Alguna vez he pensado que la música de los Fall es simplemente el reflejo del ruido que suena en la cabeza de M.E.S. Un ruido incesante, atronador, como una catarata sin fin, que según avanzan los años se vuelve cada vez más denso y profundo, pierde inocencia y gana en gravedad.
Por eso funciona en nuestras cabezas, quizás porque nuestras neuronas chocan y se destruyen al mismo compás, con el mismo ritmo, levemente distorsionadas por el demoledor paso del tiempo.
Si añadimos a la mezcla el cálido y cruel timbre de voz, esa cadencia hipnótica y embaucadora y lo rematamos todo con una actitud siempre a tumba abierta, la escucha detenida de la discografía de los Fall es lo más parecido a un delicioso paseo por el mismo borde del abismo de la vida.
Trasladar ese ruido al papel ha sido una aventura en la que nos hemos adentrado un grupo de dibujantes de tebeos. Todos hemos aprendido algo por el camino; los descubrimientos los tienes aquí plasmados. Al alcance de tu mano. Disfrútalos.