CARICATURA E HISTORIETA POLÍTICAS EN CHILE
MAURICIO GARCÍA CASTRO

Resumen / Abstract:
Chile es un país que ha sido prodigo en caricaturistas políticos ya desde los primeros años de la independencia a principios del siglo XIX. Antonio Smith, el precursor, en 1858 caricaturizó a cuanto político y personaje celebre se le cruzó, incluido el propio presidente Montt, quien le habría solicitado que terminara con la publicación de «esos monos groseros». Pasarían años antes que el dibujante Luis Fernando Rojas y el editor Juan Rafael Allende crearan diarios como El Padre Cobos, El Padre Padilla que atacaron la oligarquía y a la iglesia y más tarde defendieron al presidente Balmaceda. Luego vendrán los años de los grandes periódicos, como El Diario Ilustrado o las revistas, como Zig-Zag y Sucesos, donde harían escuela dibujantes como Moustache o Jorge Délano Frederick -más conocido como Coke- que finalmente terminaría creando la legendaria revista Topaze, que por casi 40 años caricaturizó la política chilena, desde 1931 a 1970. Por ella desfilaron las más grandes plumas, como Pepo, Lugoze, Alhué, Mono y otros muchos. Más tarde destacan con luz propia Lukas en El Mercurio y nuevos dibujantes que caricaturizan a Pinochet, como Hervi, Palomo, Rufino o Gillo, que curiosamente pierden su importancia al llegar los gobiernos de la concertación. Hoy existen esporádicos intentos de hacer caricatura política con autores como Germán Miranda -más conocido como Asterisko-, Christian Gutiérrez (Christiano) que se ríen del país del Transantiago, los sobresueldos y las facturas falsas. Esperemos se mantenga y los invitamos a conocer la historia de la historieta política chilena. / Chile has always had a considerable amount of political caricaturists, even in the very early years of our independence, at the beginning of the XIX century. Antonio Smith is considered the forerunner of political caricatures; back in 1858 he portrayed political caricatures of every politician at hand, even president Manuel Montt himself, who, allegedly, would have asked him to stop publishing «those disgusting doodles». It would take some years before Luis Fernando Rojas as cartoonist and Juan Rafael Allende as editor published small magazines like El Padre Cobos (Father Cobos), El Padre Padilla (Father Padilla), which attacked Chilean oligarchy and catholic church. In time they supported president Balmaceda. Then it was time for major newpapers as El Diario ilustrado (The Illustrated Newspaper) or magazines as Zig-Zag and Sucesos (Events), where cartoonists like Moustache or Jorge Delano Frederick -better known as Coke-, became famous, which in its turn would allow to publish the legendary Topaze magazine, that portrayed Chilean politics and politicians for about forty years, from 1931 to 1970. The greatest cartoonists of that time (Pepo, Lugoze, Alhué, Mono, among others) performed their art in that magazine. After that period some cartoonists still stood out, as Lukas in El Mercurio and some cartoonists of a new generation that caricatured Pinochet, as Hervi, Palomo, Rufino and Gillo, who curiously enough, lost importance with the arrival of the concentration governments. Nowadays there are sporadical attempts to develop political caricatures, mainly by authors like Germán Miranda -also known as Asterisko-, Christian Gutierrez (Christiano) who makes fun of Chilean problems like Transantiago, extra money paid in envelopes to ministers and other high authorities and the phony invoices´ scandal. It´s desirable this tradition is kept in time and so forth we invite you to learn about the history of Chilean political caricature.
Notas:
Texto publicado en el número 31 de la Revista Latinoamericana de Estudios sobre la Historieta en septiembre de 2008.
CARICATURA E HISTORIETA POLÍTICAS EN CHILE

 

 

 

Los comienzos

Es preciso manifestar que en Chile, como en otros países, las primeras ilustraciones aparecieron en los periódicos. Así don José Pérez Cartes en su «Pequeña historia de la historieta. II parte. La historieta en Chile» cita como primer dibujo el aparecido en el periódico Viva la Patria en 1821, y posteriormente en 1826 en El Patriota Chileno.

Existen caricaturas anteriores, sobre O’Higgins y San Martín, pero se imprimieron en Uruguay y circularon en Lima, Perú, preferentemente. Según Jorge Montealegre Iturra, en su libro «Prehistorieta chilena», el autor de dichas caricaturas sería el mismísimo don José Miguel Carrera, a quien califica exageradamente como el primer mártir de la caricatura. La caricatura –del latín caricare, cargar, subrayar, exagerar– recién hizo su aparición como tal en El Correo Literario, redactado por don José Antonio Torres. Dicho periódico se autodefine como político, literario e industrial. Su primer número apareció el 18 de julio de 1858, durante el gobierno de don Manuel Montt. La declaración de principios del periódico señalaba: «El objeto de la caricatura es corregir las costumbres y defectos, es satirizar, poner en ridículo, si requiere, aquello que se manifiesta ridículo, para procurar su corrección». Los dibujantes eran Antonio Smith, el primer caricaturista chileno según la autora Luisa Ulibarri en su libro «Caricaturas de ayer y hoy» y Benito Basterrica, ambos discípulos del conocido pintor Alejandro Cicarelli. Basterrica hizo una caricatura ofensiva en El Correo Literario del famoso pintor, aunque esta también es atribuida a Antonio Smith.

Antonio Smith o más bien Miguel Antonio Smith Irisarri, nacido en 1832, era un muchacho alto, flaco y muy ingenioso, que había dejado la Academia de Pintura por discrepancias con Cicarelli y se hizo militar, siendo enviado a Chillán, lugar en que conoció a su mujer, doña Rosaura Canales de la Cerda. Luego de abandonar el ejército se unió a la élite intelectual de la época, en un ambiente de pensamiento político liberal, que se oponía al gobierno. En 1858 caricaturizó a cuanto político y personaje celebre se le cruzó, incluido el propio presidente Montt, quien le habría solicitado que terminara con la publicación de «esos monos groseros». Smith dibujaba con lápiz grasa sobre piedra litográfica, lo que le impedía borrar. Tan rudimentario era el estado de la imprenta que debía dibujar al revés para que la impresión quedara bien. El pintor Pedro Lira, que fue su gran amigo, lo considera un gran dibujante y creador de la caricatura en Chile y señala que era un observador picante y hasta mordaz, pero siempre espiritual.

Con el fracaso de la revolución de 1859 Smith debió huir de Chile, viajó a Europa y regresó años después, convertido en un destacado pintor, considerado como uno de los creadores del paisajismo chileno. Falleció en 1877. El Correo Literario sufrió su primera clausura al decretarse el estado de sitio del 12 de diciembre de 1858. Solo reapareció el día 11 de julio de 1864, bajo el gobierno de José Joaquín Pérez, que mantuvo una política más abierta con la prensa. La publicación presentaba una nueva declaración de principios respecto de las caricaturas: «Ellas serán de todas clases, de todos tamaños y de todos colores; las costumbres pueden corregirse y criticarse con lápiz y pluma». El segundo período duró solo unos pocos números. Su última reaparición será en agosto de 1867, con solo tres ediciones. Entre la primera clausura y la reaparición de El Correo Literario surge en 1863 un periódico llamado El Cóndor, dirigido por el periodista Manuel Blanco Cuartín (1822-1890), que presenta un personaje que es un cóndor humanizado, caricatura que opina sobre los acontecimientos del momento y que es el primer personaje caricaturesco chileno. Solo duró ocho números. Don Manuel Blanco fue director de El Mercurio de Valparaíso por muchos años.

La guerra con España dio origen en Valparaíso al tercer periódico caricaturesco, El Corsario, que circuló entre el 27 de marzo y el 26 de mayo de 1866, en seis números. Destaca una célebre caricatura de la Reina Isabel, como monja Patrocinio, junto al Clero y el Ejército, sosteniendo el trono peninsular, lo que habría originado la clausura del periódico. Desde el 29 de junio de 1867 y hasta el 1 de enero de 1879 circulan 126 números de El Charivari, imitación de un periódico francés del mismo nombre, equivalente en español a cencerradas. Era redactado por don Luis Rodríguez Velasco y en él anónimos dibujantes representaban a los políticos y literatos de la época. Con tinte comefraile y antigobiernista El Charivari tenía como blanco primordial al clero. El Charivari era un personaje que aparecía en sus páginas y era mezcla de payaso y juglar, destinado a opinar sobre situaciones políticas y religiosas. Entre sus anónimos dibujantes se menciona a Clodomiro Guzmán como uno de los más conocidos, pese a no estar confirmadas sus colaboraciones.

Quizás el periódico caricaturesco más conocido de esos años sea La Linterna del Diablo, que circuló entre el 23 de agosto de 1867 y el 31 de octubre de 1868 con 48 números y luego, en tono más moderado, entre el 14 de noviembre de 1868 y el 2 de octubre de 1869 con otros 48 números. Su última aparición fue a contar de mayo de 1876, con 5 números. Su redactor principal era Fanor Velasco (1848-1907), notable periodista y político, futuro subsecretario de Relaciones y Culto del presidente Balmaceda, autor de la obra «Revolución de 1891». Los ataques de La Linterna del Diablo se dirigían al clero, al presidente Pérez, a Benjamín Vicuña Mackenna y, con tono crítico, a la guerra en la Araucanía. En este periódico aparece otro personaje, el diablito Iluminador, que pretende cumplir un papel moralizador. El dibujante principal era el ya conocido Benito Basterrica, quien además ilustra en La Campana, El Mefistófeles, El Padre Cobos, José Peluca, El Padre Padilla, El Ferrocarrilito y Diójenes, donde su creatividad en la caricatura hacía reír, sin por ello olvidar la pintura seria, por la que recibió algunos premios de la Academia. Su cuadro más conocido es «La Zamacueca».

En directa oposición política a los periódicos ya mencionados, se encuentra La Penca, periódico de filiación conservadora y casi gobiernista, que fustiga a liberales y radicales y que circula entre el 13 de marzo y el 12 de junio de 1868.

El Padre Cobos, fundado el 6 de mayo de 1875 y que circula hasta 1877, fue un periódico satírico, de propaganda anticlerical y democrática, dedicado casi exclusivamente a detener la candidatura de Benjamín Vicuña Mackenna a la presidencia. Luego volvería, entre 1881 y 1886, colaborando para mantener la moral de la tropa en la guerra del Pacífico. Luego de la guerra del Pacífico se funda El Padre Padilla, que circuló entre 1884 y 1896, periódico de caricaturas que da importancia a los problemas sociales, a la intervención económica y a las malas prácticas políticas.

