22-IX-1896 · Jaén · Jaén · Andalucía · 
Antonio de Lara se cultivó en el humor nfluido por Ramón Gómez de la Serna, siendo en Valencia donde publicó sus primeros trabajos periodísticos. También era dibujante, de un estilo rabiosamente geométrico y vanguardista, y desde 1912 publicó viñetas en semanarios como La Traca o El Guante Blanco, La Voz de Guipúzcoa, La Esfera, Nuevo Mundo, Mundo Gráfico y Buen Humor, revista en la que destacó especialmente. Fue en esta publicación en la que adoptó finalmente el seudónimo Tono.
Pasa un tiempo en París (1924-1930), desde donde realiza ilustraciones para Bazar, Candide, Ric et Rac, Paris Soir, The Boulevardier y La Rire. Luego partió hacia Hollywood, donde estuvo un año realizando trabajos de escenografía. De vuelta a España colaboró en la revista Algo y en periódicos y revistas como Crónica. Tras desatarse la Guerra Civil, trabajó en prensa propagandística del bando de Franco, como La Trinchera / La Ametralladora, Unidad y Vértice, siendo el director artístico de esta revista. Es por entonces cuando se fragua una gran amistad con Mihura, con quien continúa haciando humor cuando se funda, en 1941, La Codorniz, revista que alcanzaría gran seguimiento y popularidad. Durante las siguientes décadas siguió trabajando habitualmente en esta revista y otra prensa, satírica (Can Can, Don José) y no satírica (Cámara, Semana, Blanco y Negro, Arriba y ABC).
Su obra como dramaturgo comenzó en 1919, cuando debutó con la revista teatral Sueño de opio, concretamete en el teatro Petit Casino de Madrid. Fue una obra de corte vanguardista, que combinaba el absurdo con el colorismo llamativo. Dejó de escribir durante un tiempo, y aparte de colaborar en los estudios cinematográficos Chamartín, no escribió más para la escena, al menos en solitario. Junto a Miguel Mihura sí que redactó algunas piezas teatrales, como Ni pobre ni rico sino todo lo contrario, de 1939, que luego sería adaptada al cine. Con posterioridad, participaría en las obras: Guillermo Hotel (1945), Francisca Alegre y olé (1949), La vida es sueño (1952) y Federica Bramante (1954), esta última escrita en colaboración con Carlos Llopis.
Recibió el premio Mingote en 1968 y al año siguiente el premio Paleta Agromán. En 1975 recibió el premio Olivo de Oro.
En vida publicó la antología 100 tonerías de Tono (1938) y también una autobiografía: Memorias de mí (1966).
