premio Nacional de Poesía en 1997) y a la pintura. Falleció en septiembre de 2009. La denominación COMIC-MAN apareció impresa algunas veces, suponemos que por error de los impresores, pero también se extendió entre los aficionados y coleccionistas.