Juan Rafael Allende Astorga, llamado El Voltaire Chileno, nació en Santiago el 24 de octubre de 1848 y murió, pobre y olvidado, el 20 de julio de 1909. Estudió en el Instituto Nacional. Fue periodista, poeta culto y popular, novelista, dramaturgo y el principal autor satírico de su tiempo. Su principal obra de teatro es «La república de Jauja», de 1888-89, donde ridiculizaba a la sociedad de la época. Sería además el redactor y editor de Don Cristóbal, periódico independiente de caricaturas, que publica 80 números en 1890. Luego editaría Pedro Urdemales, entre 1890 y 1891, Poncio Pilatos, entre 1893 y 1895, El Jeneral Pililo, entre 1896 y 1902, El Tinterillo en 1901 y El Sacristán en 1902. Además se mencionan El Arzobispo, Don Mariano, El Sinvergüenza, El Pedromón y La Beata como de su autoría, y contaron con la participación de don Luis Fernando Rojas y Benito Basterrica. El autor, que optó por el gobernante Balmaceda, pese a haber sido inicialmente crítico de su régimen, casi fue fusilado al triunfar la revolución, salvándose solo por la presión de la colonia extranjera de Valparaíso.

Otro periódico importante fue El Ferrocarrilito, de 1880 a 1881, un diario de tendencia conservadora, que ataca duramente a los peruanos y bolivianos durante la guerra del Pacífico. Luego circularía entre 1885 y 1888. Los años 1884 y 1885 son los tiempos de Diójenes, con 87 números. Entre marzo y agosto de 1891, año de la revolución contra Balmaceda, nace entre sus adictos El Recluta, con 67 números, que, al decir de la prensa opositora, no respetaba el honor de la familia ni a las damas. Sus caricaturas son anónimas, dibujo a lápiz y plumilla, con largas lecturas. Se dice que lo dirigió Juan Rafael Allende.

Con El Diablito, El Diablo Fuerte y otras publicaciones como El Alfiler y El Fígaro, según la autora Luisa Ulibarri a quien hemos seguido en esta parte, se cierra la etapa de la caricatura inserta en un periodismo rudimentario. A esta lista debemos agregar un periódico satírico llamado Don Quijote, con un dibujante que firmaba Demócrito, y que es citado por Coke en su libro «Yo soy tú», a raíz de una caricatura política. Otra omisión en el citado libro de Luisa Ulibarri es la falta de referencia a Don Luis Fernando Rojas Chaparro, que fue él más conocido ilustrador de fines de siglo XIX, dominando la técnica del lápiz litográfico. Nacido en 1857 en Casablanca, su labor resulta destacable, ya que dibujó la vida pública chilena desde 1875 hasta al menos 1920. Rojas era de familia humilde, pero su facilidad para dibujar le abrió las puertas del Instituto Nacional y luego las de la Academia de Bellas Artes, en 1874, donde fue alumno del director, el pintor don Juan Mochi. A causa de diferencias con este terminó su carrera de pintor clásico y se lanzó a dibujar retratos para sostener a su madre.

En 1875 Chaparro ilustra El Correo de la Exposición, que presentaba el cuerpo diplomático en honor a la Exposición Universal de dicho año, transformándose en el primer litógrafo chileno, ya que antes este tipo de trabajo solo era realizado por extranjeros. Gracias a sus dibujos se conoció en su momento a los protagonistas de la guerra del Pacífico, en los dos tomos de «Homenaje al ejército y la armada», de 1883 y 1885; ilustró además las páginas del «Álbum de las glorias de Chile» de Benjamín Vicuña Mackenna y la «Historia de Chile» de Diego Barros Arana. Además de retratar a los participantes de la revolución de 1891 fue dibujante de La Lira Chilena, donde entre versos y grabados se comentaba la actualidad. Trabajó también en El Taller Ilustrado, la primera publicación chilena dedicada a los estudios de arte.

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Figura 1: Portada de La Revista Cómica no. 92 (4ª semana de agosto de 1897), por Luis Fernando Rojas.  
El artista colaboró en diarios como El Padre Cobos, El Padre Padilla y los otros diarios de Juan Rafael Allende, de quien fue entusiasta colaborador en su lucha contra la pequeñez de los hombres. Fueron la «dupla fecunda y temible, que a partir de El Padre Cobos, disparó incansable desde las trincheras de una cerrada oposición contra la oligarquía y la iglesia chilena, a decir de Isabel Cruz Ovalle de Amenábar, a quien citamos de su obra «Diosas atribuladas. Alegorías cívicas, caricatura y política en Chile durante el siglo XIX».

Luis Fernando Rojas fue además el propietario, junto a Ricardo Fernández y luego Julio Vicuña, de La Revista Cómica, periódico semanal ilustrado y literario, de 4 páginas. Rojas hacía las portadas y dibujaba dos páginas de viñetas de humor, incluido el humor negro y la caricatura política. La revista circuló desde el 4 de agosto 1895, fecha que (con la indicación de solo el año) don Manuel Alcides Jofré en su libro «Publicaciones infantiles y revistas de historietas en Chile: 1895-1973» cifra el punto inicial de la historia de la historieta en Chile. La revista fue continuada en 1915 por La Lira Ilustrada, donde Rojas continuó dibujando. En 1905, entre junio y agosto, Rojas publica El Hermano Jacinto, periódico de caricaturas. Ya a comienzos del siglo XX, en 1911, fue reconocido por don Enrique Blanchard-Chessi, director de El Peneca, donde Rojas colaboraba como uno de los grandes artistas chilenos. Coke lo menciona como el decano de los caricaturistas chilenos, señalando que con el seudónimo Marius trabajó, además de en El Peneca, en las revistas Zig-Zag y Sucesos. En sus últimos años realizó cuadros patrióticos, ilustraciones por encargo y publicidad. Periodistas de la talla de Joaquín Edwards Bello lo llaman «precursor de ilustradores, caricaturistas y reporteros gráficos» y piden una pensión de gracia para él.

Rojas muere el 7 de julio de 1942, sin el merecido reconocimiento. En septiembre de 1986 el Museo Histórico Nacional exhibió una muestra de su obra en la Plaza de Armas de Santiago, revitalizando su olvidada figura.

 

Los primeros años del siglo XX

El 31 de marzo de 1902 se comienza a publicar El Diario Ilustrado, que significó un importante aporte a los dibujantes, pues inició la práctica de publicar una caricatura en la primera página en la que participaron los principales caricaturistas de la época. Así lo atestigua su edición cincuentenario de 1952, que resume su actividad indicando que sus primeras caricaturas son de unos dibujantes argentinos y que tratan sobre el conflicto de ese país con Chile. A partir del 19 de mayo de 1902, Perengano, seudónimo del español Santiago Pulgar, realiza algunos dibujos. Luego lo hará bajo su propio nombre con dibujos de actualidad, como la famosa huelga de maquinistas.

Le seguiría Nataniel Cox Menéndez, desde el 4 de agosto de 1902, con la tira «La semana cómica». Era muy joven y son sus primeros trabajos, pero ya se vislumbra el gran caricaturista que llegaría a ser. Firmará con sus iniciales al principio y luego usará el pseudónimo de Tom Pouce o Blitini. En 1906, se irá definitivamente a la revista Zig-Zag. También dibuja por poco tiempo, desde agosto de 1903, el famoso Pedro Subercaseaux, que firma como Lustig. Sus dibujos, de tipo religioso, son motivados primero por la muerte de León XIII y luego como homenaje a Pío X. Además, realiza caricaturas sobre veraneantes y pintores. En 1905 se traslada a la revista Zig-Zag y luego a Selecta y otras, como veremos.

Otro dibujante que tuvo presencia ocasional fue Raúl Figueroa, conocido como Chao. Sus primeros trabajos son del 26 de junio de 1906. También lo volveremos a ver en otras ocasiones en diarios y revistas. Fue de los fundadores del Círculo de Periodistas, en 1908. Años después pasarán por El Diario Ilustrado otros artistas, como Juan Francisco González Ramírez, Huelén, entre 1917 y 1918, ilustrando las primeras páginas y caricaturas. Volveremos a él cuando trabaje para la revista Topaze. Finalmente, llegamos a 1919, año del más conocido dibujante de El Diario Ilustrado, Jorge Délano Frederick, más conocido como Coke, quien dibujó durante varios años la caricatura política de la primera página de la edición dominical del periódico, dirigida habitualmente contra Arturo Alessandri Palma.

El mandatario se desesperaba con los dibujos, por lo que Coke se esmeraba en su malicia e ingenio. Podemos citar una famosa historieta en cuatro cuadros en que el presidente visita a un médico chino que, al terminar de auscultarlo, le señala: «Cabecha mala, no tiene lemedio». Anécdota que recordaba el presidente cuando hacía una mala jugada de ajedrez, según relata el propio Coke en su libro «Yo soy tú». La importancia de Coke radica en que supo aprovechar técnicamente la imprenta en colores del diario, la que muchos no sabían utilizar. Tras larga tarea convenció al presidente de la sociedad editora, don Arturo Lyon, que se resistió mucho, a publicar una página semanal de caricatura política en colores, lo que hizo que el diario triplicara su tiraje en corto tiempo.

En 1928, con motivo de una clausura del diario por parte del presidente Ibáñez, el director Jenaro Prieto le solicitó una caricatura para la reapertura, pero que no causara una nueva clausura por parte del gobierno. Coke, luego de mucho pensar, tuvo la idea y la realizó: estampó sus zapatos en tinta, les dio forma de bototos y al día siguiente solo aparecieron publicadas las huellas que originaron la clausura, sin ningún otro comentario. El éxito fue impresionante y por mucho tiempo se mostró el dibujo en el Hall de un importante diario de Nueva York, como uno de los mejores del mundo en su tipo. En 1917 se funda La Nación, obra de Eliodoro Yánez y otros colaboradores. Coke es quien dibuja y selecciona fotos, realizando un gran trabajo en la parte gráfica. Su víctima de esos años es Luis Emilio Recabarren, líder de la clase obrera chilena. Ahí Coke desarrollará su profundo anticomunismo, que iría acentuándose con los años.

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  Figura 2: Sucesos no. 351 (27 de mayo de 1909); portada por Fly, que muestra los problemas de un Ministerio del Presidente Pedro Montt.
En lo referido a revistas, la Imprenta y Litografía Universo de los hermanos Gustavo y Alberto Helfmann publica, desde el 18 de agosto de 1902, la revista Sucesos en Valparaíso. Era una revista semanal de caricaturas de actualidad, en la que dibujaban Pet Pet y un dibujante que firma Fly, de quienes se ignoran más antecedentes. Además de Edmundo Searle, Santiago Pulgar, Renato Schlavoh, Carlos Wiedner, luego se sumarán Coke y Luis Meléndez. Renato Schlavoh dibujó sus primeras producciones en Sucesos y en 1910 se presentó al concurso abierto por Caras y Caretas de Buenos Aires con el dibujo de portada de la revista, en ocasión del centenario de la independencia argentina, concurso en el que obtuvo el segundo lugar.

Carlos Wiedner, alemán, de oficio litógrafo, llegó a Chile desde Buenos Aires, contratado como dibujante, merced a una falsificación de la firma en un dibujo de un famoso autor argentino, según refiere a Coke, el que lo sucedería en la revista Sucesos como director artístico. Posteriormente Wiedner volvió a la Argentina, donde murió desempeñándose en su antiguo oficio de litógrafo. Junto a Sucesos la Imprenta y Litografía Universo publicaba La Comedia Humana, revista que tenía como lema Castigat Ridendo Mores, con una galería de retratos políticos, en las que dibujaba el español Juan Martín, el dibujante Fly y Santiago Pulgar. Santiago Pulgar era un notable caricaturista que publicó en la revista La Comedia Humana una obra que lo inmortalizó. Era sobre el presidente don Pedro Montt, su esposa Sara del Campo y el político liberal Guillermo Rivera, galán de la época. En la caricatura, el presidente estaba al piano y los otros bailando, insinuando un secreto que ya era vox populi. Como era previsible la revista fue requisada y el dibujante y el director, un italiano de apellido Lacquanti, fueron apaleados por desconocidos que luego huyeron impunemente, con gran escándalo de la sociedad, que veía con malos ojos que aspectos íntimos del gobernante fuesen ventilados de esta forma.

Entre 1907 y 1909 se publica  Sin-Sal, parodia de Zig Zag, donde se atacaba a Agustín Edwards, el más célebre de los escritores humoristas de la época. El responsable de la publicación era Armando Hinojosa, pero terminan ofreciéndole un viaje como «inspector de consulados en Europa», con lo que la revista decae y muere. El famoso autor también colaboró en el Diario Ilustrado desde 1913. Nació en 1882 y muere en octubre de 1937, ocupando el cargo de director del Diario Oficial.

 

Los caricaturistas de la Editorial Zig-Zag

Para enfrentar a la Editorial Universo, Agustín Edwards Mac Clure, próspero empresario, político y diplomático, funda en 1905 la Editorial Zig-Zag y el 19 de febrero de 1905 una revista homónima. Esta revista inicia realmente en Chile el mercado de revistas y el periodismo moderno. La revista, pensada inicialmente como suplemento del diario El Mercurio, fundado en Santiago en 1900, contaba con modernos elementos mecánicos y personal contratado al efecto en Europa, con lo que resalta y dignifica la profesión del periodista. Su promoción duró largos meses, con una gran publicidad que hizo esperar ansiosamente al público por su aparición, lo que, unido a su bajo precio (20 centavos), la hizo muy popular en todas las esferas sociales. La Editorial Zig-Zag se ubicaba en un edificio de calle Teatinos 666, donde los dibujantes ocupaban el Hall Central, con amplias mesas para cada uno de ellos, según recuerda Coke en su libro autobiográfico

«Botica de Turnio» y en su autobiografía «Yo soy tú», donde relata esos estimulantes años. Coke recuerda cómo de muy joven fue conducido por su padre a la revista Zig-Zag y fue presentado a los dibujantes. Zig-Zag fue el más conocido de los semanarios, su reinado duraría casi 60 años y 3 102 números. Dirigido muchos años por el escritor Joaquín Díaz Garcés, reunió un selecto grupo de ilustradores, caricaturistas y dibujantes. Es en esta publicación que aparecen las primeras historietas. Sus autores más importantes fueron Julio Bozo, que por sus gruesos bigotes firmaba como Moustache, y el famoso y futuro Fray, don Pedro Subercaseaux Errázuriz, cuyo seudónimo era Lustig.

En un recorrido por el edificio donde funcionaba Zig-Zag Coke nos muestra a Moustache, su ídolo, que le pide un mono hecho por él, lo que originará su ingreso a la revista; a Foradori y Carlos Zorzi, notables ilustradores italianos que no incursionaron en la historieta; a León Bazin, grabador francés; a un joven Pedro Subercaseaux, en su labor de caricaturista. También estaban el francés Paul Dufressne, ilustrador de la portada del primer número de Zig-Zag, y los españoles Juan Martín y otro de apellido Navarrete, ya mencionado en el Diario Ilustrado. Estaban, además, Richón Brunet, maestro de varias cátedras de la escuela de Bellas Artes, y Emilio Dupré.

Julio Bozo Valenzuela (Moustache), dibujante humorístico de la revista Zig-Zag, también hacía las portadas del semanario Corre Vuela y campañas publicitarias de gran éxito, como la del alimento Tisphorine. Realizador de notables retratos humorísticos de la vida citadina y provinciana de las primeras décadas del siglo XX, casi nunca aborda temas políticos, pero sí se burla de la burocracia. Sus historias en varios cuadros llenaban una página, con texto al pie del dibujo, con un humor muy chileno. Una historieta suya era «Las aventuras de Lucas Gómez», personaje popular que representaba un huaso en la ciudad, también dibujado por Chambergo. El origen del personaje era una comedia muy popular de fines del siglo XIX de don Mateo Martínez Quevedo (1848-1923). En 1920 Moustache recibió una herencia importante, dejó de dibujar, se cortó los bigotes y se fue al campo a descansar. No volvió a dibujar, según cuenta Coke, con lo que su rastro se pierde definitivamente.

Nataniel Cox Méndez, que firmaba Pug en la revista Zig-Zag, desde 1906. Según Coke fue el mejor caricaturista nacional, desapareció prematuramente el 24 de agosto de 1930. Ilustraba, entre otros, refranes populares y terminó especializándose en dibujos casi naturalistas, verdaderos retratos, con ligeras deformaciones para acentuar la personalidad del personaje caricaturizado. Sin embargo, el más importante dibujante de la época, por la creación del primer personaje de historieta chileno que ha trascendido los años, fue Pedro Subercaseaux Errázuriz, nacido en Roma en 1880 y muerto en Santiago en 1956. Era hijo del pintor y diplomático Ramón Subercaseaux y es más conocido por sus pinturas, por el escándalo desatado por la separación de su mujer y su posterior ingreso a la orden de los Benedictinos, como Fray Pedro Subercaseaux. Como Lustig (divertido o chistoso, en alemán) creó en la revista Zig-Zag a «Von Pilsener», un hombre robusto, con cara de viejo pascuero, gorro, anteojos, chaqué y bombo, acompañado de un perro salchicha de larguísimo nombre. Es presentado en su primera historia: «Don Federico Von Pilsener, sabio alemán, es comisionado por el gobierno de su país para estudiar las costumbres salvajes de una lejana región llamada Chile. Al efecto se embarca acompañado de su perro Dudelsackpfeifergeselle».

Las aventuras o desventuras de «Von Pilsener» aparecen irregularmente en la revista entre 1906 y 1907, para luego emigrar a otras publicaciones. Con fino humor y una ácida crítica a las costumbres para, según aclara en sus memorias, «resaltar, en forma humorística, nuestros propios defectos, exponiéndolos a la crítica de un imaginario observador europeo», lo que transforma a Pedro Subercaseaux en el primer dibujante de historietas que crea un personaje de carácter político. Una de las casas en que vivió Lustig alberga hoy al Instituto Cultural de San Miguel, lugar en que se han realizado importantes foros y exposiciones sobre la historieta local. El escritor Jorge Montealegre, junto a Héctor Morales, rescata su memoria en 1993 en un libro recopilatorio: «Von Pilsener, primer personaje de la historieta Chilena», de Editorial Asterión.

Otros caricaturistas políticos de esos primeros años son: Lamberto Caro, Emilio Álvarez y el mencionado Santiago Pulgar. Lamberto Caro, que firmaba simplemente como Caro, ejecutaba sus caricaturas con solo unas cuantas líneas, sin el auxilio de las sombras. Era un estudiante de derecho que luego sería juez del crimen. Estaba también don Raúl Figueroa, bajo el seudónimo Chao, que dibujaba, entre otras cosas, «La vida caballuna», que se publicaría por muchos años en Las Últimas Noticias hasta la década del cuarenta. Mencionaremos además a don Manuel Guerra, Max, y al peruano Eguren Larrea, que se hacía pasar por español. Ambos fueron mentores de un joven Coke, que en 1911 iniciaba sus labores en La semana Política, Corre Vuela y luego en Zig Zag y Sucesos.

La compra de la empresa Zig-Zag por Universo trajo a Santiago a la revista Sucesos, su gran competidora en el mercado de las revistas. Su portadista y dibujante habitual por largos años será Chao. En Zig-Zag dibujaron en la década de 1920 Germán Luco Cruchaga, que firmaba Whisky, y Enrique Alfonso, Osnofla. Ambos eran notables escritores y dibujantes de sus propios artículos satíricos. El último publicaba sus «Garabatos», que eran noticias en broma ilustradas, manteniendo una larga trayectoria.

Lo mismo hacía Raúl Simón Bernard, nacido en Constitución el 14 de julio de 1894 y fallecido en 1969; estudiante de Ingeniería, se había iniciado en la caricatura en el diario La Nación. Más tarde se haría conocido como periodista bajo el seudónimo de César Cascabel y luego como importante ejecutivo de una empresa extranjera. Años después publicaría «Las Crónicas de César Cascabel». Se iniciaba ya en el dibujo Alfredo Adduard Corbalán, estudiante de medicina, quien trabaja como caricaturista en Los Tiempos, editada por La Nación, y que luego fue acogida en Zig-Zag, por su estilo tajante y preciso. Según Coke se perdió un doctor y se ganó un dibujante. Obtuvo en 1965 el Premio Nacional de Periodismo, mención dibujo. Falleció en Santiago a los 70 años el 18 de mayo de 1969. No podemos dejar de mencionar que desde el 1 de enero de 1908 Zig-Zag publicó Corre-Vuela en la que dibujaron, entre otros, Marning, Raúl Figueroa que firma Chao, Moustache, B o n soir, Chambergo, que realiza las  «Aventuras de Lúcas Gómez», y Coke. En la revista aparecen, quizás por primera vez en Chile, «Las Aventuras de dos pilluelos», serie adaptada y quizás dibujada en Chile, sobre los personajes de Rudolph Dirks. El fundador y director de la revista era Roberto Alarcón Lobos, apodado Galo Pando, periodista de estilo costumbrista y popular, autor de la novela «Gente alegre», ilustrada por los dibujantes de la época. Nació en Rengo el 16 de mayo de 1872 y falleció el 7 de febrero de 1917.

Una declaración de Coke en 1971 a Luisa Ulibarri muestra cómo eran mirados los dibujantes y periodistas de esos años: «Cuando decidí ser dibujante me retiré del grupo familiar. Mi actividad era para ellos denigrante». En efecto vivía en una pieza contigua a la sala de redacción de sus trabajos, en un ambiente bohemio.

 

Topaze y la sátira política

Sin lugar a dudas, la década del treinta pertenece a Cokeya la revista Topaze. En su libro «Botica de Turnio» el famoso dibujante (nacido el 4 de diciembre de 1895, casado con Raquel Ramírez Rahausen, y fallecido el 9 de julio de 1980) presenta su propia biografía. Algunas de sus actividades previas a esta década ya han sido comentadas y se encuentran relatadas en el libro citado y en «Yo soy tú», también de carácter autobiográfico, razón por la que no insistiremos en ello. Luego de hacer cine chileno y de una temporada en Estados Unidos, donde se codeó con estrellas de cine y rechazó trabajar para el King Features Syndicate, Coke regresa a Chile sin un peso. Se asocia con el periodista argentino Joaquín Blaya, a cargo de la administración, y con el escritor Jorge Sanhueza, a cargo de la literatura, y funda la revista Topaze. Su primer número tiene fecha 12 de agosto de 1931. La propaganda se hizo con volantes lanzados desde un avión. El éxito fue inmediato, ya que trataba solo temas políticos en forma humorística. La imprenta El Esfuerzo fue la única que confió en ellos y les otorgó un crédito para imprimir su primer número. Ante el aumento de demanda debieron trasladarse a Litografía Leblanc.

La revista Topaze sería por años el barómetro de la política nacional. Desde el primer número, el símbolo de la revista sería el Profesor Topaze, alto y delgado, de fino bigote y pera, con gruesos lentes, personaje inspirado en una obra de teatro del francés Marcel Pagnol, interpretado en Chile por Rafael Frontaura. Otra creación, o más bien adquisición, del semanario y en particular de Coke fue «Verdejo» (Juan Verdejo Larraín), prototipo del roto urbano de la crisis económica, flaco, con pobre vestidura y sin dientes, pero optimista y bromista, empeñoso y con buen juicio político, pero incrédulo. Más adelante referiremos su historia y la de su verdadero creador, Héctor Meléndez. Por lo general Topaze no publicaba historietas, salvo cuando convenía presentar un hecho político de esa manera, utilizando para ello personajes de tiras cómicas. Muchos políticos aparecieron como el popular don Fausto, de «Amenidades del diario vivir». En una ocasión, estando la revista suspendida, entre agosto y diciembre de 1933, se optó por publicarla como El Cambiazo, durante 17 números.

El más famoso ejemplar de Topaze es el no. 285, que no llegó al público. Originado a fines de 1937 y comienzos de 1938 por una pugna entre el presidente Alessandri y el general Ibáñez, en la que Alessandri había atacado a Ibáñez en un regimiento y el general había contestado ofensivamente, tras lo cual Alessandri calló, muy a su pesar. Coke se valió del episodio para encargar a Mario Torrealba, Pekén, que dibujara un domador con un león domado, sin rasgos similares a Alessandri, con el comentario del profesor Topaze al pintor que dibujaba un feroz león: «¿Sabe, mi general, que no es tan bravo el león como lo pintan?» La caricatura irritó al presidente, que requirió a la justicia para la incautación de la revista. Coke logró revertir la medida al negar ante el ministro encargado de la investigación que el citado león fuera una referencia al presidente. Con ello recuperó los ejemplares y los llevó a las oficinas de Topaze. Lo que siguió fue un asalto realizado por desconocidos a las citadas oficinas, con el consiguiente robo de la revista. Coke siguió la pista hasta un edificio de investigaciones, donde quedaban los restos de una fogata. Comenzaron a caer presos detectives y ya se iba a detener al prefecto y subprefecto de investigaciones cuando al juez de la causa le llegó un oficio del presidente Alessandri, señalando que él había dado la orden y asumía la responsabilidad. Los tribunales declararon que ante esto era responsabilidad del Congreso hacer un juicio político para que se pudiera perseguir su responsabilidad. Todo terminó ahí, salvo el escándalo y muchas otras historias de Coke sobre el episodio.

Muchos fueron los grandes dibujantes de Topaze, pero dos llegarían a destacar con luces propias:

Juan Gálvez, Fantasio, fuera de Chile y René Ríos Boettiger, Pepo, el creador de «Condorito». Tampoco podemos dejar de mencionar a los grandes escritores humorísticos que los inspiraban, como Jenaro Prieto, Avelino Urzúa, Héctor Meléndez y otros. Juan Francisco González Ramírez, según Coke, digno hijo de un gran pintor. Firmaba Huelén para diferenciarse. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios y fue profesor de la Escuela de Artes Gráficas. Se desempeñó desde muy joven en la revista Monos y Monadas, Sucesos, Topaze, La Nación, El Diario Ilustrado y El Mercurio de Valparaíso. Trabajó en Argentina y Estados Unidos. Su obra se ve opacada por la de su padre, lo que siempre lo abatió. Se mantendría en la revista Topaze hasta el final. Terminó sus días incursionando en la fotografía. Nació en 1894 y murió en 1976.

Mario Alfonso Gálvez, Ares, supuesto hermano de Juan Gálvez, Fantasio. Es citado por Coke como uno de sus primeros colaboradores, manteniendo gran cantidad y calidad en sus caricaturas. Lamentablemente no existen mayores datos sobre él y su obra, ya que según una hija de Fantasio, solo era un seudónimo que su padre usaba para evitar envidia, ya que llegó a ganar más que algunos editores, gracias a su gran producción.

Mario Torrealba del Río, Pekén o Pekencito, como era llamado en ocasiones, era un niño de 15 años cuando ingresó con su padre, don Julio Torrealba, durante la preparación del segundo número de la revista, y como era aficionado a los monos fue puesto aprueba y contratado. Su seudónimo se lo debe a Avelino Urzúa, pero no lo utilizó mucho. Creció y se dejó barba, transformándose en un extraño filósofo, que predicaba castidad, aun cuando recogía a prostitutas que no tenían dónde dormir, sin mantener relaciones sexuales con ellas, según cuenta admirado Coke, que disfrutaba de sus historias de duendes. Pekén no se movió de la revista, pese a los sucesivos cambios de dueño. Así lo reafirma Hernán Millas, que lo conoció en la década del sesenta, cuando vivía con su anciana madre, aún soltero. Torrealba nació el 4 de febrero de 1916 y falleció el 4 de marzo de 2004.

Luis Sepúlveda Donoso, Alhué, nacido en Talca en 1912 se presentó el año 1931 en Topaze donde de inmediato fue acogido por sus dotes de dibujante y gran amigo. Nunca dejaría de dibujar en la revista hasta su muerte en la década del sesenta. Era un verdadero poeta, que siempre dibujaba flores en sus caricaturas. Un admirador de Picasso y Chagall. Le costaba adecuarse a la sátira política. Años después creó para El Mercurio la tira «Homobono» y participó en muchas revistas picarescas. Casado, cuatro hijos, falleció a mediados de la década del sesenta en el Barrio Bellavista, donde vivía.

René Ríos Boettiger, Pepo, nació en Concepción el 15 de diciembre de 1911. Era estudiante de primer año de Medicina en Concepción y había colaborado con el diario El Sur de Concepción con una serie juvenil llamada «Fernando hace la cimarra», basada en un primo. Su entusiasmo lo hizo partir a Santiago, con el resultado conocido. Su creación de «Condorito» perdura exitosamente hasta nuestros días. Pepo seguiría colaborando con el diario El Sur por muchos años, pero ya desde Santiago. Pepo llegó en 1931 a Topaze con algunos de sus dibujos. Coke lo contrató inmediatamente y le encargó pequeñas ilustraciones, hasta que por un brusco cambio político debió eliminar las páginas centrales y utilizar uno de los dibujos del joven dibujante, ampliado a gran tamaño. Pepo fue el seudónimo que empezó a utilizar a los pocos meses de su ingreso a la revista, por haber sido gordo como un barrilito cuando niño, como un pipón. Años después recordaba que se le ofrecieron 80 pesos semanales, en un tiempo en que los fondos mensuales que le enviaba su padre para sus estudios en la Escuela de Bellas Artes eran de 100 pesos. Era una época en que se ganaba según lo que se producía, sin ningún tipo de previsión. Solía exponer caricaturas de artistas de cine para escapar del tema político, siendo en ocasiones acompañado por Alhué. En estas lides dibujó para la revista de cine Ecrán, al igual que Raúl Manteola. Pepo dibujaba a «Don Pedrito», el presidente Pedro Aguirre Cerda, que nadie quería dibujar, por ser muy feo. Pepo lo dibujaba con características tiernas. Para Coke, que lo llamaba don Tinto, fue uno de los pocos presidentes con sentido del humor, rasgo que compartiría junto a Gabriel González Videla.

A fines de la década figuran Tontilandia, revista política para apoyar a Gustavo Ross en su campaña presidencial de 1938; y, por último, El Debate de 1939.

 

Topaze y la sátira política en la década del cuarenta

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Figura 3: Portada de Coke para Topaze no. 543 (23 de enero de 1943) que muestra la ruptura de relaciones de Chile con los países del Eje, durante la segunda guerra mundial.  
De Juan Gálvez Elorza, Fantasio, podemos decir que sus primeros trabajos fueron en La Nación y fue uno de los primeros colaboradores de Coke en Topaze, hasta emigrar a Argentina, donde realizó la mayor parte de su brillante carrera, alejada de la caricatura política. Otras revistas de sátira política, humor y actualidad en aquella época eran, además de la ya mencionada Sucesos, El Gallómetro, que circuló con 12 números en 1932, y la revista Verdejo en la que dibujaron Fantasio, uno de sus fun dadores, y Adduard, bajo la dirección de Héctor Meléndez Ibacera, que era antofagastino, antiguo diputado radical, ex redactor del Pollo Tejada de esa ciudad y verdadero creador de Verdejo. La revista circuló entre octubre de 1932 y mayo de 1933, de ahí el redactor pasaría a Cambiazo y luego a Topaze, donde mantendría su personaje Verdejo.

La caricatura política en esta década sigue siendo liderada por Topaze, manteniendo Coke la dirección de una revista con notables dibujos, en uno de los cuales, incluso, presenta al presidente Pedro Aguirre Cerda conversando con Verdejo, muy cerca de un cementerio, en la tumba del Frente Popular, poco antes de la muerte del estadista. En septiembre de 1942 la revista sufre la baja de un gran redactor, Héctor Meléndez. Aumenta el prestigio de Pepo, que logra algunos de sus mejores éxitos durante el gobierno de Juan Antonio Ríos, apodado don Mandantonio. Pepo crea una historieta sobre él llamada «El jefe», que es una historieta en cuatro viñetas que forman un cuadrado. El periodista José Pérez la considera la primera historieta política nacional. Pepo era sobrino de Ríos, lo que no impidió que este casi lo relegara. La prematura muerte del presidente interrumpió la historieta y ocasionaría años después un mea culpa de Coke, que sin saberlo se burlaba de su enfermedad en sus caricaturas.

Luego de este traspié viene para Pepo su mayor éxito en la caricatura política, con una historieta permanente y de más larga duración, «Don Gabito». La crea durante la presidencia de Gabriel González Videla, entre 1946 y 1952. Representa al jefe de Estado, inquieto, alegre, sonriendo con toda la dentadura, arrastrando la banda presidencial y haciendo todas las cosas que sus enemigos políticos le reprochaban, quizás por envidia, como tocar el piano, abrazar a diestra y siniestra hermosas mujeres, andar en bicicleta, bailar salsa y volar en su famoso avión. Sin embargo, la serie contaba con la total admiración del presidente que, al término de su presidencia, es agasajado por la revista con una comida y recibe de obsequio de parte de Pepo un libro con todas las historias publicadas, las que agradece muy sinceramente y le manifiesta a Pepo su admiración por haber captado sus más íntimos deseos, como deslizarse por la baranda de la escalera de palacio, entre otros. Verdaderamente era un presidente con sentido del humor.

Los dibujos de Pepo fueron publicados en revistas extranjeras, como Bon Humor de São Paulo y en Elm París e Interamerican de Estados Unidos. En 1948 recibió el Primer Premio a la Mejor Caricatura Política, otorgado por el Círculo de Periodistas. Pese a ello, Pepo empieza a buscar nuevos aires, piensa en cambiar el humor político en el que ya no se siente tan cómodo y opta por dos rumbos: la revista picaresca y su propia serie humorística «Condorito».

Otro gran dibujante de humor político es Luis Goyenechea Zegarra, Lugoze; para Coke es un digno discípulo de Pepo. Nacido en Antofagasta en 1923, comenzó su carrera en 1945, en el norte, con la tira «Conscripto Videla», para el diario El ABECÉ. La mantuvo por tres años. También trabajó en la famosa revista El Pollo Tejada de Antofagasta. Ya en Santiago desde 1948, gracias a un traslado por su trabajo como operador de radio de la Compañía de Teléfonos de Antofagasta, comenzó a dibujar en La Raspa, Pobre Diablo y Topaze en 1951. Luego emigró a Buenos Aires, donde crearía un personaje, «Pajarito, Flor de vago».

Melitón Herrera, simplemente Melitón y mucho más adelante Click, es un dibujante nacido en Puchuncaví, pueblo cercano a Valparaíso. Dice a Luisa Ulibarri que aprendió a leer en Topaze. Dejó sus actividades de estudiante de Construcción en la Universidad Santa María para llegar a Santiago, donde gracias a un contacto con Pepo logró ingresar a la revista, pese a ser un hombre de izquierda, lo que dice le traía problemas con Coke, aunque reconoce que existían dibujantes de todas las tendencias. Según él: «Topaze era un barómetro que marcaba la temperatura política de acuerdo con el deseo de sus dueños». Melitón Herrera colaboró desde Valparaíso y luego desde Santiago con Las Noticias Gráficas y El Espectador. Otro dibujante que realiza chistes varios es Manuel Tejeda Oliva, Mono, nacido en Santiago el 6 de noviembre de 1909, octavo entre dieciséis hijos, hermano de Juan Tejeda, conocido como Máximo Severo. Casado con doña María Isabel Sotomayor y con dos hijos, Annabella y Manuel. Falleció el 24 de diciembre de 1974.

 

Otras revistas y caricaturistas

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  Figura 4: Portada de La Familia Chilena no. 4 (11 de mayo de 1944) que muestra a Gabriel González Videla y Arturo Alesandrí viendo las elecciones presidenciales que se aproximan. González Videla ganaría la elección en 1946. Autor no identificado.
Otra revista política era La Familia Chilena, semanario humorístico que circuló con 12 números entre abril y julio de 1944. Su director y propietario era Gustavo Campaña. Su colaborador más importante era Enrique Alfonso, Osnofla, y un dibujante que firmaba Victorino.

Además de Topaze, y como un intento de competir en el mercado, Carlos de Vidts, antiguo ejecutivo de la Editorial Zig-Zag, a través de su Sociedad Carlos de Vidts Ltda., presentó durante 1949 una revista de humor político llamada La Raspa, destinada a darle raspa a la politiquería. El director era Gabriel Sanhueza, el director artístico Pepo y el subdirector Avelino Urzúa. A mediados de año Pepo abandona en forma relativa la revista y asume como único director Avelino Urzúa. La revista lanza 51 números entre enero y diciembre del año ya citado. La presión de Zig-Zag terminó con ella, como ocurrió con otras tantas iniciativas similares. Pepo hacía inicialmente las portadas y la tira «Golito». Lugoze dibujaba «Ahí está la cosa» y el «Otro yo del Dr. Ibáñez», esta última firmando como Vivito. Melitón, que asumiría las tapas al retiro de Pepo, dibujaba la tira «Doña Poli». Dibujan además Percy y Más, en los últimos números.

Alberto Reyes Mozó o Mosso, Bigote, nació el 5 de agosto de 1927. Periodista y dibujante, empezó su carrera en El Debate. Ingenioso, cáustico, travieso, escribía e ilustraba su propia crónica. Continuaría en La Nación y en otras publicaciones, como más adelante indicaremos. Crearía las fotofónicas, singulares fotografías interpretativas. Falleció el 25 de enero de 1973.

Enrique Cornejo Tapia, Penike, fue uno de los fundadores de El Siglo en 1941, y dibujó ahí durante sus primeros años y luego en Última Hora. Coke menciona varios de sus premios. Informa que durante los años 1944 a 1951 trabajó en Buenos Aires y trabajó en la revista Argentina Libre, realizando caricaturas de Evita y Perón. Penike es otro dibujante de izquierda. Su apodo viene de la moneda ingle sa más pequeña, el penique. Nació en 1913 y ya era dibujante profesional desde 1930 en Valparaíso en el diario La Estrella, donde dibujaba por vales para el teatro. Creador de «Pipo» en 1931 con el poeta Alejandro Galaz. Pipo era un monito que hacia propaganda a los cigarrillos Populares. Desde 1937 trabaja en Santiago con un conocido publicista y el dibujante Mauro Cabrera. Publica en El Peneca y para La Unión, y luego en las revistas Qué Hubo y Ercilla, a principios de la década del cuarenta. Tras una dilatada trayectoria fallece en 1987.

Percival Eaglehurst Ramos, conocido sólo como Percy, alcanzaría la fama con su personaje Pepe Antártico. Eaglehurst nació en Antofagasta el 2 de noviembre de 1922. En esa ciudad colabora en una histórica revista de sátira política llamada El Pollo Tejada, similar a Topaze. Ya lo veremos más adelante. En la revista El Pollo Tejada pasaron importantes dibujantes de la zona, como Percy, Lugoze y Jorge Silva Quezada, apodado Palooka. Fue dirigida durante su segunda época por Enrique Agulló Bastías, notable periodista e historiador antofagastino, nacido el 8 de julio de 1910 y muerto el 11 de julio de 1990.

 

La caricatura política en la década del cincuenta

Comienza aquí una declinación ostensible de la caricatura política o crítica social, en buenas cuentas, por la ausencia de un Topaze independiente, sin perjuicio de que se mantiene con casi los mismos dibujantes de las décadas anteriores, pero Coke decide venderla por diversas circunstancias, con lo que inicia su progresiva decadencia. Sería el humorista Avelino Urzúa Castro, Topón de Siete en Topaze desde hacía muchos años, el encargado de la literatura y dirección de la revista. Fue Premio Nacional de Periodismo, Mención Redacción, en 1960. Falleció el 21 de febrero de 1970 a los 72 años.

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Figura 5: Portada de Lugoze para Topaze no. 1014 (21 de marzo de 1952), mostrando la baja de popularidad de Gabriel González Videla al término de su mandato.  
Pepo decide abandonar la caricatura política por su exitoso trabajo en Condorito y las revistas picarescas, así como por encontrarse hastiado del medio. Sus últimos trabajos para Topaze son sobre Carlos Ibáñez en su segunda presidencia, con el personaje don Sonámbulo. Otros dibujantes vieron coartada su independencia por el hecho de que los medios de prensa tenían dueños con orientación ideológica partidista, lo que los hacía autocensurarse o lisa y llanamente ser vetados, teniendo que cambiar su caricatura a último momento. Así lo relata el propio Coke, que dice que al volver a dibujar en un medio como El Diario ilustrado más de una vez debió cambiar una caricatura, cosa que no sucedía cuando él era el dueño del medio. Escriben Gabriel Sanhueza D., Santiago del Campo, Carlos Sanhueza D., Albino Pezoa e Ígor Entrala. Dibujan Pepo, Alhué, Huelén, Mono, Lugoze y otros nuevos.

Lugoze vuelve a dibujar en Topaze desde 1951 luego de su regreso de Argentina (cosa que seguirá realizando hasta el cierre de la publicación) supliendo el espacio dejado por Pepo, pero no igualándolo. Uno de sus personajes es El depravado Acuña. Fernando Daza Osorio, Daza, nació en Santiago el 1 de marzo de 1930. Comenzó a dibujar en Topaze y Pobre Diablo. Estuvo cinco años en Argentina, colaborando en revistas satíricas y como ilustrador del diario El Mundo de Buenos Aires. Además realizó cortos animados para la televisión local y era un conocido muralista, entre cuyas obras destaca el mural de Gabriela Mistral en el Cerro Santa Lucía.

En 1959 Jimmy Scott llega a la revista, luego de haber colaborado también en Zig-Zag. Santiago Arturo Scott Rojas, Jimmy Scott, nace en Santiago el 5 de enero de 1936. Estudia en Rancagua, pues su madre trabaja para la Braden Copper Company y su padre «se fue a la segunda guerra mundial». Estudia en la Escuela de Artes y Oficios y la Escuela de Artes Aplicadas de la Universidad de Chile, donde comienza a dibujar. Victor Arriagada, Vicar, dibuja chistes varios y una tira sobre Alessandri llamada «El Paleta», de indudable calidad.

Sobre el infaltable Coke debemos señalar que obtuvo el Premio Internacional de Periodismo, de Estados Unidos, María Moors Cabot, en 1952. En 1954 publicó su autobiografía «Yo soy tú». Colaboró para las revistas Vision y Life de Estados Unidos, el Herald Tribune y otros diarios norteamericanos, y en Chile para el Diario Ilustrado. Fuera de Topaze debemos mencionar una revista de actualidad política de editorial Horizonte, dirigida por Luis Enrique Délano, llamada Vistazo, que desde 1952 a 1965 estaría presente en Chile. Su dibujante base era Eduardo Pérez, periodista y pintor, nacido en 1912, casado y con tres hijos. Dibuja una serie con un niño, llamada «Los guatazos de Pedrito».

En el diario del Partido Comunista El Siglo Osvaldo Salas Veas publica una viñeta diaria, «Don Inocencio». El dibujante es artífice en gráfica, pintor, grabador y profesor de Dibujo Universitario en la Universidad Técnica. De filiación comunista, de muchacho participaba ya en publicaciones de las juventudes del partido, incluso en publicaciones clandestinas durante el gobierno de González Videla. A petición de Luis Corvalán crea el mono político del diario en 1953, durante la presidencia de Ibáñez. La caricatura es de un hombre bajo y despeinado, pantalón a cuadros arremangado, cuyo lema era «el hombre que creyó en promesas electorales». En esos años era ibañista, pero pronto se transformó en crítico y se fue proletarizando. Durante muchos años la historieta aparecía sin título hasta que se le puso «Inocentadas», firmada por Inocencio. Fue Premio Nacional de Periodismo.

 

Caricatura política en la década del sesenta

En la década del cincuenta, como ya expresamos, la caricatura política empezó a decaer, lo que se acentuaría por la extrema polarización política sufrida en Chile de 1964 a 1973. El humor sería desnaturalizado por el odio, pese al ingenio y habilidad de algunos autores.

Coke a mediados de la década se declara jubilado, trabajando ocasionalmente para El Mercurio de Antofagasta y para el semanario Zig-Zag. Recibe el Premio Nacional de Periodismo, Mención Dibujo, en 1964, el primero con tal honor. Escribe dos nuevos libros, la novela «Kundalini, el caballo fatídico» y en 1965 «Botica de turnio», nuevos recuerdos, entre los cuales se encuentra un notable capítulo dedicado a la caricatura chilena, destacando el hecho de que tanto en Chile como en el extranjero aún no existen mujeres caricaturistas. Pese a su jubilación, volverá a El Mercurio con su conocido anticomunismo, atacando al glorioso partido y causando la molestia de Pablo Neruda, quien le dedica unos versos. Su último acierto, aunque continuó trabajando, fue el «Naipe español», representando a Salvador Allende en una carta de la baraja arriba como guerrillero y abajo como presidente del Senado y viceversa. La molestia explícita de Allende solo logró la reproducción del naipe por parte de René Silva, director del diario.

En cuanto a Topaze la revista se mantuvo durante toda la década con los siguientes dibujantes y guionistas:

Lugoze sigue en Topaze hasta 1966 y durante los tres últimos años será su director. En 1962 obtiene el Premio SIP-Mergenthaler de Estados Unidos y el Nacional de Periodismo, Mención Dibujo, en 1966. A fines de la década viaja a Estados Unidos, contratado por una agencia periodística.

Fernando Daza reaparece luego de su estadía en Argentina. Posteriormente, se dedica a la pintura y se radica en Venezuela.

Lukas entra a principios de la década del sesenta a Topaze, estableciendo algunos vínculos con caricaturistas anteriores, pero sus aportes son ocasionales. En una entrevista señala: «El gobierno de Alessandri daba poco tema al caricaturista. El presidente era sobrio. Había un poco de payaseo con la mineral y la bufanda. El era Don Malas Pulgas».

Renzo Pechenino Raggi, Lukas, nacido en Italia el 29 de mayo de 1934 en la provincia de Piacenza, en Ottone, reside desde los dos años de edad en Chile, específicamente en Valparaíso. Es estudiante de la Scuola Italiana del Puerto, donde con amigos dibuja una revista de historietas RO-BER-TO. Después cursa estudios en la Escuela de Arquitectura de Valparaíso, donde conoce el puerto a cabalidad, pero al mismo tiempo se frustra con la carrera en la que debe comenzar a trabajar. Tras la repentina muerte de su padre, dibuja en la revista El Pingüino. La década del sesenta son los años en que Lukas se mantiene colaborando para La Unión de Valparaíso, se casa en 1964 y en 1965 pasa una temporada en Estados Unidos invitado por el Departamento de Estado, trabajando en una institución llamada Sacramento Bee, en California, y para la agencia Walter Thompson en Nueva York. A su vuelta pasó a los diarios de la cadena El Mercurio, de Valparaíso primero y luego de Santiago, con sus caricaturas diarias, en diciembre de 1966, y con «Don Memorario» desde junio de 1967. El año 1966 ganó el Premio Círculo de la Prensa de Valparaíso. Luego se extendería a La Segunda y La Estrella de Valparaíso.

Su tira «Don Memorario», de dos caballeros entrados en años, uno alto y gordo, don Memorario, y su amigo bajo y flaco, don Florencio Aldunate, le permiten observar el nuevo Chile. Estos personajes lo acompañarán por más de veinte años. Colabora en diarios extranjeros como O Cruzeiro Internacional y el The New York Times, en la selección semanal. Casado con María Teresa Lobos tendrá cinco hijos y una destacada labor hasta su muerte, en 1988. Durante esta década, Jimmy Scott colabora en Topaze y Zig-Zag y después en la revista Pec, con Marcos Chamudez.

Mario Navarro Cortés, que más tarde utilizaría el seudónimo Nakor, nacido en la Serena en 1940, era el más joven de los caricaturistas de Topaze, en cuyo trabajo se inicia en 1962. Es profesor y publicista.

Hernán Vidal, Hervi en 1965, con 21 años de edad, era un estudiante de arquitectura de la Universidad de Chile, dibujaba en Can Can y luchaba contra el criterio comercial de las publicaciones, por lo que estaba decidido a dedicarse a la arquitectura, profesión de la que se titularía en 1975. En Topaze crea un personaje llamado Cesáreo, un asesor democristiano bastante siniestro, según sus recuerdos.

José Palomo participó en la última época de la revista. Colaboran además Manuel Tejeda, Mono, Alhué, Pekén, Percy y Ric.

Hernán Millas, uno de los últimos directores independientes de Topaze, cuenta que la revista pasó por diversas manos en esta década. Entre sus dueños menciona a un grupo de San Bernardinos, encabezado por Hugo Gálvez, luego a un constructor llamado Dante Yaconi, que fue un excelente mecenas y el último que mantuvo la independencia de la revista, a pesar de sus pérdidas personales. Luego pasó a manos de Pablo Gumuccio, quien lo despediría por una portada contra el gobierno norteamericano, que afectaba los negocios que pretendía realizar el dueño.

Como vemos, lenta y lamentablemente, la revista, impresa en sus últimos años en Editorial Zig Zag, se transformó en dependiente del gobierno demócrata-cristiano. Por su necesidad de la publicidad estatal se terminó a fines del año 1970, junto con la elección de Allende, de quien fuera opositor durante toda la campaña presidencial. Otros creadores, como Alberto Reyes Mozó, Bigote, trabaja como dibujante y redactor en la revista El Teniente, en los semanarios Pec y Sepa, ambas publicaciones de derecha. En El Siglo aparece una viñeta diaria de «Don Inocencio» de Osvaldo Salas. Penike es director del semanario Aquí Está en la década del sesenta, y luego, en los inicios de la década del setenta, director de arte de la revista de izquierda Punto Final, de la que también es cofundador.

 

La historieta contingente

Muchos de los jóvenes dibujantes no están conformes con su trabajo, por razones comerciales y de creación. Las fuentes regulares eran las revistas Zig-Zag, las picarescas, las de humor como Condorito, algunos pocos diarios que preferían las tiras extranjeras y la publicidad de todo tipo. No había otro camino salvo venderse con chiste inofensivos en Topaze, según expresa Palomo.

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  Figura 6: Portada de aniversario de la Chiva no 27; trabajo colectivo de los hermanos Alberto y Jorge Vivanco, Hervi y Palomo a fines de la década del sesenta.
Para estos nuevos dibujantes de izquierda se necesitaba un nuevo estilo, con historietas chilenas y temas chilenos, de contingencia diaria, reales, a la vez que más adultos e intelectuales. Para ello se inspiraron en el dibujante mexicano Rius y su revista Supermacho, creando la revista La Chiva en 1968, la que se publica quincenalmente, jueves por medio, en la Imprenta Tatrai, con 32 páginas en blanco y negro. Inicialmente y por varios números fue una publicación horizontal, por su diseño, de 17,5 x 25 centímetros. Luego devino en tamaño estándar. Sus dibujantes y propietarios son Hervi, José Palomo y los hermanos Vivanco, Jorge y Alberto, este último las oficia de director. Todos ellos se asocian y logran sacar la revista aportando todos sus ahorros y luego perdiendo hasta sus citronetas para pagar deudas. La distribución sería su gran problema y, según Palomo, la falta de sexo lo que la hacía poco comercial. Los dibujantes, que eran también diagramadores, afichistas, distribuidores y vendedores, crearon colectivamente una historieta llamada «Lo Chamullo, un barrio como el suyo», con personajes y problemas típicos y situaciones humorísticas. La serie incluso apareció en el diario Última Hora y contaba con un programa en la radio Nuevo Mundo. José Palomo Fuentes, nacido en Santiago en 1943, aporta a La Chiva la historieta «Las tres Marías», viejas copuchentas, vestidas de negro y su gato Marco Aurelio, la conciencia del grupo. Jorge Vivanco, más conocido como Pepe Huinca, aporta la historieta «Don Paello», un comerciante español, el conocido Artemio, Guasteco, un campesino, además de «De la Vega a Vitacura»; Hervi presenta a «Mozambique», un mozo de restaurante muy poco recomendable, y Alberto Vivanco las series «Pata-Pata», sobre un joven, un perro y Pirula, una linda lola. Al final sus números se harán temáticos, sobre problemas como la intervención extranjera, los teléfonos, las tomas, etc., con marcado tono político. El no. 27 es doble, por el primer aniversario.

Luego se agregarán Osvaldo Salas con «Don Inocencio», Nato con  «Insolencio», Themo Lobos con  «Alaraco». Además Jorge Varas, Ponka, Néstor Espinoza y un joven Eduardo de la Barra, que firma Jecho, con chistes unitarios. La mala experiencia económica acaba con la revista en 1970, cuando ya Palomo la había abandonado, buscando mejores perspectivas. Hernán Vidal, Hervi, a fines de la década, luego de su paso por La Chiva, trabaja en la revista Ercilla, donde ilustra la página «Sucede» compartiendo el medio con Fernando Krahn y sus «Dramagramas».

 

Caricatura política en la década del setenta

Claramente debemos distinguir dos períodos en la década: hasta el 11 de septiembre de 1973 y después de esa fecha. Esencialmente, en el primer período mencionado la caricatura política se vio en los diarios, sin perjuicio que existiesen revistas como Ercilla que tenían a caricaturistas como Hernán Vidal, y su página «Sucede», o Fernando Krahn, ilustrando sus «Dramagramas», o la página de Guillermo Blanco. También se observa ya a un joven Rufino ilustrando los artículos de Hernán Millas. Contra el Gobierno de la UP estaba la revista Pec, donde se mantiene por un tiempo Jimmy Scott. Además, escribía y dibujaba Bigote, creador de un personaje colegial, rodeado de su familia. Extrañamente en algunos dibujos manifiesta molestia contra Jimmy Scott. Bigote falleció en enero de 1973.

En la revista Sepa, opositora al gobierno, que en su primera época circuló entre diciembre de 1970 y septiembre de 1973, con una sección de humor llamada «Cambalache», donde dibujaba las historietas Nelson Soto: «Los periodistas se desayunan en Sepa», siendo su historieta más conocida «El Reyecito» en que mostraba a Allende. Más ocasionalmente, y con los mismos elementos, figura la revista Impacto. Estaba además la revista del MIR Punto Final, donde Eduardo de la Barra dibujaba firmando como Jecho. En la revista Ramona, de las Juventudes Comunistas, dibuja Nakor. Pero nos detendremos especialmente en la revista La Firme, que se publica entre abril de 1971 y mayo de 1973. Preparada por los hermanos Alberto y Jorge Vivanco más Hervi. Colabora además Eduardo de la Barra, Jecho.

Luego del fracaso comercial de La Chiva y con el advenimiento de la Unidad Popular al gobierno, la Consejería de Difusión de la Presidencia de la República edita los Cuadernos de Educación Popular, que serían prontamente seguidos por la ya citada revista La Firme, inicialmente impresos en la Imprenta Tatrai. La Firme, que es la continuadora de las revistas anteriores, cuenta ya con un protagonismo netamente político y didáctico, como dirá Palomo. Una vez que el gobierno de Allende controla la Editorial Zig-Zag, la transforma en Editorial Quimantú y edita, entre otras, La Firme a través de su Departamento de Publicaciones Infantiles y Educativas y la distribuye a nivel nacional. Son 61 números, tamaño variable y con irregular calidad de papel y color. Sus historias son contingentes, de la vida diaria, sobre diferentes actividades económicas, mostrando la visión del gobierno. La continuidad se logra con los personajes de la serie «Lo Chamullo» de la revista La Chiva. Otros personajes son Pedro Urdemales o Venancio Papeleo.

También se presentan historias dramáticas, como «Los secretos de la ITT», con dibujos de Roberto Tapia, basadas en hechos reales. Además, presenta una ironización de los superhéroes con «El Supercauro», que resuelve los problemas de su barrio transformándose en más que humano al beber leche. En definitiva, lo que fuera novedoso a fines de la década del sesenta se transforma en una forma política de educar a los adultos, lo mismo que pretende la revista infantil Cabro Chico con los niños. La Nación, convertida en órgano del gobierno, no contiene tiras ni historietas. La situación cambiaría algunos años después.

En La Tercera se mantiene el esquema de la década del sesenta con «La broma en vida» de Percy en la tercera página, con un contenido claramente político la mayoría de las veces. El diario El Siglo mantiene a «Don Inocencio» de Osvaldo Salas, con fuerte contenido político de izquierda. El diario desaparecería luego del golpe de Estado. En Puro Chile, otro diario que desaparecerá, se mantiene por poco tiempo «Las tres Marías» de Palomo. Dibuja además Jorge Varas Santibáñez, pero el personaje que identifica al diario es la tira de primera página, «El enano maldito», chico, feo y cabezón, máximo ejemplo de la politización de esos años, que ataca constantemente a los elementos contrarios al gobierno y se gana incluso la clausura por ofensas al poder judicial, lo que no impide que siga saliendo con antifaz, otro resquicio legal para seguir publicándolo. Su autor es Jorge Mateluna, quien firma en ocasiones Orsus. Saldrá al exilio luego del golpe militar. El personaje también apareció en Ultima Hora, diario del partido socialista, donde Nakor realizaba la página editorial.

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Figura 7: Portada de La Firme no. 2, probablemente de Alberto y Jorge Vivanco a fines de 1970.  
Un resumen de la caricatura política opositora al gobierno de Salvador Allende, incluyendo algo de la de gobierno y de los primeros meses de la Junta de Gobierno, se encuentra en el libro «Francotiradores del humor», recopilación de Hernán Millas. Después del 11 de septiembre de 1973 el humorismo político disminuye notablemente, manteniéndose solo en algunas revistas en una o dos páginas (Ercilla, Qué Pasa y otras), pero reaparece y con mucha fuerza en diferentes revistas de información general, opositoras al gobierno, donde los dibujantes no tendrían censura, siempre que ataquen al gobierno militar, que impedirá la circulación de las revistas.

Ejemplo de humor político lo encontramos en la revista Hoy, donde Alejandro Montenegro Gallardo, que firma como Rufino, desde 1977 presenta sus dibujos en «Cosas de Rufino» y la «Página en Blanco». Allí ilustra textos de Guillermo Blanco. Rufino nació en 1949, es publicista y tendrá activa participación en diferentes diarios y revistas. En el diario El Mercurio se mantiene durante buena parte de la década el esquema explicado en la del sesenta. Coke durante los primeros años de la década ilustra los comentarios de René Silva Espejo, el director, titulados como «Júnior». Coke, fallecido en 1980 a los 85 años, termina con su leyenda en las caricaturas.

Lukas es el dibujante estrella de El Mercurio, manteniendo un chiste diario, «Don Memorario», que algunos catalogan de derecha, y un dibujo en colores en el suplemento del domingo. Según muchos fue uno de los más fuertes oponentes del gobierno de la Unidad Popular. En medio del gobierno militar señala don Florencio Aldunate a Don Memorario: «Una cosa echo de menos de la Unidad Popular ... ¡Daba más temas para hacer chistes!».

El diario La Segunda reproduce a Lukas, y desde 1975 vuelve a dibujar en Chile Lugoze, luego de casi seis años de ausencia en Miami, donde tuvo gran éxito dibujando para diarios como The New York Times, Miami Herald, revistas como Sick y Cracked y el periódico Zigzag Libre de Miami. Sus trabajos se verán fundamentalmente en el suplemento humorístico Barreta New, creado por Alfonso Ortega, más conocido como Julián Barreta, y que estuvo presente durante toda la década con sus simpáticos anuncios. Desde 1976 comienza a dibujar el chiste político internacional Luis Goyenechea Saavedra, que firma Goy, hijo de Lugoze nacido en 1951. Al final de la década, en 1978, en el diario El Sur de Concepción comienza a dibujar Germán Infante Balmaceda, que firma Maní. Ingeniero agrónomo nacido en 1931. Más tarde dibujará en El Mercurio de Valparaíso.

 

La década del ochenta

Los años de la década del ochenta fueron algunos de los de mayor movimiento para la caricatura política, quizás porque muchos se la jugaron a pesar de tener miedo de las consecuencias. Incidente importante para el humor gráfico chileno es el Bando no. 19 de 1984 que prohíbe el humor político en revistas de oposición y en el diario Fortín Mapocho, lo que se convirtió en un verdadero chiste. Se hacían juegos en los que se pedía que se unieran los puntos y se creara su propio dibujo.

En esta década la tradicional Ercilla mantiene desde junio de 1980 y hasta 1990 una sección de humor político llamada «En la cumbre» de Jaime Oddo Muñoz, que firma Van-Dog. Inicialmente en colores y luego en blanco y negro, se centraba generalmente en la actualidad internacional.

Las revistas de oposición son Análisis, donde desde 1988 dibujara un joven de 23 años, Luis Marco Henríquez Rojas, más conocido como Mico. Nacido en 1965 y ex estudiante de Arte de la Universidad Católica y Grabado y Dibujo en la Universidad de Chile. Luego pasará por Punto Final, el diario La Nación y Primera Línea.cl Diario Internet. La revista Cauce tiene a El Gato como dibujante, incluso en algunas portadas. Además cuenta con Eduardo de la Barra, que también colabora en Apsi junto a Guillo. En esta última un dibujo de Guillo como portada para el especial Apsi Humor de agosto de 1987 ocasionó la requisa de la revista, ya que Pinochet aparecía como Luis XIV.

El Gato es el alias de Juan Cárter, estudiante de Arquitectura que, luego de lanzar en 1988 un libro llamado «Atención Chile» con caricaturas de Pinochet, se traslada a España, donde actualmente reside. En la revista Hoy el director era Abraham Santibáñez y subdirector Hernán Millas. El dibujante sigue siendo Rufino y sus monos son «Cosas de Rufino». También dibuja Hervi. Rufino ganará el Premio de la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, en Mención Caricatura en 1987. Sus trabajos se encuentran en los libros «¡Psst…!» (monos de Rufino) de editorial Aconcagua (1983) y «Rufino ataca de nuevo» de editorial Antártica (1986).

La revista sacará Humor de Hoy desde agosto de 1987 a febrero de 1988. Se presenta este suplemento o revista especial con un editor que es Rufino y colaboran, escribiendo o dibujando, los siguientes autores: Hervi, Themo Lobos, Eduardo de la Barra, Guillo, Nakor, Albornoz, Alfredo Payo Grondona, Ricasso, Patricio Amengual, Venegas, Palomo, El Gato, Bartolo y los escritores Guillermo Blanco y Jorge Montealegre. Este último es poeta, guionista, escritor e investigador del cómic. También oficia de editor, en ocasiones. Nació en 1954.

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Figura 8: Portada de Nakor para Humor de Hoy, edición especial de la revista Hoy, correspondiente a octubre de 1987, previo al plebiscito sobre la continuidad del presidente Pinochet, que aparece con la camiseta del «Sí». Figura 9: Portada de Nelson para Cambalache no. 125 (1973), con Aylwin pensando en botar a Allende (como fruta en el árbol) y Verdejo, sentado.

Guillermo Bastías Moreno, simplemente Guillo, nació en 1950, estudió Arquitectura y cine en la Universidad Católica y dibujó humor político en Apsi y en los diarios El Mercurio y La Tercera. Obtendrá en 1988 el Primer Premio en el Salón Internacional de Humor Gráfico de Montreal y después obtendrá el Primer Lugar en el Concurso de Humor Gráfico de Duisburg, Alemania. Sin ser netamente de humor político, ya que además hay humor de espectáculos, se presenta la revista La Chuchoca con 36 números en 1984, semanal, tamaño tabloide y luego como revista estándar, en colores. El director es Alfonso Ortega, el famoso Julián Barreta y la producción es de Socom Ltda., impreso en Lord Cochrane.

Dibujan Nelson Soto, Avelino García, que era el dibujante estable firmando A.G. o A. Gallo, Guillermo Varas, que firma Guivar, y Jorge Dahm. También figura Paul Lacrest, seudónimo de Fernando Arriagada, gran caricaturista y publicista, hermano del conocido Víctor Arriagada, Vicar. No hay creación de personajes, pero sí se usan a los políticos y figuras de televisión. Ya en vísperas de las elecciones presidenciales, pasado el plebiscito de 1988, se hace más humor político y surgen las revistas de campaña. Destacamos las siguientes:

La revista Sepa presenta una segunda etapa entre julio de 1987 y octubre de 1989, impresa por Servicios Periodísticos Asociados, con 116 números. Se presenta un suplemento humorístico llamado Cambalache, donde dibujan Lugoze, Goy, Guivar y hay tiras antiguas de Nelson Soto.

RGA Periodismo presenta El Bisturí de Papel dos números de junio de 1988, continuado por El Estilete de Papel que duraría hasta enero de 1990, en su número 30. En sus primeros números también se inserta El Aguijón. Su lema «Una publicación seria que revela lo poco serios que suelen ser los políticos», continuará desde el no. 16 en forma independiente. Llegará a 41 números en enero de 1990. Dibujan Goy, Carlos Miranda y Henfil.

La revista El Humanoide lanza 17 números entre octubre de 1989 a septiembre de 1990, publicados por Sociedad Editora Los Andes, propiedad de Sebastián Piñera. De tamaño estándar, es una revista de apoyo a la campaña de Patricio Aylwin y tiene como colaboradores a Themo Lobos, Palomo, Hervi, Nakor y Azarías Emiliano Muñoz Zúñiga, que firma Aza o Azarías, Guillo, Danny, Alfredo Grondona White, Palomo, Rufino, Guivar y los argentinos Quino y Tabare.

Aza nació en 1952, es Licenciado en Artes de la Universidad de Chile, y ha sido ilustrador en El Mercurio, Las Últimas Noticias y La Tercera.

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Figura 10: Portada de Hervi para Humanoide no. 1 (18 de octubre de 1989), con el famoso almirante Merino, miembro de la junta de gobierno. Figura 11: Portada de Carmo para El Loro no. 2 (29 de agosto de 1989), con Pinochet que entrega la banda presidencial a Aylwin.

Otra revista regular es El Loro, cuyo lema es la política a todo humor, publicada por ediciones GyG de Guido Vallejos. Son 26 números entre 1989 y 1990. A dos colores, tamaño estándar. Dibujan Carlos Cárcamo, que firma Carmo, Patricio de la Cruz, Carlos Miranda, Guivar, Basureo, Aza, Devilat, Guidú, Carso, García, Nilson, Landrú y el argentino Fontanarrosa. Escriben Galo, Ernesto González, Alex Estay, Donald Bello y Juan Bley. En los últimos números Carso dibuja «Don Pato», «El Chasquilla» y «Tío Lico», parodiando a cada uno de los candidatos a la presidencia. Carlos Miranda dibuja «Mi general», Javier Devilat a «Helmut». Además Bohemius, de la Cruz, Carlos Carcámo y Azarías realizan diversas caricaturas. En Don Pato: Humor pa’to-da la gente 9 números entre noviembre y diciembre de 1989. Continuará con Don Tato: Humor pa’to-da la gente por otros 4 números, probablemente porque a alguien no le gustó el nombre, siendo opositor al gobierno militar. Ediciones La Gente Ltda. Director Rómulo Fuentes. Dibujan Guillermo Dúran, más conocido como Guidú, Mc Claud, Antón, Bartolo, Nacho. La única historieta de creación de personaje es «Fra Catapilco» por el Toto Chere.

Por último, en algunas revistas culturales de carácter alternativo se presentan algunos dibujantes con tinte opositor al gobierno militar. Destacamos las siguientes: En La Bicicleta, Sociedad Editorial Granizo, revista chilena de actividad artística, el dibujante Hervi continua «Supercifuentes, el justiciero», un héroe cesante, que tendrá hasta un número especial. La revista sale entre 1978 y 1988. Reaparece por breve tiempo en 1990.

La Castaña de Editorial Tragaluz, revista de tamaño bolsillo sobre poesía, gráfica y humor, circula entre los años 1982 a 1987, con 7 u 8 números. Hay artículos sobre historieta, relacionados con Coré, Rius y antiguas caricaturas, destacando Jorge Montealegre en su rigurosidad. Los dibujantes que ocasionalmente aparecieron son, entre otros: Eduardo de la Barra, Van-Dog, Luis Salinas cuyo seudónimo es Aétos, Rufino, Jorge Soto que firma Giorgi Sotty, Palomo, Osvaldo Rojas que firma Shakespeare, Jorge Lillo y su tira «Quilapán» sobre un mapuche y Luis Albornoz en el dibujo y Jorge Montealegre en los guiones de «Castañuelas».

En El Mercurio dibuja Lukas hasta su muerte en 1988; continuará siendo el gran animador del diario con «Don Memorario» y múltiples actividades. Tendrá incluso un anuario en 1984 y muchos libros. Durante la década obtendrá el Premio Nacional de Periodismo, Mención Dibujo, en 1981 y la nacionalidad por gracia en 1987. Su remplazante será Jimmy Scott, que es repatriado desde Brasil para estos efectos. Pese a su ya larga trayectoria será conocido como el sucesor de Lukas, hasta la actualidad. En La Segunda se mantiene Lugoze y dibujos de Maní, desde 1981. En La Tercera, aparte de los tradicionales «La broma en vida» y «Pepe Antártico» de Percy, en el suplemento del domingo figura «Sentido del rumor», obra de Eduardo de la Barra y Jorge Montealegre. Sin embargo, su aporte más importante a la caricatura política será el suplemento o revista Topaze a fines de la década.

El suplemento de humor político Topaze aparece el 13 de agosto de 1989, semanal, los días domingo, con 16 páginas. En sus primeros números se cuenta la historia de la revista original y presentan a «Verdejo» y el «Profesor Topaze» sin firma. Las series permanentes son: «El caballero» de Goy, presentando a Pinochet; «Chuchoqueos políticos», «Moya» un empleado común y corriente, «Los martes de Merino», «Forro en la tele» y en humor escrito «Los chismes de Peggy».

Hay dibujos de Azarías Emiliano Muñoz Zúñiga, que firma Aza o Azarías, y de Eduardo de la Barra, que solo firma ocasionalmente sus colaboraciones. Pekén, el conocido dibujante de la primera Topaze colabora sin firmar sus dibujos, apareciendo solo ocasionalmente.

El diario La Época tiene a Nakor en sus páginas, con su característico dibujo. En el diario Fortín Mapocho se presenta la tira «Margarita», del poeta y dibujante Gus (Gustavo Donoso Véliz, nacido en 1931), el mismo que hace famosa sus líneas punteadas que forman la frase «y va a caer» o simplemente una vaca con una forma de «er». Senén Conejeros ocupa al personaje para representar gráficamente el período en el libro «Chile, de la dictadura a la democracia. Con interrupciones de la Margarita», en 1990.

En el diario Negro en el Blanco, publicado entre 1986 y 1989 de apoyo al gobierno, dibuja Lugoze su versión de «Perejil», un Verdejo de derecha. Además, dibujan Goy y Carlos Miranda.

 

De 1991 a hoy

Existe menos politización luego de las elecciones de 1989, razón por la cual tienden a desaparecer durante la década del noventa las revistas que se especializaron en el tema y no se renovaron; asimismo, poco a poco los diarios dejan de tener una sección especial sobre el tema. Muchos dibujantes que se la jugaron por sus convicciones dejan de tener su fuente laboral al inicio de los gobiernos de la Concertación. En Qué Pasa dibuja Hervi, en Análisis Mico, en Hoy dibujan hasta su término Hervi y Rufino. Mico sacará un libro llamado «El primer año de la transición», publicación de la revista Análisis que pretendía ser una colección llamada La Sonrisa Nacional.

Guillo, a través de Las ediciones del Ornitorrinco, saca un libro de muy buena calidad gráfica llamado «El humor es más fuerte 1973-1991» que tiene como personaje central a su reyecito, con la figura de Pinochet. Luego se aleja de las publicaciones por la censura o autocensura imperante, manteniendo una página en internet. En El Mercurio se encuentra Jimmy Scott dibujando casi todo con gran genialidad. Se mantiene plenamente vigente con libros como «Página 3», en convenio de El Mercurio con Editorial Aguilar Chilena. Impreso en Quebecor World Chile S. A., año 2002.

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  Figura 12: «La historieta del dedo» de Lugoze, que muestra a Ricardo Lagos en forma satírica, en el diario Negro en el Blanco no. 392 (30 de septiembre de 1988).
En La Segunda continua dibujando Maní durante un tiempo. La Tercera mantiene como tira diaria «La broma en vida» de Percy, hasta que lo traslada al diario La Cuarta, exclusivamente con «Pepe Antártico». En 1997 se integra como dibujante en el editorial Adán Rocha Farfán, que firma como Rocha. En los últimos años se integra Hervi, que dibuja en el suplemento Reportajes del día domingo y de la caricatura diaria, con un humor más reposado.

El suplemento político Topaze, publicado los domingos por La Tercera se mantiene hasta 1995. Dibujan ahí Goy, Eduardo de la Barra y Aza. Jorcar, seudónimo de Jorge Carvallo, dibuja «Don Lalo y su Bandita». En la Hora, diario de la tarde, dibuja durante un tiempo Adán Rocha que firma en este diario como Adán. Durante su permanencia en Chile Palomo dibujó para La Nación. En la sección «Ego Sum» ilustra Aza. También hay dibujos de Mico. En La Época y luego en El Metropolitano dibuja Hervi. En este último diario también dibuja Goy.

En PubliMetro tiene su caricatura diaria Lungenstrass, con un humor satírico. En The Clinic, periódico satírico, dibuja Maliki cuatro ojos, que es Marcela Trujillo. En El Siglo vuelve Gus con «Margarita». Jorge Montealegre como editor y presentador publica «Puro Chile: sátira humorística y (anti) patriota» con dibujos de Hervi, Palomo, de la Barra y Rufino. Lom Ediciones, año 1998. En los últimos años (2005) aparece El Dedo, semanario humorístico de 8 páginas, en que Lugoze firma como FrancoT, en oposición al gobierno de Lagos.

En el diario Estrategia dibuja JAM, seudónimo de José Antonio Marín, lo que se podría catalogar de chiste semipolítico.

La Momia Roja, suplemento de humor político de la revista La Calabaza del Diablo, que desde marzo de 2004 reúne a dibujantes latinoamericanos y a los chilenos Hervi, Peirano, Palomo y Leonardo Ríos, bajo la dirección de Christiano, que presenta a «Soto Ramírez, el patriota», un ex CNI que trabaja de guardia de supermercado.

A fines del 2005, en el marco del Tercer Día de la Historieta organizado por Ergocomics, se realiza un homenaje a los más destacados dibujantes de humor político con larga trayectoria, contando con la presencia de verdaderas leyendas como Lugoze, Mateluna, Palomo, Hervi, Jimmy Scott, Guillo, Jorcar, Nakor y varios más, muchos de los cuales se rencontraron y compartieron después de muchos años. No podemos dejar de mencionar, con sana envidia, la existencia del último libro de Hervi dedicado al humor político: «Chao no más» de Ediciones Aplapac, libro de gran formato y precio, pese a ser financiado con aportes del Fondo del Libro y la Lectura, que se ha transformado en éxito de librería, lo que demuestra a su vez el agotamiento del humor político, que sigue centrado en una figura del pasado nacional.

Finalmente, desde julio de 2008, en un esfuerzo digno de elogios se publica El Malhumor, ¡Siempre con los Monos!, revista mensual con formato de diario en que los dibujantes Germán Miranda, más conocido como Asterisco, Christian Gutiérrez, Christiano, y muchos colaboradores chilenos y extranjeros se ríen del país del Transantiago, los sobresueldos y las facturas falsas. Esperemos se mantenga.

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Creación de la ficha (2015): Mauricio García Castro. Edición de Félix López. · El presente texto se recupera tal cual fue publicado originalmente, sin aplicar corrección de localismos ni revisión de estilo. Tebeosfera no comparte necesariamente la metodología ni las conclusiones de los autores de los textos publicados.
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
MAURICIO GARCÍA CASTRO (2015): "Caricatura e historieta políticas en Chile", en REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA, 31 (11-X-2015). Asociación Cultural Tebeosfera, Ciudad de la Habana. Disponible en línea el 12/XII/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/caricatura_e_historieta_politicas_en_chile.html